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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Derecho

La Bioética y los
Trasplantes de Órganos
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Alumna: Ramírez Jiménez Valeria


Matrícula: 319103812
Asignatura: Ética Profesional del Jurista
Profesor: Francisco Germán Gallegos Gutiérrez
Grupo: 2109
Lugar y fecha: Ciudad de México, 25 de abril de 2022.
I. Introducción

Los trasplantes de órganos constituyen uno de los avances científicos de mayor


trascendencia del siglo XX para el tratamiento de pacientes con enfermedades
crónico–degenerativas. En la actualidad, estas enfermedades tienen una creciente
prevalencia en la población mexicana, dando lugar a nuevas necesidades de
salud.

Dado el carácter complejo de la atención de estas enfermedades, el trasplante de


órganos representa, en muchos casos, la mejor opción de tratamiento; no
obstante, son numerosos los aspectos del proceso de trasplante que plantean
importantes retos desde un enfoque bioético, como lo es el racionamiento de
recursos escasos bajo criterios de equidad y justicia distributiva, el otorgamiento
de un trato digno y respetuoso al cuerpo del donador, el establecimiento e impulso
de una cultura de la donación de órganos, al tiempo que se asegure la protección
de grupos en condiciones de vulnerabilidad, evitando así el trasplante con fines de
lucro, el turismo de trasplante, entre otros.

La realización de trasplantes de órganos ha sido posible gracias a la generosa


voluntad de donantes vivos y de familiares que, en un acto de gran humanismo,
han accedido a la donación de órganos de sus seres queridos fallecidos por
muerte encefálica y, más recientemente, la donación en asistolia.

La formidable trayectoria científica, bioética, humanística, moral, legal y jurídica


involucrada en la práctica de estos procedimientos terapéuticos desde hace 60
años, ha requerido de la participación de incontables actores, quienes de manera
paulatina han dado lugar al ordenamiento internacional en las prácticas de
trasplantes.

En el siglo XXI las habilidades técnicas en el campo quirúrgico y médico han


avanzado más rápido que las consideraciones bioéticas a establecer para
garantizar que la donación y trasplante de órganos proporcione los beneficios que
visualizaron inicialmente sus precursores.

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II. Definición

Antes de profundizar en las consideraciones bioéticas del trasplante de órganos,


es indispensable comprender que se trata de una intervención quirúrgica mediante
la cual se implanta un órgano o tejido proveniente de un donante a una persona
receptora, con el objetivo de sustituir la función del órgano afectado, devolviéndole
la calidad de vida al paciente receptor del trasplante. Existen dos grandes grupos
de trasplantes: los de órganos, que pueden ser de riñón, hígado, pulmones,
páncreas, corazón, etc., y los de tejidos cómo la médula ósea, piel, córneas,
tendones, cartílagos, etc.

Al hablar de los tipos de trasplantes de órganos se deben diferenciar al


alotrasplante que es cuando el órgano procede de otro individuo de la misma
especie; el autotrasplante cuando procede del mismo paciente; el isotrasplante
cuando es entre gemelos que comparten el mismo ADN y el xenotrasplante
cuando el órgano procede de un animal (otra especie).

III. Antecedentes Históricos

La medicina del trasplante que ofrece la posibilidad de utilizar órganos o tejidos


con fines terapéuticos, obtenidos de seres vivos o muertos de la misma especie o
de especie distinta, ha enfrentado al médico a una singular manera de ejercer la
medicina; solamente 50 años han transcurrido desde que se demostró que esta
manera de resolver algunos problemas médicos era técnicamente factible. Desde
entonces, la medicina del trasplante ha tenido progresos sorprendentes,
probablemente ninguna otra área de la ciencia ha evolucionado de forma tan
rápida, y el número de problemas médicos que tienen solución mediante el
trasplante es y será cada vez mayor. En tal virtud, el pensamiento y el actuar de
los médicos ante estas nuevas formas de ejercer la medicina han tenido que
evolucionar rápidamente en algunos casos, adaptarse en algunos otros, quizás
resignarse en otros.

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Todo esto, ante un sin número de escenarios sin precedentes, que han surgido
desde que se ha hecho factible el tomar un órgano o tejido ajeno para ayudar a
otro a recobrar la salud.

El primer trasplante de órganos que se realizó de manera exitosa fue el de un


riñón en el año de 1954, le siguieron el de pulmón e hígado en 1963, el de
páncreas en 1966 y el de corazón en 1967 realizado por el cirujano sudafricano
Christian Barnard. El receptor fue Louis Washkansky, un tendero diabético de 54
años, con una enfermedad de corazón incurable. Tras descartar varios posibles
donantes, el 2 de diciembre la joven Denise Darvall de 25 años de edad, fue
atropellada por un automóvil cuando cruzaba una calle en la Ciudad del Cabo.
Trasladada inmediatamente al Hospital Groote Schuur, los médicos le
diagnosticaron muerte cerebral pero su corazón se encontraba en perfectas
condiciones y tenía el mismo tipo de sangre que Washkansky.

Treinta cirujanos liderados por Barnard se pusieron manos a la obra y en cinco


horas consiguieron terminar con éxito el primer trasplante de corazón de la
historia. Sin embargo, la alegría solo duró 18 días porque el paciente murió de
neumonía. Las elevadas dosis de fármacos inmunosupresores que le
administraron para evitar que su cuerpo rechazara el nuevo órgano le impidieron
hacer frente a la infección pulmonar.

Tan solo un mes después Barnard realizó el segundo trasplante, y consiguió que
el destinatario, un cirujano dental al que le bajaron la dosis de inmunosupresores,
sobreviviera 19 meses. Su hazaña fue imitada por especialistas de todo el mundo
y, con el paso del tiempo y gracias a los avances tecnológicos y médicos,
consiguieron supervivencias mucho mayores.

Posteriormente en 1971 se inicia el trasplante de médula ósea y de ovarios,


seguida por el de testículos en 1977 y por el de útero en el año 2000. A partir de la
última mitad del siglo XX el tema del trasplante de órganos inicia un camino lleno
de controversias, éxitos, fracasos técnicos, cuestionamientos existenciales y de
investigación científica en diversos campos a los cuales se suma el complejo
contexto de una conciencia colectiva universal que asume la imperiosa y

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obligatoria necesidad de garantizar el aprecio del ser humano en forma integral.
Es así como el trasplante de órganos se convierte en objeto de estudio de
diferentes países, sociedades y culturas que lo identifican como la posibilidad de
beneficiar a sus miembros que se encuentran en peligro de muerte por
enfermedades crónicas, infecciosas y genéticas de difícil abordaje y/o prevención.

IV. Procedimiento para el trasplante de órganos

Específicamente el receptor debe ser informado y debe ser seleccionado después


de establecerse si existirá un beneficio que valga el costo material y biológico de la
espera por un donante, definiendo claramente que no existe otra opción
terapéutica. Asimismo, debe garantizársele un seguimiento de por vida, que no
deberá pagar por el órgano que recibirá, que su identidad será protegida frente al
donador y viceversa, y que tendrá las mismas oportunidades de recibir un órgano
que cualquier otro que posee las mismas o similares condiciones médicas.

En lo que se refiere al donador vivo, éste debe estar claro desde el principio que
no se le pagará por el órgano que se le retirará -en caso de provenir de un
cadáver, esta aclaración se hará a los familiares-; que la donación debe ser
voluntaria y para que sea consciente de las consecuencias biológicas y riesgos
que implica se le proporcionará la suficiente y necesaria información. También
deberá garantizársele que no será objeto de presiones por parte de posibles
receptores.

En caso de tratarse de una persona en riesgo inminente de muerte, los familiares


deberán tener la garantía que el establecimiento de la muerte cerebral será
verificado cuidadosamente por expertos sin posibilidad de acelerarla para lograr
obtener los órganos que se requieren para los receptores en espera. De ninguna
forma se deberán considerar menores de edad para el procedimiento de donación.

En el titulo décimo cuarto, capitulo tres de la Ley General de Salud expresa:

 Art 336. Para la asignación de órganos y tejidos de donador no vivo, se tomará


en cuenta la gravedad del receptor, la oportunidad del trasplante, los beneficios

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esperados, la compatibilidad con el receptor y los demás criterios médicos
aceptados.

En el reglamento sobre este artículo dice:

 Art 40. Los candidatos a recibir un trasplante deberán reunir los requisitos
siguientes:

1. Tener un padecimiento que pueda tratarse de manera eficaz por medio del
trasplante.

2. No presentar otras enfermedades que pudieran interferir con el trasplante.

3. Tener una condición física y mental que permita suponer que tolerarán el
trasplante y su evolución.

4. Ser compatibles con el donador del órgano, tejido o células, de conformidad


con lo que establezcan las normas.

5. No estar embarazada, comprobado por pruebas de laboratorio, en su caso y

6. Expresar su voluntad por escrito.

Las garantías para el receptor y el donador no es posible llevarlas a cabo sin un


equipo sanitario respaldado y supervisado por un Comité de Ética Institucional.
Este comité no puede tener como parte de sus miembros al médico tratante para
evitar conflictos de interés.

Lo que estas disposiciones traducen en la práctica es la exigencia de una


asignación justa de los órganos con una consideración prioritaria, pero no
exclusiva, al tiempo de espera y que parece claramente acorde con una buena
práctica médica.

Otros factores como calidad del órgano, tiempo de isquemia, condiciones del
donador antes de la obtención, son determinantes en el éxito del trasplante y
requieren estricta consideración por parte de los centros de trasplante y de las
instituciones que generan donadores de órganos.

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Entre las obligaciones del comité están el garantizar la ejecución de todos los
procesos legales establecidos por el país; elaborar las listas de espera y el
procedimiento de asignación de los órganos; así como supervisar la gestión de la
donación.

La donación - recepción de órganos sólo puede realizarse en forma sostenida y


sistemática dentro de un Sistema Sanitario Público que se haga cargo de todos los
costos, que tenga definido el marco legal para el proceso y que tenga una
estrategia educativa bien diseñada. Todo esto para garantizar el acceso equitativo
de la recepción a toda la población seleccionada y para la protección de todos los
donantes.

El Sistema Sanitario debe garantizar que los procedimientos se realizarán con la


calidad necesaria para que no se ponga en riesgo de infecciones graves o muerte
ni al donante ni al receptor y que ambos sujetos serán cuidados de por vida hasta
el término natural de ésta. Por todo lo anterior, deberá tenerse diseñada la
documentación necesaria; llevarse un riguroso registro de donadores y receptores,
así como de todos los eventos de cada proceso. El Sistema Sanitario debe vigilar
el respeto a los derechos humanos de los participantes.

V. Tipos de donadores

a. Donante vivo

La medicina de trasplante añade tácitamente la figura de un tercer elemento en la


relación médico–paciente: el donador de órganos, el cual es un sujeto sano que
inesperadamente se ve involucrado en la solución de un problema que en realidad
no le pertenece. Enfrentamos ahora uno de los escenarios más complejos en el
quehacer médico: la relación (médico–paciente–donador). El primer trasplante
renal de donador vivo fue realizado por Küss, Teinturier y Milliez en 1951 en
Francia, ellos utilizaron un "riñón libre" y lo trasplantaron en una mujer de 44 años,
se obtuvo un funcionamiento temporal no mayor de 30 días, tres años después se
realizaba el primer trasplante exitoso en Boston, el riñón se obtuvo de un hermano
gemelo del receptor. Estos dos eventos inauguraban la idea de que los órganos

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humanos podían ser compartidos para fines terapéuticos. Paulatinamente la
donación de un órgano sólido por una persona viva, se convirtió en una alternativa
viable para el trasplante renal, primeramente, y después para trasplantes
segmentarios de hígado, páncreas, pulmón e intestino, el donador vivo nació por
necesidad y se mantiene por necesidad, basada en tres requisitos esenciales:

1. Altas posibilidades de éxito en proveer de una mejor calidad de vida en el


receptor que otras opciones disponibles.
2. El riesgo de la donación debe ser bajo y aceptable para el donador, el receptor
y el médico.
3. La donación debe ser voluntaria y de un donador suficientemente informado.

Desde la perspectiva del enfermo que requiere un trasplante y del médico, el


donador vivo es una excelente alternativa y ofrece valiosas ventajas:

 Mejor supervivencia del injerto y del paciente.


 El trasplante puede realizarse de manera electiva.
 Alta calidad de órganos, lo que disminuye el retraso en la función.
 Posible acondicionamiento inmunológico en el preoperatorio.
 Mejor rehabilitación.
 Puede incrementar el cumplimiento de las indicaciones médicas.
 Disminución del tiempo de espera para el trasplante.
 Menor cantidad de receptores compitiendo por riñones cadavéricos.
 Reduce costos de atención médica.

b. Donante fallecido

i. Diagnóstico

La certificación de la muerte encefálica debe incluir:

 Verificación del cese irreversible de todas las funciones encefálicas.


 Certificación acordé con la legislación de cada país.
 Los profesionales que hayan determinado la muerte encefálica no deberán
participar directamente en los procesos de donación y trasplante, evitando así
un posible conflicto de interés.
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ii. Consentimiento la donación

El consentimiento para la donación puede ser:

 Expreso: Es cuando el donante en vida deja constancia de su voluntad a la


donación en documentos expresos o por otro medio, incluso el verbal, a sus
familiares o a una persona designada legalmente.
 Presunto: Aquel que permite la extracción a no ser que la persona fallecida
haya manifestado en vida su negativa a ser donante.

En todo caso, la familia debería ser consultada siempre tanto por consideraciones
éticas como para el despistaje de enfermedades del donante.

Comunicar la muerte de un fallecido constituye un acto ético, médico y legal. Es


uno de los más difíciles eventos médicos que los profesionales han de enfrentar,
en tal sentido, se deberá establecer elementos de ayuda en la relación con la
familia en el proceso de duelo, teniendo en cuenta que:

 La información del fallecimiento y la solicitud del consentimiento a los familiares


debe hacerse respetando los temores y preocupaciones familiares,
estableciendo empatía y debe hacerse en el momento adecuado.
 Tiene que hacerse en forma detallada y argumentada con los principios
legislativos y generales que inspiran en altruismo, la generosidad, solidaridad
humana y el respeto absoluto a la libertad, intimidad, voluntad y creencias en
cualquier clase.
 Se debe evitar cualquier tipo de presión externa en sus diferentes grados,
(persuasión, manipulación o coerción) en la transmisión de la información.
iii. Confidencialidad

Los datos del donante y el receptor deben ser confidenciales. Podrá darse
información sobre la evolución de los injertos a la familia del donante que lo
requiera, pero siempre respetando el anonimato del receptor.

iv. Respecto al cuerpo humano

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La extracción de los órganos y tejidos del donante fallecido puede ser difícil de
aceptar para el público en general y constituye en muchos países parte de las
dudas que potencializan la negativa familiar. Las diferentes instancias de los
hospitales extractor deberán garantizar la aplicación de normas de respeto para el
cuerpo del donante, a fin de no herir sentimientos y garantizar que el aspecto
externo sea reconstruido con la mayor fidelidad posible.

VI. La ética y los trasplantes de órganos

Las leyes contemporáneas, códigos morales y religiones han tenido que responder
a este inusitado hecho, tal vez buscando validar y regular una práctica que ya
había sido adoptada y que, de hecho, adquiere cada vez mayor importancia y
penetración.

La ética médica se define como "Conjunto de valores, principios morales y de


acciones relevantes del personal responsable de la salud (médicos, enfermeras,
técnicos y funcionarios) dirigidos a cumplir con los objetivos de la medicina".

El ejercicio de la medicina nos enfrenta a una infinita variedad de formas en que


se da la relación médico – paciente y a los múltiples dilemas éticos que de ella se
derivan. La medicina de trasplante plantea algunos cuestionamientos de orden
ético:

En un principio, los cuestionamientos se referían a la obtención de órganos de


personas muertas –incluyendo la definición de muerte como tal– y la forma en que
se podía decidir quién podría ser el mejor receptor de ese órgano. La dificultad
inicial de una supervivencia razonable de este tipo de trasplantes retrasó la
discusión de estas consideraciones, lo mismo que sucedió con el trasplante de
órganos de personas vivas no relacionadas. El mayor avance se logró en aquellos
casos en que la dupla receptor-donador estaba conformada por familiares
directos, que en cierta forma plantea menos problemas éticos, siendo desde
siempre una práctica de mayor aceptación e incluso, promoción por su importante
valor moral.

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Sin embargo, el desarrollo de fármacos que han permitido modular la respuesta
inmunológica, y con ello disminuir la posibilidad de rechazo o daño a mediano
plazo del órgano trasplantado, volvió a poner sobre la mesa de discusión muchas
de estas cuestiones. Un ejemplo claro en este momento es la posibilidad de recibir
donaciones de personas vivas, no relacionas, y eventualmente a consideración de
un beneficio económico para el donador, práctica no aceptada en muchos países,
pero con promoción activa por otros, como parte de sus programas del llamado
Turismo de la Salud.

Latinoamérica ha sido una de las regiones del mundo más activas en relación al
establecimiento de guías éticas en el área de trasplantes. La Sociedad de
Trasplantes de América Latina y el Caribe auspició el Primero Foro
Latinoamericano de Bioética en Trasplante, el cual se llevó a cabo en la ciudad de
Aguascalientes, México, en 2010. Es interesante ver cómo se toman algunos de
los conceptos básicos de la Ética Médica, como los principios básicos a cuidad:
dignidad humana, beneficencia, integridad, vulnerabilidad, autonomía,
responsabilidad y justicia.

a. Principios Rectores de la Organización Mundial de la Salud

Principio 1

Los órganos de personas fallecidas pueden ser retirados con el propósito de


trasplante si:

 Se obtiene cualquier consentimiento requerido por la ley; y


 No hay ninguna razón para creer que la persona fallecida se opuso a tal
retiro, en la ausencia de cualquier consentimiento formal expresado durante
toda la vida de la persona.

Principio 2

Los médicos que determinan que se ha producido la muerte de un donador


potencial no deben estar directamente implicados en el retiro de órganos de los
donadores y los procedimientos de trasplante subsecuente, o ser responsables del
cuidado de los destinatarios potenciales de esos órganos.
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Principio 3

Los órganos para el trasplante deben tomarse preferentemente de personas


fallecidas. Sin embargo, personas adultas vivas pueden donar órganos, pero en
general esos donadores deben estar genéticamente relacionados a los receptores.
Puede haber excepciones en el caso de trasplante de médula ósea y otros tejidos
con capacidad de regeneración aceptable.

Un órgano puede tomarse de un donador adulto con el fin de trasplante, si éste da


su libre consentimiento. El donador debe estar libre de cualquier influencia y
presión indebidas, y suficientemente informado para poder comprender y sopesar
los riesgos, beneficios y consecuencias del consentimiento.

Principio 4

Ningún órgano debe extraerse del cuerpo de un menor en vida con el fin de
trasplante. Puede haber excepciones en la legislación nacional en el caso de
tejidos con capacidad de regeneración.

Principio 5

El cuerpo humano y sus partes no pueden ser objeto de transacciones


comerciales. Por consiguiente, dar o recibir el pago (incluyendo cualquier otra
compensación o recompensa) de órganos debe prohibirse.

Principio 6

Debe prohibirse el publicitar la necesidad o la disponibilidad de órganos, con el fin


de ofrecer o buscar pago por ellos.

Principio 7

Debe prohibirse a los médicos y otros profesionales de la salud a participar en los


procedimientos de trasplante de órganos si tienen razones para creer que los
órganos han sido objeto de transacciones comerciales.

Principio 8

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Debe prohibirse a cualquier persona o institución involucradas en procedimientos
de trasplante de órgano el recibir cualquier pago que exceda una cuota justificable
por los servicios prestados.

Principio 9

A la luz de los principios de justicia y equidad, los órganos donados deben hacerse
disponibles para pacientes sobre la base de su necesidad médica, y nunca sobre
otras consideraciones, como las financieras.

VII. La moral y los trasplantes de órganos.

Sin lugar a dudas existen cuestionamientos morales respecto al receptor del


trasplante y de la forma en que se hace la asignación de los órganos: ¿Debe
haber prioridad respecto de la edad, utilidad del paciente en su comunidad,
dependencia económica o emocional de la familia y su condición médica?
¿Pueden las instituciones de salud cancelar la asignación de un órgano, cuando el
receptor no tiene capacidad económica? ¿Cómo definir cuándo un paciente se
encuentra demasiado enfermo para que le sea asignado un órgano? ¿Es lícito
ofrecer un segundo trasplante, cuando el primero ha fallado por causas atribuibles
a la adherencia del receptor?

Estas decisiones podrían implicar graves e inaceptables prácticas discriminatorias


en perjuicio de otros, que parece fácil conceder y que deben evitarse. Sin
embargo, estudios recientes muestran la importancia, y quizás la necesidad, de
establecer una selección más racional de los receptores de trasplante, tomando en
cuenta criterios médicos asociados con un mejor o peor pronóstico. La decisión de
llevar un paciente a trasplante no puede basarse solamente en el tiempo que ha
permanecido en espera. La Secretaría de Salud en México exige la formación de
Comités Hospitalarios de Trasplante; ésta es probablemente la mejor manera de
someter estos cuestionamientos a un cuerpo colegiado, que permita el análisis de
casos particulares y la consecuente toma de decisiones.

VIII. Sexagésima tercera Asamblea Mundial de la Salud

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La 63ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada en el año 2010 suscribió de
manera unánime los principios de la OMS sobre el trasplante de células humanas,
tejidos y órganos, aprobando así varias medidas para optimizar la seguridad y, por
supuesto, la eficacia de los trasplantes. El documento declara la oposición al
tráfico de órganos y turismo de trasplante e invita a los profesionales de la salud
que cuando llegaran a percatarse de tales prácticas notifiquen a las autoridades
correspondientes, así como a mejorar la seguridad y eficacia en la donación y el
trasplante, promoviendo las mejores prácticas internacionales. Sin embargo, la
desaprobación existente en el ámbito mundial entre la creciente demanda y la
limitada oferta de órganos para trasplante ha proporcionado prácticas tales como
el tráfico de seres humanos que se utilizan para extraer órganos. Turistas de
países ricos que viajan al extranjero para comprar órganos a la gente con menos
recursos. Tal y como fue expuesto y tratado en la declaración de Estambul llevada
a cabo del 30 de abril al 2 de mayo de 2008, la reunión que dio origen a la dicha
declaración tomó como base los principios de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. En dicho documento se expone la imperiosa necesidad de la
colaboración internacional para buscar el contexto mundial en relación con la
optimización de las prácticas de donación y trasplante. Su elaboración fue
producto de la reunión de más de 150 representantes de organismos médicos y
científicos, miembros de gobierno, científicos sociales y especialistas en ética en
todo el mundo. En ella se enfatiza el hecho de que: “El legado de los trasplantes
debe ser una celebración del obsequio de la salud de una persona a otra y no las
víctimas empobrecidas del tráfico de órganos y el turismo de trasplantes”. El
diálogo sobre el tema tiene una larga historia y tradición, el objetivo central
siempre ha sido la protección del donante y la práctica del trasplante, bajo las
mejores condiciones, con programas y personal debidamente educados y
certificado.

Ha sido muy significativo el esfuerzo de las autoridades sanitarias y de otros


organismos implicados en los trasplantes de todo el mundo por difundir la
Declaración de Estambul, cuya finalidad se enmarca en el intento sin precedentes
de ordenar y homologar las mejores prácticas posibles en materia de donación y

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trasplantes. Muchos países han hecho suyos los fundamentos contenidos en la
declaración e inclusive han influido positivamente en la adopción de sus
preceptos.

IX. El primer trasplante de corazón de un cerdo a un ser humano 

El 11 de enero se realizó el xenotrasplante a David Bennett, de 57 años en el


Centro Médico de la Universidad de Maryland en Baltimore. De acuerdo con varias
valoraciones médicas que se le realizaron, estaba lo suficientemente enfermo
como para poder calificar para un corazón humano. 

Lo anterior, produjo que los doctores consideraran tomar el corazón de un cerdo


para colocárselo, pero se le hicieron ciertas modificaciones genéticas al corazón
del cerdo para hacer esto posible. 

Existen cuatro aspectos muy importantes para que el cerdo sea la especie más
usada en los xenotrasplantes:

 Sus órganos tienen un tamaño similar al de los órganos humanos.

 Tienen fisiología y un metabolismo muy parecido al del hombre.

 Es sencilla la crianza de esta especie animal. 

a. Lo que dice la bioética respecto a los xenotrasplantes

El doctor Miguel Ángel Ontiveros, profesor de biotecnología del Tecnológico de


Monterrey campus Toluca explica que los principios bioéticos fundamentales que
debieran ser contemplados en todos los tipos de trasplantes son: dignidad y
beneficencia, integridad y no maleficencia, precaución y/o vulnerabilidad,
autonomía y responsabilidad.

Hay tres puntos fundamentales al hablar de la los xenotrasplantes:

 Seguridad del paciente: Se debe de seleccionar con cuidado a los candidatos


para este tipo de trasplantes, esto mediante criterios claros y preestablecidos.
Se debe de monitorear profunda y constantemente al receptor, esto para que
en caso de que fuese indicado se pueda poner al sujeto en cuarentena.

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 Respecto al derecho de los animales: Se debe de garantizar que en todo
momento el animal tenga la atención suficiente en cuanto a su bienestar para
poder evaluar el efecto de la expresión de las modificaciones genéticas,
anatómicas, fisiológicas y comportamentales, limitando los niveles de estrés,
dolor, sufrimiento y angustia.
 Preocupaciones religiosas: Para los seguidores del islam y el judaísmo se
aceptaría el trasplante de un órgano de cerdo, al ser una cuestión de vida o
muerte, asimismo la iglesia católica admite que pueden ser útiles para paliar la
escasez de órganos de donantes.
b. Características y posibles aplicaciones del xenotrasplante

Este tipo de trasplantes se hacen de tejido u órganos procedentes de otra especie


que se utiliza como injerto temporal y su objetivo no es sustituir a los órganos de
donantes vivos o de pacientes clínicamente muertos. Su razón principal es "dar
más tiempo de supervivencia a las personas que necesitan un órgano y siguen en
lista de espera", comenta el especialista.

De acuerdo con el catedrático, el xenotrasplante al ser una alternativa potencial


para numerosas enfermedades graves necesita superar tres problemas:

 La capacidad de adaptación del órgano a las necesidades del receptor a largo


plazo.
 Rechazo del injerto por parte del sistema inmune.
 El riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.

Para evitar el rechazo del trasplante se han implementado tecnologías de edición


genética como las repeticiones palindrómicas cortas y agrupadas. Esta es una
tecnología que está centrada en fragmentos del ADN repetitivos que las bacterias
usan para defenderse de los virus invasores, este sistema se usa para modificar
genéticamente las células del animal donador.

Se pretende también evitar el uso de inmunosupresores por parte del receptor que
lo hagan vulnerable a cualquier otra enfermedad.

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X. Conclusiones
Esencialmente los referentes bioéticos para la práctica clínica del trasplante de
órganos se enmarcan en la realidad de que cada ser humano es único,
incomparable, de manera que no puede ser supra o infravalorado con relación a
otro.

Es incuestionable el hecho que el ser humano es sujeto de una dignidad de la cual


se derivan unos derechos inalienables que no caducan; y que el cuerpo humano
merece el aprecio propio de la dignidad de los individuos de la especie a la que
pertenece, por las manifestaciones que hace posible mediante sus capacidades
exclusivas. No hay que olvidar que los órganos humanos son propiedad de cada
individuo de cuyo cuerpo se obtienen.

Es fundamental tener presente que el ser humano es racional y esto condiciona el


deber de ser informado para tomar con autonomía las decisiones que promuevan
su bienestar, sin perjuicio del bienestar de otros congéneres.

Asimismo, que la salud es un bien universal que no puede ser condicionado por
razones financieras, ideológicas, ni sociales.

Cada país debe buscar permanentemente las condiciones óptimas para


proporcionar a sus ciudadanos las mejores posibilidades de conservarse
saludables; debe enmarcar la práctica de trasplantes de órganos dentro de una
legislación que respete el contexto cultural que su población posee; y debe buscar
incrementar el conocimiento científico en diversos campos relacionados al tema,
para cumplir con estas obligaciones que adquiere en el momento que decide
asumir la responsabilidad de cubrir estos procedimientos.

Concretamente hay que plantear algunos principios operativos para la práctica


clínica de la donación-recepción: es preferible la donación de órganos de donante
muerto que vivo y de donantes genéticamente vinculados que de no vinculados
vivos. Siempre deben cumplirse las siguientes precondiciones: consentimiento
informado por una persona competente; consentimiento libre de presión o
influencia; ausencia de cualquier tipo de comercialización de alguno de los

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procedimientos definidos para realizar el trasplante; estricta oportunidad equitativa
al distribuir los órganos; y protección de los receptores y donantes.

Es importante que los países comprendan que las condiciones bioéticas y de


buenas prácticas clínicas sólo se logran en programas locales autosuficientes, lo
que puede ser costoso y tomar varios años; sin embargo, esto no debe ser motivo
de desánimo ya que vale la pena iniciar un esfuerzo consistente, que busque
elevar la dignidad de todos los involucrados en el esfuerzo de prolongar la vida de
los habitantes con calidad.

Aún queda por considerar la posibilidad de realizar xenotrasplates y la


implantación de órganos biosintéticos, pero por encontrarse estos en fase
experimental pueden dejarse como una promesa al futuro que traerá sus propios
debates y consideraciones.

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XI. Fuentes de Información

Digitales:

 Declaración de Estambul. Cumbre Internacional sobre turismo de trasplante


y tráfico de órganos convocada por la Sociedad de Trasplantes y la
Sociedad Internacional de Nefrología en Estambul, Turquía del 30de abril al
2 mayo de 2008. http://www.slanh.org/img/inicio/Declaracion_Estambul.pdf
 Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948,
http://www.un.org/Overview/rights.htm
 Morgado, D. A. A. (2022, 17 febrero). Qué dice la bioética del trasplante de
órganos de animales a humanos. Tecnológico de Monterrey. Recuperado
29 de abril de 2022, de https://conecta.tec.mx/es/noticias/toluca/salud/que-
dice-la-bioetica-del-trasplante-de-organos-de-animales-humanos
 INCUCAI Comité de Bioética – Documento “Sobre la ética de la no
comercialización de órganos”. 1999. www.incucai.gov.ar

Libros:

 Bertomeu, María Julia. “Principios de Justicia y Equidad en Trasplantes”.


Conferencia dictada en el Foro de Discusión: “Criterios de Justicia en la
Distribución” organizado Comité de Bioética del INCUCAI. 2000
 Garzón Valdéz, Ernesto. “Algunas consideraciones éticas sobre el
trasplante de órganos” en Perspectivas Bioéticas. Argentina. FLACSO. Ed.
Del Signo 2004,
Nº17 pp.45-69
 INCUCAI Comité de Bioética- De la Ablación de Órganos y Tejidos Para
Trasplante. En Código de Ética Para el Equipo Profesional de Salud.
Cap.29; pp.91-92
 Kishore R.R “Órganos humanos, incentives y venta, contextos morales e
imperatives emergentes” en Perspectivas Bioéticas. Argentina. FLACSO.
Ed. Del Signo 2004, Nº17 pgs. 70-87

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