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Durante el primer año de la década del 30, se produce la primera ruptura del
orden constitucional con el desplazamiento del radicalismo del gobierno
nacional. El fraude electoral y el intervencionismo estatal se combinan en un
contexto que intenta redefinir, a través de proyectos divergentes, las relaciones
asimétricas entre gobernantes y gobernados.
Las políticas de corte nacional y estatista de Yrigoyen provocaron el malestar
de las élites dominantes y determinaron su caída. Eran medidas enfocadas a la
intervención del Estado como factor dominante de la economía en sectores
estratégicos como el petróleo, los ferrocarriles, la aviación con el desarrollo de
la Base Aérea Militar del Palomar y la Fábrica de Aviones de Córdoba, la caída
de la bolsa estadounidense, entre otras.
Los líderes visibles del golpe de Estado en marcha eran los generales José
Félix Uriburu y Agustín Pedro Justo, que si bien coincidían en la metodología
golpista para derrocar a Yrigoyen, mantenían importantes diferencias a la hora
de ejercer el poder. Mientras Uriburu pretendía hacer una profunda reforma
constitucional que terminara con el régimen democrático y el sistema de
partidos y, así, implantar un régimen de representación corporativa, Justo
planteaba el modelo de gobierno provisional que convocara a elecciones en un
tiempo prudencial.
El golpe de 1930,contó con el apoyo del ejército, las élites conservadoras y los
factores de poder dominantes, que estaban en contra de las medidas políticas
y económicas llevadas adelante por la gestión de Yirgoyen. La flamante
dictadura mantuvo a la Corte Suprema de Justicia, que convalidó la acción
antidemocrática con la llamada "doctrina de los gobiernos de facto" y que
justificó el golpe para "asegurar la paz y el orden de la Nación". De esta forma,
Yrigoyen, que había ganado las elecciones de 1928 con una mayoría superior
al 61%, no pudo completar su segundo mandato.
2. Durante el gobierno de Perón, especialmente en su segundo
mandato, se habla de un giro autoritario, ¿Cuáles son los indicios
de esta inclinación y qué sucesos lo evidencian?
El Perón del segundo mandato de los que habla Jesús Hipólito Paz, su ex
canciller, era distinto, era un presidente que manejaba el país en términos
absolutos frente a una oposición que no tenía cómo hacerse escuchar,
simplemente, porque no había libertad de prensa. Decenas de presos políticos
y otros cientos más de exiliados eran el muestrario de la época.
Dictó el decreto Nº 19.376 en el que se declaraba el estado de guerra y
prescribía que los militares que se insubordinen o subleven “contra las
autoridades constituidas, o participe en movimientos tendientes a derrocar o
desconocer la investidura, será fusilado inmediatamente”. El gobierno peronista
encarceló pero no fusiló.
La situación económica tendía a alcanzar resultados previsibles y la relación
con los EEUU marchaba por la buena senda. Perón reconoció al Estado de
Israel. Sin embargo, a pesar de que las variables estaban controladas, la
cotidianeidad sumergía a muchos ciudadanos en un clima irrespirable. De gran
temor. Seguía el “estado de guerra”; eran numerosos los presos por razones
políticas; las protestas estudiantiles y la ausencia de libertad de prensa. Pensar
en una conspiración para derrocar al gobierno era lo más natural para la época.
Toda transición comienza con la de crisis del régimen autoritario. A esa primera
etapa se la denomina habitualmente “apertura” o “liberalización”
La misma es “un proceso, extendido en el tiempo, cuya primera fase es el inicio
de la descomposición del régimen autoritario, la segunda la instalación de un
régimen político democrático que se continua en un tercer momento en el cual,
en medio de fuertes tensiones, se procura consolidar el nuevo régimen”.
Algunos autores afirman, que el inicio de la transición para el caso argentino,
fue en marzo de 1980, cuando el general Jorge Videla convocó al diálogo
político, y sitúa el final de la misma con la asunción de gobierno democrático,
en diciembre de 1983.
La definición que adopta Daniel Mazzei sobre Democracia, es que hace
referencia, a que la misma, posee libertad de asociación, de opinión, de prensa
y de funcionamiento de los partidos políticos, tenga pluralismo político e
ideológico, separación de los poderes del Estado, observancia de los derechos
humanos, y realización de elecciones libres, sin proscripciones.