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La Economía

Solidaria
tras el Covid-19

Un camino para la reconstrucción…

Enrique Orellana / 07-09-2020

1. Impactos del Covid-19

El COVID-19, viene afectado a más de 220 países que registran más de 27 millones de casos
confirmados y más de 890 mil muertes, y todo indica que este escenario se torna
catastrófico. La enfermedad causa infecciones respiratorias de diversa gravedad y se
transmite fácilmente. Las necesidades de hospitalización crecen rápidamente que abruman
y colapsan los sistemas de salud de una nación. La afectación social y económica es dramática,
y se agrava en la medida que la pandemia se propaga en los países más pobres. Pese a que
hay progresos importantes con el desarrollo de vacunas, éstas se prevén estar disponibles
para el 2021.

Entre los más afectados, está el 50% de la población rural y 20% de la población urbana del
mundo, que carecen de cobertura de seguros de salud, mientras que 2.200 millones carecen
de acceso al agua segura y saneamiento básico, privando a las personas de la medida de
prevención más básica y eficaz contra el virus: el lavado de manos frecuente. Una vez más,
los más pobres y vulnerables están en desventaja. En promedio, los países en desarrollo
gastan sólo alrededor de 2% del PIB en salud, en comparación con el promedio del 4,9%. 1

Para contener la propagación de la pandemia, se vienen aplicando cuarentenas, restricciones


de movilización y bloqueo de ciudades, lo cual, siendo importantes, han afectado
significativamente las actividades de transporte, el turismo, el comercio, la hostelería y las

1
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

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actividades de recreación, que afectan directamente al empleo e ingresos de las poblaciones.
Las perturbaciones de la cadena de suministros paralizan las cadenas de producción globales,
que inciden en la caída de los precios de los productos básicos, en particular el petróleo,
cobre, que agravan aún más el impacto económico de la pandemia.

Los migrantes representan casi el 30% de los trabajadores de algunos de los sectores más
afectados en los países de la OCDE. La pérdida masiva de puestos de trabajo entre los
trabajadores migrantes tiene efectos en economías que dependen en gran medida de la
recepción de remesas, como El Salvador, Haití, Honduras, Ecuador, Nepal, entre otros. Sin
duda que los impactos son sustanciales en las economías con un gran sector de pequeñas y
medianas empresas, trabajadores por cuenta propia y asalariados diarios, en donde
generalmente los sistemas de protección social no existen o son limitados.

Según la CEPAL, las proyecciones para el crecimiento económico para América Latina en el
2020, están por debajo del -9,1%, y la pobreza asciende al 38%, lo que significa una crisis
sin precedentes, que afecta directamente a 231 millones de personas, con una agudización
de la desigualdad reflejado en el índice de Gini de 4,9 puntos porcentuales.

La fuerte dependencia del


comercio internacional y los
precios de las materias primas
hace que los impactos
económicos en Latinoamérica
estén estrechamente
vinculados a lo que ocurra en
China y EEUU. Entre las
economías más golpeadas
esta Perú, Argentina, Brasil,
Ecuador, México.
Fuente; CEPAL

En el sector de la educación, 190 países han implementado cierres de escuelas y


universidades. Más de 1.52 mil millones de niños y jóvenes están hoy sin estudiar, lo que
representa el 87% de la población estudiantil escolar y universitaria matriculada en el mundo.
Además, casi 60,2 millones de profesores ya no están en las aulas. El Programa Mundial de
Alimentos (PMA) estima que más de 320 millones de escolares de primaria en 120 países se
están perdiendo las comidas escolares. La interrupción sostenida de la educación podría
conducir a un aumento del trabajo y el abuso infantil, lo que agrava aún los problemas
sociales de los países en desarrollo.2 La desigualdad de acceso a servicios de conectividad

2
António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, marzo 2020

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dificulta el desarrollo efectivo de una educación remota, la información sanitaria y la
telemedicina para todos.

La respuesta al virus también está teniendo un impacto diferenciado en segmentos de la


población. El hecho de que las mujeres sean el 70% del personal sanitario mundial, las pone
en mayor riesgo de infección.3 Hay un repunte de violencia doméstica que no es socorrida,
en la medida que los esfuerzos del Estado están desviados hacia la detención de la pandemia.
Las personas sin hogar están muy expuestas al peligro del virus. Las personas con
discapacidad podrían quedarse sin apoyos vitales debido al distanciamiento social. Las
personas en prisiones, en centros de detención de migrantes, las personas en centros de
salud geriátricos y mentales, podrían correr un mayor riesgo de contraer el virus debido a la
naturaleza confinada de los locales.

El control de la pandemia, la magnitud de contagiados en cada país, responde a la rapidez y


eficacia que cada gobierno enfrenta la pandemia y la cultura de la participación ciudadana.
El gobierno nacional es corresponsable de dichos impactos. Además de la falta de recursos,
el virus de la ineptitud y la corrupción complican el control de la expansión del virus, así
como la recuperación de sus efectos catastróficos. Según algunos epidemiólogos del
mundo4, existen tres rutas para el control y salida de la pandemia, siendo la vacunación,
que una gran parte de la población desarrolle inmunidad tras contraer la infección y el
cambio definitivo del comportamiento humano como sociedad.

Implicaciones para la Agenda 2030

Frente a los desastres sociales y económicos que viene generando el COVID 19, es poco
probable en el corto plazo alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible de la agenda 2030;
sin embargo, para todos los países del mundo, trabajar permanentemente sobre dichos
objetivos y los compromisos climáticos, es la ruta más idónea para recuperarse de la crisis,
trazar un futuro diferente, más inclusivo, sostenible y resiliente.

Para los países en desarrollo, y el mundo, la prioridad es el garantizar la cobertura sanitaria


eficaz, promover economías más inclusivas y sostenibles. A nivel geopolítico, esta crisis
clama por liderazgo, solidaridad, transparencia, confianza y cooperación. Aquí no caben
intereses propios, mucho menos prácticas corruptivas y politizadas.
Controlar la pandemia requiere de convergencia y articulación entre las políticas de salud,
económicas, sociales y productivas. “Un control eficaz de la pandemia, es el punto de partida
para una reactivación económica, ello exige, atender la emergencia e implementar una

3
https://news.un.org/es/
4
Mehmet Ceyhan, profesor de la Universidad Hacettepe de Ankara, Turquía. Mark Woolhouse, profesor
Universidad de Edimburgo, Reino Unido.

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estrategia para superar las debilidades estructurales de las economías y sociedades. Por ello
cambiar la estrategia de desarrollo es esencial en la región”5,

COVID-19 Afecta a todos los objetivos del desarrollo sostenible

Fuente: PNUD, Agenda 2030

Resistir a la pandemia, exige proteger a la población vulnerable, ello significa, ampliar la


protección social, provisión de seguros de salud y desempleo, bonos de seguridad
alimentaria, apoyo a las pequeñas y microempresas empresas para evitar su quiebra y la
perdida masiva de empleos, fortalecer la economía solidaria, la agricultura campesina.. Las
respuestas de políticas fiscales y monetarias deben ir en esta dirección, aumentar el gasto
social, acciones para evitar el desabastecimiento de servicios básicos (agua, luz, internet).
Se espera que el sistema bancario, esta vez, sea parte de la solución y no del problema, ello
significa bajar las tasas de interés, reprogramar cobros de créditos, apertura de nuevas
líneas de crédito emergentes para el pago de los salarios de las empresas, entre otras.

Para los países en desarrollo, aumentar el gasto público para hacer frente la pandemia, les
exige no solo gestionar nuevos financiamientos, sino reestructurar sus deudas pendientes,
buscar aplazamientos, recortes, canjes y otros instrumentos de reducción de deudas,
empezando por el no pago de intereses para el 2020-2021. El FMI, el Banco Mundial y las
Naciones Unidas, han conformado un “Fideicomiso de Contención y Alivio de Catástrofes”,

5 CEPAL, informe mayo 2020

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a fin de ayudar a los países de ingresos bajos y medios, a responder a la emergencia y
recuperarse de la conmoción socioeconómica.

Los gobiernos locales están en la primera línea de la epidemia. Su capacidad de respuesta


tiene que ser rápida, coordinada y decisiva, con un fuerte liderazgo político y de participación
de la ciudadanía; para ello, es necesario fomentar la confianza pública, enfocarse en la
población vulnerable, apoyándose en acciones e instituciones sólidas, y readecuando los
presupuestos al nuevo escenario.

2. La recuperación y reconstrucción tras el COVID-19

Para la población, la recuperación significa volver a trabajar de manera segura, que todos
tengan acceso a los seguros de salud, y fondos de financiamientos emergentes para
emprendimientos, en especial de los sectores que generan mayor empleo, como el agro y la
microempresa. En este objetivo, es importante precisar políticas públicas, la participación
ciudadana en el establecimiento de fondos de ayuda, y la canalización de recursos en
coordinación con organizaciones de la sociedad civil.

La respuesta a la recuperación debe dar paso a la reconstrucción, enfocado en una


planificación de largo plazo, y la construcción de escenarios positivos para que las personas
y comunidades puedan resurgir fortalecidas resilientes y exitosas, para ello es necesario
repensar nuestra sociedad que queremos reconstruir. “La reconstrucción tras la COVID-19 no
debería significar que las cosas vuelvan a ser como antes”.6

La catástrofe sanitaria, económica y social provocada por el COVID-19, ha quebrado el


modelo neoliberal actual, caracterizada por la precarización de las condiciones de vida, la
emergencia climática, feminista y migratoria y fragilidad de nuestros sistemas económicos,
sociales y ambientales.

En todo el mundo, cientos de millones de personas han estado viviendo en la pobreza, sin
oportunidades de una escalada socioeconómica. Las instituciones políticas, económicas y
sociales no están diseñadas para poner las personas primero, cuidan el capital, el statu
quo, y los intereses particulares, ello genera burocracia y corrupción. Los negocios
habituales, las cadenas de suministro justo a tiempo y los sistemas de ayudas al desempleo
desbordados no necesitan reparaciones: necesitan derrumbarse y reconstruirse con las
necesidades actuales de las personas, no priorizando las del sector privado y la burocracia.

6
https://es.weforum.org

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“Construir una economía con más oportunidades para todos”.

La comunidad mundial reconoce la necesidad de repensar el desarrollo. En el contexto de


la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se considera a la Economía Social y Solidaria
(ESS) como un camino importante para la recuperación de los impactos negativos de la
pandemia actual e iniciar la reconstrucción, una transición a un nuevo futuro que reoriente
las políticas sociales y económicas asumiendo criterios de justicia y equidad, en donde las
instituciones representativas, organizaciones y movimientos sociales y la propia ciudadanía
puedan incidir en el rumbo político y económico a impulsar, en pro de una mayor
profundización democrática, una economía con más oportunidades para todos.

El nuevo futuro deseado, exige que las naciones, las comunidades y los individuos deben
estar preparados para afrontar y recuperarse de catástrofes, resilientes. Eso significa
garantizar que todos tengan los niveles necesarios de salud y seguridad económica para
evitar la dependencia, controlar su futuro y resurgir con más fuerza, estrechas las brechas
de desigualdad. La resiliencia se conforma de manera inherente por las necesidades de cada
comunidad. Por lo tanto, la mejor manera de garantizar que las personas y las comunidades
puedan cuidarse a sí mismas, es adoptar soluciones desarrolladas comunitariamente.

Entre las lecciones importantes de la crisis de la COVID-19, es que debemos preparémonos


mejor para lo que viene, no podemos dejar en manos del mercado especulativo, los
derechos esenciales de vida: la salud, la seguridad alimentaria, la educación, el trabajo, las
finanzas de las familias, tienen que ser atendidos por el estado en coordinación con las
organizaciones de la economía solidaria y la sociedad civil.

La Economía Solidaria -ES, es una nueva forma de administrar y producir los recursos y
servicios, fundamentado en la participación comunitaria, que promueven la pertenencia,
la estructura y propiedad social, a fin de garantizar la distribución de la riqueza de forma
equitativa.7 El fortalecimiento del sector, exige del impulso de políticas públicas, de la
planificación de la economía solidaria en los territorios, en donde participen todos los
actores: productores organizados, gobiernos locales, universidades, institutos, organismos
de cooperación, entre otros ligados al desarrollo local.

7
Orellana Enrique, la planificación de las finanzas solidarias, 2014

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Una nueva economía basada en la solidaridad, exige la construcción de mercados
responsables, resilientes al cambio climático, que eviten las desigualdades sociales y la
concentración de la riqueza. Frente a la crisis sanitaria y climática, cada vez, va creciendo
la demanda de productos y servicios no contaminantes, saludables, elaborados con
buenas prácticas ambientales, hecho por productores que reciben un precio justo por su
esfuerzo. Aquí toman relevancia las certificaciones orgánicas, de comercio justo, sellos del
pequeño productor, buenas prácticas, productos de origen, entre otros que aportan a la
construcción del mercado solidario.

El punto de partida para el diseño de políticas y de la planificación de la ES, es la


investigación participativa y la formación del talento humano, conocer el tejido social, la
dinámica de las economías solidarias en el territorio, sus actores, experiencias, retos y
potenciales. La participación exige capacitación, transparencia de la información,
comunidades con conocimiento, aplicación de mecanismos y sistemas de gestión social. En
este camino, todos estamos llamados a aportar al fortalecimiento de la ES en su comunidad,
en especial los gobiernos locales, en razón de su proximidad con la población y sus
corresponsabilidades de promover comunidades de trabajo.

Lo que suceda mañana en nuestro entorno depende, en mayor o menor medida, de


nuestro actuar de hoy; es posible influir en el futuro..

Se busca que la planificación de la Economía Solidaria en los territorios, se incluya en los


Planes de Ordenamiento Territorial coordinado por los Gobiernos Locales, que por sus
competencias directas o correlacionadas son responsables de promover la Economía
Solidaria y el fortalecimiento de la AFC en los territorios.
La planificación comprende un proceso de determinación de acciones que necesitamos
realizar en un tiempo futuro, de corto o largo plazo, para alcanzar escenarios positivos para
un mejor vivir; ello exige la implicación social de gobiernos locales y la ciudadanía.
La planificación de la ES, busca organizar de forma ordenada y sostenible:

▪ El uso ordenado y sustentable del suelo y los recursos del territorio.


▪ El desarrollo de las cadenas de valor, con una mejor participación equitativa para los
pequeños productores, con precios sostenibles.
▪ Fortalecer los sistemas de acopio y comercialización, con propiedad y control social
▪ Promover el desarrollo de las finanzas comunitarias.
▪ Fortalecer los sistemas de gestión social y organizativo.
▪ Estrategias y ordenanzas que promuevan la participación de mujeres y jóvenes.
▪ Otros…

Mayor información y asesoramiento:


Enrique Orellana S.
enriorellana@hotmail.com

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