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En septiembre de 1955 el presidente Juan Perón fue derrocado por un golpe de Estado cívico-militar. A partir de ese
momento, el gobierno de la autodenominada «Revolución Libertadora» proscribió políticamente al movimiento peronista.
Los sectores populares respondieron con variadas estrategias de resistencia clandestina para defender su identidad y
lograr el retorno de su líder. El nuevo gobierno, estuvo al mando del general Lonardi, que inició su presidencia con el
lema “ni vencedores ni vencidos”, en un intento de una política de tolerancia al peronismo, pero sin Perón. Esta decisión
no cayó bien en los sectores más duros de las FF.AA. sobre todo en la Armada, que en diciembre de ese año destituyó a
Lonardi y en su lugar asumió la presidencia Pedro Eugenio Aramburu. Con él se inició el periodo más sangriento, ya que
persiguió sistemáticamente al movimiento peronista, primero con la proscripción y luego con el asesinato de sus
seguidores. Esta etapa de nuestra Historia estará marcada por dictaduras y gobiernos débiles surgidos de elecciones en
las cuales el peronismo ni Perón podían participar. También, la violencia política será una tendencia con el surgimiento
de la resistencia peronista, las organizaciones armadas (guerrillas) y el refuerzo de los mecanismos represores por parte
de los gobiernos militares.
A partir de esta medida se dio libertad a las fuerzas del odio a desplegar su revanchismo contra todo lo que tenga alguna
relación con el peronismo. A modo de ejemplo podemos mencionar el secuestro del cadáver de Evita, la quema de libros
y todo objeto que simbolizaba el periodo peronista, la persecución y el hostigamiento a deportistas que se los
consideraba parte del régimen – al equipo campeón del mundo en básquet de 1950 lo suspendieron de por vida –, y
finalmente el intento de asesinar al emblemático caballo de Perón, llamado “Manchita”.
Comienza la resistencia
En el plano político, la dictadura de Aramburu intervino la CGT y todos los sindicatos, disolvió todas las comisiones
internas y encarceló a miles de activistas sindicales. En lo económico, congeló los salarios de los trabajadores siguiendo
las recetas liberales del Fondo Monetario Internacional (FMI). La “resistencia” de los sectores obreros ante esta situación
se basó en un variado accionar, muchas veces espontaneo, visceral para desgastar al gobierno. El sabotaje en las
fábricas, la elaboración “casera” de volantes con la palabra Perón, la pintura de leyendas, los atentados contra el sistema
ferroviario, el “copamiento” de actos realizados por la oposición, la detonación de bombas rudimentarias (caños), las
huelgas, caracterizaron esta etapa considerada “heroica” en la mística peronista. Estas acciones eran espontaneas o
bien organizadas en la clandestinidad, coordinadas por el dirigente peronista John William Cooke.
Sin embargo, lo más significativo fue el levantamiento liderado por el General Juan José Valle, el 9 de junio de 1956,
como primer intento del peronismo por recuperar el poder y denunciar a la dictadura, que fue sofocado sangrientamente.
De los 34 muertos, solo 7 cayeron en combate, el resto fue llevado a los basurales de José león Suarez (Provincia de
Buenos Aires) y fusilados bajo la ley marcial. Fue un intento de disciplinamiento y ejemplaridad para futuras
insurrecciones. Por este hecho en la memoria colectiva del pueblo peronista se bautizó a esta dictadura cívico-militar
como la “Revolución Fusiladora”.
No obstante, el peronismo siguió vigente y cada vez con más adeptos, ya que comenzaron a sumarse a sus filas
intelectuales y organizaciones estudiantiles y juveniles que durante los gobiernos de Perón fueron opositores. Una
década después surgirá la Juventud Peronista y también organizaciones armadas como Montoneros y las Fuerzas
Armadas Peronista (FAP).
La intervención de la CGT
En noviembre de 1955, la huelga general, dispuesta por la CGT ante el no cumplimiento del gobierno de acuerdos
previos, provocó la intervención de la central obrera.
“La presidencia de la Nación dio ayer a publicidad el siguiente comunicado: el Gobierno Nacional se hace un deber en
poner de manifiesto la irresponsabilidad de las autoridades de la CGT, quienes en momentos críticos para el país como
los que se viven, no titubean en intentar subrepticiamente una huelga que obedece únicamente a fines personales o
políticos, totalmente ajenos a los verdaderos problemas de los trabajadores.”
En Diario La Nación, 16 de diciembre de 1955.
“La matanza de junio ejemplifica, pero no agota la perversidad de ese régimen. El gobierno de Aramburu encarceló a
millares de trabajadores, reprimió cada huelga, arrasó la organización sindical. La tortura se intensificó y se extendió a
todo el país. El decreto que prohíbe nombrar a Perón o la operación clandestina que arrebata el cadáver de su esposa,
mutila y lo saca del país, son expresiones de un odio al que no escapan ni los objetos inanimados, sabanas y cubiertos
de la Fundación incinerados y fundidos porque llevan estampado ese nombre que se concibe como demoniaco. Toda
una obra social se destruye, se llega a cegar piscinas populares que evocan el hecho maldito, el humanismo liberal
retrocede a fondos medievales: pocas veces se ha visto aquí ese odio, pocas veces se han enfrentado con tanta claridad
dos clases sociales.”
En Rodolfo Walsh. “Aramburu y el juicio histórico”, Operación Masacre, Ediciones La Flor, 1972.
3 ¿Quiénes fueron los protagonistas del levantamiento de junio de 1956 y cuáles, sus objetivos?
5. ¿Qué objetivos perseguía el Decreto-Ley 4161? ¿Por qué crees que sólo se perseguía al peronismo?
8. Según Rodolfo Walsh, ¿Qué sentimiento guía a estos militares? Fundamentar la respuesta.
9. Mirar el video que presenta un fragmento del documental La Revolución Libertadora, Aramburu y la
Resistencia Peronista (1955-58), producido por el canal Encuentro, en el siguiente link
https://www.youtube.com/watch?v=z6Q5Xyo2bws.
a) Realizar un breve comentario de lo que trata el documental y luego responder. b)¿Considera que fue justa la
“resistencia peronista”? SI- NO ¿Por qué?