Está en la página 1de 7

“INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL”

ESCUELA NACIONAL DE MEDICINA Y


HOMEOPATÍA.

BIOÉTICA CLÍNICA:
DONACIÓN Y TRASPLANTE DE ÓRGANOS

Dra. María Ernestina Moctezuma Lechuga.

ALUMNAS.
Florentino Lopez Lizeth Alejandra
Gonzalez Becerra Ariana.

9HM3.
DONACIÓN Y TRASPLANTE DE ÓRGANOS

Evolución histórica del debate ético en torno a la donación


de órganos y su regulación.

En los años cincuenta del pasado siglo la problemática se centraba en


una ética de la mutilación y, respecto a ella, el principal foco de
discusión residía en el trasplante renal. El debate ético estaba ceñido a
la cuestión de si era éticamente correcto extraer un órgano a un sujeto
sano y vivo para así salvar la vida a otro. Posteriormente, en los años
sesenta, la cuestión giró en torno a la experimentación, pues los
profesionales, enorgullecidos al apreciar el éxito de los trasplantes de
riñón, quisieron intentar hacer lo mismo con otro tipo de trasplantes,
como los de corazón. Pero para ello se necesitaban unos criterios
metodológicos y éticos que guiarán todo este proceso y que pasaban
por garantizar los derechos y el bienestar del sujeto de la investigación,
así como por llevar a cabo un correcto consentimiento informado y un
riguroso análisis de riesgos/beneficios.

Tras sistematizar esos criterios ético-legales, en los años setenta el foco


recaló en los valores y principios que debían regir la donación de
órganos: con el fin de evitar el comercio de órganos, se consideraba que
la donación tenía que ser entre parientes, aunque no por ello esto
estaba exento de inconvenientes y problemas, ya que, en realidad, que
la donación se restringiera al ámbito familiar limitaba mucho las
intervenciones, que resultaban insuficientes, bien por motivos de
incompatibilidad o por haber restringido tanto el círculo de posibles
receptores. Esto supuso, entonces, la necesidad de buscar órganos de
sujetos sanos que no necesariamente tuvieran que ser parientes, y así
surgió la opción de que el donante fuese un cadáver. Este hecho hizo
necesario replantear bajo qué circunstancias se ha de considerar que la
persona «está muerta». Una década más tarde, en los ochenta, la
problemática estaba inmiscuida en la ética de la distribución: teniendo
en cuenta la escasez de órganos para trasplantes, ¿qué criterios
deberían utilizarse para decidir quién puede beneficiarse de un
órgano y quién no? Era obvio que bajo ningún concepto podía tratarse
de criterios económicos, sociales o culturales, pues ello resultaría
discriminatorio.
El criterio utilizado habría de ser médico, en concreto, el criterio del
pronóstico.

Fue entonces, en los años noventa, cuando la discusión se centró en la


ética de la organización: todo ese procedimiento médico del trasplante
se insertaba en una institución, guiada por un conjunto de profesionales
que articulaban su trabajo de manera multi e interdisciplinar y que tenían
que coordinarse para cooperar conjuntamente. En la actualidad, todas
estas cuestiones ético-legales han sido establecidas de manera
coherente y con unas buenas delimitaciones.

Cuestiones ético-legales respecto al sistema actual de


donación de órganos.

En primer lugar, es importante delimitar bajo qué circunstancias el


donante es un «donante de cadáver» o bien un «donante en vivo»: el
donante en vivo es aquella «persona viva de la que se pretende obtener
aquellos órganos, o parte de ellos, cuya obtención sea compatible con
su vida y cuya función pueda ser compensada por el organismo del
donante de forma adecuada y suficientemente segura». Pero ¿qué
criterios determinan si la persona es un donante «en vivo» o si ya ha
fallecido? Hoy en día existe un consenso al considerar que la muerte se
produce cuando hay una destrucción del tronco cerebral, lo cual es el
inicio de un curso irreversible que conllevará la parada
cardiorrespiratoria.

Un primer problema ético que puede derivarse de las donaciones de


órganos consiste en conocer con certeza cuál es la naturaleza, el motivo
por el cual la persona quiere donar un órgano. Derivado de esto se
pueden distinguir tres tipos de formas de donación en vivo:

1. La donación destinada a un ser querido.


2. La donación no dirigida.
3. La donación dirigida a una persona desconocida.

Requisitos para la donación de órganos.

Estas donaciones han de ser comprendidas y enmarcadas en el


contexto del consentimiento informado, es decir, la persona (mayor de
edad) ha de ser competente para tomar una decisión, voluntaria,
informada en cantidad y calidad suficiente y, obviamente, ha de ser una
acción libre. Con ello, el cirujano encargado de practicar la extracción ha
de encargarse de recabar el consentimiento informado. De esta manera,
si se cumplen estos criterios, el propio donante es quien ha de ir al
juzgado de primera instancia de su localidad con un certificado médico
que acredite su estado físico y psicológico y una solicitud de donante en
la que se reflejen sus circunstancias familiares y personales, el objeto
de donación y el centro sanitario donde se realizará el proceso. Entre la
firma del documento de cesión del órgano y su extracción han de pasar
al menos veinticuatro horas, y antes de la extracción del órgano el
donante podrá revocar la decisión. Pero todo ese proceso requiere,
además como bien marca la propia normativa jurídica, unos criterios
éticos que orienten el proceso: voluntariedad, altruismo,
confidencialidad, ausencia de lucro y gratuidad.

Criterios teóricos generales en las listas de espera para la


donación de órganos.

Si ponemos el ejemplo de la lista de espera de riñones para trasplantes,


vemos que se aceptan unos criterios teóricos generales:

● La urgencia es un marcador plausible, pues podría evitar una


muerte, y en edades infantiles o juveniles impediría un daño físico
o psíquico producido por un dilatado tratamiento con diálisis.
● El beneficio terapéutico y la supervivencia del trasplante renal son
aspectos que hay que valorar como candidatos en una correcta
distribución de recursos.

● Junto a ello, las características del receptor o la antigüedad en la


lista de espera en la que está incluido también son significativos.
Por tanto, como bien marca la legislación vigente, la asignación de los
órganos humanos se realizará por criterios clínicos, de equidad, calidad,
seguridad y eficiencia. No obstante, es una realidad que la escasez de
recursos, tanto materiales como de órganos, tiene implicaciones
directas en las personas que la sufren:

1. Los criterios utilizados para incluir a las personas en la lista de espera


están más condicionados por la disponibilidad de órganos que por las
necesidades reales, de modo que muchos pacientes son excluidos, por
ejemplo, por la edad.

2. Puede suceder que mientras las personas esperan dicho órgano el


tiempo se demore tanto que finalmente fallezcan antes de recibirlo.

3. Aquellas personas no incluidas en la lista o con escasas posibilidades


de recibir un trasplante pueden acabar recurriendo a alternativas como
el turismo sanitario, el comercio o el tráfico de órganos.

CASO CLÍNICO

Marcela es una enfermera del servicio de Hematología y Oncología.


Hace unos días ingresó un varón de cuarenta y seis años diagnosticado
de leucemia linfoblástica aguda, para la que la mejor opción terapéutica
es un trasplante alogénico. Esta persona tiene dos hermanos: una
hermana de cuarenta y cuatro años y el hermano pequeño, de treinta
años, que se llama Francisco. Este último tiene una discapacidad
intelectual y del desarrollo y vive desde hace ocho años en un centro
para personas con discapacidad. El equipo de profesionales se plantea
si Francisco ha de ser el donante de médula ósea, aunque este no
puede dar su consentimiento. Además, ignora la enfermedad de su
hermano. Se descarta la posibilidad de que sea la hermana, puesto que
vive muy lejos y tiene tres hijos, por lo que no tienen tanta relación. Un
problema adicional es que el hermano que necesita el trasplante es el
tutor legal y referente afectivo de Francisco  y esto podría generar
conflicto de intereses. 

CUESTIONARIO.
1. ¿Qué criterios determinan si la persona es un donante «en
vivo» o si ya ha fallecido?
A) Cuando ya no tiene pulso.
B) Cuando ya no cuenta con signos vitales.
C) Destrucción del tronco cerebral.
D) Al estar en la morgue/semefo.

2. ¿Cuáles son los tipos de formas de donación en vivo?


A) Donación dirigida y donación no dirigida.
B) Donación directa y donación indirecta.
C) Donación organizada, donación anticipada.
D) Donación destinada a un ser querido, donación no dirigida y
donación dirigida a una persona desconocida.

3. La asignación de los órganos humanos se realizará por


criterios…
A) Edad, raza, enfermedades previas.
B) Clínicos, de equidad, calidad, seguridad y eficiencia.
C) Clínicos y morales.
D) Sociales, éticos y morales.

4. ¿Cuáles son las implicaciones directas en las personas que la


sufre escasez de recursos?
A) Están condicionados a disponibilidad de órganos que por las
necesidades reales.
B) Mientras las personas esperan dicho órgano el tiempo se demore
tanto que finalmente fallezcan antes de recibirlo.
C) Turismo sanitario, comercio y tráfico de órganos.
D) Todas las anteriores
5. El donante otorga un órgano a un colectivo específico de
enfermos que están a la espera del trasplante.
A) Donación dirigida a una persona desconocida.
B) Donación destinada a un ser querido.
C) Donación no dirigida.
D) Donación directa.

6. En este tipo de donaciones pueden surgir dudas y


reticencias, puesto que en esta relación cabe la posibilidad de
que haya habido algún tipo de presión emocional para que se
done el órgano.
A) Donación dirigida a una persona desconocida.
B) Donación destinada a un ser querido.
C) Donación no dirigida.
D) Donación directa.

REFERENCIAS.

● Alvarez del Rio, Asuncion & Blum-Gordillo, Bertha. (2016).


TRASPLANTES DE ÓRGANOS Y BIOÉTICA.
● Ramos, S. (2018). Bioética. Una reflexión importante para las
decisiones que importan.. Barcelona: Plataforma Editorial.

También podría gustarte