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El origen del psicoanálisis En 1885 cuando Sigmund Freud, creador y padre

del psicoanálisis, durante su beca en Francia,


pudo presenciar tales experiencias, y además,
pudo observar que estos pacientes tenían
experiencias que no guardaban en su conciencia,
 La histeria, Charcot y la Hipnosis. por lo tanto, la hipnosis mostraba que había
cosas que no estaban en la conciencia de los
Entre los siglos XVII y XVIII, en Europa, una sujetos y que éstas tenían efectos sobre el
extraña enfermedad aquejaba, principalmente, a comportamiento y la vida despierta de los
las mujeres. Ésta incluía diversos síntomas sujetos.
físicos como parálisis, dolores, cegueras,
contracciones involuntarias, convulsiones, y Después de constatar que Charcot podía
mucho más. Al no haber explicación médica para provocar y anular los síntomas con el sólo efecto
tales afecciones, y siendo usualmente de sus palabras, sin que los pacientes guardaran
acompañadas de intenso nerviosismo, algunos ni el mínimo recuerdo, Freud supuso la existencia
profesionales terminaban por concluir que se de un pensamiento separado de la conciencia. A
trataba de simulaciones, como si estas pacientes pesar de que Freud no concebía aún esta parte
simplemente quisieran llamar la atención: nada separada como algo común entre los hombres
había mal en sus cuerpos. Otros, que no normales, ya no podía mirar y estudiar a los
descreían de la realidad de los síntomas histéricos como antes.
encontraban inexplicable su etiología. Entre ellos
se encontraba Jean-Martin Charcot ,un neurólogo
francés, profesor de anatomía patológica, titular  El encuentro de Freud con Breuer
de la cátedra de enfermedades del sistema
nervioso, miembro de la Académie de médecine
La relación entre Josef Breuer y Sigmund Freud,
en 1873.
mantenida entre 1882 y 1895, se articuló en
diversos frentes. Además de hacerse amigos
Charcot se interesó profundamente por los casos íntimos, Breuer tuvo un papel importantísimo en
de histeria, tenía una clínica con muchas la vida de Freud como figura paterna,
pacientes y comenzó a usar un método que aconsejándolo en los distintos aspectos de la
aportó la primera novedad a esta enfermedad: la carrera que compartían. También lo apoyó
hipnosis. económicamente para que estableciera su
consultorio como médico particular, y finalmente
fue el creador de un método para el tratamiento
de la histeria en el cual se basó Freud para crear
su teoría del inconsciente, y de ésta, el
psicoanálisis.

Breuer y Freud, como médicos clínicos, ya venían


atendiendo en paralelo a pacientes con
trastornos psíquicos, en especial a mujeres de la
burguesía de Viena con síntomas histéricos, pero
es a partir del tratamiento de una paciente en
particular, llmada “Anna O.” que Breuer desarrolla
los primeros estudios sobre la patología histérica.
Todos los martes, en su clínica, hacía
demostraciones ante otros médicos. Charcot
mostraba que por medio de la hipnosis se podían
producir síntomas semejantes a los de la histeria.
Elegía a una de sus pacientes y las llevaba al
trance hipnótico, luego le daba una serie de
órdenes, como ser actuar, luego del trance, de
determinaba manera, o incluso tener paralizado
un miembro. Antes de cerrar el estado hipnótico,
les ordenaba olvidar la orden. Al salir la paciente
del trance no recordaba nada, pero la ceguera
sobrevenía inevitablemente, sin que ella pudiera
explicar qué le sucedía.
Entre diciembre de 1880 y junio de 1882 Josef Freud ya utilizaba la hipnosis y la sugestión como
Breuer trata a Anna O., una joven de 21 años con medios terapéuticos. Para los médicos de esa
cuadros de anorexia, parálisis, una grave época, las pacientes histéricas eran simplemente
perturbación del lenguaje y otros síntomas que simuladoras que desencaminaban la medicina,
aparecen luego de la muerte de su padre, y por la que no tenían respeto por ella, ni por la anatomía
que es diagnosticada como histérica. humana, considerado a la hipnosis y a los
médicos que se ocupaban de ellos como
El tratamiento consistía en inducir a la paciente a charlatanes. Bajo estas condiciones, Freud debía
un estado hipnótico (la hipnosis estaba en boga lograr progresivamente una ruptura con la
en aquella época) y persuadirla a que medicina.
rememorara las circunstancias previas a la
primera aparición de cada uno de los síntomas
padecidos. De esta manera, al salir del trance
hipnótico, dichos síntomas histéricos iban
desapareciendo uno a uno. Este tratamiento era
realizado dos veces al día, al que Anna O. solía
llamar “cura por la palabra” o “deshollinación”, y
que Josef Breuer denominó método “catártico”.

Tuvo progresos en cuanto a los síntomas pero


también grandes retrocesos debido al vínculo
amoroso imaginario que la paciente había creado
con su doctor. Efectivamente, Anna, durante casi
los dos años que duró la atención, fue
elaborando una fantasía afectiva con Breuer que
provocaba fluctuaciones en sus estados de
mejoría y empeoramiento de acuerdo a si el
doctor estaba presente o no.

A mediados de 1882, ante los celos de su


esposa, Matilde, por dedicarle demasiado tiempo
a la paciente, y dada la desaparición eventual de
todos los síntomas histéricos de Anna por el
proceso de catarsis, Breuer informa a ésta última
que da por terminado el tratamiento. No obstante,
esa misma noche se le solicita con urgencia en
casa de la paciente, a la que descubre confusa,
contorsionándose y con agudos dolores
abdominales. Inquirida por sus dolencias, ésta
responde a viva voz que está por “parir al hijo del
Dr. Breuer”. Escandalizado ante tal escena de
embarazo psicológico, y reconociendo que el
tratamiento no había surtido efecto, Breuer opta
por transferirla al cuidado de Freud.

Breuer había curado a Anna O. de parálisis,


contracturas, inhibiciones y alteraciones de la
conciencia. Bajo hipnosis, la paciente recordaba
todo lo que se refería a sus síntomas, pero en
estado de vigilia no era capaz de decir nada más
acerca de ellos. ”Parecía que detrás de cada
síntoma un recuerdo particular había sido
retenido, olvidado, y a través de estos estados
hipnoides, el hecho de recordar aquellos
provocaba la curación del síntoma.” El hecho de
hablar producía una liberación de afecto, a lo que
Breuer llamó catarsis . Sin embargo, dos
nociones nuevas estaban ausentes en la
concepción de Breuer: represión y sexualidad.

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