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EL PROBLEMA DE LA PERVERSION EN LA MUJER

Carmen Lafuente
10457clb@comb.cat

Consideraciones introductorias sobre la perversión.


La perversión es un reto para el psicoanálisis, tanto desde el punto de vista de
su conceptualización teórica como desde su abordaje clínico, pero a pesar de
ello el psicoanálisis no puede obviar la cuestión de la perversión por muchos
motivos, probablemente el más importante de todos ellos es que concierne al
ser hablante, ya que desde Freud sabemos que la propia sexualidad humana
es perversa .

El término de perversión es muy desafortunado porque está muy marcado por


un tono moralista que remite a perversidad, hasta tal punto que ha sido
suprimido de los manuales DSM, en los que ahora en su lugar encontramos las
llamadas parafilias en el apartado de trastornos sexuales. Esto ocurre con
muchos de los diagnósticos psiquiátricos clásicos que están cargados
negativamente por lo que han conllevado de estigmatización social , como la
histeria, la esquizofrenia y la perversión.

La perversión es también un desafío social ya que cuestiona los ideales


establecidos de las relaciones heterosexuales, la familia tradicional, así como la
supuesta “ normalidad sexual genital ”. Es por ello que muchas veces se
pretende neutralizarla explicando la sexualidad como el resultado de la biología
, de algo congénito con lo que un sujeto llega a este mundo, un destino sexual
resultado de una constelación genética. La pregunta sobre si el sujeto
homosexual, nace o se hace, o si la responsabilidad es de la sociedad no son
sino formas de negar la decisión y la responsabilidad del sujeto frente a su
deseo.

Hemos visto en los últimos años un cambio significativo en la aceptación social


y legal de ciertas prácticas sexuales, y eso conduce a muchos sujetos no
heterosexuales a la consulta del analista. A medida que la represión sexual
social disminuye, el sujeto se encuentra cada vez más confrontado a sus
propias elecciones y eso también produce síntomas que ya no se pueden
achacar a la sociedad . El psicoanalista recibe cada vez con mayor frecuencia
demandas de análisis de sujetos homosexuales o de sujetos con conductas o
prácticas sexuales que se pueden calificar de perversas, pero que pueden
entrar en el dispositivo analítico a poco que éste les acoja y que el
psicoanalista no ignore la realidad sexual del inconsciente .

Ejes en torno a la perversión.

La perversión ya desde Freud, no es concepto unívoco , dado que se extiende


y forma parte de un amplio abanico que va desde lo que llamamos sexualidad
humana, hasta lo que constituye una estructura clínica en si misma. Es por ello
que para abordarla hay que diferenciar entre :

1. La Perversión como estructura clínica. Es una de las modalidades de


defensa frente a la castración materna. El mecanismo es la Verleugnung, es
decir el desmentido de la castración. El sujeto perverso ha visto la falta en la
madre, hay una inscripción de la misma en el inconsciente, pero esta ha sido
luego desmentida, o denegada. En la neurosis el tipo de defensa es diferente e
incluye una inscripción de la castración , y una represión posterior. En la
psicosis no hay inscripción de la castración que está forcluida.

2. La sexualidad perversa , que incluye tanto la infantil como la vida pulsional


adulta. Es lo que denomina Freud perversión polimorfa. Se trata de la falta de
organización de las pulsiones parciales bajo la primacía fálica. Esta perversión
polimorfa no es exclusiva de la infancia, si no que constituye una predisposición
humana. No está ligada a la edad , sino a las pulsiones, ya que es la pulsión la
que es perversa polimorfa, por la pluralidad de los objetos a los se dirige y
porque el goce castrado es el goce fragmentado, parcializado.

3. Los fantasmas neuróticos : La incidencia del inconsciente en la vida sexual


del neurótico se expresa a través del fantasma. Freud empezó a interesarse
por la perversión como estructura clínica, a partir de los relatos de las fantasías
sexuales de sus pacientes neuróticos , relatos que son perversos . Lacan dice
que los neuróticos sueñan con ser perversos y Freud en la misma línea,
considera que los fantasmas perversos son inconscientes en la neurosis y
conscientes y actuados en la perversión . Pero en ocasiones en los neuróticos
las tendencias reprimidas pueden hacerse conscientes y actuarse, es por ello
que no podemos hacer un diagnostico diferencial desde el punto de vista
fenomenológico.

4. La perversión generalizada: Este calificativo no se encuentra ni en Freud ni


en Lacan pero tiene éxito en la literatura psicoanalítica actual y encontramos al
respecto muchas entradas en Google como nos indica S Askofaré . Freud tomó
la noción de perversión de la psicopatologia clásica pero la amplió a conceptos
como la sexualidad infantil, la sexualidad humana, la pulsión, y por ello desde
el psicoanálisis podemos hablar de perversión generalizada, que no significa
perversión como estructura clínica .

Lacan con la introducción del objeto a , de los discursos y del concepto goce
hace aparecer un nuevo campo el campo lacaniano, no reductible a la palabra
y el lenguaje. Ese campo lacaniano ha tenido mucha incidencia sobre
conceptos como el de perversión. Para Lacan tampoco la perversión quiere
decir únicamente una estructura clínica sino un tipo de goce determinado por
un discurso . En consecuencia no todos los que practican la homosexualidad
son perversos y de ello tenemos un buen ejemplo en la sociedad griega y su
tolerancia respecto a la homosexualidad masculina . Tenemos pues que
diferenciar en la perversión un aspecto estructural relativo al goce particular de
cada sujeto, y otro histórico que en nuestra sociedad está influido por el
discurso capitalista y por los avances de la ciencia .

¿Produce este discurso un tipo de perversión propia ? El discurso capitalista


produce una forclusión de la castración (que no es lo mismo que la forclusión
del significante del Nombre del padre). Lo que de ello se deduce es que el
discurso capitalista es el único que no está fundamentado en la renuncia al
goce y produce la creencia en un goce posible y un empuje al goce, al plus de
goce , en detrimento del deseo. Goce no sexual, no causado por el cuerpo del
partenaire sexuado.

El diagnostico de perversión:

Psicoanalíticamente distribuimos los diagnósticos clínicos en tres ejes: la


neurosis, psicosis y perversión , pero muchas veces la distinción entre ellos es
difícil . Máxime cuando sabemos que la sexualidad humana conlleva en si
misma la perversión, y el fantasma también. Es por ello que encontramos
rasgos perversos en la neurosis y en la psicosis también.

¿Cómo situarnos para distinguir la posición perversa en relación a la castración


y al fantasma, de la perversión como estructura ?

Diferenciaremos entre los actos o las conductas perversas y el deseo del


sujeto que es siempre inconsciente. No podemos diagnosticar una estructura
perversa por una conducta perversa ni por unas fantasías perversas.

La diferencia no siempre se encuentra en la ausencia de culpa, tal y como


señala Berenguer . Se ha tendido a pensar que el perverso está
sistemáticamente carente del sentimiento de culpabilidad, pero esto no es
siempre cierto. La presencia de sentimiento de culpabilidad o de una pregunta
sobre su responsabilidad subjetiva en sus actos no exime radicalmente del
diagnostico de perversión.

La pulsión no es la perversión. La pulsión tiene una estructura de circuito en


torno al objeto, de ida y vuelta . Por ello Freud describe las vicisitudes de la
pulsión y entre ellas la transformación en lo contrario y la vuelta contra sí
mismo. En relación a ello señala la existencia de los pares sadismo-
masoquismo y voyeurismo-exhibicionismo. Esto no se encuentra en la
perversión en la que el sujeto ocupa una posición fija que no es reversible en
relación al otro.

El fantasma tampoco es lo mismo que la perversión. El fantasma es un


escena imaginaria construida sobre una frase que tiene una estructura de
lenguaje. Es una respuesta al enigma del deseo del O, S(barrado)<>a que da
cuenta de la relación del sujeto con el objeto que el fue para el deseo del O.

En los Seminarios “ La relación de objeto”, “Las Formaciones del


inconsciente” , “La angustia” y en el escrito “Kant con Sade” de Lacan
encontraremos bastantes referencias que nos servirán para situarnos en
relación a la perversión y que resumiendo muchísimo serían :
1. La presencia de una versión fetichizada del falo.
2. El hecho de que el perverso remite al otro su alienación, su división pero a
costa una identificación a un objeto fetichizado . En el perverso, la fórmula es
a S (barrado) , que indica que el perverso se vuelve objeto para una voluntad
de goce.

Freud y la perversión. El fetichismo

En Freud se mantiene siempre la diferencia entre la estructura perversa y la


sexualidad polimorfa que son las pulsiones parciales en su inorganización bajo
el primado fálico. Para Freud la sexualidad polimorfa no es exclusiva del niño.
En realidad lo que es polimorfo es la pulsión, pero ya sabemos que hay que
diferenciar la pulsión de la perversión como estructura clínica.

Su modelo de la perversión es el fetichismo. En su artículo homónimo habla de


dos hombres que han acudido a consultar, pero no por el fetichismo ya que por
lo general están muy conformes con él. Es muy interesante el caso del joven
que tiene como fetiche “un brillo en la nariz” Glanz auf der Nase . Freud analiza
el caso apoyándose en la estructura de lenguaje del inconsciente y llega a la
conclusión de que el chico cuando era pequeño hablaba en inglés y transformó
la palabra “Glance: mirada” en la palabra alemana Glanz que significa brillo, así
que en realidad el fetiche era la mirada sobre la nariz.

El fetiche no es sino el sustituto del pene materno, en el que el niño creyó y al


que no quiere renunciar. Lo que hace es desmentir o denegar la castración
materna . La percepción se ha conservado, pero se repudia.

En realidad el fetiche es una especie de monumento a la castración, el estigma


indeleble del desmentido realizado. Hay una doble actitud en el fetichista ya
que el fetiche mismo aloja tanto el desmentido como la afirmación de la
castración

El establecimiento del fetiche se ajusta a cierto proceso que recuerda la


detención de la memoria en las amnesias traumáticas: así lo ultimo que se vió
antes de los genitales femeninos: la piel, las braguitas, el zapato...constituirá el
fetiche.

Finalmente es importante decir que no se encuentran en la literatura casos de


fetichismo femenino.

Freud y la sexualidad femenina

Freud reflexiona sobre el difícil tema de la sexualidad femenina desde el inicio


de sus elaboraciones teóricas y hasta bien avanzado su corpus teórico,
siempre intentando ampliar y esclarecer sus conocimentos sobre la cuestión, y
sin escamotear los límites de sus alcances.

En 1905 en “Tres ensayos para una teoría sexual” pone las bases de su
concepción de la sexualidad que resumidamente se puede definir a través de la
existencia de un monismo sexual en los dos sexos. El único órgano reconocido
por el niño en los dos sexos es el pene clítoris. La vagina permanece ignorada.

En 1923 en “La organización genital infantil” completa las opiniones vertidas en


Tres ensayos. La fase fálica es únicamente descrita en el hombre y Freud
afirma que en las chicas las características de dicha fase son poco conocidas

Freud en 1924 en su artículo “La desaparición del Complejo de Edipo” articula


la amenaza de castración con el final del Complejo de Edipo. Para el chico está
claro, la salida del Edipo se realiza bajo la acción de la amenaza de castración
que es efectiva únicamente cuando el niño ve los genitales castrados de la
madre. Como consecuencia del declinar del complejo, las cargas de objeto son
abandonadas y sustituidas por identificaciones La autoridad de los padres
introyectada en el yo constituye el Superyó

Para la chica, los conocimientos se hacen más oscuros. La mujer desarrolla un


Complejo de Edipo , un superyó y un período de latencia pero se pregunta ¿
podemos atribuirle un complejo de castración y una organización fálica, dado
que ella está de antemano castrada? La envidia del pene es lo que hace entrar
a la chica en el Complejo de Edipo para buscar al padre y que éste le haga un
hijo. El Complejo de Edipo es secundario en relación a la castración. Además ,
contrariamente al chico, ella no abandona totalmente el Complejo de Edipo , y
es debido a ello que Freud se plantea la cuestión del superyó en la mujer. En
este artículo Freud introduce la disimetría esencial entre chico y chica en
relación al Complejo de Edipo. Para el chico el Complejo de Edipo es primario
sin prehistoria y sin porvenir. Para la chica es secundario , es la amenaza de
castración la que la hace entrar en el Complejo de Edipo ( no la hace salir
como en el varón) , que deja siempre secuelas.

En “Algunas consecuencias de la diferencia anatómica entre los sexos” de


1925, aborda el caso particular de la mujer. La cuestión de la prehistoria le
preocupa especialmente respecto a los dos sexos pero se pregunta como la
chica abandona su primera adhesión a la madre y elige al padre como objeto.
El chico que tiene un tiempo de comprender algo prolongado, entre la mirada
sobre la falta en la mujer y la amenaza de castración. La chica por el contrario
en un momento lo ve y sabe que ella no tiene pene y quiere tenerlo. A partir de
ahí tres posibilidades se le abren:

1- Desmentir la diferencia de los sexos.


2- Negar su castración . La mujer sufre una herida narcisista y desarrolla un
sentimiento de inferioridad. La envidia de pene provoca celos e una intenso
odio hacia la madre a la que culpa de no haberla provisto de pene.
3- El reconocimiento de la diferencia de los sexos obliga a la chica a alejarse
de la masculinidad y a renunciar a su deseo de pene poniendo en su lugar el
deseo de tener un hijo – a través de un sustituto del padre. Para ello es
necesario que el padre haya privado a la chica.

Freud deja pasar seis años antes de escribir “La sexualidad femenina” en 1931
y retoma el tema de la prehistoria del Complejo de Edipo que en la chica es
muy potente. Señala el difícil recorrido de la niña: triple cambio: cambio de
objeto, zona y de actividad. Se sorprende de que la chica a pesar de ser
sexualmente pasiva tenga una orientación muy activa hacia la madre y el
deseo de hacerle un niño. Será la imposibilidad de que esta relación tenga un
resultado real, junto con el descubrimiento de la castración en la madre, lo que
hará posible la ruptura de esta unión entre madre fálica e hija

Un año después en 1932, escribe “La feminidad “ en las Nuevas conferencias


sobre el psicoanálisis. Señala que la masculinidad o la feminidad son
caracteres desconocidos que la anatomía no puede aprehender. Nuevamente
señalará la importancia de la prehistoria edípica en la mujer que solo el
reconocimiento de la castración materna hará abandonar.

En resúmen, hay en Freud una dificultad de conceptualizar la sexualidad


femenina a partir únicamente de la referencia fálica, y del Complejo de Edipo .
Es por ello que conceptos como el superyo femenino o la castración dejan
aspectos sin esclarecer.

Introducción a la diferencia de los sexos

De Freud a Lacan encontramos un salto importante respecto a la


conceptualización de la diferencia de los sexos y la problemática femenina.
Freud a partir de su descubrimiento de la fase fálica que responde mediante un
significante único de la diferencia de los sexos en el inconsciente, distingue a
los dos sexos mediante el tener: uno lo tiene y la otra no. De ello se deducen
dos consecuencias subjetivas, para el que lo tiene, el temor de perderlo, y para
la que no lo tiene, la envidia de tenerlo. Por un lado encontraremos una
estrategia defensiva, de protección “el miedo del propietario”, mientras que por
el otro diferencias estrategias posibles.

Como comentamos Freud en “”Algunas consecuencias psíquicas de la


diferencia anatómica de los sexos” nos enumera las diferentes posiciones de la
mujer respecto a la falta. Una consiste en eludir completamente el sexo, la
segunda desmiente la falta, con la esperanza de adquirir un substituto por si
misma, es lo que Freud llama el complejo de masculinidad, la tercera, por el
amor al padre, consiente y renuncia a tener un pene, pero con la esperanza de
obtener algún día un niño compensatorio. Es una posición de espera pero que
pasa por la mediación del hombre, del cual recibirá el sustituto fálico bajo la
forma del amor o del don de un niño.

La mujer freudiana es la que encarna el objeto de deseo de un hombre, toma


su valor fálico de un hombre y el goce que un hombre obtiene de ella, causa su
deseo.

Lacan , contrariamente a Freud , ha acentuado en primer lugar la dimensión del


ser, o más bien de la falta en ser, que es común a todos, hombres y mujeres,
como efecto del lenguaje en el ser humano. En el tema del sexo, la
problemática del tener se combina con la del ser. Esto lleva a Lacan a distinguir
al hombre y a la mujer de forma algo diferente a Freud . El hombre, aunque
sufra la falta en ser , la compensa mediante el tener y el goce fálico. La mujer,
por el contrario conjuga falta en ser con la privación del órgano, pero esta falta
en cierta forma redoblada le abre la posibilidad de una solución que consiste en
obtener un efecto de ser de su relación con el hombre, es decir de ser el falo.
De ahí la formulación posible de la diferencia de los sexos mediante la
oposición de un tener a un ser.

Más adelante formulará la diferencia en términos de tener o ser el síntoma (en


lugar del falo, en el Seminario sobre Joyce). No son equivalentes, ya que el falo
es una función negativa de falta, mientras que el síntoma es una función
positiva de goce. También diferenciará a la histérica como la que no quiere ser
el síntoma de un hombre .

Pero Lacan además, aborda la problemática femenina desde una perspectiva


nueva, la del goce. Recordemos que Freud, entiende la cuestión femenina, su
deseo, estructurado por el Complejo de Edipo, que explica la sexualidad
femenina por el amor al padre, y teniendo como única referencia a la castración
, que desemboca en la envidia de pene. De ello se deduce que lo que define a
una mujer en la diferencia de los sexos, es lo que ella es para un hombre. O
sea, de dicha lógica se concluye que el problema de la condición femenina es
aceptarse como objeto de deseo de un hombre.

Lacan , sigue a Freud, pero añadirá a partir de 1972 , que el destino de la


sexualidad femenina , no se puede tratar únicamente por la referencia al falo.
Hay un suplemento de goce que está más allá del falo, es lo que Lacan llamará
goce Otro, que está más allá del significante y es imposible de decir. No
significa que la mujer sea enteramente Otra en relación al falo, si no que ella
tiene la posibilidad de un suplemento que obtiene a condición de pasar por el
falo. Ella debe pasar por la ley fálica instaurada por la ley paterna, pero tiene un
extra, que está más allá del goce fálico, pero del cual nada se puede decir, solo
se experimenta. Es por ello que Lacan dirá que La Mujer no existe, y es que no
hay significante de La Mujer. Lo que se deduce es que , siguiendo a Lacan, la
mujer no está toda ella determinada por lo que ella es para un hombre, ya que
la ley fálica no la sujeta completamente.
La perversión en la mujer

¿Qué relación hay entre la perversión y la mujer? Freud a partir de sus


observaciones sobre el fetichismo, dedujo que en realidad la perversión es una
posición subjetiva que concierne al varón, al que le corresponde una modalidad
del deseo que puede ser considerada perversa. Remarca como un carácter
específico de la sexualidad masculina, la conjunción de la degradación del
objeto sexual con la sobrestimación de algunos de sus rasgos como condición
erótica. Así el “Hombre de los Lobos” y su debilidad por las nalgas de las
sirvientas es un claro ejemplo.

Freud no concede a la mujer esta disposición a la sobrestimación sexual


característica de la perversión, sin embargo en una nota a “Tres ensayos para
una teoría sexual” en 1920, considera que las mujeres pueden hacer de sus
hijos un objeto de sobrevaloración sexual. En la equivalencia del falo al niño,
las mujeres encuentran la posibilidad de hacer del niño ese objeto postizo que
desmiente la castración à a/-j. Lacan en su nota a Jenny Aubry en 1969 dice
que el niño puede encarnar un primordial rechazo, hacerse testigo de la culpa
edípica y servir de fetiche. El niño en su relación dual con su madre le da de
manera accesible, sin mediación, el objeto mismo de su existencia apareciendo
en lo real. En el seminario 4 encontraremos también que Lacan plantea que no
hallamos la perversión fetichista en la mujer, porque ésta se jugaría en relación
a los hijos. Pero ¿se trata de un fetiche en el verdadero sentido de la palabra?

Colette Soler en el seminario “Le symptome et l’ analyste”, aclara algunas


cosas en relación al tema que nos ocupa. Dice que la estructura perversa, en el
sentido de las perversiones que podemos recensar, es extremadamente rara,
por no decir inexistente en las mujeres, pudiéndose concluir que la estructura
perversa está ligada a la constitución misma del deseo masculino. Es la tesis
de Freud y la de Lacan que dice en “Subversión del sujeto”: “el hombre, sexo
débil respecto a la perversión”. La tesis clásica consiste en decir que las
mujeres tienen su propia perversión, que es la maternidad. Es cierto que Freud
entiende al niño situado como falo de la madre y Lacan, además de esta opción
lo sitúa como un objeto a para la madre. Entonces se puede interpretar que la
maternidad femenina sería un Verleugnung que pasa al acto. Pero esta es una
interpretación errónea ya que la maternidad no convierte a las mujeres en
perversas. Únicamente se puede decir que las mujeres cuando son madres se
insertan en el campo de la perversión generalizada, en el goce castrado, el de
la parcialidad del objeto a.

Lacan pone en duda la perversión en la mujer o bien le da una explicación


diferente de la perversión masculina. Veamos este extracto de “Ideas directivas
para un Congreso sobre la sexualidad femenina” :”El estudio del marco de la
perversión en la mujer abre otro sesgo. Habiéndose llevado muy lejos, para la
mayoría de perversiones masculinas, la demostración de que su motivo
imaginario es preservar el falo que es el que interesó al sujeto en la madre, la
ausencia en la mujer del fetichismo que representa el caso casi manifiesto de
ese deseo, deja sospechar un destino diferente de ese deseo en las
perversiones que ella representa”

En el Seminario “Aún” el falo se define como una función lo que va a permitir


utilizar argumentos estrictamente lógicos para situar la perversión del lado
masculino. Los hombres y las mujeres son significantes. Una mujer busca un
hombre como significante y un hombre busca a una mujer como objeto que
solo se encuentra por el discurso que la hace no-toda. El hecho de que una
mujer sea no-toda definible en el significante la hace apta para encarnar el
objeto por el cual la relación sexual del varón desemboca en el fantasma. Es a
partir de eso que muchos casos de perversión femenina descritos en la
literatura analítica están en función del fantasma masculino, como dice Lacan
respecto al masoquismo femenino.

Además y en esa misma línea de argumentación Lacan en “El deseo y su


interpretación” dice que en la mujer hay similitud en su fórmula inconsciente
con la del perverso. Ahí, dice C. Soler no apunta a la madre sino a la
singularidad de las mujeres en el sentido en que una mujer se sitúa como
objeto del deseo masculino, fetiche del deseo masculino. Si añadimos que una
de las cosas que la motivan a ir ahí es la fetichización del órgano masculino
entonces hay una similaridad, ya que ella lo es y lo tiene como el perverso .
Pero el hecho de que ella se sitúe en ese lugar no significa que tenga un
interés un gusto en ello. No es su opción – como en el caso del perverso, sino
que se trata del resultado de la ley simbólica de los intercambios que las sitúa
en el lugar de los objetos intercambiables.

Veamos las consecuencias que las fórmulas de la sexuación tienen sobre el


fantasma:

1- Al situar a la mujer como no-toda, está excluida de la posibilidad de


estructurar su deseo de manera perversa ya que el objeto está de su lado. Le
queda la posibilidad de vivir una relación al Otro en la cual ella se sitúa como
fetiche o tomar a su hijo como obturador de su goce suplementario.
2- Del lado masculino, Lacan habla de la división del sujeto, del lado femenino
de L/a Mujer. Una hipótesis posible podría ser que la mujer , al ser no-toda , se
ahorra a través de la escisión de su goce la necesidad de la Verleugnung.
3- Si la estructura perversa se define en función de la posición instrumental del
saber no encontramos en la mujer una contrapartida de ese saber, privada
como está de un saber sobre el goce que la constituye como no-toda.
4- Recordemos que Lacan dice de Sade que no es engañado por su fantasma .
Sabe de lo que se trata en lo que concierne al goce. La mujer, sin embargo no
puede decir nada de su goce, Nuestras colegas, las damas analistas ¿qué nos
dicen de la sexualidad femenina? No todo. Es sorprendente. No han hecho
avanzar ni un ápice la cuestión de la sexualidad femenina. Debe haber en ello
una razón interna, ligada a la estructura del aparato de goce.

Para concluir, la tesis de Lacan para excluir a la mujeres de la perversión y que


va desde el seminario de ´”La angustia” hasta “L’ Etourdit”, es que aunque la
mujer se articula como objeto del fantasma del hombre, ella se articula no toda.
En tanto no- toda una mujer es lo contrario del perverso ya que el goce
suplementario es lo contrario del goce causado por el objeto a, pues está
excluido del campo del goce castrado que es el de la perversión generalizada.

Bibliografía :

Freud, S. : Tres ensayos sobre un teoría sexual. 1905. Obras completas.


Freud, S. : El sepultamiento del Complejo de Edipo .1924. Obras completas.
Freud, S. : El fetichismo. 1927. Obras completas .
Lacan, J.: Sem IV. La relación de objeto .Apartado: Vías perversas del deseo.
1956-7 Paidós.
Lacan, J.: Seminario V. Las formaciones del inconsciente.1957-8. Paidós
Lacan, J.: Seminario X La angustia . Clases 13, 14, y 15.1962-3. Paidós.
Lacan, J.: Seminario XX. Aún. Clases 6 y 7 .1972-3.Paidós.
Lacan, J.: La significación del falo. 1958. Escritos .Siglo XXI.
Lacan, J.: Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina.
1960. Escritos .Siglo XXI.
Lacan, J.: Kant con Sade .1962. Escritos . Siglo XXI
Lacan, J.: Nota a Jenny Aubry. 1960. Analyticon. Ed Correo /Paradiso.
Berenguer, E. El reto de la perversión . Freudiana 26.
Askofaré, S. La perversión generalizada. Realidades sexuales del inconsciente.
Volumen preparatorio a la cita internacional de los Foros del Campo lacaniano
2006
Soler, C. Le symptome et l’ analyste. Seminario 2004-5. Clase 12.
Soler, C.: La malédiction sur le sexe. Seminario 1996-7. Clases 10 y 11.
Soler. C.: ¿A qué se le llama perversión? Asociación Foro del Campo
Lacaniano de Medellín.
Soler,C..La histeria en el discurso de la ciencia. Quarto 48/49
Publicado por CartelLacanià en 20:57
Etiquetas: Carmen Lafuente, Fetichismo, Homosexualidad, Perversión en la
mujer,Perversión generalizada, Sexualidad perversa

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