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Dentro de la donación y los trasplantes siempre han existido cuestionamientos que conciernen
a la bioética, al inicio se encontraban relacionados a la definición de muerte, a la obtención de
órganos y como estos serían asignados a los receptores. Secundario a esto, se han tenido que
aclarar conceptos como el de muerte dando paso a reconocerla como la parada
cardiorrespiratoria irreversible y la muerte encefálica; en el caso de la obtención de órganos
reconocer los derechos de las personas a decidir sobre ser donantes así como la decisión de las
familias en casos donde el fallecido no expresó su voluntad; y en la asignación el buscar el
receptor más adecuado dependiendo el órgano, la gravedad del paciente, y la disponibilidad de
establecimientos para realizar los trasplantes.
Básicamente la parte bioética se basa en reconocer al ser humano como único e incomparable
a otros, sin ser sobrevalorado o infravalorados sobre otro, así como la dignidad del mismo y la
presencia de derechos que no caducan aún después de su muerte.
Latinoamérica es una zona donde se han tomado en cuenta mucho los temas de bioética,
siendo el lugar donde se llevó a cabo el Primer foro Latinoamericano de Bioética en trasplante
en Aguascalientes, México en 2010; siempre tomando en cuenta los principios básicos de la
bioética que son la dignidad humana, la beneficencia, integridad, vulnerabilidad, autonomía,
responsabilidas y justicia.
Principio 1. Los órganos de personas fallecidas pueden ser retirados con el proposito de
trasplante si:
No hay ninguna razón para creer que la persona fallecida se opuso a tal retiro, en la ausencia de
cualquier consentimiento formal expresado durante toda la vida de la persona.
Este principio busca cumplir con el básico de autonomía, dejando claro que cada quien es
responsable de decidir sobre su cuerpo y que hacer con el en vida o después de esta, dejando
claro la necesidad de un consentimiento de la persona o de su familia para poder llevar a cabo
el proceso de donación.
Principio 2. Los médicos que determinan que se ha producido la muerte de un donador
potencial no deben estar directamente implicados en el retiro de órganos de los donadores y
los procedimientos de trasplante subsecuente, o ser responsables del cuidado de los
destinatarios potenciales de esos órganos.
Este principio ayuda a que al momento del proceso de donación no existan conflictos de
interés, deberá estar apegado a la ley de cada país sobre la definición de pérdida de la vida y
muerte legal.
Un órgano puede tomarse de un donador adulto con el fin de trasplante, si éste da su libre
consentimiento. El donador debe estar libre de cualquier influencia y presión indebidas, y
suficientemente informado para poder comprender y sopesar los riesgos, beneficios y
consecuencias del consentimiento.
En México si existe la posibilidad de donación entre personas que no estén relacionadas, con
ciertas condiciones que deberán de cumplir tanto el receptor como el donante (en caso de
donación en vida), así como en muerte, siempre deberán estar apegadas a la ley del país.
Refuerza igualmente el principio de autonomía al aceptar que una persona puede donar en vida
si este da su consentimiento, de forma voluntaria y altruista como debe ser en la donación.
Principio 4. Ningún órgano debe extraerse del cuerpo de un menor en vida con el fin de
trasplante. Puede haber excepciones en la legislación nacional en el caso de tejidos con
capacidad de regeneración.
Este principio busca proteger a población vulnerable como en el caso de los menores de edad.
En México, los menores de edad no podrán donar órganos en vida pero si después de la
muerte, únicamente si existe consentimiento de los padres. De la misma forma, en el país se
protege a gente vulnerable incapaz de decidir sobre si mismos, los cuales no podrán donar en
vida ni después de su muerte.
Principio 5. El cuerpo humano y sus partes no pueden ser objeto de transacciones comerciales.
Por consiguiente, dar o recibir el pago (incluyendo cualquier otra compensación o recompensa)
de órganos debe prohibirse.
Del principio 5 al 8 se busca que no exista un pago o ganancia económica, así como que no sea
una transacción comercial la donación y el trasplante de órganos, dejando claro que la
donación deberá ser voluntaria y altruista. En México se encuentra prohibido generar ganancia
de los mismos, esto también ayuda a proteger población vulnerable en el país, evitando que los
trasplantes se realicen para pacientes que cuenten con mayor potencial financiero.
Principio 9. A la luz de los principios de justicia y equidad, los órganos donados deben hacerse
disponibles para pacientes sobre la base de su necesidad médica, y nunca sobre otras
consideraciones, como las financieras.
El principio 9 también busca que no exista una búsqueda de dinero respecto a los trasplantes,
así como aclara la necesidad de justicia y equidad para garantizar que los órganos donados
vayan directamente a los pacientes que tienen mayor necesidad médica de los mismos,
evitando así que se realicen trasplantes al mejor postor, ayudando también al resto de
principios antes mencionados para evitar la comercialización de la donación y el trasplante.
REFERENCIAS