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Con el paso del tiempo la música puede llegar a mejorar las habilidades lingüísticas, la
creatividad y la felicidad. También ayuda a disminuir la ansiedad y el dolor, provoca
una curación rápida e incrementa el optimismo. Y además ayuda a sanar algunas
enfermedades neurológicas como Alzheimer, Parkinson y Autismo.
La música ha demostrado ser útil para ayudar a los pacientes con enfermedades médicas
graves como el cáncer, quemaduras y esclerosis múltiple que también están deprimidos.
Si puede ayudar en estas situaciones, es posible que pueda ayudarle a usted y a sus seres
queridos a experimentar estados de ánimo más positivos.
Actualmente las personas que se sienten agobiadas por la situación actual, provocando
problemas emocionales y ciertas condiciones mentales, en este proceso de recuperación
y mejora, la música se encarga de una parte importante, ayudando a los sentidos a llevar
una mejor rehabilitación.
En estudios en pacientes en recuperación tras una cirugía, los que escucharon música antes,
durante o después de la cirugía tuvieron menos dolor y una mayor satisfacción en general
comparado con los que no escucharon música como parte de su manejo.
Como se mencionaba antes, es posible que la música cambie nuestra forma de ver las
situaciones de nuestro día a día, una de ellas, podría ser una cirugía, un mal golpe, una discusión
y también alguna emoción repentina.
La música relajante o la que nos da familiaridad y seguridad, son las más recomendadas
para poder conciliar el sueño.
¿LA MUSICA PUEDE REGULAR LA FRECUENCIA CARDIACA?
Los efectos de la música van mucho más allá del placer superficial. Un estudio
realizado en Alemania señaló que «es posible que la música no solo mejore la calidad
de vida sino que también efectúe cambios en la frecuencia cardiaca y en la variabilidad
de la frecuencia cardiaca. También de acuerdo con este trabajo, los pacientes que
estaban en un entorno preoperatorio y escucharon música redujeron de forma
significativa sus niveles de ansiedad.
De hecho, los redujeron mucho más que quienes tomaron midazolam, ansiolítico que se
suministra de forma regular en tales situaciones. Y se comprobó una menor presencia de
cortisol, una hormona responsable de los procesos inflamatorios que se libera como
respuesta al estrés, en pacientes que, tras una cirugía a operación abierto, descansan en
la cama con música que en quienes permanecen sin ella.
La música se utiliza cada vez más como una herramienta terapéutica, debido a que todas
las personas, tanto las musicalmente entrenadas como las que no lo están, responden de
forma similar, apunta el texto de Hans; Joachim Trappe, profesor de la Universidad
Ruhr de Bochum, en Alemania. La música es efectiva en diferentes condiciones y puede
representar una intervención efectiva en pacientes con trastornos cardiovasculares,
dolor, síndromes depresivos, enfermedades psiquiátricas y en medicina de cuidados
intensivos.
Los mayores beneficios para la salud los proporcionan la música clásica y la llamada de
meditación.
El aprendizaje también resulta favorecido por la música placentera por su relación con
el ya citado sistema de refuerzo de los comportamientos. Con esto se relaciona el uso
terapéutico que se hace de la música para los pacientes con Alzheimer: numerosos
estudios han demostrado que estas personas mejoran sus habilidades sociales y
cognitivas y reducen sus síntomas de agitación gracias a la música, esa compañía tan
importante y a la vez, por fortuna, tan fácil de conseguir.