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Manual de lingüística

del hablar

Editado por
Óscar Loureda y Angela Schrott
Araceli López Serena
12 El hablar y lo oral
Resumen: El presente capítulo se centra en el lenguaje hablado y el ámbito de la ora-
lidad como objetos de estudio y como fuente de inspiración para la teorización lin-
güística. Tomando como punto de partida la distinción entre oralidad medial y orali-
dad concepcional (§ 1), así como la diferenciación entre las dimensiones universal e
histórica de la variación concepcional (§ 2.1), se analiza la variación oral/escrito como
continuum determinado por la situación comunicativa (§ 2.2). También se pasa revista
a algunos de los rasgos lingüísticos y estrategias de verbalización señalados como ca-
racterísticos de la inmediatez comunicativa (§ 2.3), así como al escaso éxito de las
aproximaciones a la oralidad desde el punto de vista medial (§ 3). Finalmente, se rea-
lizan consideraciones relacionadas con el papel del lenguaje hablado en la teoriza-
ción lingüística (§ 4). En § 5 se destacan las ideas fundamentales y las principales
perspectivas de futuro que se abren en este campo de estudio.

Palabras clave: lenguaje hablado, oralidad medial, oralidad concepcional, variación


diamésica, variación diafásica

1 Oralidad medial y oralidad concepcional


Desde mediados de los años 80 (Koch/Oesterreicher 1985), y sobre todo a partir de
la excelente recepción de que gozó la monografía Gesprochene Sprache in der Ro-
mania: Französisch, Italienisch, Spanisch (32011, 1990), que se tradujo al español co-
mo Lengua hablada en la Romania: español, francés, italiano (22007), Peter Koch y
Wulf Oesterreicher consiguieron popularizar, más allá de las fronteras de la Roma-
nística germana, la distinción terminológico-conceptual, establecida originariamen-
te por Ludwig Söll (1974), entre medio y concepción, gracias a la cual es posible dis-
tinguir –como haremos sistemáticamente en este capítulo– entre la oralidad de
carácter medial y la de carácter concepcional. Conscientes de que los términos ha-
blado/oral, escrito/escritural designan, ante todo, para la mayoría de los hablantes,
la naturaleza material (fónica o gráfica) de las realizaciones lingüísticas, así como
de que la mera diferenciación medial entre el canal fónico-auditivo y el canal gráfi-
co-visual resultaba insuficiente para aprehender el tipo de configuración lingüística
que normalmente se asocia con el lenguaje hablado frente al escrito (cf. también, a
este respecto, Biber 1995, 20), Koch/Oesterreicher sustituyeron las ambiguas expre-
siones lenguaje hablado/oral vs. lenguaje escrito por los tecnicismos ‘inmediatez’ y
‘distancia comunicativas’ (kommunikative Nähe/Distanz). En la actualidad, el uso de
estos términos como sinónimos de la oralidad y la escrituralidad concepcionales,
que dependen de cómo los hablantes concebimos nuestros mensajes en virtud de

https://doi.org/10.1515/9783110335224-013
244 Araceli López Serena

una serie de factores situacionales que condicionan tanto la producción como la re-
cepción de los discursos o textos –entre los que destacan la inmediatez o distancia
física entre los interlocutores, la inmediatez o distancia social que determina su re-
lación, la inmediatez o distancia emocional que los une o los separa entre sí y con
respecto al tema de la interacción, o la inmediatez o distancia que media entre el
momento de la planificación y el momento de la emisión del discurso (cf. § 2.2, la
fig. 5)– se ha extendido hasta tal punto que en muchas ocasiones ni siquiera se cita
su procedencia.
Cuando se coordinan entre sí, las dos perspectivas de la doble diferenciación (i)
medio (a) gráfico/(b) fónico y (ii) concepción (a) hablada/(b) escrita dan como resul-
tado cuatro combinaciones lógicas que, en su célebre manual, Koch/Oesterreicher
ilustraban mediante los sencillos ejemplos, en español, francés, e italiano, que recoge
la figura 1:

CONCEPCIÓN
HABLADA ESCRITA

esp. ¡decirme la verdad! ¡decidme la verdad!


código gráfico fr. faut pas le dire il ne faut pas le dire
it. lui non ce l’aveva egli non l’aveva
MEDIO
esp. [de'θirmelaβer'ða] [de'θiðmelaβer'ða]
código fónico fr. [fopal'di:r] [ilnəfopalədi:R ]
it. ['luinont∫ela've:va] ['eʎʎinonla've:va]

Figura 1: Oralidad y escrituralidad – concepcional y medial (Koch/Oesterreicher 22007, 21)

En la fila superior de esta figura, se presenta la posibilidad de que los enunciados es-
pañoles decirme la verdad (de concepción hablada, en la medida en que el uso de in-
finitivo por imperativo solo es apropiado en la inmediatez comunicativa) y decidme la
verdad (de concepción escrita) se realicen a través del código gráfico. En la fila inferior
se transcriben fonéticamente las realizaciones medialmente orales de ambos enuncia-
dos, cuya concepción permanece, sin embargo, inmutable. Lo mismo ocurre con la
realización gráfica y fónica de los enunciados franceses (il ne) faut pas le dire, de con-
cepción escrita cuando se emite completo y hablada cuando se prescinde de il ne, así
como con la realización gráfica y fónica de los enunciados italianos lui/egli non (ce)
l’aveva, de concepción hablada cuando se recurre a lui y a ce y escrita cuando se em-
plea egli y está ausente ce.
La línea continua horizontal que separa los ejemplos correspondientes a las reali-
zaciones fónicas y gráficas tiene el propósito de indicar que el enfoque medial da lu-
gar a una oposición dicotómica, mientras que la línea discontinua vertical que divide
los ejemplos de concepción hablada y de concepción escrita pretende señalar el ca-
rácter continuo o gradual de la distinción entre inmediatez y distancia comunicativa
(cf. también Biber 1995, 36; Briz Gómez 2010). A esta segunda distinción de naturaleza
El hablar y lo oral 245

gradual está dedicado el epígrafe 2 de este capítulo. De la oposición dicotómica me-


dial nos ocuparemos, muy brevemente, en § 3.

2 La oralidad concepcional
2.1 Las dimensiones universal e histórica de la variación
concepcional
Como se ha avanzado en § 1, los marbetes oralidad y escrituralidad concepcional se re-
fieren a la configuración lingüística que adoptan los discursos en virtud de una serie
de factores situacionales que condicionan la producción de los enunciados (cf. § 2.2).
La presencia de dichos condicionantes situacionales propicia la aparición de un con-
junto de fenómenos lingüísticos y de estrategias de verbalización diversas (cf. § 2.2, la
fig. 5 y § 2.3). Algunos de estos fenómenos y estrategias se dan en todas las lenguas y
se consideran, por tanto, universales. Otros son específicos de cada lengua en particu-
lar y se interpretan, por ende, como características idiomáticas; de ahí que, en el mar-
co teórico de Koch/Oesterreicher se diferencie entre las dimensiones universal e histó-
rica de la variación concepcional.
La distinción entre lo universal y lo histórico, que lleva a reconocer, tal como se
aprecia en la figura 2 –que reproduce el modelo de la cadena de variedades, que se ex-
plicará en § 2.2 a continuación)–, una oposición inmediatez vs. distancia comunicati-
va de naturaleza universal (1a) y otra de naturaleza idiomática (1b), está basada en la
definición efectuada por Coseriu del lenguaje como «una actividad humana universal
que se realiza individualmente, pero siempre según técnicas históricamente determina-
das (‹lenguas›)», de tal forma que «[e]n el lenguaje se pueden, por tanto, distinguir
tres niveles: uno universal, otro histórico y otro individual» (Coseriu 1981, 269–270,
ápud Koch/Oesterreicher 22007, 23; cf. infra fig. 3).

2
Figura 2: La cadena de variedades (Koch/Oesterreicher 2007, 39)
246 Araceli López Serena

Tal como exponen los propios Koch/Oesterreicher, para Coseriu, que sintetizó esta tri-
partición en el esquema que se reproduce en la figura 3,

[e]l nivel UNIVERSAL


UNIVERS AL concierne al hablar, que comprende las acciones generales, no específica-
mente históricas, de los sujetos hablantes, es decir, las operaciones lingüísticas que consisten en
referirse lingüísticamente a algún objeto (referencialización), en decir algo sobre ese objeto (pre-
dicación), en situar espacio-temporalmente nuestros enunciados (orientación deíctica), en asumir
y repartir papeles comunicativos, en insertar nuestros enunciados en contextos (contextualiza-
ción), en otorgar sentido a nuestros enunciados en el marco de objetivos o fines pragmáticos (fi-
nalización), etc. (Koch/Oesterreicher 22007, 23; versalita y cursiva originales).

Por su parte,
[e]l nivel HISTÓRICO
HIST ÓRICO comprende dos aspectos. En primer lugar […] están las lenguas individuales,
como técnicas históricas y sistemas de normas, es decir, el latín, el español, el francés, el italiano,
el alemán, el inglés, el turco, etc. En este nivel se ubican también las diferentes variedades de es-
tas lenguas históricas. Pero, en segundo lugar hay que considerar también en este nivel las tradi-
ciones discursivas […], independientes de las lenguas históricas particulares, y que, en principio,
pueden ser puestas en práctica en diferentes comunidades lingüísticas (Koch/Oesterreicher
2
2007, 23–24; versalita original).

NIVEL SABER saber hablar en general, de acuerdo con los principios generales del
UNIVERSAL ELOCUCIONAL pensar y con la experiencia general humana acerca del mundo

NIVEL SABER saber hablar de acuerdo con las normas de la lengua que se realiza
HISTÓRICO IDIOMÁTICO

NIVEL SABER saber hablar en situaciones determinadas, saber estructurar los


DISCURSIVO EXPRESIVO discursos de acuerdo con las normas de cada uno de sus tipos

Figura 3: Los saberes elocucional, histórico y expresivo de acuerdo con la propuesta de Coseriu

Por lo que concierne, fundamentalmente, a los aspectos universales de la oralidad y la


escrituralidad concepcionales, Koch/Oesterreicher consideran obligado atender a las
circunstancias comunicativas extralingüísticas relevantes para la construcción dife-
renciada de discursos prototípicamente orales frente a discursos prototípicamente
escritos (↗14 El hablar y lo escrito). A este respecto, su propuesta conecta con los estu-
dios sobre la oposición oral/escrito como variación situacional concebida en términos
de registro.

2.2 La variación oral/escrito como continuum determinado por la


situación comunicativa
En la lingüística norteamericana (cf. Halliday 1982, 11978; Gregory/Carroll 1978,
11986), en la que la situación se asocia con la variación de registro, es habitual tener
El hablar y lo oral 247

en cuenta únicamente tres parámetros (campo, tenor y modo). De acuerdo con Halli-
day (1982, 11978, 48), estos se definen de la siguiente manera:
a) campo «se refiere al marco institucional en que se produce un trozo de lenguaje e
incluye no solo el tema de que se trata sino también toda la actividad del hablante
o del participante en determinado marco». En este sentido, se suele diferenciar
entre campo cotidiano, periodístico, científico, legal, etc.
b) tenor «se refiere a la relación entre participantes… no solo a la variación de forma-
lidad… sino… también a cuestiones como la permanencia o cosas por el estilo de
la relación y el grado de carga emotiva que hay en ella»; de ahí que se hable de te-
nor didáctico, descriptivo, argumentativo, etc.
c) modo «se refiere al canal de comunicación adoptado: no solo a la elección entre
médium hablado y médium escrito, sino a elecciones mucho más detalladas»,
que darían lugar a modos como hablado espontáneo, hablado preparado, habla-
do memorizado, escrito literario, etc.

En la lingüística hispánica, junto a la de Koch/Oesterreicher, la propuesta que más


éxito ha tenido ha sido la de Antonio Briz Gómez (1998), quien, originariamente, de
manera específica para la lengua hablada coloquial (↗13 La conversación coloquial
como prototipo de lo dialogal), establecía tres rasgos primarios:
a) la ausencia de planificación o planificación sobre la marcha,
b) la finalidad interpersonal de la comunicación, y
c) el tono informal,

así como cuatro rasgos situacionales o coloquializadores:


a) la relación de igualdad entre los interlocutores, de carácter social (si está determi-
nada por el estrato sociocultural, la profesión, etc.) o funcional (cuando está de-
terminada por el papel que los interlocutores desempeñan en una determinada si-
tuación);
b) la relación vivencial de proximidad: saber y experiencia compartidos;
c) el marco discursivo familiar: determinado por la relación concreta de los partici-
pantes en el espacio o lugar, y
d) la temática no especializada: cotidianidad;

que, a partir de 2010, ha extendido también para la caracterización de la lengua escri-


ta prototípicamente formal, tal como se muestra en la figura 4:
248 Araceli López Serena

+ – – +
COLOQUIAL COLOQUIAL FORMAL FORMAL
PROTOTÍPICO PERIFÉRICO PERIFÉRICO PROTOTÍPICO

RASGOS RASGOS DE FORMALIDAD


COLOQUIALIZADORES

+ rel. de igualdad – – – rel. de igualdad

+ rel. vivencial – – – rel. vivencial

+ marco interac. cotidiano – – – marco interac. cotidiano

+ cotidianidad temática – – – cotidianidad temática

DE RESULTAS: RASGOS PROPIOS DEL REGISTRO DE RESULTAS: RASGOS PROPIOS DEL REGISTRO
COLOQUIAL FORMAL

+ planificación sobre la marcha – – – planificación sobre la marcha

+ fin interpersonal – – – fin interpersonal

+ tono informal – – – tono informal

Control menor de lo producido (pérdida de soni- Control mayor de lo producido (pronunciación


dos, vacilaciones, reinicios y vueltas atrás…), deí- cuidada…), léxico preciso (a veces, técnico), trata-
xis extrema, léxico poco preciso (proformas…), miento de distancia (con «usted», formas de cor-
tratamiento cercano o familiar (tuteo, apelativos tesía, más atenuación…), orden sintáctico de pa-
cariñosos, menos atenuación…), orden pragmáti- labras, etc.
co de las palabras, etc.

Figura 4: Lo coloquial y lo formal como eje de la variación lingüística (Briz Gómez 2010, 131)

Por su parte, la propuesta de Koch/Oesterreicher (1990), que modificaba ligeramente


la de 1985, contemplaba una decena de parámetros, que se asociaban, tal como se re-
fleja en la figura 5, con un conjunto de estrategias de verbalización:
El hablar y lo oral 249

Inmediatez Distancia

Condiciones comunicativas Condiciones comunicativas

a) comunicación privada a') comunicación pública


b) confianza b') desconocimiento
c) emocionalidad c') ninguna emocionalidad
d) anclaje en la situación y acción d') independencia de la situación y
comunicativas acción comunicativas
e) posible referencialización desde e') imposible referencialización
el aquí y ahora del hablante desde el aquí y ahora del
hablante
f) proximidad física f') distancia física
g) fuerte cooperación g') débil cooperación
gráfico
h) carácter dialógico h') carácter monológico
i) espontaneidad fónico i') reflexión
j) libertad temática j') fijación temática
k) etc. k') etc.

Estrategias de verbalización Estrategias de verbalización

– contextualización extralingüística, – contextualización lingüística


gestual, mímica, etc.
– escasa planificación – alta planificación
– carácter provisional – carácter definitivo
– sintaxis agregativa – sintaxis integrativa
– etc. – etc.

Figura 5: Parámetros situacionales de la inmediatez y la distancia comunicativa y estrategias de


verbalización correspondientes (Koch/Oesterreicher 22007, 34)

Al margen de las disimilitudes concernientes al elenco de parámetros situacionales


manejados por unos y otros autores, en las que no resulta posible profundizar aquí, lo
interesante del concepto de oralidad concepcional acuñado por Koch/Oesterreicher
(1985; 1990; 22007; 32011) es que permite diferenciar, con respecto a las estrategias de
verbalización y a la configuración lingüística propiciadas por las diferentes situacio-
nes de comunicación, entre un nivel universal (en el que el único tipo de variación per-
tinente es, justamente, la variación concepcional) y un nivel histórico, dentro del cual
se distingue (cf. fig. 2) entre una variación concepcional de carácter idiomático y una
variación, también de índole idiomática, que, siguiendo a Coseriu, se denomina dia-
sistemática, y que, para el polo de la máxima inmediatez comunicativa, comprende
fenómenos de variación diatópica (o geolectal) fuerte, de variación diastrática (o so-
ciolectal) baja y de variación diafásica (o de registro) informal. Así, para el español pe-
ninsular serían ejemplos de variación diatópica fuerte el ceceo (en el que las palabras
que se escriben {sí} y {solo} se pronuncian [θi], [ˈθolo]), de variación diastrática fuerte
metátesis como [koˈkreta] por {croqueta} y de variación diafásica informal apéndices
interrogativos como ¿vale? en lugar de ¿de acuerdo? En francés, se considera diatópi-
camente fuerte el uso de avoir como auxiliar de verbos de movimiento que se da por
250 Araceli López Serena

ejemplo en Bruselas, diastráticamente baja la forma a(l) para elle y diafásicamente in-
formal el empleo de lexemas como copain ‘amigo’ o total ‘finalmente’ (cf. Koch/
Oesterreicher 22007, 280, 284, 287).
Gracias a la cadena de variedades, disponemos de un modelo holístico que alber-
ga todos los tipos de variación posibles en cualquier discurso monolingüe y que hace
depender la aparición o inhibición de determinados fenómenos de variación (concep-
cional universal, concepcional idiomática o diasistemática) de la concurrencia de los
parámetros situacionales enumerados en la figura 5. Tales parámetros emanan de la
consideración de determinadas instancias y factores como imprescindibles en la co-
municación lingüística:

Al menos dos participantes en la interacción entablan un contacto entre sí, durante el cual –en
muchos casos de forma alternativa– asumen los PAPELES COMUNICAT IVOS de EMISOR y REC EPTOR . De
COMUNICATIVOS
este modo surge un mensaje, un DISCURSO
DISC URSO o TE XTO , que se refiere a OBJETOS
OBJET OS y CIRCUNST ANCIAS
ANC IAS de la
realidad extralingüística. La producción del discurso o texto supone una difícil LABOR L ABOR DE FORMULA-
CIÓN , que se encuentra en una zona de tensión entre la LINEALIDAD de los signos lingüísticos, las
normas de la LENGUA HISTÓRICA PART IC ULAR y la compleja realidad extralingüística MULTIDIMENSIO-
MULT IDIMENSIO-
NAL . Emisor y receptor están envueltos en campos DE ÍC TIC OS personales, espaciales y temporales,
TICOS
en determinados CONTEXTOS
C ONT EXTOS y en determinadas condiciones EMOCIONALES y SOCIALES (Koch/Oester-
reicher 22007, 25; versalita original).

De acuerdo con el modelo de la cadena de variedades (cf., de nuevo, fig. 2) –que pone
de relieve la importante interrelación entre situación de inmediatez comunicativa y
comparecencia de fenómenos de oralidad concepcional, de registro coloquial, de so-
ciolecto bajo y dialectalmente fuertes, de la que en la actualidad se hacen también eco
otras propuestas como la del grupo Val.Es.Co. (cf. fig. 4)–, una situación de comunica-
ción prototípicamente inmediata, caracterizada por los valores paramétricos listados
en la parte izquierda de la figura 5, daría lugar a la aparición, en el discurso, de múlti-
ples fenómenos de variación, ligados entre sí por el hecho de estar todos ellos propi-
ciados por un mismo haz de rasgos situacionales –(a) el carácter privado de la comu-
nicación, (b) la familiaridad entre los interlocutores, (c) la emocionalidad de la
interacción, (d) el anclaje de la producción y la recepción discursivas en la situación
o la acción comunicativas, (e) la posibilidad de referencialización desde el aquí y el
ahora de la comunicación, (f) la existencia de inmediatez física entre los interlocuto-
res, así como de un alto grado de (g) cooperación, (h) dialogicidad y (i) espontaneidad
y de (j) ausencia de fijación temática–, pero de estatus teórico diferenciado (§ 2.3), en
la medida en que un primer grupo de estos fenómenos será propio de (1a) la oralidad
concepcional de carácter universal; un segundo grupo, de (1b) la oralidad concepcio-
nal de carácter idiomático; un tercero, de (2) la variación diafásica informal; un cuar-
to, de (3) la variación diastrática baja, y un último grupo, de (4) la variación diatópica
fuerte (los números entre paréntesis se corresponden con los que cada uno de estos ti-
pos de variación tiene asignados en la fig. 2). En este mismo modelo, junto a las fle-
chas horizontales, que se refieren a la vinculación entre situación comunicativa y tipo
de variación que se acaba de describir, las flechas de trazado más grueso y dirección

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