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UNIVERSIDAD DE SONORA

DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES


DEPARTAMENTO DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA
LICENCIATURA EN HISTORIA

Delincuencia prerrevolucionaria en el Distrito de Hermosillo:


análisis de 438 casos de 1909

Perla D. Valdez

Hermosillo, Sonora.                                                                                             19/05/2017


Introducción

¿Por qué elegimos el distrito de Hermosillo en 1909? Lo cierto es que la capital de Sonora
fue la más poblada a finales del porfiriato. Motivos hay muchos y en su mayoría son de
carácter económico. Sin embargo, no todos los delitos que se llevaban a cabo en la ciudad
tenían el objetivo de conseguir dinero, ni parecían motivados por la falta de éste -al menos
a primera vista-.
Gracias a los datos recopilados pudimos darnos cuenta de que, aunque los robos
fueron efectivamente uno de los crímenes más comunes, no representaron el tipo de delito
más común en la selección muestra. Dicha selección fue tomada al azar de los archivos
recogidos en 1909; consideramos que ese año era lo suficientemente próximo al final del
periodo porfirista, pero sin llegar a coincidir con éste. Al mismo tiempo estaba cerca de los
movimientos que desencadenaron la Revolución. De tal manera podemos ver los efectos de
ambos procesos históricos como relacionados con los tipos de delitos cometidos en la
población más grande del estado.
Sonora no fue uno de los estados claves para que triunfara la Revolución, pero
efectivamente se desarrolló en su interior parte del conflicto armado. 1
Por otro lado, las
consecuencias indirectas de la guerra también se hicieron presentes en grandes ciudades

1
Héctor Aguilar Camín, La frontera nómada: Sonora y la Revolución Maderista (México: siglo veintiuno
editores, 1981).
como Hermosillo, a pesar de que no fueran escenario principal de la violencia durante el
cambio de régimen.
En 1910 estalló la Revolución en Puebla, pero los movimientos afines a las ideas de
Franciso I. Madero ya habían comenzado a gestarse en el interior del estado por la misma
época. Aquel año, el grupo maderista de Sonora realizó la Junta Revolucionaria en Nogales,
Arizona, liderada por José María Maytorena. A partir de ese acto realizaron más ofensivas
en el territorio sonorense, pero no llegaron a afectar a largo plazo a ninguna de las
poblaciones más importantes, como lo fue Hermosillo.
En este trabajo nos proponemos responder, por medio del análisis de 438 casos de
delitos penales, cuáles fueron las consecuencias indirectas del ocaso del Porfiriato en
ciudades supuestamente favorecidas por éste. Si Hermosillo creció y recibió grandes
inversiones a lo largo del periodo, pudiéramos pensar que fue un distrito en el que reinó la
estabilidad social y económica. Sin embargo, los datos muestran una realidad diferente;
sólo en el año de 1909 recopilamos los 438 casos de 5 legajos, pero al ser una muestra
tomada al azar no dispusimos de los otros 23 legajos. Todos ellos provenían del Juzgado
del Sistema Tribunal de Justicia del distrito de Hermosillo. Estaban recopilados con una
excelente organización en el Archivo General del Poder Judicial del Estado de Sonora, que
tuvimos la oportunidad de visitar para tomar la muestra que dio pie a este trabajo.
Básicamente, lo 438 casos no llegan a ser ni un tercio del total de crímenes
registrados en el año de 1909. Como ya se explicó, y también debido al desorden de fechas
exactas en los legajos del archivo, decidimos tomar este año porque fue el anterior al inicio
abierto de los movimientos revolucionarios. Aunque no habían declarado aún la guerra
civil, es comprensible pensar que para 1909 ya hubiera suficientes vestigios de la
decadencia del régimen político, al menos para que se materializaran en la sociedad por
medio de los delitos penales.
Análisis de 438 casos de delitos penales en Hermosillo, 1909

A la llegada del siglo XX, Sonora tenía ya una larga trayectoria con el modelo económico
liberal de exportación, especialmente fomentado por los grupos porfiristas desde 1879. El
estado pasó por los mismos procesos modernizadores que el resto de los territorios
norteños; uno de los aspectos más destacados del Porfiriato fue que dichas entidades
consolidaron sus economías en unión al mercado interno estadounidense. El papel jugado
por Sonora sirvió también para fortalecer la articulación comercial con el país anglosajón;
uno de los medios más destacados para ello fue la llegada del ferrocarril, que conectó el
puerto de Guaymas a la línea fronteriza con Nogales en 1882.2
Otro aspecto que debemos destacar es que el modelo económico estuvo reforzado
desde inicios del siglo XX por el auge de la minería industrial. Entre los elementos que
fueron exportados en masa se encontraba el cobre, que resultó determinante para el
progreso sonorense. Localidades del noroeste del estado, como Cananea, Nacozari y El
Tigre, eran las más explotadas para obtener sus minerales. La modernización en el estado
también se vio reflejada en su densidad demográfica, que, aunque no era comparable con la

2
Juan José Gracida Romo, “Impacto de la Revolución Mexicana en Sonora, 1910-1920”, en Actividades,
espacios e instituciones (México: UNAM, 2004), p. 159-160. Consultado 18 mayo, 2017.
http://fenix.cichcu.unam.mx/libroe_2006/1022717/09_c05.pdf
de otras entidades del centro, sí tenía uno de los porcentajes poblacionales más altos de la
zona norte.3
A pesar de que la minería era una de las principales fuentes de ingresos para el
estado, su más grande población no estaba en Cananea, sino en Hermosillo, la capital. Lo
cierto es que esta ciudad era el mayor centro comercial e industrial y el que contaba con
una mayor población; en 1900 tenía un total de 10’380 habitantes y para 1910 había
aumentado a 14’576.4 Era parte, junto con Guaymas y Nogales, del corredor comercial en
el estado, y por sí mismo también fungía como centro en materia política y educativa.5
En Sonora, el progreso había llegado a razón del valor concedido al poder militar, los
privilegios dinásticos, la reelección indefinida y la inversión norteamericana. Los
principales portadores de esta modernización condicionada fueron Luis Emeterio Torres,
Ramón Corral y Rafael Izábal. Todos ellos llegaron a manejar el estado como gobernadores
constitucionales o interinos entre 1883 y 1911. Durante esta época de grandes cambios para
México, en Sonora se realizaron varios que también alterarían de manera definitiva sus
sistemas productores; se explotaron abiertamente las grandes zonas agrícolas del valle del
Yaqui y del Mayo, a costas de la expulsión de sus dueños indígenas; se afianzó una
provechosa red de comunicaciones, que conectaba tanto hacia el sudeste norteamericano
como hacia el interior de la república; se le dio la bienvenida a la inversión extranjera y se
impulsó la minería a favor de la industria estadounidense. Aunque todos estos cambios se
hayan realizado a lo largo de varias décadas, es necesario rescatar que las ganancias
hicieron crecer a muchas localidades sonorenses, particularmente a la población de los
distritos de Álamos, Guaymas y Hermosillo entre 1887 y 1900.6
No es difícil inferir las grandes problemáticas que surgen cuando observamos el
crecimiento desmedido de una ciudad, más aún si se realiza en un periodo tan corto. El
noroeste sonorense fue destinatario de una buena parte de las inversiones e intereses
económicos de los gobernantes. En el caso de Hermosillo -tras haber sido hecha capital y

3
Gracida Romo, “Impacto de la Revolución Mexicana en Sonora.”, p. 160.
4
Estadísticas Sociales del Porfiriato, 1877-1910 (México: Secretaría de Economía, Dirección General de
Estadística, 1956). Consultadas 18 mayo, 2017.
http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/Productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/
productos/historicos/1290/702825413576/702825413576_1.pdf
5
Gracida Romo, “Impacto de la Revolución Mexicana en Sonora.”, p. 164.
6
Héctor Aguilar Camín, “De Guaymas a Cananea”, en La frontera nómada: Sonora y la Revolución
Maderista (México: siglo veintiuno editores, 1981), pp. 88-90. (70-125).
volverse la Meca política y comercial del estado- empezó a recibir más presupuesto que
otras ciudades, sobre todo de manos de Ramón Corral.7
El crecimiento demográfico en grandes ciudades es uno de los factores que aumentan
el estrés, la frustración y el anonimato; estos elementos frecuentemente resultan en
conductas violentas.8 Cuando una localidad como Hermosillo recibe tanta atención de parte
del gobierno es lógico que otras personas también sus pongan sus ojos en ella. El aumento
de migrantes en busca de trabajo y el desencanto a la falta de ellos son inevitables. Cuando
una ciudad es obligada a crecer por intereses macroeconómicos no necesariamente resultará
benéfica para los individuos menos favorecidos. Esto es algo que puede observarse en los
índices de delincuencia al iniciar el siglo XX.
Por la misma época la sociedad sonorense se vio afectada por las tensiones entre
grupos de intereses varios. La lucha por la tierra y el control de las actividades seguían en
boga, independientemente de lo que gobierno quería hacer. Las consecuencias de los
conflictos y el creciente rechazo al régimen porfirista -ya no sólo entre las clases populares,
sino también en las élites- se anudaron a las crisis económicas; los precios de los metales
cayeron en el mercado mundial y en 1907 hubo la primera inflación. En México, el
descontento generado causó finalmente que estallara la Revolución. 9 Sin embargo, lo que
nos atañe en el trabajo son las consecuencias sociales de estas grandes problemáticas
concentradas en un espacio pequeño; el distrito de Hermosillo en 1909.
Es también necesario mencionar que, aunque nuestra hipótesis plantea que en la
ciudad de Hermosillo posiblemente hubiera más crímenes violentos a partir de 1910, no
necesariamente el aumento en el número de delitos es una consecuencia directa del
conflicto revolucionario. Sabemos que en Sonora las acciones de guerra se concentraron
sobre todo en la zona serrana y en el distrito de Moctezuma y Sahuaripa. 10
Por tal motivo
en caso que hubiera más homicidios o asaltos en Hermosillo éstos podrían ser una respuesta
a las tensiones y consecuencias económicas de la guerra, no realizados por las acciones
revolucionarias que se hubieran llevado a cabo de manera abierta en el distrito.
7
Aguilar Camín, “De Guaymas a Cananea”, p. 90.
8
Mayra, Buvinic, et. Al., “Violencia, crimen y desarrollo social en América Latina y el Caribe”, Papeles de
Población 11, no. 43 (2005): pp. 174. Consultado 18 mayo, 2017.
http://www.redalyc.org/pdf/112/11204309.pdf
9
Juan Manuel Silva Rodríguez, “La administración de justicia en Sonora” (Tesis de maestría, El Colegio de
Sonora, 2006), p. 5-6.
10
Gracida Romo, “Impacto de la Revolución Mexicana en Sonora.”, p. 165.
A continuación, se hará el análisis de los datos cuantificados que obtuvimos sobre los
delitos penales, recopilados del Archivo General del Poder Judicial del Estado de Sonora.
Con un total de 438 casos de muestra hablaremos de las características de la criminalidad
en el contexto ya descrito.

Delitos penales más comunes en el distrito de Hermosillo.


1909
250
234

200

150

100
67 71

50

0
homicidio lesiones robo

Entre los delitos más comunes nos encontramos con estas tres categorías, homicidio,
lesiones y robo, como se puede ver en la tabla las lesiones ocupan el sitio más alto. Llama
la atención lo grande que es la cantidad de lesiones pues incluso si juntáramos a los robos y
homicidios es casi la mitad lo que les lleva de ventaja. No por eso quiere decir que el
número de robos y homicidios sea bajo, al contrario parecen ser bastante elevados, más que
nada basándonos en la gravedad del daño, pues 67 homicidios de un muestreo de 438
delitos penales nos habla de un momento bastante violento pero aún no lo suficiente como
se vería al iniciarse la revolución mexicana, lo mismo pasa con los robos y las lesiones.

Pero de manera general estos tres grados de delitos nos hablan de un contexto
prerrevolucionario donde comienza a haber un nulo control de las autoridades para llevar a
cabo el orden donde la violencia está cada vez más presente.

delitos penales menos com unes en el


dis tr ito de her mos illo en 1909
7

0
s s ad po as il as n ci o o e s bo a s
ria so ni civ ció di ud ua ad je
nju pre orid s tru m r o ra nti la m
er cen fra ut y ro or l tra
in de au
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lu is t ga vio co in sm ne
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n e eg a n ne i o de e sy
i ó d e
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as us
o
yd aq ra le le ie si o
ev b e t te le
a n
l a al na
m
c ció a lla
fra y
in nes
si o
le

Del año de 1909 tomamos una muestra de 438 casos de delitos penales, esa cantidad está
distribuida en 33 delitos que identificamos algunos eran muy comunes (homicidio, robo, lesiones)
para la época pero otros no tanto, ya fuese porque no sucedían tan seguido o porque no eran
denunciados cuando sucedían, entre esos delitos menos comunes podemos encontrar las injurias,
alterar un comercio, difamación, fuga de cárcel, falsificación, estupro, corrida de ganado ilegal,
fraude , violación entre otros.

Este último delito (violación) estaba entre los delitos menos comunes contando solo con 1 caso,
aunque llegamos a la conclusión de que no era posible que solo se haya presentado un delito de
violación en 1909, más bien lo que nos refleja este dato es que por como se pensaba en la época
por lo que significaba una violación, las mujeres no se atrevían a hacer esta clase de denuncias,
por problemas que hoy seguimos viendo en la actualidad, por miedo y porque sabían que no se les
tomaría en cuenta su desgracia, por el rechazo social o por la vergüenza, por lo que podemos
inferir que efectivamente casos de violación en aquel entonces ya los había pero era un tema
menos tocado.

Conclusión

Tal como se explicó al inicio del trabajo, nuestra intención no era realizar una serie de
casos ni evidenciar la cantidad de éstos en el estado. Ambas cosas ya han sido presentadas
con mucha mayor profundidad en otras investigaciones, como la citada tesis de Juan
Manuel Silva Rodríguez.11 Ya que tomamos 438 casos al azar nuestro análisis se dirige al
estudio de los tipos de delitos y la frecuencia de cada uno. Esto nos ayudó a comprender
mejor la situación social que existía en el interior de Hermosillo, ejemplo de una ciudad
privilegiada por el régimen porfirista.
Algo que podemos destacar sobre la cualidad de los delitos es que predominaban las
lesiones y los robos. La inmigración a lugares con fuentes laborales tenía como
consecuencia que muchas personas desacostumbradas a su nueva vida cayeran en el
consumo excesivo de alcoholes. Estudios recientes han demostrado que casi la mitad de los
delitos en México, y en algunos tipos hasta más, se cometen bajo efectos de sustancias
nocivas. 12
La tradición del consumo de bebidas alcohólicas se remonta más allá del periodo
colonial, pero es a partir de la independencia que entran en auge las grandes industrias de
productos como la cerveza y el tequila. La venta de bebidas se volvió una empresa

11
Juan Manuel Silva Rodríguez, “La administración de justicia en Sonora”.
12
Marco Antonio Leija Moreno, “Capítulo XIII. El alcohol y el crimen” en Elementos de criminología
(Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 1989): pp. 109-116. Consultado 18 mayo, 2017.
http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080065345/1080065345.PDF
millonaria gracias al auge de su comercialización y a la “democratización” de su consumo.
Las limitaciones religiosas, culturales y de clase fueron minimizadas para dar paso a los
nuevos sistemas de regulación, que, casi siempre, sólo respondían a los intereses del
mercado y a la fría ley de oferta y demanda. La legislación concerniente al consumo de
alcohol durante el Porfiriato se dedicó únicamente a regular la oferta. Sin embargo, no fue
sino hasta la segunda mitad del siglo XX que finalmente se hizo el intento de reducir la
demanda. Mientras tanto, la política de control continuó siendo de poca prioridad para los
altos funcionarios13 y, a raíz de esto, consecuencias sociales como la delincuencia bajo
efectos del alcohol tampoco eran atendidas.
El presente trabajo plantea que la gran mayoría de los crímenes en Hermosillo -de
acuerdo a una muestra al azar de casos- durante 1909 -año tomado como representación de
finales del Porfiriato- son de carácter social y en menor medida económico. Casi en su
totalidad se trataron de lesiones por conflictos entre dos o más personas, posteriormente
dominan los casos de robos. Es más fácil concebir que las personas se peleen, al menos
hasta el punto de terminar lo suficientemente heridos como para demandar a alguien, si se
está bajo efectos del alcohol. Inclusive, autores como Lija Moreno aseguran que en la
mayoría de los casos es así.14 De igual forma, podemos pensar que los robos son más
comunes cuando hay escases de trabajo o simplemente necesidad de dinero. Los motivos
para cometer un crimen son infinitos, pero, al tratar de darles una explicación en el contexto
específico de este análisis, descubrimos que los efectos de la pobreza general son los más
determinantes para que un individuo resulte afectado en su persona o en su patrimonio.
Tras haber finalizado el estudio, sólo nos queda concluir que nuestra hipótesis sobre
el aumento de delitos conforme más se adentra Sonora en la Revolución, especialmente los
de tipo violento, no puede ser confirmada hasta que no analicemos casos de años
posteriores. Consideramos que es un tema al que se le puede seguir sacando provecho para
explicar las consecuencias de la guerra, sobre todo en zonas aparentemente desligadas de
ella. Vale la pena ahondar en estos temas, pero es necesario mejorar nuestra forma de
aplicar los métodos para dar explicación a fenómenos sociales e históricos que puedan ser
objeto de estudio. Al respecto, la estadística es una herramienta especialmente valiosa para

13
Lisa Sánchez, “La política de alcohol en México”, Visión Joven (México: Espolea, 2012), p. 7-9.
Consultada 18 mayo, 2017. http://www.espolea.org/uploads/8/7/2/7/8727772/vj-sanchez.pdf
14
Leija Moreno, “Capítulo XIII. El alcohol y el crimen”.
comprender datos numéricos y lo que éstos informen en una investigación. Por todo ello es
conveniente aprender a manejar la metodología cuantitativa en nuestra labor como
historiadores.

Bibliografía

Aguilar Camín, Héctor. “De Guaymas a Cananea”. En La frontera nómada: Sonora y la


Revolución Maderista. México: siglo veintiuno editores, 1981.
Aguilar Camín, Héctor. La frontera nómada: Sonora y la Revolución Maderista. México:
siglo veintiuno editores, 1981.
Archivo General del Estado de Sonora. Fondo del Poder Judicial. Juzgado del Sistema
Tribunal de Justicia del Ramo Penal. Año 1909. Legajo #1 y 2.
Archivo General del Estado de Sonora. Fondo del Poder Judicial. Juzgado del Sistema
Tribunal de Justicia del Ramo Penal. Año 1909. Legajo #3, 4 y 5.
Archivo General del Estado de Sonora. Fondo del Poder Judicial. Juzgado del Sistema
Tribunal de Justicia del Ramo Penal. Año 1909. Legajo #29.
Buvinic, Mayra, et. Al. “Violencia, crimen y desarrollo social en América Latina y el
Caribe”. Papeles de Población 11, no. 43 (2005): pp. 167-214. Consultado 18 mayo,
2017. http://www.redalyc.org/pdf/112/11204309.pdf
Estadísticas Sociales del Porfiriato, 1877-1910. México: Secretaría de Economía,
Dirección General de Estadística, 1956. Consultadas 18 mayo, 2017.
http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/Productos/prod_serv/contenidos/
espanol/bvinegi/productos/historicos/1290/702825413576/702825413576_1.pdf
Gracida Romo, Juan José. “Impacto de la Revolución Mexicana en Sonora, 1910-1920”. En
Actividades, espacios e instituciones. México: UNAM, 2004. Consultado 18 mayo,
2017. http://fenix.cichcu.unam.mx/libroe_2006/1022717/09_c05.pdf
Leija Moreno, Marco Antonio. “Capítulo XIII. El alcohol y el crimen”. En Elementos de
criminología. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 1989. Consultado
18 mayo, 2017. http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080065345/1080065345.PDF
Sánchez, Lisa. “La política de alcohol en México”. Visión Joven. México: Espolea, 2012.
Consultada 18 mayo, 2017. http://www.espolea.org/uploads/8/7/2/7/8727772/vj-
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Silva Rodríguez, Juan Manuel. “La administración de justicia en Sonora”. Tesis de
maestría, El Colegio de Sonora, 2006.

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