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Averroes (Ibn-Rusd, 1126-1198): fue jurista, médico y filósofo nacido en

Córdoba y fallecido en Marruecos.

Averroes es uno de los filósofos árabes cuyo


pensamiento impactó notablemente en el medioevo
cristiano. Por su labor como fiel intérprete de
Aristóteles se le llamó “El Comentador” y se volvió,
para bien o para mal, uno de los interlocutores más
importantes de los filósofos y los teólogos cristianos. Si
bien después de su muerte sus ideas no fueron tan bien
recibidas entre los pensadores religiosos musulmanes, es
sin duda alguna uno de los pilares de la tradición
aristotélica y de la historia del pensamiento filosófico en
general.

Escribió sobre medicina, derecho, astronomía, teología y filosofía; entre sus obras: Tratado
decisivo sobre la armonía entre filosofía y religión, Contra la destrucción de los filósofos,
Explicación de los métodos demostrativos de las verdades religiosas, Las generaciones de la
medicina, Comentario breve, Comentario medio, Gran comentario, La eternidad del mundo, La
conjunción entre entendimiento material y entendimiento separado. Comentó libremente a
Aristóteles a la luz del Corán.
Averroes demuestra la existencia de Dios a través de un argumento de “providencia”: todo en el mundo
está dispuesto para el beneficio del hombre, el benefactor debe de ser Dios, su segundo argumento es de
“invención”: todo en el mundo parece haber sido diseñado y creado, por lo tanto el diseñador debe ser
Dios. Al admitir la existencia de Dios, Averroes afirma también que es imposible la existencia de múltiples
dioses pues la razón demanda una unidad divina. Además Dios posee siete atributos divinos (bondad,
amor, santidad justicia, misericordia, verdad, soberanía y conocimiento) entre ellos el conocimiento
se caracteriza en que es eterno, es inmutable, él no conoce con el tiempo pues conoce desde siempre lo
que hace y lo que causa, Dios es perfecto de cuatro maneras: carece de toda imperfección, nada le es
intrínseco, lo externo no lo disminuye, y sobre todo, que posee todas las características de perfección
de cualquier género y especie.
1. En su pensamiento sostuvo la superioridad de la filosofía (aristotélica) sobre la teología, la eternidad del
mundo, la no inmortalidad del alma individual, la unicidad del entendimiento posible, la mortalidad del
entendimiento individual, la llegada del entendimiento a la unión mística a través de un proceso que
implicaba la fusión íntima del conocimiento posible con el entendimiento divino.

2. En relación a la superioridad del pensamiento aristotélico, afirmaba que Dios había volcado su poder
sapiencial en Aristóteles y por eso hacer filosofía era exponer, aclarar y demostrar la fuerza y la validez del
pensamiento aristotélico; por esta razón, al presentarse como comentador de Aristóteles quiso eliminar toda
huella platónica del pensamiento aristotélico.

3. Para él la filosofía, además de ser independiente de la teología y la religión, es la sede privilegiada de la


verdad y por la supremacía concedida a la filosofía se opuso al concordismo de Avicena. Al hablar del
entendimiento posible y del entendimiento agente reformula la teoría aristotélica de la inteligencia divina
(agente) y la inteligencia humana (posible); esto quiere decir que en su teoría del entendimiento existen dos
entendimientos (posible y agente); el posible es colectivo y recibe de la fantasía (imaginación, abstracción)
los conceptos porque la fantasía acoge los universales en potencia.

4. El hombre está unido al entendimiento posible por la fantasía y por eso el acto de entender es individual y
supraindividual. Sobre la base de lo anterior, se puede decir que en sus tesis fundamentales: el primado de la
filosofía, la eternidad del mundo y la unicidad del entendimiento humano se descubren los gérmenes de las
concepciones materialistas y naturalistas de la vida y del hombre.
Galileo Galilei (1564 “ pisa – Italia”-1642 “Arcetri- Florencia -Italia” ) es
tenido como el fundador de la ciencia moderna.
La revolución científica del Renacimiento tuvo su
arranque en el heliocentrismo de Copérnico y su
culminación un siglo después en la mecánica de Newton. Su
más eximio representante sin embargo, fue el científico
italiano Galileo Galilei. En el campo de la física, Galileo
formuló las primeras leyes sobre el movimiento; en el de la
astronomía, confirmó la teoría copernicana con sus
observaciones telescópicas. Pero ninguna de estas valiosas
aportaciones tendría tan trascendentales consecuencias como
la introducción de la metodología experimental, logro que le
ha valido la consideración de padre de la ciencia moderna.

Escribió: Mundo sideral, Cartas copernicanas, El ensayista, Diálogo sobre los dos máximos sistemas
del mundo, Discursos y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias (estática y dinámica),
Teoremas sobre el centro de gravedad de los sólidos, Diálogo sobre el flujo y el reflujo del mar, entre
otras. Introdujo el catalejo (telescopio) en la ciencia al presentarlo como un instrumento que se puede
emplear para reforzar los sentidos, superando una serie de prejuicios y obstáculos epistemológicos.
En su obra Mundo sideral, donde corrobora el sistema copernicano y desmiente el sistema ptolemaico, están
las raíces de su conflicto con las iglesias cristianas, en particular con la católica, porque sus autoridades
descubrían que algunas afirmaciones bíblicas (Eclesiastés 1,4-5 (Una generación va y otra generación
viene, mas la tierra permanece para siempre. El sol sale y el sol se pone, a su lugar se apresura, y de allí
vuelve a salir. )y Josué 10,13 (Y el sol se detuvo, y la luna se paró, Hasta que la nación se vengó de sus
enemigos.) eran rebatidas, lo cual, en la comprensión de aquel entonces, no se podía admitir. Galileo
afirmaba que los conocimientos científicos eran autónomos en relación con los conocimientos religiosos;
los primeros intentaban describir el mundo, los segundos ofrecían una comprensión de los dogmas de la
fe llevando a una manera de vivir en el mundo; los conocimientos científicos son un tratado
astronómico, los conocimientos de la fe son un tratado de salvación; la ciencia enseña cómo va el cielo y
la fe cómo se va al cielo.
1. Esto da a entender que la ciencia es un discurso orientado a comprender el funcionamiento del mundo y la fe
es un discurso de salvación que ofrece una comprensión del sentido final del mundo. Estas ideas llevaron a
que Galileo fuera sometido a dos procesos en el tribunal del Santo Oficio en 1619 y 1633 respectivamente, el
primero por sostener la teoría copernicana y el segundo por afirmarla mediante un principio de relatividad que
implicó el fin de la cosmología aristotélica y abrió el horizonte de la formulación del principio de la inercia,
según el cual reposo y movimiento son estados constantes en los cuerpos.

2. En Discursos y demostraciones matemáticas, que habla de la resistencia de los materiales, el sistema de


palancas y los planos inclinados, está su mayor contribución a la historia de las ideas científicas teniendo
presente la autonomía de la ciencia frente a la fe porque la Escritura Santa no se refiere a la estructura del
cosmos (no es un tratado de astronomía), sino a la salvación; de ahí que se puedan sustraer de su autoridad las
experiencias sensatas y la demostraciones necesarias. Por esto, con las debidas cautelas, se puede decir que
Galileo es platónico en filosofía y aristotélico en metodología según se puede deducir de la comprensión del
mundo como una realidad escrita en lenguaje matemático.

3. En esta obra se capta que la ciencia, que es objetiva, es una descripción verdadera de la realidad, no en vano
su experiencia científica es el experimento hecho para saber si una hipótesis corresponde o no a la realidad. El
mundo descrito por la física de Galileo no es el mundo de la física de Aristóteles, es decir, no es un universo
antropocéntrico, no es el mundo organizado en función del hombre y por ello la lógica se reafirmó como el
órgano por excelencia de la filosofía.
El Concepto Moderno de hombre en Galileo. Contemporáneo a Galileo Galilei hay otro científico y filósofo, que
participa en la fundación de la Modernidad: Con la publicación del Discurso del método, Descartes hace un
descubrimiento tan importante como el Telescopio de Galileo: El Método basado en la duda. Este es una
especie de instrumento, que lleva a Descartes a una verdad precisa, irrefutable, de la cual no se puede
dudar: esa verdad fundacional, esa verdad de la cual emergen otras verdades como las verdades de la
ciencia Galileana, es el Cogito ergo sum que significa Pienso luego existo. A partir de Descartes, el sujeto
productor de objetos, será el hombre, pero entendido éste como ser racional. A partir de Descartes, el
concepto de hombre que se difundirá en toda la literatura ilustrada, es de que el hombre es un ser pensante.
Sin embargo, es necesario definir qué es pensar, para Descartes. Como él mismo lo plantea en su Discurso del
Método, publicado en 1637, pensar, es poner en movimiento la razón para ordenar y entender el mundo. Por
ello, pensar y pensar lógicamente, son sinónimos en la Modernidad. Poner en movimiento la razón, que es la
esencia del hombre según Descartes, permite el estudio sistemático del mundo, logrando así una mayor eficacia en
los resultados del conocimiento, y utilizando mejor la naturaleza, la cual está puesta a la razón, para que ésta la
ponga a su servicio. El éxito de esta nueva actitud en términos del gran desarrollo del pensar instrumental se
traduce en la eclosión de lo tecnológico. El método, a partir de Descartes será el instrumento para llegar a un
conocimiento claro y distinto. Será el Ojo, que permitirá ver más allá de lo que podemos ver. Mientras Galileo ha
inventado un Ojo para mirar al mundo exterior más allá de lo que hasta ese momento se podía ver, Descartes ha
descubierto el Ojo desde el cual es mirado el mundo; el Ojo de la razón lógico-matemática. Telescopio y Razón
lógico-matemática, significan el advenimiento de la tecnología como el lenguaje, el gesto esencial de la
modernidad, es decir, de la razón humana en ese movimiento que se concreta en un tipo de ciencia y de saber que
ha puesto al mundo exterior al servicio del hombre. La tecnología es entonces, un logos, es decir, una lógica, por
tanto un tipo de racionalidad que se manifiesta en la instrumentación.
John Locke el fundador del empirismo crítico nació en 1632 (Wrington – reino unido) y murió en
1704 (high laver – reino unido) ; estudió y enseñó en Oxford. Fue miembro de la Royal Society e
intervino en política.

Durante algunos años estuvo refugiado en Holanda. Con


este autor, el empirismo de Bacon y Hobbes encuentra
una formulación metodológica paradigmática porque
formuló de manera metódica el problema crítico del
conocimiento. Complementó sus estudios con medicina,
anatomía, fisiología, física y teología. En su pensamiento
tuvo tres puntos focales de interés: el gnoseológico, el
ético político y el religioso.

Entre sus obras están: Epístola sobre la tolerancia, Ensayo sobre el entendimiento humano,
Dos tratados sobre el gobierno, La racionabilidad del cristianismo, Pensamientos sobre la
educación, Ensayos para la comprensión de las cartas de san Pablo.
Para Locke, el conocimiento solamente alcanza a las relaciones entre los hechos, al como, no al
porque, Locke coincide con Descartes en que el conocimiento es siempre conocimiento de
ideas, ya que las ideas son el objeto de nuestro conocimiento, su contenido: todo lo que
conocemos son ideas.

Se diferencia del pensamiento cartesiano en la forma del suceso que origina el


conocimiento. En este caso las ideas no son innatas, sino que se establecen a partir de
la experiencia, donde se pueden originar de dos formas: la sensación y la reflexión.
Las ideas que provienen de la sensación, dimanan de la experiencia sensorial directa
con los objetos físicos en el medio ambiente, son simples impresiones de los sentidos
que actúan en la mente, que también actúan en los sentimientos creando una
reflexión para formar las ideas. Esta función cognitiva o reflexión mental como un
origen de conceptos depende de la experiencia sensorial, ya que las ideas producidas
por la mente se acentúan en las impresiones previamente percibidas por los sentidos.

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