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del hablar
Editado por
Óscar Loureda y Angela Schrott
Araceli López Serena
12 El hablar y lo oral
Resumen: El presente capítulo se centra en el lenguaje hablado y el ámbito de la ora-
lidad como objetos de estudio y como fuente de inspiración para la teorización lin-
güística. Tomando como punto de partida la distinción entre oralidad medial y orali-
dad concepcional (§ 1), así como la diferenciación entre las dimensiones universal e
histórica de la variación concepcional (§ 2.1), se analiza la variación oral/escrito como
continuum determinado por la situación comunicativa (§ 2.2). También se pasa revista
a algunos de los rasgos lingüísticos y estrategias de verbalización señalados como ca-
racterísticos de la inmediatez comunicativa (§ 2.3), así como al escaso éxito de las
aproximaciones a la oralidad desde el punto de vista medial (§ 3). Finalmente, se rea-
lizan consideraciones relacionadas con el papel del lenguaje hablado en la teoriza-
ción lingüística (§ 4). En § 5 se destacan las ideas fundamentales y las principales
perspectivas de futuro que se abren en este campo de estudio.
https://doi.org/10.1515/9783110335224-013
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una serie de factores situacionales que condicionan tanto la producción como la re-
cepción de los discursos o textos –entre los que destacan la inmediatez o distancia
física entre los interlocutores, la inmediatez o distancia social que determina su re-
lación, la inmediatez o distancia emocional que los une o los separa entre sí y con
respecto al tema de la interacción, o la inmediatez o distancia que media entre el
momento de la planificación y el momento de la emisión del discurso (cf. § 2.2, la
fig. 5)– se ha extendido hasta tal punto que en muchas ocasiones ni siquiera se cita
su procedencia.
Cuando se coordinan entre sí, las dos perspectivas de la doble diferenciación (i)
medio (a) gráfico/(b) fónico y (ii) concepción (a) hablada/(b) escrita dan como resul-
tado cuatro combinaciones lógicas que, en su célebre manual, Koch/Oesterreicher
ilustraban mediante los sencillos ejemplos, en español, francés, e italiano, que recoge
la figura 1:
CONCEPCIÓN
HABLADA ESCRITA
En la fila superior de esta figura, se presenta la posibilidad de que los enunciados es-
pañoles decirme la verdad (de concepción hablada, en la medida en que el uso de in-
finitivo por imperativo solo es apropiado en la inmediatez comunicativa) y decidme la
verdad (de concepción escrita) se realicen a través del código gráfico. En la fila inferior
se transcriben fonéticamente las realizaciones medialmente orales de ambos enuncia-
dos, cuya concepción permanece, sin embargo, inmutable. Lo mismo ocurre con la
realización gráfica y fónica de los enunciados franceses (il ne) faut pas le dire, de con-
cepción escrita cuando se emite completo y hablada cuando se prescinde de il ne, así
como con la realización gráfica y fónica de los enunciados italianos lui/egli non (ce)
l’aveva, de concepción hablada cuando se recurre a lui y a ce y escrita cuando se em-
plea egli y está ausente ce.
La línea continua horizontal que separa los ejemplos correspondientes a las reali-
zaciones fónicas y gráficas tiene el propósito de indicar que el enfoque medial da lu-
gar a una oposición dicotómica, mientras que la línea discontinua vertical que divide
los ejemplos de concepción hablada y de concepción escrita pretende señalar el ca-
rácter continuo o gradual de la distinción entre inmediatez y distancia comunicativa
(cf. también Biber 1995, 36; Briz Gómez 2010). A esta segunda distinción de naturaleza
El hablar y lo oral 245
2 La oralidad concepcional
2.1 Las dimensiones universal e histórica de la variación
concepcional
Como se ha avanzado en § 1, los marbetes oralidad y escrituralidad concepcional se re-
fieren a la configuración lingüística que adoptan los discursos en virtud de una serie
de factores situacionales que condicionan la producción de los enunciados (cf. § 2.2).
La presencia de dichos condicionantes situacionales propicia la aparición de un con-
junto de fenómenos lingüísticos y de estrategias de verbalización diversas (cf. § 2.2, la
fig. 5 y § 2.3). Algunos de estos fenómenos y estrategias se dan en todas las lenguas y
se consideran, por tanto, universales. Otros son específicos de cada lengua en particu-
lar y se interpretan, por ende, como características idiomáticas; de ahí que, en el mar-
co teórico de Koch/Oesterreicher se diferencie entre las dimensiones universal e histó-
rica de la variación concepcional.
La distinción entre lo universal y lo histórico, que lleva a reconocer, tal como se
aprecia en la figura 2 –que reproduce el modelo de la cadena de variedades, que se ex-
plicará en § 2.2 a continuación)–, una oposición inmediatez vs. distancia comunicati-
va de naturaleza universal (1a) y otra de naturaleza idiomática (1b), está basada en la
definición efectuada por Coseriu del lenguaje como «una actividad humana universal
que se realiza individualmente, pero siempre según técnicas históricamente determina-
das (‹lenguas›)», de tal forma que «[e]n el lenguaje se pueden, por tanto, distinguir
tres niveles: uno universal, otro histórico y otro individual» (Coseriu 1981, 269–270,
ápud Koch/Oesterreicher 22007, 23; cf. infra fig. 3).
2
Figura 2: La cadena de variedades (Koch/Oesterreicher 2007, 39)
246 Araceli López Serena
Tal como exponen los propios Koch/Oesterreicher, para Coseriu, que sintetizó esta tri-
partición en el esquema que se reproduce en la figura 3,
Por su parte,
[e]l nivel HISTÓRICO
HIST ÓRICO comprende dos aspectos. En primer lugar […] están las lenguas individuales,
como técnicas históricas y sistemas de normas, es decir, el latín, el español, el francés, el italiano,
el alemán, el inglés, el turco, etc. En este nivel se ubican también las diferentes variedades de es-
tas lenguas históricas. Pero, en segundo lugar hay que considerar también en este nivel las tradi-
ciones discursivas […], independientes de las lenguas históricas particulares, y que, en principio,
pueden ser puestas en práctica en diferentes comunidades lingüísticas (Koch/Oesterreicher
2
2007, 23–24; versalita original).
NIVEL SABER saber hablar en general, de acuerdo con los principios generales del
UNIVERSAL ELOCUCIONAL pensar y con la experiencia general humana acerca del mundo
NIVEL SABER saber hablar de acuerdo con las normas de la lengua que se realiza
HISTÓRICO IDIOMÁTICO
Figura 3: Los saberes elocucional, histórico y expresivo de acuerdo con la propuesta de Coseriu
en cuenta únicamente tres parámetros (campo, tenor y modo). De acuerdo con Halli-
day (1982, 11978, 48), estos se definen de la siguiente manera:
a) campo «se refiere al marco institucional en que se produce un trozo de lenguaje e
incluye no solo el tema de que se trata sino también toda la actividad del hablante
o del participante en determinado marco». En este sentido, se suele diferenciar
entre campo cotidiano, periodístico, científico, legal, etc.
b) tenor «se refiere a la relación entre participantes… no solo a la variación de forma-
lidad… sino… también a cuestiones como la permanencia o cosas por el estilo de
la relación y el grado de carga emotiva que hay en ella»; de ahí que se hable de te-
nor didáctico, descriptivo, argumentativo, etc.
c) modo «se refiere al canal de comunicación adoptado: no solo a la elección entre
médium hablado y médium escrito, sino a elecciones mucho más detalladas»,
que darían lugar a modos como hablado espontáneo, hablado preparado, habla-
do memorizado, escrito literario, etc.
+ – – +
COLOQUIAL COLOQUIAL FORMAL FORMAL
PROTOTÍPICO PERIFÉRICO PERIFÉRICO PROTOTÍPICO
DE RESULTAS: RASGOS PROPIOS DEL REGISTRO DE RESULTAS: RASGOS PROPIOS DEL REGISTRO
COLOQUIAL FORMAL
Figura 4: Lo coloquial y lo formal como eje de la variación lingüística (Briz Gómez 2010, 131)
Inmediatez Distancia
ejemplo en Bruselas, diastráticamente baja la forma a(l) para elle y diafásicamente in-
formal el empleo de lexemas como copain ‘amigo’ o total ‘finalmente’ (cf. Koch/
Oesterreicher 22007, 280, 284, 287).
Gracias a la cadena de variedades, disponemos de un modelo holístico que alber-
ga todos los tipos de variación posibles en cualquier discurso monolingüe y que hace
depender la aparición o inhibición de determinados fenómenos de variación (concep-
cional universal, concepcional idiomática o diasistemática) de la concurrencia de los
parámetros situacionales enumerados en la figura 5. Tales parámetros emanan de la
consideración de determinadas instancias y factores como imprescindibles en la co-
municación lingüística:
Al menos dos participantes en la interacción entablan un contacto entre sí, durante el cual –en
muchos casos de forma alternativa– asumen los PAPELES COMUNICAT IVOS de EMISOR y REC EPTOR . De
COMUNICATIVOS
este modo surge un mensaje, un DISCURSO
DISC URSO o TE XTO , que se refiere a OBJETOS
OBJET OS y CIRCUNST ANCIAS
ANC IAS de la
realidad extralingüística. La producción del discurso o texto supone una difícil LABOR L ABOR DE FORMULA-
CIÓN , que se encuentra en una zona de tensión entre la LINEALIDAD de los signos lingüísticos, las
normas de la LENGUA HISTÓRICA PART IC ULAR y la compleja realidad extralingüística MULTIDIMENSIO-
MULT IDIMENSIO-
NAL . Emisor y receptor están envueltos en campos DE ÍC TIC OS personales, espaciales y temporales,
TICOS
en determinados CONTEXTOS
C ONT EXTOS y en determinadas condiciones EMOCIONALES y SOCIALES (Koch/Oester-
reicher 22007, 25; versalita original).
De acuerdo con el modelo de la cadena de variedades (cf., de nuevo, fig. 2) –que pone
de relieve la importante interrelación entre situación de inmediatez comunicativa y
comparecencia de fenómenos de oralidad concepcional, de registro coloquial, de so-
ciolecto bajo y dialectalmente fuertes, de la que en la actualidad se hacen también eco
otras propuestas como la del grupo Val.Es.Co. (cf. fig. 4)–, una situación de comunica-
ción prototípicamente inmediata, caracterizada por los valores paramétricos listados
en la parte izquierda de la figura 5, daría lugar a la aparición, en el discurso, de múlti-
ples fenómenos de variación, ligados entre sí por el hecho de estar todos ellos propi-
ciados por un mismo haz de rasgos situacionales –(a) el carácter privado de la comu-
nicación, (b) la familiaridad entre los interlocutores, (c) la emocionalidad de la
interacción, (d) el anclaje de la producción y la recepción discursivas en la situación
o la acción comunicativas, (e) la posibilidad de referencialización desde el aquí y el
ahora de la comunicación, (f) la existencia de inmediatez física entre los interlocuto-
res, así como de un alto grado de (g) cooperación, (h) dialogicidad y (i) espontaneidad
y de (j) ausencia de fijación temática–, pero de estatus teórico diferenciado (§ 2.3), en
la medida en que un primer grupo de estos fenómenos será propio de (1a) la oralidad
concepcional de carácter universal; un segundo grupo, de (1b) la oralidad concepcio-
nal de carácter idiomático; un tercero, de (2) la variación diafásica informal; un cuar-
to, de (3) la variación diastrática baja, y un último grupo, de (4) la variación diatópica
fuerte (los números entre paréntesis se corresponden con los que cada uno de estos ti-
pos de variación tiene asignados en la fig. 2). En este mismo modelo, junto a las fle-
chas horizontales, que se refieren a la vinculación entre situación comunicativa y tipo
de variación que se acaba de describir, las flechas de trazado más grueso y dirección