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Perversiones
“La palabra perversión proviene del término latino pervertio, formado por una
preposición inseparable, per, que en algunas acepciones indica salvedad o infracción y
el sustantivo vertió, -onis. Su origen se refiere a un estado de error o de perturbación de
ciertas costumbres referidas a un orden”1.
Historia2
1
Amalia Baumgart, Lecciones introductorias de Psicopatología. Buenos Aires. Eudeba. Pág. 247
2
Amalia Baumgart, Lecciones introductorias de Psicopatología. Buenos Aires. Eudeba. Pág. 247-248
El psicoanálisis hereda los aportes de la medicina positivista, de la clínica
psiquiátrica del siglo XIX y de la psicología experimental. En sus primeras
caracterizaciones, “las perversiones” se referían a anomalías del instinto sexual. En
1879, Krafft-Ebing, y Havelock Ellis unos años más tarde (1890), se ocupan de
establecer una clasificación de las perversiones afín a la nosografía psiquiátrica, para
despejar ciertas cuestiones de orden médico-legal. Las separan de las neurosis. Las
primeras concepciones están muy arraigadas a la “teoría de la degeneración”.
En 1905 Freud escribe sus Tres Ensayos... Allí comienza a examinar las
conductas perversas, y plantea una distinción entre la tendencia parcializante de la
pulsión y la tendencia totalizante del amor. Se reconoce en la sexualidad humana esta
complejidad de fenómenos, es decir, la coexistencia de tendencias parcializantes y
totalizantes. A partir de 1920 esta problemática se formula en términos de “pulsiones de
vida” y “pulsiones de muerte”, la pulsión de vida (Eros) se presenta como unificante
mientras que la pulsión de muerte (Tánatos), es desintegradora.
Diagnóstico y tratamiento3
a- En primer lugar, hay que descartar ciertos diagnósticos erróneos hacia los
que se orientan determinados pacientes convencidos de padecer una
anomalía genética, cerebral o endocrina.
b- Un caso relativamente sencillo es el de la homosexualidad pasajera de la
adolescencia, cuyo diagnóstico, que es más bien un pronóstico, consiste
en distinguir el caso banal del que puede convertirse en una perversión
fijada. Como bien indica Liberman (1971), se deberán desarrollar una
serie de entrevistas, en el caso de la homosexualidad “de transición” para
tratar de quitarle importancia a la situación y de desculpabilizar al
adolescente mediante una psicoterapia aclaratoria.
c- El caso que se consulta con más frecuencia es el de la homosexualidad
neurótica, en la que se hace necesario un análisis detallado de la
personalidad, pudiendo elegirse entre un psicoanálisis clásico y una
psicoterapia analítica.
d- Puede suceder que un homosexual de posición perversa acuda a consultar
impulsado por su familia, su mujer o tras algún incidente con la policía.
En la mayoría de los casos, no existe ningún deseo sincero de modificar
la conducta, y la petición, puramente circunstancial no permite pensar en
un tratamiento.
3
Henri Ey. Tratado de Psiquiatría, Barcelona, Masson S.A.; Pág. 342-349
Estas dos perversiones no pueden separarse ya que en realidad
constituyen dos polos complementarios, tal como Freud mostro en forma clara: “Un
sádico es siempre un masoquista al mismo tiempo” (1905). Por lo tanto, debería
estudiase el comportamiento sadomasoquista tan importante para el estudio de las
neurosis y también para la comprensión de la sexualidad normal. El sadismo consiste en
la búsqueda y provocación del dolor en la pareja para obtener la satisfacción sexual. El
masoquismo puede ser definido, en forma inversa al sadismo, como la búsqueda y la
provocación de su propio sufrimiento para obtener el placer sexual.