Está en la página 1de 6

SEMINARIO ARQUIDIOCESANO

“NUESTRA SEÑORA DEL CENÁCULO”


INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN
DOCENTE D-104
PROFESORADO EN CIENCIAS SAGRADAS

Perversiones

Espacio curricular: Sujetos de la Educación


Profesor: Esp. Lic. Schmidt Aguiar, Analía
Alumno: Blanco, Luis Nahuel
Curso: 2° de Teología
Año: 2022
Fecha de entrega: 30 de agosto
Introducción

“La palabra perversión proviene del término latino pervertio, formado por una
preposición inseparable, per, que en algunas acepciones indica salvedad o infracción y
el sustantivo vertió, -onis. Su origen se refiere a un estado de error o de perturbación de
ciertas costumbres referidas a un orden”1.

Se caracterizan como “perversiones” los rasgos de la sexualidad que no están al


servicio de la reproducción, tales como: onanismo, pedofilia, incesto, homosexualidad,
zoofilia, fetichismo, necrofilia, travestismo, transexualismo, voyeurismo,
exhibicionismo, sadismo, masoquismo.

En general, se caracterizan a “las perversiones”, como aquellos actos que


sustituyen con predilección o de forma exclusiva al acto sexual. Se refieren tanto a las
condiciones normales del orgasmo como a las conductas relacionadas con él.
Mayormente, las clasificaciones se agrupan según: a) lo que se sustituye a la elección de
objeto respecto a lo que se aspira como elección de objeto normal; y b) lo que se
sustituye en cuanto al fin, al acto, a la meta sexual, también en comparación a lo que se
define como normalidad. Respecto al objeto sexual, a la elección de objeto sexual, se
clasifican en: autoerotismo, onanismo, pedofilia, gerontofilia, incesto, homosexualidad,
zoofilia, fetichismo. En cuanto a la sustitución del acto, la deformación sustitutiva
puede recaer en la erotización del dolor, tanto en sus formas sádicas como masoquistas.
Por otra parte, el acto puede quedar sustituido por el goce de la mirada o de la
exhibición. En este caso tenemos tanto el voyeurismo como el exhibicionismo. Puede
tratarse también de la erotización de las funciones excretoras, como en la coprofilia, o
de las funciones urinarias: el ondinismo.

Historia2
1
Amalia Baumgart, Lecciones introductorias de Psicopatología. Buenos Aires. Eudeba. Pág. 247
2
Amalia Baumgart, Lecciones introductorias de Psicopatología. Buenos Aires. Eudeba. Pág. 247-248
El psicoanálisis hereda los aportes de la medicina positivista, de la clínica
psiquiátrica del siglo XIX y de la psicología experimental. En sus primeras
caracterizaciones, “las perversiones” se referían a anomalías del instinto sexual. En
1879, Krafft-Ebing, y Havelock Ellis unos años más tarde (1890), se ocupan de
establecer una clasificación de las perversiones afín a la nosografía psiquiátrica, para
despejar ciertas cuestiones de orden médico-legal. Las separan de las neurosis. Las
primeras concepciones están muy arraigadas a la “teoría de la degeneración”.

Esquirol estudia las perversiones que forman parte de la “alienación mental”,


tales como: erotomanía, ninfomanía, satirismo. Magnan habla de “perversiones
sexuales” y ese nombre se impone en la psiquiatría francesa. Los ingleses se refieren a
abenation y los alemanes lo hacen de dos maneras: “anomalías de la pulsión sexual”
(Anomalien der Geschlechtstrieb) y a través de la expresión “sexuellen Abirrungen”
(“extravíos de la sexualidad”), que es la que usará Freud. En un caso se habla de
anomalías de la pulsión sexual, y en otro caso la expresión Abirrungen contiene el
“irre”, que se refiere a extravío, demencia, desorden. Esto pone de manifiesto el carácter
extraviado, aberrante de ciertas manifestaciones vinculadas a la sexualidad humana.
Westphal también hace su aporte: es uno de los primeros que estudia la homosexualidad
femenina. En uno de los “Tres Ensayos” de 1905, Freud trata las Abirrungen, los
extravíos de la sexualidad. Es interesante lo que el término muestra: hay un “recorrido”
que tiene las connotaciones de “algo inseguro”, de “perturbación del alma”, como así
también de lo que está en una relación “liviana” con la norma.

En 1905 Freud escribe sus Tres Ensayos... Allí comienza a examinar las
conductas perversas, y plantea una distinción entre la tendencia parcializante de la
pulsión y la tendencia totalizante del amor. Se reconoce en la sexualidad humana esta
complejidad de fenómenos, es decir, la coexistencia de tendencias parcializantes y
totalizantes. A partir de 1920 esta problemática se formula en términos de “pulsiones de
vida” y “pulsiones de muerte”, la pulsión de vida (Eros) se presenta como unificante
mientras que la pulsión de muerte (Tánatos), es desintegradora.

En Tres Ensayos... Freud comienza a pensar a las perversiones como conductas


que tienen una especie de goce errático. Considera que la disposición perversa es la
disposición originaria y universal de la pulsión sexual de los seres humanos. Esta
disposición perversa, que se transforma en un poder inconsciente, participa en la
formación de síntoma de las psiconeurosis ya que las pulsiones parciales desempeñan
un papel sobresaliente. Acuña la fórmula: “las neurosis son el negativo de las
perversiones”. Esto hace de la perversión la manifestación no reprimida de la sexualidad
infantil.

Diagnóstico y tratamiento3

Con respecto a la homosexualidad:

a- En primer lugar, hay que descartar ciertos diagnósticos erróneos hacia los
que se orientan determinados pacientes convencidos de padecer una
anomalía genética, cerebral o endocrina.
b- Un caso relativamente sencillo es el de la homosexualidad pasajera de la
adolescencia, cuyo diagnóstico, que es más bien un pronóstico, consiste
en distinguir el caso banal del que puede convertirse en una perversión
fijada. Como bien indica Liberman (1971), se deberán desarrollar una
serie de entrevistas, en el caso de la homosexualidad “de transición” para
tratar de quitarle importancia a la situación y de desculpabilizar al
adolescente mediante una psicoterapia aclaratoria.
c- El caso que se consulta con más frecuencia es el de la homosexualidad
neurótica, en la que se hace necesario un análisis detallado de la
personalidad, pudiendo elegirse entre un psicoanálisis clásico y una
psicoterapia analítica.
d- Puede suceder que un homosexual de posición perversa acuda a consultar
impulsado por su familia, su mujer o tras algún incidente con la policía.
En la mayoría de los casos, no existe ningún deseo sincero de modificar
la conducta, y la petición, puramente circunstancial no permite pensar en
un tratamiento.

Con respecto al sadismo y masoquismo:

3
Henri Ey. Tratado de Psiquiatría, Barcelona, Masson S.A.; Pág. 342-349
Estas dos perversiones no pueden separarse ya que en realidad
constituyen dos polos complementarios, tal como Freud mostro en forma clara: “Un
sádico es siempre un masoquista al mismo tiempo” (1905). Por lo tanto, debería
estudiase el comportamiento sadomasoquista tan importante para el estudio de las
neurosis y también para la comprensión de la sexualidad normal. El sadismo consiste en
la búsqueda y provocación del dolor en la pareja para obtener la satisfacción sexual. El
masoquismo puede ser definido, en forma inversa al sadismo, como la búsqueda y la
provocación de su propio sufrimiento para obtener el placer sexual.

Con respecto al fetichismo:

Esta perversión sólo se conoce en el hombre. Se trata de la vinculación erótica a


un objeto, que puede ser una “cosa” inanimada o una parte del cuerpo de otro: vestido,
guante, ropa interior, etc. Determinados tejidos o materiales de caucho pueden buscarse
para ser tocados, como también los cabello, las tetinas o muñecas; o bien los pies y lo
que los recubre (zapatos, botas, etc.). Cualquiera sea el objeto es necesario para la
excitación sexual, y es manipulado ya sea durante la masturbación ya sea durante la
relación sexual.
Bibliografía

BAUMGART, A y colaboradores, Lecciones introductorias de Psicopatología, Ciudad


de Buenos Aires, Editorial universitaria de Buenos Aires, 2000.

EY, E, Tratado de Psiquiatría, Barcelona, Masson. S.A, 1996.

También podría gustarte