Está en la página 1de 6

Ecología y ciencias afines

Las disciplinas biológicas vinculadas estrechamente con la ecología son cuatro:


genética, evolución, fisiología y conducta, por lo que la definición de ecología se podría
representar en una gráfica (revisa la figura 2.1):

De acuerdo con los estudiosos de la ecología (Krebs, 2001; Odum, 1998; Rachel
Carson, 1962), muchos de los primeros logros de esta disciplina provinieron de los
campos de la agricultura, la pesca y la medicina. Las experiencias y los trabajos relativos
a las plagas de insectos que atacan los cultivos han sido una fuente importante de ideas,
y regular su población es un problema fundamental que se ha estudiado desde hace
tiempo.

También, las investigaciones médicas sobre enfermedades infecciosas como el


paludismo, alrededor de la última década del siglo xix, dieron origen a la epidemiología y
al interés en la diseminación de enfermedades entre las poblaciones.

Los amplios campos del conocimiento sobre las que se sostienen las raíces de la
ecología residen en la historia natural, la demografía humana, la biometría (enfoque
matemático) y los problemas aplicados de la agricultura y la medicina. Sin embargo, no
fue sino hasta la década de 1960 cuando a la ecología se le considero una ciencia
importante.

El continuo incremento de la población humana y la consecuente destrucción del medio


natural con pesticidas y contaminantes ha llamado la atención publica respecto del mundo
de la ecología.

Existe una superposición considerable entre la ecología y las disciplinas afines. Por un
lado, la ecología se superpone con la fisiología ambiental y las ciencias de la conducta en
el estudio de los organismos individuales, mientras que por el otro se vincula con la
meteorología, la geología y la geoquímica cuando considera la biosfera, que es el
ecosistema que integra el planeta. Las fronteras de las ciencias no son claras sino
difusas, y la naturaleza no viene en paquetes separados (Krebs, 2001).

7
Durante la década de 1960 la ecología fue considerada, en círculos académicos, como
una rama de la biología que —junto con la biología molecular, la genética, la biología del
desarrollo y la evolución— a menudo se incluía en un paquete curricular de biología
avanzada. En este contexto, se consideró a la ecología como la “biologia del medio
ambiente”. Así ha avanzado esta disciplina, desde una visión de las ciencias biológicas
hasta asumir el carácter de ciencia interdisciplinaria principal que agrupa a las ciencias
biológicas, físicas y sociales (Odum, 1998).

A partir de que las fronteras científicas son difusas, en el estudio de los problemas
ambientales es muy amplia la posibilidad de que concurran muchas ciencias. Biologia,
geología, física, química y otras ciencias positivas son imprescindibles para su estudio,
pero también la economía, el derecho, la religión, la ética, la política y otras disciplinas
sociales.

Es muy frecuente que en el estudio de la problemática ambiental no se encuentren


soluciones únicas a las dificultades que se enfrentan. A veces se cuenta con un abanico
de soluciones y, en otras, no hay ni solo una pequena pista; en consecuencia, será
necesario elegir la que mejor se adapte a las circunstancias.

Sería un grave error estudiar las irregularidades ambientales como si se tratara de un


conjunto de mosaicos discrecionales y cada uno se entendiera como un problema único y
para el cual hubiera, también, una receta única. Son, más bien, una oportunidad de
discutir, consensuar y probar diferentes soluciones y formas de enfrentar el conflicto
ambiental, después de llevar a cabo las primeras aproximaciones y de haber obtenido una
buena cantidad de datos de los hechos que se desprenden del problema que se analiza.
El marco de análisis es el ecosistema.

8
Respuestas anteriores: 1-c), 2-d), 3-c), 4-d), 5-b)

Escenario natural
El escenario se entiende como una secuencia de acontecimientos posibles y sus
relaciones esenciales. En tal sentido, comprender la complejidad del escenario natural
permite evitar el colapso de la sociedad. Además, significa percibir las formas diversas
que adopta el flujo de energía. Las perturbaciones ambientales, más que la estabilidad,
son el objeto de interés. De forma especial, el estado de complejidad, las unidades y los
factores que lo causan determinan el entorno ambiental.

Por ejemplo, el calentamiento global es un estado de complejidad que a todo el mundo


le interesa, dado que los cambios que genera afectan a todos, aunque muy pocos puedan
explicarlo. Sin duda, estos cambios perturban los ciclos geobioquímicos que mantienen la
estabilidad de las condiciones naturales planetarias.

Por su parte, los servicios que nos proporciona la naturaleza, como alimentos, abrigo,
aire, agua, reciclaje de residuos, etc., no solo podrian desestabilizarse, sino también
desaparecer ante un eventual cambio que afecte estos grandes ciclos.

El ecosistema
E. P. Odum (1998) —en el capítulo 2 de Ecología: el vínculo entre las ciencias
naturales y las sociales— define ecosistema “como la unidad funcional básica […] que
incluye tanto a los organismos como al medio ambiente abiótico, de tal manera que
aquellos influyen sobre las propiedades de este y viceversa, y ambos son necesarios para
conservar la vida en el planeta”. Ch. J. Krebs (2001) —en Ecología. Estudio de la
distribución y la abundancia—, al igual que E. P. Odum (1998), señala que el ecosistema
es “la unidad básica de la ecología y consiste en la comunidad biótica y su medio
ambiente abiótico”.

Para Krebs (2001), la definición de ecosistema reviste especial significado para la


ecología humana, mientras que para Odum (1998) deviene necesaria porque permite
discernir los tipos de energía de los que dependen los ecosistemas. Además, explica que
“los ecosistemas dependen de dos tipos principales de energía, la solar y la producida por
9
combustibles químicos (o nucleares), de tal modo que es posible distinguir entre sistemas
impulsados por el Sol o por combustibles…”. Estos dos tipos de energía son básicos para
entender la interacción entre el ser humano y los ecosistemas. A su vez, según Marten
(2001), los ecosistemas se clasifican en tres grandes tipos: naturales, agrícolas y urbanos.

El ecosistema es la unidad de trabajo, estudio e investigación de la ecología. Es un


sistema complejo en el que interactúan los seres vivos entre sí y con el conjunto de
factores no vivos que forman el ambiente: temperatura, sustancias químicas presentes,
clima, características geológicas, etc. (Echarri, 1998).

Dicho de otra manera, los ecosistemas son sistemas complejos, como el bosque, el rio
o el lago, formados por una trama de elementos físicos (el biotopo) y biológicos (la
biocenosis o comunidad de organismos). Es decir, el ecosistema estudia las relaciones
que mantienen entre si los seres vivos que componen la comunidad, pero tambien las
relaciones con los factores no vivos.

El ecosistema magno es la ecosfera. Abarca todo el planeta y reúne a todos los seres
vivos en sus relaciones con el ambiente no vivo de toda la Tierra. Sin embargo, el gran
sistema está conformado por subsistemas que son ecosistemas más delimitados.

Así, por ejemplo, un océano, un lago, un bosque, incluso un árbol o una manzana en
proceso de descomposición, son ecosistemas que poseen patrones de funcionamiento en
los que se puede encontrar paralelismos fundamentales que permiten agruparlos en el
concepto de ecosistema.

Para que funcionen, todos los ecosistemas necesitan una fuente de energía que fluye a
través de sus distintos componentes, la cual mantiene la vida y moviliza el agua, los
minerales y otros componentes físicos del ecosistema. Las fuentes sustantivas de
energía, como ya se mencionó, son dos, de las que depende el funcionamiento del
ecosistema: 1) la energía solar y 2) la energía producida por combustibles químicos, de tal
modo que es posible distinguir entre sistemas impulsados por el sol y los impulsados por
combustibles. Con base en esta distinción energética, el ecosistema se clasifica en:

1. Ecosistemas naturales no subsidiados impulsados por energía solar. Ejemplos: el


piélago y los bosques de zonas altas.

2. Ecosistemas naturales subsidiados impulsados por energía solar. Ejemplos: estuario


de marea y algunas selvas tropicales.

3. Ecosistemas humanos subsidiados, impulsados por energía solar. Ejemplos:


agricultura y acuicultura.

4. Sistemas urbano-industriales impulsados por combustible. Ejemplos: ciudades,


ciudades satélites y parques industriales.

10
Intrínseco a este funcionamiento existe, además, un movimiento continuo de los
materiales, el cual da pie para definir el metabolismo social que sirve para describir la
interacción sociedad-naturaleza.

Desde el punto de vista del ecosistema se distinguen dos componentes bióticos: uno
que es capaz de captar energía luminosa y utilizarla para elaborar alimento, mediante
síntesis, a partir de sustancias inorgánicas denominado componente autotrófico, y otro
que degrada, asimila y desintegra las sustancias orgánicas que requieren los procesos
vitales, llamado componente heterotrófico, que emplea las sustancias elaboradas por los
autótrofos.

De una u otra manera los diferentes elementos químicos transitan del suelo, el agua o
el aire a los organismos, y de unos seres vivos a otros, hasta que regresan al suelo, al
agua o al aire para cerrar el ciclo. En este mismo sentido la materia se recicla —en un
ciclo cerrado— y la energía pasa —fluye— y genera la organización del sistema.

La identificación de un ecosistema tiene el propósito de descubrir las relaciones entre


los elementos, más que el interés de explorar como son estos. Para el estudio del
ecosistema es indiferente, en cierta forma, que el depredador sea un león o un tiburón. La
función que cumplen dichos elementos en el flujo de energía y en el ciclo de los
materiales es similar, y es lo que interesa en ecología.

Ahora bien, como sistema complejo que es, cualquier variación en un componente del
sistema repercute en todos los demás componentes. Por eso es tan importante identificar
las relaciones que se establecen, las cuales son: alimentarias, los ciclos de la materia y
los flujos de energía.

Flujo de energía
El flujo de la energía está relacionado con los ciclos de la materia. Ambos son
propiedades emergentes de los ecosistemas que resultan de la producción y el consumo
en estos (Marten, 2001). Los ciclos de la materia son una señal de como esta se mueve a
través de los ecosistemas en un ciclo de producción y consumo. Es decir, el ciclo de la
materia es, en gran medida, cerrado, en tanto que el flujo de energía en los ecosistemas
es abierto.

La energía “ingresa a los ecosistemas como luz solar. Luego es capturada por la
fotosíntesis en cadenas de carbono que utilizan las plantas verdes para su crecimiento.
[…]. El crecimiento de todas las plantas en un ecosistema constituye su producción
primaria neta. La producción primaria es la fuente de materia orgánica y energía (en forma
de cadenas de carbono) de los ecosistemas”. Luego, los sistemas, mediante maquinas,
son impulsados por combustibles a través de la siguiente línea: extraer- hacer-usar-tirar.

Ciclos biogeoquímicos
La materia se mueve desde el mundo vivo hasta el ambiente abiótico y de este regresa
al mundo vivo. Esta circulación, que constituye los ciclos biogeoquímicos, se expresa
como un conjunto de procesos naturales que reciclan elementos de diferentes formas
11
químicas desde el medio ambiente hasta los organismos, y luego a la inversa. Agua,
carbono, oxigeno, nitrógeno, fosforo y otros elementos recorren estos ciclos y mediante
ellos conectan a los componentes vivos con los no vivos de la Tierra.

Las sustancias que utilizan los organismos no se “pierden”, aunque pueden llegar a
sitios donde resultan inaccesibles para los organismos durante extensos periodos. Sin
embargo, casi siempre la materia se reutiliza y a menudo circula varias veces, tanto
dentro de los ecosistemas como fuera de ellos. Los ciclos biogeoquímicos que se
conocen son el del carbono, el del nitrógeno, el del oxígeno, el del fosforo, el del calcio, el
del azufre y el del agua, los que a su vez se pueden agrupar como ciclos gaseoso,
sedimentario e hidrológico.

TAREA 3:

Realiza un cuadro sinóptico del tema Ecosistema

12

También podría gustarte