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CRISIS FINANCIERA DEL 2008 ESTADOS

UNIDOS

ALUMNOS: PEREZ SAGALINI; Santino


SEMILLA; Nicolás Francisco

PROFESOR: LOPEZ; Maximiliano David

1
INTRODUCCIÓN

La crisis desatada en 2008 en Estados Unidos es uno de los hechos económicos de mayor
importancia en el siglo XXI. Esto, debido a su impacto a lo largo de todo el planeta y los
efectos que aún hoy en día siguen presentes en las diferentes sociedades del mundo,
vinculados a la confianza en entidades financieras, inversión bursátil, la acumulación de
riqueza, adquisición de propiedades, entre muchas otras.

Se analizará qué situaciones llevaron a que tenga lugar la crisis a principios del siglo en
Estados Unidos, qué medidas se tomaron para finalizar este periodo, así como también qué
efectos tuvo a lo largo del mundo. También hacia el final del informe se incluyen algunos
macro indicadores de Estados Unidos (País donde inició la crisis) para demostrar la
influencia de esta sobre la nación y sus habitantes.

También llamada crisis de las hipotecas basura o subprime, un concepto sumamente


interesante que hace referencia a préstamos a personas con poca solvencia para devolver
el dinero. El efecto de estas es primordial, y no debe ser ignorado, incluso hoy en día, ya
que como se mencionó anteriormente, los efectos de esta siguen presentes hoy en día.

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¿QUE LLEVÓ A LA CRISIS?

Para detectar los primeros síntomas de la crisis debemos remontarnos a principios del siglo
y considerar diferentes cuestiones que tuvieron lugar en Estados Unidos hasta 2008, año en
el que estalló la situación.

En primer lugar, los atentados del 11 de septiembre en 2001. Estos llevaron a una época de
un rígido control de las fronteras y según diversos historiadores es uno de los puntos a tener
presentes como causa de la crisis.

En segundo lugar, la excesiva liquidez con que se encontraron los bancos en 2003. Esto
como consecuencia de una estrategia de deflación (bajada generalizada de precios)
impulsada por Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal estadounidense hasta
2006. En esos años era común la financiación de hipotecas y préstamos subprime, es decir,
conceder préstamos a personas con historial de morosidad, empleos inestables o,
simplemente, sin garantías de poder devolverlos.

A esto hay que sumarle también que, en el año 2002, el entonces presidente de Estados
Unidos, George W. Bush, solicitó ayuda al sector privado, buscando desde el mercado de
capitales mayor flexibilidad en relación con el financiamiento hipotecario a personas de
ingresos más bajos, bajo el discurso de que el sueño americano era la vivienda propia.
Analizando el contexto que vivía la sociedad norteamericana por esos años, es indudable
que este discurso de Bush se encuentra sumamente vinculado a la herida que el derrumbe
de las torres gemelas provocó no solo en el pueblo sino también en la economía, ya que no
hay que dejar de lado la crisis de las empresas de internet en el año 2000, también
conocida como la “Crisis del Dotcom”.

Las hipotecas subprime, fueron emitidas en unos años en que los intereses se encontraban
en mínimos históricos, lo que se traducía en un optimismo generalizado.

La facilidad en relación con la extensión de créditos hipotecarios tuvo dos efectos. El


primero fue que las familias se dedicaron a especular ampliamente con los precios de los
inmuebles, y sobre todo con los costos de las hipotecas. La especulación llevó al desarrollo
de una burbuja inmobiliaria, que infló considerablemente los precios.

Ahora bien, estos préstamos no se limitaron solo a hipotecas, extendiéndose también a otro
tipo de productos, como coches o reformas, que permitía a los usuarios disfrutar de una
cantidad de dinero que difícilmente podrían devolver cuando los intereses empezaron a
subir. Esta práctica no era exclusiva de Estados Unidos, siendo común también en
diferentes partes del mundo.

La especulación por parte de los bancos respecto de sus activos hipotecarios era algo
sumamente común. Se recurre a vender en forma de bonos, de esta manera logrando
omitirlos de sus balances al tiempo que los utilizaban como aval para los préstamos que se
concedían entre diferentes entidades. Además, entraron en los llamados hedge funds, es

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decir, fondos de inversión de alto riesgo que no cuentan apenas con regularización. Es
decir, se dedicaban a la compraventa de bonos hipotecarios mientras utilizaban esos
mismos bonos como garantía.

Esta especulación era especialmente peligrosa teniendo en cuenta que su red de


salvamento eran las hipotecas subprime, las cuales eran concedidas a personas que, con el
aumento de los tipos de interés, evidentemente, no pudieron pagar sus cuotas. En el largo
plazo, el valor de las viviendas resultó siendo el respaldo de las hipotecas, incluyendo las
subprime. Conforme aumentaban los precios, aumentaba el número de hipotecas.

La constante especulación y alza de precios llevó a que la Reserva Federal iniciara una
subida de tasas de interés; 3% en el 2005 y hasta 5.5% en el 2006. Sin embargo, esta
iniciativa sería en vano.

Así, estalló la burbuja inmobiliaria y los precios de los activos cayeron por los suelos. Las
familias incurrieron en default, al no pagar la deuda, devolviendo sus casas a los bancos.
No es un dato menor que estos inmuebles tienen precios muy por debajo del dinero que
habían tomado prestado de las entidades financieras, a su vez llevando a la caída de los
portfolios de inversión de los bancos.

El 15 de septiembre de 2008 el banco Lehman Brothers (cuarta entidad financiera más


importante de Estados Unidos) se declaró en quiebra, con una deuda que supera los
600.000 millones de dólares. De esta manera, la incertidumbre sobre el futuro de sus
competidores derivó en una caída en bolsa de otras entidades financieras, se calcula que
hasta un 46% en pocos días. El origen de sus problemas eran las hipotecas subprime.
Dentro de las diferentes unidades de las que disponía Lehman Brothers se encontraba
BNC, uno de los mayores bancos hipotecarios de Estados Unidos, especializados en estos
créditos concedidos a clientes con poca solvencia. En 2007, Lehman cerró BNC, pero sus
problemas continuaron. El banco disponía de activos por valor de 639.000 millones de
dólares y contaba con 25.935 empleados en 61 oficinas por todo el mundo. En este
caso, el Gobierno de Estados Unidos no acudió en auxilio de la entidad (Redescuentos).

Así, poco a poco, era mayor el clima de desconfianza en el que los bancos se mostraron
menos dispuestos que nunca a la hora de prestar dinero, sobre todo, a causa de los
préstamos subprime, es decir, si el beneficiario escondía problemas de solvencia. El pasaje
de un nulo control y liberalidad a la hora de extender crédito provocó una formidable subida
de las hipotecas.

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¿CÓMO SE SOLUCIONÓ?

Ambas crisis, financiera y económica comenzaron a tener gran impacto sobre las finanzas
públicas de los países y sobre todo los bancos centrales de los mismos, los ingresos por
impuestos bajaron y el gasto público aumentó considerablemente, los efectos fueron
inmediatos, aun antes que interviniera el gobierno.

Las finanzas públicas se cayeron en declive rápidamente por las intervenciones del estado,
el FMI y OCDE y algunos economistas como Krugman, Summers y otros les pedían a los
gobiernos promulgar ̈paquetes de estímulo fiscal. Estos paquetes eran cambios políticos
que involucran principalmente mayores gastos.

Estos pedidos iban acompañados de información que justificaba que impidieron mayores
caídas del PBI o un mayor desempleo, con esta medida los déficits fiscales y las deudas
públicas crecieron muy rápido en otros países.

Los bancos centrales por miedo y preocupación del colapso de importantes instituciones
financieras y por temores de deflación, comenzaron a tomar medidas fuera de lo común.
Redujeron en gran parte sus tasas de préstamo a un valor de casi cero, y comenzaron una
política llamada ¨facilitación cuantitativa¨, es decir compraban activos de instituciones
financieras o bonos de los gobiernos del mercado para inyectar un montón de liquidez en la
economía. Estas medidas fueron valiosas para los bancos en dificultades, porque se
pudieron sacar de encima algunos de sus malos activos.

Gracias a las medidas fiscales y monetarias, la crisis financiera se detuvo, como


consecuencia algunos bancos desaparecieron y otros fueron absorbidos y otros se
incrementaron aún más.

El sector financiero se hizo rentable nuevamente y se volvieron a pagar grandes sueldos,


pero más pequeños que antes, se podía tomar dinero en forma muy barata de los bancos
centrales y comprar títulos de gobierno que pagarán tasas de interés más altas que el costo
de tomar préstamos.

Si bien el sector financiero mejoró, las cuentas del sector del gobierno y las de los bancos
centrales empeoraron. Para cuando tuvo lugar la asamblea del 26 y 27 de junio del 2010 del
G20, gran parte de los países empezaron a crecer nuevamente, pero a tasas más bajas que
las necesarias porque todavía debían bajar las tasas de desempleo. Además de que los
bancos habían vuelto a tener ganancias. Los déficits fiscales siguen muy altos y las deudas
políticas estaban creciendo como parte del PBI.

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CONSECUENCIAS

La crisis condujo a una aguda reducción de la confianza entre las instituciones financieras.
La confianza es, obviamente, un activo fundamental para el mercado financiero. Sin
confianza no puede operar con eficiencia. Los bancos dejaron de prestarse unos a otros y a
otras instituciones financieras y no-financieras.

Las empresas tuvieron dificultades para obtener préstamos para sus inversiones. Así como
también, las empresas pequeñas se vieron particularmente golpeadas. El desempleo subió
mucho. El crédito a las exportaciones se vio afectado y tanto las exportaciones como las
importaciones declinaron mucho por primera vez en muchos años. En este punto, la
economía financiera se convirtió en una crisis de la economía real. A través de su efecto
sobre el comercio y la inversión, se convirtió en una crisis global provocando el temor de
que pudiera convertirse en otra Gran Depresión.

Otro factor importante, también vinculado a la confianza, es el de las inversiones bursátiles.


Hoy en día no es algo tan recurrente como sí lo era en 2008. La caída de índices como el
S&P500 influyeron rotundamente en el riesgo y disposición para invertir, haciendo que hoy
en día esta actividad sea menos atractiva para colocar los ahorros.

La adquisición de propiedades sufrió una fuerte reducción. Luego de una época en la que
esto era una moda, hoy en día en cambio es todo lo contrario. Hay muchas causas que lo
explican, entre ellas el tener menos hijos, menos patrimonio y que los adultos de hoy en día
sean protagonistas del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Además, las propiedades hoy en día valen mucho menos del precio promedio que pagaban
las generaciones previas. El valor promedio de una vivienda para una persona de 18 a 33
años en 2013 era de US$133.000 comparado con US$197.000 para el mismo grupo etario
en 2007.

La acumulación de riqueza también se vio reducida a causa de la crisis. Tan solo en


Estados Unidos, los nacidos a mediados de la década de 1980 han acumulado un

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patrimonio 34% inferior de lo que se preveía tomando en cuenta lo ocurrido con las
generaciones anteriores, según estimaciones de la Reserva Federal de San Louis.

Teniendo en cuenta que el salario promedio para un recién egresado de la universidad en


2008 era de US$46.000, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados
Unidos, es posible afirmar que esa cifra es 8% inferior, tomando en cuenta la inflación, que
lo que ganaban los graduados universitarios en 2002.

Entre otras cuestiones encontramos una reducción en la tasa de natalidad. En esos años
hubo 4.8 millones nacimientos menos de los esperados. Esto se atribuye sobre todo a que
se destina el dinero a otras actividades, ahorro, estudios, adquirir un hogar y no a formar
familias, principalmente debido a la crisis y cómo la gente respondía ante ella.

EL DECLIVE DE LA TASA DE NATALIDAD

MACROINDICADORES

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● El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos cayó 0,3% en el 2008 y 2,8% en
el 2009.

TASA DE CRECIMIENTO REAL DEL PIB

PBI REAL Y NOMINAL ESTADOS UNIDOS 1987-2016

● El nivel de desempleo en Estados Unidos alcanzó un máximo del 10%.

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 Inflación:

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● Hipotecas subprime:

EL “SUBPRIME EN EE. UU. SOBRE EL TOTAL DE HIPOTECAS

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CONCLUSIÓN
En conclusión; la crisis del 2008, provocada por la política monetaria a cargo de la FED en
Estados Unidos, sobre todo por la fácil y ágil extensión de créditos, las conocidas hipotecas
subprime o prestamos basura, también destinados a otras actividades y cumplir el “sueño
americano”, una tendencia a causa del atentado contra las torres gemelas, que generaron
una caída importante en los precios de los inmuebles, estallo la burbuja inmobiliaria, las
tasas de interés crecieron con el pasar de los años y que poco a poco se dejó de extender
crédito.

Esta situación se tradujo fácilmente en consecuencias negativas que siguen repercutiendo


en las sociedades actuales, sea desde una perdida de riqueza acumulada, disminución en
la adquisición de inmuebles, o la perdida de confianza en las PYMES y entidades
financieras. Una situación clave en la economía del siglo XXI, que, si bien es posible notar
una recuperación con el pasar de los años, hoy en día sigue dejando huella en las
diferentes tasas e indicadores, como lo son el PBI, la inflación y el desempleo.

Para contratacar la crisis, se acudió a reducir en gran parte sus tasas de préstamo a un
valor de casi cero, y comenzaron una política llamada ¨facilitación cuantitativa¨, es decir
compraban activos de instituciones financieras o bonos de los gobiernos del mercado para
inyectar un montón de liquidez en la economía.

Por otro lado, vemos también que cuando tuvo lugar la asamblea del 26 y 27 de junio del
2010 del G20, gran parte de los países empezaron a crecer nuevamente, pero a tasas más
bajas que las necesarias porque todavía debían bajar las tasas de desempleo. Además de
que los bancos habían vuelto a tener ganancias. Los déficits fiscales siguen muy altos y las
deudas políticas estaban creciendo como parte del PBI.

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