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PANDEMIA

LA MUSICA COMO MEDICINA

Con el paso del tiempo la música puede llegar a mejorar las habilidades lingüísticas, la
creatividad y la felicidad. También ayuda a disminuir la ansiedad y el dolor, provoca
una curación rápida e incrementa el optimismo. Y además ayuda a sanar algunas
enfermedades neurológicas como Alzheimer, Parkinson y Autismo.

En un estudio realizado en la Universidad de California en el 2009, se descubrió que


existe una parte del cerebro que asocia la música con recuerdos al experimentar
momentos emocionales sobresalientes. Es por esta razón que al escuchar cierta canción
puede que venga a tu mente alguna etapa o suceso de tu vida que te haya marcado de
sobremanera y con esta las emociones que sentías en el momento.

Escuchar música crea picos de emociones que incrementan la cantidad de dopamina, un


neurotransmisor que ayuda a controlar los centros de recompensa y placer del cerebro.
Además, ayudan a procesar otras emociones como miedo, tristeza, resentimiento y
dolor, aun cuando estén presentes a nivel subconsciente.

La música tiene la habilidad de proporcionar estímulos que construyan nuevos caminos


para ayudar al cerebro a renovarse luego de alguna lesión.

El escuchar música ayuda al cerebro a anticipar acontecimientos y mantener una mayor


atención. Aunque en ciertos casos puede también que sean una fuente de distracción y
dificulte la capacidad de concentración. Esto depende no sólo de la personalidad de la
persona sino también del tipo de música que se esté escuchando. Por lo general es
mucho más fácil concentrarse con música que no tiene letra o un ritmo movido.

¿ES POSIBLE SENTIRSE FELICES ESCUCHANDO MUSICA?

La música ha demostrado ser útil para ayudar a los pacientes con enfermedades médicas
graves como el cáncer, quemaduras y esclerosis múltiple que también están deprimidos.
Si puede ayudar en estas situaciones, es posible que pueda ayudarle a usted y a sus seres
queridos a experimentar estados de ánimo más positivos.

Actualmente las personas que se sienten agobiadas por la situación actual, provocando
problemas emocionales y ciertas condiciones mentales, en este proceso de recuperación
y mejora, la música se encarga de una parte importante, ayudando a los sentidos a llevar
una mejor rehabilitación.

¿LA MUSICA PUEDE REDUCIR EL ESTRÉS?

Se ha demostrado que escuchar música de ritmo lento tiene la capacidad de reducir


todos los parámetros asociados al estrés, sobre todo cuando los sujetos analizados son
los que escogen las melodías que escuchan.

Esto es debido a que, eventualmente, relacionamos la música relajante con situaciones


calmadas y relajantes, donde no es necesario estar alerta o tensionado, a comparación con las
melodías trepidantes, las cuales son asociadas con situaciones de peligro o posibles amenazas.

¿ES POSIBLE QUE LA MUSICA CALME EL DOLOR?

En estudios en pacientes en recuperación tras una cirugía, los que escucharon música antes,
durante o después de la cirugía tuvieron menos dolor y una mayor satisfacción en general
comparado con los que no escucharon música como parte de su manejo.

Como se mencionaba antes, es posible que la música cambie nuestra forma de ver las
situaciones de nuestro día a día, una de ellas, podría ser una cirugía, un mal golpe, una discusión
y también alguna emoción repentina.

¿LA MUSICA AYUDA A CONCILIAR EL SUEÑO?

Muchas personas escuchan música reconfortante para ayudarles a conciliar el sueño.


Esta práctica está respaldada por estudios en varios entornos. Solo no trate de escuchar
música bailable enérgica o marchas vigorizantes antes de tratar de dormir. Por el
contrario, si está tratando de despertarse por la mañana, elija música acelerada más que
canciones de cuna.

La música relajante o la que nos da familiaridad y seguridad, son las más recomendadas
para poder conciliar el sueño.
¿LA MUSICA PUEDE REGULAR LA FRECUENCIA CARDIACA?

Los efectos de la música van mucho más allá del placer superficial. Un estudio
realizado en Alemania señaló que «es posible que la música no solo mejore la calidad
de vida sino que también efectúe cambios en la frecuencia cardiaca y en la variabilidad
de la frecuencia cardiaca. También de acuerdo con este trabajo, los pacientes que
estaban en un entorno preoperatorio y escucharon música redujeron de forma
significativa sus niveles de ansiedad.

De hecho, los redujeron mucho más que quienes tomaron midazolam, ansiolítico que se
suministra de forma regular en tales situaciones. Y se comprobó una menor presencia de
cortisol, una hormona responsable de los procesos inflamatorios que se libera como
respuesta al estrés, en pacientes que, tras una cirugía a operación abierto, descansan en
la cama con música que en quienes permanecen sin ella.

La música se utiliza cada vez más como una herramienta terapéutica, debido a que todas
las personas, tanto las musicalmente entrenadas como las que no lo están, responden de
forma similar, apunta el texto de Hans; Joachim Trappe, profesor de la Universidad
Ruhr de Bochum, en Alemania. La música es efectiva en diferentes condiciones y puede
representar una intervención efectiva en pacientes con trastornos cardiovasculares,
dolor, síndromes depresivos, enfermedades psiquiátricas y en medicina de cuidados
intensivos.

Los mayores beneficios para la salud los proporcionan la música clásica y la llamada de
meditación.

¿SE PUEDE APRENDER MEJOR CON MUSICA DE FONDO?

También el lenguaje resulta beneficiado por la influencia de la música. Sylvain Moreno,


profesor de la Universidad Simon Fraser, de Canadá, se ha dedicado a estudiar este
aspecto. En sus textos asegura que «la música puede modificar el cerebro tanto a nivel
funcional como estructural», y que 9 de cada 10 niños con edad preescolar que
participaron en un programa de educación con música demostraron unas mejoras en su
«inteligencia verbal» que no se vieron en los de un programa similar, pero sin música.

El aprendizaje también resulta favorecido por la música placentera por su relación con
el ya citado sistema de refuerzo de los comportamientos. Con esto se relaciona el uso
terapéutico que se hace de la música para los pacientes con Alzheimer: numerosos
estudios han demostrado que estas personas mejoran sus habilidades sociales y
cognitivas y reducen sus síntomas de agitación gracias a la música, esa compañía tan
importante y a la vez, por fortuna, tan fácil de conseguir.

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