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El lenguaje

El lenguaje humano, llamado también lenguaje natural o lenguaje articulado es de


naturaleza esencialmente vocal y esto nos pone en el camino de la adecuada definición
del lenguaje presentada por el lingüista norteamericano Edward Sapir, para quien:

“ El lenguaje es un método exclusivamente humano, y no instintivo de comunicar ideas,


emociones y deseos por medio de un sistema de símbolos producidos de manera
deliberada. Estos símbolos son ante todo auditivos y son producidos por los llamados
“órganos del habla”

No se puede afirmar siquiera que el lenguaje sea el resultado de la actividad natural de


algún órgano, como la circulación de la sangre, la digestión o el caminar que
constituyen la razón de ser del corazón, del estómago o de las piernas. Lingüistas y
fisiólogos están de acuerdo en considerar que no existen los llamados “órganos del
habla” en un sentido estrictamente fisiológico, sino órganos que biológicamente sirven
para otros usos y que estos órganos incidentalmente se aplican a la producción del
sonido.

En realidad, el hombre no posee ningún “órgano de la palabra” en el mismo sentido que


posee, por ejemplo, órganos de la vista o del oído. Todos los órganos que directamente
participan en la producción del sonido o que de un modo u otro contribuyen a su
modificación, han sido adaptados secundariamente a las exigencias de la comunicación
y conservan su función biológica primaria. Por eso, si bien anatómicamente puede
hablarse de un “aparato fonatorio” del cuerpo humano, los órganos que lo conforman no
son órganos exclusivos de la fonación ni de la articulación, de la misma manera como
los dedos de la mano no se hicieron exclusivamente para escribir a máquina, ni las
manos para manejar automóvil, ni las rodillas son órganos exclusivos para el gesto
simbólico y ritual de la genuflexión.

Fisiológicamente considerados, el pulmón y la tráquea son órganos fundamentales de la


respiración; la lengua, los dientes y el paladar sirven para la digestión y la nariz
cumplen funciones esencialmente olfativas; y si éstos y otros órganos se emplean en el
proceso de la fonación es porque en la naturaleza humana cualquier órgano del cuerpo
gobernado por la voluntad y en virtud de un esfuerzo creador del hombre es susceptible
de actividades fisiológicas secundarias, o puede adaptarse a funciones que no son las
propias.

Luis H. Ramírez: Estructura y funcionamiento del lenguaje

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