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Profesora: Bachiller:
Olga Marcano C.I: 22.720.382
Crisanny Lares
Jeobanny Rodríguez
INTRODUCCIÓN
Las habilidades son el conjunto de destrezas que se van adquiriendo a lo largo de la vida,
desde el día en que naces. Habilidades que desde el inicio comienzan a proporcionar
autonomía, capacidades de manipulación pensamiento y relación social. Habilidades que
con el entrenamiento y práctica adquieren mayor complejidad y precisión.
HABILIDADES MOTORAS Y PSICOMOTORAS
HABILIDAD MOTORA FINA O
MOTRICIDAD FINA
Las habilidades motoras gruesas se refieren a los movimientos que utilizan grandes grupos
musculares, como caminar, saltar y escalar. Normalmente, ambas se desarrollan al mismo
tiempo ya que muchas actividades requieren la utilización conjunta de las dos.
Una habilidad motora o motricidad es simplemente una acción que involucra al bebé
usando sus músculos. Las habilidades motoras gruesas o motricidad gruesa son los
movimientos más grandes que el bebé hace con sus brazos, piernas, pies, o todo su cuerpo.
Así arrastrándose, corriendo y saltando son las habilidades motoras gruesas.
Cuando el bebé es recién nacido, su cerebro no está lo suficientemente maduro como para
controlar el movimiento. El desarrollo comienza en la cabeza, y luego pasa a su cuerpo.
El bebé aprende a controlar su cuello antes que sus hombros, sus brazos antes que sus
manos y el control de las manos antes que el control de los dedos. En cualquier área del
cuerpo del bebé, sus habilidades motoras gruesas se desarrollan antes que sus
habilidades motoras finas. Así que su hijo va a ser capaz de llevar los brazos juntos antes
de que aprenda cómo pasar un juguete de mano en mano. Sin embargo, para que el bebé
realmente haga cosas por sí mismo, necesitará usar habilidades gruesas y finas juntas.
Cuando pueda sentarse bien sin apoyo, ponga su juguete favorito fuera de su alcance. De
esta manera, tendrá que equilibrarse para agarrar su juguete. Esté atento a cualquier cambio
en la forma en que usa sus piernas, brazos y dedos. Cuando su bebé se canse de un juego,
encuentre otro juguete o actividad con la que practicar nuevas habilidades. Trate de no
hacer las cosas demasiado difíciles para él y utilizar juguetes acordes a la edad de cada
niño. Cualquier cambio, habilidad o destreza que consiga su pequeño, debe animarlo y
posteriormente, hacer algo un poco más difícil. Retos pequeños, hechos a menudo, son los
mejores para el desarrollo de la motricidad fina y motricidad gruesa de su bebé.
IMPORTANCIA LAS HABILIDADES MOTORAS GRUESAS
Las habilidades motoras gruesas son importantes para permitir que los niños realicen
funciones cotidianas, como caminar, correr, saltar, así como habilidades de juego (por
ejemplo, escalada) y habilidades deportivas (por ejemplo, atrapar, lanzar y golpear una
pelota). También son cruciales para las habilidades cotidianas de autocuidado, como
vestirse (donde debe poder pararse sobre una pierna para colocar la otra pierna en la
pernera del pantalón sin caerse).
¿CÓMO SABER UN NIÑO TIENE PROBLEMAS CON LAS HABILIDADES
MOTORAS GRUESAS?
Llegue tarde a los hitos del desarrollo (es decir, a sentarse, gatear, caminar, correr o
saltar).
Se mueva rígidamente y carezca de movimientos corporales fluidos o,
alternativamente, esté incómodo y parezca torpe.
Evite la actividad física.
Participe en actividades físicas solo por períodos cortos (tenga baja resistencia).
No pueda mantener una postura erguida cuando está sentado en una colchoneta o en
una mesa.
No pueda realizar las mismas habilidades que sus compañeros.
No pueda seguir instrucciones de varios pasos para completar una tarea física (por
ejemplo, una carrera de obstáculos).
No pueda planificar y secuenciar correctamente los eventos o pasos en un proceso
(por ejemplo, dar un paso adelante antes de lanzar).
No realice movimientos de forma segura (como por ejemplo en la escalada).
Necesite poner más esfuerzo que sus compañeros para completar una tarea.
Pierda la habilidad previamente dominada si no la sigue practicando.
No sea capaz de transferir una habilidad, es decir, usar la misma habilidad de forma
diferente (por ejemplo, poder cambiar fácilmente entre lanzar una pelota grande o
pesada a una pelota pequeña o ligera).
¿QUÉ SE DEBE HACER SI UN NIÑO TIENE DIFICULTADES CON LA
MOTRICIDAD GRUESA?
DESARROLLO DE LA PSICOMOTRICIDAD
Las habilidades motoras finas no son habilidades específicas del aprendizaje, como lo son
la lectura o las matemáticas. Pero tienen un impacto directo en la capacidad de aprender de
los niños y demostrar lo que saben
REFLEJOS NEONATALES
Muchos reflejos en los bebés desaparecen a medida que el niño crece, aunque algunos
permanecen a lo largo de la vida adulta. Un reflejo que todavía esté presente después de la
edad en la que normalmente desaparecería puede ser un signo de daño cerebral o daño al
sistema nervioso.
Los reflejos de los bebés son respuestas que son normales en ellos, pero anormales en otros
grupos de edades. Tales reflejos incluyen:
REFLEJO DE GATEO
Al tener al bebé tumbado boca abajo con las piernas flexionadas, si tocamos la planta del
pie, estira la pierna y empuja su cuerpo hacia delante.
REFLEJO DE LA ESCALADA
Sujetando al bebé por debajo de los brazos y con las piernas colgando, lo acercamos hacia
el borde de una mesa hasta que el empeine de uno de los pies la toque, lo que hará que
flexione la rodilla y suba a la mesa. Desaparece a los tres meses.
En general, todos ellos deben presentarse en los bebés nacidos a término (en el caso de los
bebés prematuros el caso es diferente). Eventualmente van desapareciendo, pero como
podemos observar, algunos reflejos primarios son los precursores de importantes hitos en el
desarrollo del bebé, como los primeros pasos.
Las situaciones de aprendizaje de las habilidades físicas básicas deben estar integradas con
elementos lúdicos, pues el juego es la forma más natural de aprender de los niños,
independientemente de su medio sociocultural.
El desarrollo motor del niño de los 0 a los 6 años no puede ser entendido como algo que
le condiciona, sino como algo que el niño va a ir produciendo a través de su deseo de actuar
sobre el entorno y de ser cada vez más competente (Justo Martínez, 2000). El fin del
desarrollo motor es conseguir el dominio y control del propio cuerpo, hasta obtener del
mismo todas sus posibilidades de acción. Dicho desarrollo se pone de manifiesto a través
de la acción motriz, la cual está constituida por movimientos orientados hacia las relaciones
con el mundo que circunda al niño y que juega un papel primordial en todo su progreso y
perfeccionamiento, desde los movimientos reflejos primarios hasta llegar a la coordinación
de los grandes grupos musculares que intervienen en los mecanismos de control postural,
equilibrios y desplazamientos. La mejora motriz está sujeta a las cuatro leyes del desarrollo:
Ley céfalo-caudal, Ley próximo-distal, Ley de lo general a lo específico y Ley del
desarrollo de flexores-extensores (Losada, 2009, pp. 37-38). Y el desarrollo, a su vez, tiene
una serie de características que lo singularizan, causales de que tanto él mismo como el
perfeccionamiento motriz dependan de la maduración y del aprendizaje, ya que para que se
produzca un aprendizaje en la coordinación de movimientos es preciso que el sistema
nervioso y el sistema muscular hayan conseguido un nivel idóneo de maduración.
A los tres años el niño sabe correr, girar, montar en triciclo, echar el balón. A los cuatro
años salta a la pata coja, trepa, se puede vestir y desnudarse solo, atarse los zapatos,
abotonarse por delante...Los avances "manuales" también son destacables: uso de tijeras,
mayor habilidad en el dibujo... A los cinco años gana más aún en soltura: patina, escala,
salta desde alturas, salta a la comba... Entre los cinco y los seis años se puede decir que el
niño puede hacer físicamente lo que quiere, dentro siempre de sus fuerzas y posibilidades.
Hacia los seis años esa espontaneidad, de la que ha hecho gala el niño hasta esta edad, se
desvanece. Ahora lo que pretende es demostrar sus habilidades, medirse, hacerse valer, en
resumen, afirmarse. Se podría decir que en este punto el proceso de adquisición o
formación de las habilidades motrices básicas tocaría su fin pues como se ha dicho las
habilidades motrices básicas ponen las bases a los movimientos más complejos y
complementados, ahí estaríamos hablando ya de habilidades deportivas (Gil, Contreras y
Gómez, 2008).
Finalmente provee de fuerza, salud psíquica y corporal. La gente que practica deportes o
ejercicios siente una mayor autoestima, vitalidad y fortaleza (como se ve en este video)
LA PSICOMOTRICIDAD FINA
Se entiende por Psicomotricidad fina, todo tipo de actividad que necesitan de una precisión
y un elevado nivel de coordinación. La coordinación de la vista y la mano facilita realizar
“la pinza” con el pulgar, lo que permite manipular cosas, herramientas más complejas.
a) Utilidad: La coordinación entre lo que se ve, lo que quieres hacer y el órgano que lo
ejecuta, va desarrollando los sentidos y nuestra capacidad de coordinar diferentes
zonas de nuestra mente, las activa y las hace crecer. En resumen, se activa y crece
nuestra mente.
Todos los juegos de coordinación que se realizan en la infancia y juventud están haciendo
crecer el cerebro, ejercitando la mente, dándole plasticidad y aumentando la capacidad de
pensamiento.
La escuela infantil es muy importante en esta etapa porque se dedica a estas habilidades y la
socialización.
En esta web hay muchos ejercicios para bebes. Aquí para niños de 1 a 6 años. Más
ejercicios interesantes.
c) En los jóvenes y adultos: Todos los aprendizajes de oficios como dibujo, escultura,
pintura, mecánica, electrónica, los cursos de habilidades manuales, corte y
confección, tejer, etc. Incluyen múltiples desarrollos de habilidades psicomotrices
finas. Normalmente se eligen como hobbies o como vocación, pero tienen la
característica de ofrecer un desarrollo de una destreza manual, corporal y sensorial.
d) En los mayores: Con la edad se van perdiendo habilidades y es muy útil realizar
talleres que refuercen y estimulen la coordinación viso motriz como coser, tejer,
bisutería, trabajos manuales diversos. También el Baile, que permite recuperar la
coordinación y equilibrio corporal, expresión, ritmo, imagen corporal y autoestima.
Sin olvidarse nunca que el placer y la satisfacción serán el mejor motor para realizar
estas actividades. La coordinación psicomotriz también refuerza la memoria.