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Universidad Externado de Colombia

Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras

Resumen
Esta es una exposición sucinta de los plantea-
mientos realizados por el sociólogo brasileño
Renato Ortiz en su libro Otro territorio
en lo referente a la denominada, por él,
modernidad-mundo; momento en el que
se evidencian profundas transformaciones
sociales producto del desarrollo de redes
informáticas y comunicacionales que han
ocasionado una evidente reconfiguración
Ruth Helena Jaramillo
del espacio. Mutación que necesariamente
hace que la aparente estaticidad de conceptos
Actual candidata a magíster en comunicación como Estado-Nación, identidad y cultura
por la Universidad Javeriana de Colombia.
Especialista en gerencia y gestión cultural,
popular sea revisada y repensada por todos.
Universidad del Rosario. Para enriquecer la reflexión acude a otros
Administradora de empresas turísticas y hoteleras, autores como Néstor García Canclini, Jesús
Universidad Externado de Colombia.
Su formación la ha enriquecido con la realización de
Martín-Barbero y Paul Virilio.
diplomados y cursos libres en el campo de la filosofía, la
historia, la economía de la cultura y la apreciación artística. Palabras clave: espacio, territorio, viaje,
En lo creativo, ha efectuado estudios de fotografía
en la Universidad Externado de Colombia.
modernidad-mundo, globalización, Estado-
Nación, cultura popular, desterritorialización,
identidad, mundialización.

Abstract
This article is a concise examination of the
issues dealt with in the book Otro Territorio
CAVILACIONES SOBRE
by Brazilian sociologist, Renato Ortiz, with
TERRITORIO,
reference to his so-called world modernity.
GLOBALIZACIÓN E
This concept refers to the moment in which
IDENTIDAD
deep-rooted social changes are experienced
as a result of the development of information
DELIBERATIONS
and communication networks, causing an evi-
ON TERRITORY,
dent reconfiguration of space. This mutation
GLOBALISATION AND
necessarily implies that the state-like quality
IDENTITY
of concepts such as nation state, identity
and popular culture needs to be revised and
rethought by all. In order to supplement this
La comprensión de un mundo desterrito- review, other authors, such as Néstor García
rializado requiere un punto de vista Canclini, Jesús Martín-Barbero and Paul Viri-
desterritorializado. Para entenderlo en lio were also taken into consideration.
su totalidad, la perspectiva analítica debe
liberarse de las restricciones locales y Key Words: Space, territory, journey, world
nacionales. Sólo de esta forma puede ser modernity, globalisation, nation state, popu-
comprendido el flujo de la modernidad- lar culture, de-territorialisation, identity.
mundo.
Renato Ortiz

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Habitamos un mundo en el que el cambio es privar al hombre de esas tres dimensiones,


la constante, en el que lo sólido se desvane- ya sea en relación con el tiempo o en re-
ce en el aire, en palabras de Bauman16, y el lación con el trayecto, lo que hace que yo
asombro es el que prima; vivimos profundas vaya hacia el otro, y hacia lo lejano. Sin
transformaciones sociales que no dejan de embargo, la hiperconcentración del tiem-
producirnos vértigo y desazón, pero que po real reduce a nada todos los trayectos,
necesariamente nos hacen reflexionar sobre los espacios: el trayecto temporal prima
un escenario diferente de la vida, propio de en pos de un presente permanente, y el
una nueva modernidad, denominada por Re- trayecto del viaje –de un lugar a otro, de
nato Ortiz (1998) modernidad-mundo. Un un ser a otro– en pos de un estar ahí19.
proceso de glocalización, de acuerdo con la
idea de García Canclini: Acudiendo a la figura del viaje, la idea de
trayecto estaría relacionada con la ausencia
Glocalización que implica transforma- de ese espacio indeterminado entre un lugar
ciones espaciotemporales que afectan los de partida y uno de llegada, con la pérdida
modos y estilos de vida de las personas, del recorrido. Hoy este espacio comienza a
producto de los cambios de escala y de la extraviarse, se llega sin partir, las nuevas tec-
aceleración de los cambios, en especial nologías hacen que la experiencia sensorial
de aquellos producidos por las innova- del recorrido cambie.
ciones tecnológicas y por los crecientes
niveles de complejidad de la vida. Se Por tanto, la pérdida del trayecto hace
reconfiguran los sistemas de percepción necesariamente que la noción de viaje se
y representación del tiempo y el espacio, reconfigure, así esa experiencia del viaje en
que constituyen el entramado básico de el que a partir de lo cotidiano y extrañarnos
los mundos de la vida, de la historia con- de la diferencia, empieza a ser parte de la
creta de los individuos y grupos sociales, historia de una primera modernidad en la que
de sus mitos y sus ritos17. las nociones de espacio y tiempo eran otras,
unas que hoy se reconfiguran y hacen que los
Así, estas mutaciones tienen que ver princi- ritmos se aceleren y los ritos de pasaje sean
palmente con una inminente transformación parte de la nostalgia de una época en la que
de la percepción del espacio, un espacio que el encantarnos era una constante.
en la primera modernidad estaba ligado a un
territorio específico, y que como resultado De tal manera que ese lugar desde el cual mirar
de la revolución tecnológica ha experimen- y extrañar, que era de carácter existencial y
tado profundas alteraciones; una revolución que involucraba necesariamente la presencia
silenciosa de la que Martín Barbero diría de distanciamiento, comienza a desvanecerse,
ha trastocado todos los ámbitos de la vida: pues empieza a ser permeado por la totalidad,
el tiempo, el cuerpo, el sentido de identidad que poco a poco atraviesa los tejidos más pro-
y especialmente el espacio18.

16 Zygmunt Bauman. En busca de la política, Buenos Aires,


En este nuevo espacio marcado por la veloci-
Fondo de Cultura Económica, 2001, p. 48
dad, la intensidad, la simultaneidad y hasta la 17 Néstor García Canclini. Consumidores y ciudadanos.

ubicuidad, el trayecto, en términos de Virilio, Conflictos culturales de la globalización, México, Edit.


Grijalbo, 1995, p. 87.
empieza a desaparecer. 18 Jesús Martín-Barbero. Oficio de cartógrafo. Travesías

latinoamericanas de comunicación en la cultura, Santiago


El trayecto tiene tres dimensiones [...] la de Chile, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 72.
19 Paul Virilio. Cybermundo o la política de lo peor, Madrid,
partida, el viaje y la llegada. No se puede Cátedra, 1997, p. 58.

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fundos del ser. Así, el nuevo espacio aparece rizado por la discontinuidad, en donde las
como totalidad, una totalidad que se alimenta puertas y las fronteras delimitaban la dife-
de redes y de sistemas de flujos informativos rencia, un territorio enmarcado en límites
y comunicacionales que han hecho que el que permitían conservar la heterogeneidad;
mundo, como lo entendíamos, se ensanche; el que permitían que se mantuviera la “auten-
nuevo reto sería encontrar la forma de volver ticidad”. En este sentido el viajero resultaba
a encantarnos y encantar un espacio que se ser “un intermediario que ponía en comunica-
comprimió (Ortiz, 1998). ción lugares separados por la distancia y los
hábitos culturales [...] el viajero se compor-
El espacio de lo trayectivo ligado a un terri- taba como alguien que aproximaba unidades
torio físico, que implicaba la existencia de heterogéneas, su itinerario interligaba puntos
límites, de fronteras que se traspasaban para desconexos”22.
vivenciar el encuentro con la alteridad, con
el otro diferente; en este nuevo espacio de Para enfatizar en el tema de las fronteras
la modernidad-mundo se transforma, lo que y de los límites resulta pertinente acudir a
hace que las fronteras empiezan a desvanecer- las palabras de Ortiz con las que señala su
se y por tanto las identidades también. importancia:

Renato Ortiz, para develar las particula- De aquí resulta el interés por la imagen de
ridades inherentes al espacio de la nueva las puertas, al abrirse o cerrarse, favorecen
modernidad, acude bellamente a la metáfora o inhiben el movimiento del pasaje. De esta
del viaje, como un fenómeno propio de la forma, una sociedad se asemeja a una casa
primera modernidad, él lo concibe como “un con un conjunto de habitaciones y corredores.
desplazamiento en el espacio, siempre en Cada célula encierra una expresión propia y
pasaje por algún lugar, en el que la duración una individualidad modal, y la comunicación
se prolonga entre la hora de partida y el mo- entre ellas se realiza mediante un complejo
mento del regreso [...] el viajero es alguien de ceremonias y formalidades que permite
que se encuentra suspendido entre esas dos el flujo de comunicación entre universos
referencias que balizan su recorrido”20. Así, estancos23.
el viaje implica movimiento en el espacio
desde un lugar ubicado en la morada, a uno El tema del viaje nos permite tomar concien-
de llegada, extraño, diferente, luego de la cia de la otredad que se descubre y se enfrenta
vivencia de un trayecto trascendente que por el desplazamiento a lugares lejanos,
genera transformaciones del ser ocasionadas diferentes al propio, que gracias al aislamien-
por el asombro propio del encuentro con la to y a los límites se mantienen auténticos,
otredad, por la vivencia del extrañamiento; heterogéneos, y que desde esa diferencia se
experiencia que tiene que ver necesariamen- fortalecen y se pueden hacer visibles.
te con un proceso de distanciamiento de la
realidad habitual, de lo que se constituye Esta autenticidad fue producto, por tanto, de
como lo verdadero, al descubrimiento y la existencia y consecuente defensa de dichos
reconocimiento del otro diferente y real, “el límites, de esas fronteras, que eran las que
viajero es ante todo un extranjero, un intruso,
un marginal” en palabras de Simmel citado
por Ortiz21. 20 R. Ortiz. Otro territorio, Bogotá, Convenio Andrés Bello,

1998. p. 2.
21 Ibíd., p. 3.
Esta idea de viaje se ha transformado, dado 22 Ibíd., p. 4.
que pertenecía a un tipo de espacio caracte- 23 Ibíd., p. 3.

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permitían que se preservara; una autentici- delimitado que cambió, situación que hace
dad necesariamente ligada a la primera idea necesario su prioritario replanteamiento.
de lo popular, de eso que se constituía en lo
diferente desde las culturas subalternas, pro- Del arraigo territorial propio de las culturas
pio de universos herméticos, invulnerables, populares parte el concepto de identidad,
delimitados, que tenían que ser defendidos ligado posteriormente al concepto de nación,
para hacer visible y respetable lo inherente que se define como un espacio geográfico
al pueblo. delimitado, principal productor de sentido,
que contiene todas las identidades posibles
Así surgió en Alemania, a partir de los fo- del sujeto. Así, O rtiz enfatiza en que la
lkloristas, el concepto de “cultura popular”, primera modernidad se realiza a través del
que fue la base para que desde la periferia Estado-Nación, un espacio que sería irreduc-
se buscara consolidar la construcción de la tible a otras culturas, poseedor de un tipo de
nación; por lo que en principio este concepto identidad diferenciada y diferenciadora. Si
estuvo muy ligado a las culturas locales y pensamos que cada cultura es una y autén-
después nacionales, que tenían como base ori- tica, por extensión la idea de Estado-Nación
ginal el pueblo, convertido en algo ideal, una también lo es, nociones que son puestas en
dimensión pura frente a la cultura dominante cuestión, dado que los límites que permitían
que buscaba imponer sus cánones culturales, mantener íntegra su identidad, en el espacio
relacionados con un tipo de acervo cultural de la modernidad-mundo se han ido desva-
ajeno a las particularidades propias de esa neciendo y genera la reconfiguración de esas
diferencia inmanente a la periferia. marcas identitarias de carácter nacional.

Pueblo no significa una categoría histórica Así, la primera modernidad, se podría decir,
concreta, atravesada por los conflictos y las fue la sumatoria de diversas culturas nacio-
contradicciones sociales, sino que se trata de nales, concebidas como subtotalidades, que
un ideal, una dimensión olvidada, pero que contenían idiosincrasias, pautas culturales y
se mantiene incólume al mundo de las letras tejidos simbólicos diferenciados, poseedoras
y de la razón. Viajar por la cultura popular de identidades abarcadoras e irrepetibles. La
sería una forma de encantamiento del mundo, Nación, en palabras de Marcel Mauss, citado
y no propiamente un conocimiento científico por Ortiz, es “una sociedad material y moral-
de la realidad24. mente integrada en un poder central estable
y permanente, con fronteras determinadas y
Las culturas populares connotan, como el via- una relativa unidad moral, mental y cultural
je, exterioridad, extrañamiento y por supuesto de los habitantes, que se adhieren conscien-
alteridad, ya que persisten en la lejanía, en el temente al Estado y a sus leyes”25. Pero para
aislamiento que se da por el establecimiento que desde la periferia se construyera la idea
de fronteras, de límites, que maneja como de nación independiente fue necesario visi-
algo innato la segmentación. Estas culturas bilizar y defender esa unidad moral, mental
populares para arraigarse necesitan territorios y cultural que nos hacía un “otro”, mediante
específicos, separados de los otros, necesitan el fortalecimiento de lo popular, que era
ser totalmente “otros” y defender la autenti- realmente lo diferente, lo que no había sido
cidad que la distancia posibilita, cuanto más influenciado por la cultura dominante.
lejos mayor la integridad y la complejidad.
R. Ortiz pone en cuestión la idea de cultura
popular enmarcada en la modernidad-mundo,
24 Ibíd., p. 10.
dado que ésta pertenece a un tipo de espacio
25 Ibíd., p. 23.

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Ahora bien, el avance de redes y flujos comu- proyecto político latinoamericano, el espacio
nicativos va a articular los espacios inconexos del Estado-Nación se transformó. Entonces,
y, por tanto, a las culturas locales, y posterior- ese espacio discontinuo y delimitado, que
mente a las culturas nacionales, ligándolas manejaba una autonomía en términos cul-
entre sí de tal manera que la parte (nación) turales, de carácter heterogéneo, propio de
se empieza a integrar a un todo global, la primera modernidad, se transmuta debido
desterritorializándose lo local y, por ende, a los avances tecnológicos generados en la
adquiriendo otro significado lo nacional. Por modernidad-mundo, experimenta un quiebre
lo tanto, los Estados nacionales pierden su de fronteras sufriendo, como decíamos, un
centralidad como productores de sentido y proceso de desterritorialización, y por tanto
empieza a cuestionarse su legitimidad por el de desarraigo.
fenómeno globalizante, apareciendo nuevos
referentes de identidades que sobrepasan En este sentido, el viaje y el concepto de
y desbordan sus límites, produciéndose su cultura popular se transforman y son recon-
reconfiguración. “La globalización supone ceptualizados debido a que el espacio en el
una interacción funcional de actividades que podían ser, en esta modernidad-mundo,
económicas y culturales dispersas, bienes sufre un proceso de reconfiguración. Tanto es
y servicios generados por un sistema con así que el viaje ya no implica necesariamente
muchos centros, que trascienden los Estados desplazamiento, pues se puede acceder sin
nacionales, en el que importa más la veloci- necesidad de moverse del lugar de origen,
dad para recorrer el mundo que las posiciones antes el viajero debía desplazarse, ahora se
geográficas desde las cuales se actúa”26. desplaza el lugar, por lo que el viaje no nece-
sariamente connota separación. La distancia
A pesar de lo anterior, el fortalecimiento de se relativiza y el trayecto se disuelve, el sen-
las culturas populares en América Latina tido de proximidad cambia, se experimenta la
sigue siendo una estrategia de consolidación simultaneidad, lo que era antes desconocido
de la nación, por lo que la concreción de las y hacía parte del mundo de la diferencia se
naciones es aún un reto para nuestros países vuelve habitual. El sentido de extrañamiento
que buscan ser reconocidos como diferentes propios del viaje y de la cultura popular se
y ser visibles de esta manera en el concierto transforman en familiaridad; así, se produce
mundial; en consecuencia, la construcción de un proceso de mutación de las identidades
nación no ha dejado de ser una utopía, una nacionales.
entidad incompleta.
En esta modernidad-mundo priman las fuer-
Frente a los sinsabores del presente: los zas de descentramiento e individualización,
impasses, las dificultades (pobreza, subdesa- los límites propios del espacio de la moder-
rrollo, atraso tecnológico), la nación cristaliza nidad se vuelven nimios, la globalización se
un sueño aun materializado. Cada país busca, presenta como un fenómeno integrador, así
entonces, los elementos de autenticidad an- esa unidad moral, mental y cultural explo-
siada en las raíces de sus expresiones popula- siona y traspasa las fronteras de lo nacional,
res. La cultura popular actúa como sustancia ubicándose en otro tipo de categorías trans-
simbólica que articula una alteridad posible, versales de talla mundial.
encierra en la mente de los hombres las po-
tencialidades de un mundo diferente27. 26 Néstor García Canclini. Consumidores y ciudadanos.
Conflictos culturales de la globalización, México, Edit.
Lo realmente problemático es que a pesar de Grijalbo, 1995.
27 R. Ortiz. Otro territorio, Bogotá, Convenio Andrés Bello,
que la construcción de nación sigue siendo el 1998. p. 11.

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De esta manera, la identidad nacional deja de De tal manera que la mundialización atra-
ser la principal productora de sentido, apa- viesa los límites de lo nacional y por tanto
reciendo y posicionándose otros referentes reconfigura el sentido de lo popular que deja
identitarios que cuestionan su legitimidad, y de ser una unidad autónoma y de connotar
que asumen ese privilegiado lugar. Las ma- estaticidad, distinguiéndose hoy por su ca-
trices de la cultura popular empiezan a ceder pacidad de movilidad y especialmente de
paso a realidades más abarcadoras que tienen transformación de sus imaginarios.
que ver con el proceso que Ortiz denomina
mundialización de la cultura, pues las uni- Según Ortiz, el proceso de mundialización
cidades de talla moral y cultural se tejen ya de la cultura es el producto principalmente
no desde lo popular local o nacional sino en de las industrias culturales, y en particular
estructuras mundiales. de los medios de comunicación que desde
centros especializados de poder empiezan a
Dentro del análisis de esta modernidad- definir un tipo de cultura popular de carácter
mundo resulta interesante considerar la dife- internacional, motivando la vivencia de uni-
renciación de procesos que hace R. Ortiz, ya versos simbólicos construidos, que a pesar de
que él trabaja dos conceptos: globalización su sentido unificador deben convivir con las
de la sociedad y mundialización de la cul- diferentes formas de comprensión y aprehen-
tura. La globalización la relaciona con los sión propias de los diversos países.
fenómenos económicos, sociales y culturales
que trascienden las naciones y los pueblos, Por consiguiente, estas industrias logran
aunque este término prefiere circunscribirlo desplazar la centralidad que en su momento
principalmente a los niveles económicos tuvieron las culturas populares de carácter
y tecnológicos de la sociedad, dado que se nacional y local, generándose un tipo de
constituyen en dimensiones sociales que imaginario colectivo internacional popular,
brindan un tipo de unicidad a la vida. Por desterritorializado, y por ende distanciado
su parte, la mundialización de la cultura de las identidades nacionales, que empieza
tendría que ver con la mundialización de los a absorberlas a otro nivel. En este sentido,
sistemas simbólicos y de sentidos, con la el mercado, las multinacionales, los medios
deslocalización geocultural. Es así como los de comunicación son instancias en las que
espacios de antes, delimitados y poseedores se legitima lo cultural, pero desde una ra-
de sistemas de sentidos particulares, son cionalidad de tipo económico, que pueden
hoy descentrados por nuevos imaginarios y universalizar gustos, inclinaciones estéticas
sensibilidades. y formas de ser, como lo había hecho en la
primera modernidad el Estado desde la cul-
El espacio mundo aparece como totalidad, tura popular nacional.
pasándose, como afirmara Ortiz, de relacio-
nes sociales “inter” a relaciones “intra”28, La modernidad-mundo trae con ella otro
debido a que éstas asumen pedazos de un tipo de civilización. La desterritorialización
territorio que hoy es fragmentado, y se cons- de los signos, imágenes y objetos echan
tituyen en la forma de articular el movimiento raíces de una cultura internacional-popular.
globalizador. Los límites ya no determinan Mc Donald’s [...] telenovelas brasileñas,
categorías como adentro o afuera, centro o
periferia, ya que se desdibujan y la totalidad
los abarca, “la parte no es más una unidad
autónoma, se articula, o, mejor, es atravesada 28 Ibíd,. p. 23.
por el todo”29. 29 Ibíd., p. 8.

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westerns, al lado de todo un paisaje de mer- petencia internacional y desestructura la


cancías y cosas, son trazos constitutivos de producción cultural endógena, favorece la
una memoria compartida en escala planeta- expansión de industrias culturales con capa-
ria. Con esto la noción de cultura popular se cidad a la vez de homogeneizar y atender en
amplía. Pasa a comprender un conjunto de forma articulada las diversidades sectoriales
prácticas desarraigadas, cuya presencia es y regionales [...] y concede a las culturas peri-
simultánea en los diferentes rincones de la féricas la posibilidad de encapsularse en sus
sociedad global30. tradiciones locales31.

De este modo se generan prácticas culturales Por otro lado, a pesar de que la sociedad
desarraigadas, simultáneas, a escala global, global incentiva la unificación cultural, las
que nos empiezan a definir como ciudadanos realidades son diversas y se construyen de-
mundiales, ya que el mundo penetra cada vez pendiendo de las diferencias que en términos
más de forma más contundente en nuestra sociales se mantienen y se profundizan, dado
cotidianidad. La cultura popular deja de que esa aparente igualdad en términos de
distanciar y se convierte en un mecanismo equidad no es posible, ya que sus forjado-
de acercamiento; sin embargo, resulta fun- res, las instancias de dominio encargadas de
damental entender que la mundialización construirla, manejan diferentes intereses y
implica manifestaciones desiguales, en la posiciones de poder, y a pesar de su interés
medida en que se presenta en espacios dife- unificante, en lo cultural, tiende a profundizar
rentes, en realidades territoriales que a pesar las brechas y diferencias que motivan que
de un posible fenómeno homogenizante nece- las luchas y las razones que las respaldan
sariamente siguen manejando características prevalezcan.
heterogéneas, por lo que esta mundialización,
aunque tiende a igualar, no lo logra en su La globalización que aparentemente inter-
totalidad. conecta y tiende a la unificación no logra
la uniformidad, pues se presenta del todo
En este sentido la memoria se fragmenta, contradictoria y ambigua, y aunque apa-
pero no sólo hacia afuera sino también hacia rentemente es una fuerza homogenizante y
adentro; ya no se construye sólo desde lo fragmentadora, no sólo une sino también,
nacional, sino que empieza a estructurarse y principalmente, separa, porque socava las
desde nuevas identidades transversales, de distancias y las diferencias, ya que profundiza
grupos que también, desde su subalternidad, las desigualdades utilizando como estrategia
comienzan a reclamar su propia historia y su la ubicación de un imaginario colectivo uni-
legitimación (mujeres, jóvenes, homosexua- versal en cada cultura, pero desde el tipo de
les, por ejemplo). racionalidad económica e instrumental propia
del capitalismo.
Resulta importante matizar las afirmaciones
hechas señalando que en este “otro territorio” Lo realmente importante es buscar la combi-
(Ortiz, 1998) inmerso en la modernidad- nación de esa fuerza desterritorializadora con
mundo, a pesar de que se despliega un variado su antípoda reterritorializadora para enfrentar
y prolífico conjunto de referentes, lo nacional, ese proceso de mundialización, formando
lo local y lo étnico, siguen determinando aún
elementos identitarios, hoy abarcados dentro
de nuevos referentes de carácter global.
30 Ibíd.,
p. 18.
31Néstor García Canclini. La globalización imaginada,
La globalización, que exacerba la com- Buenos Aires, Edit. Paidós, 1999, p. 22.

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nuevos espacios en los que las fronteras se Virilio, Paul. Cybermundo o la política de lo peor,
reconfiguren sin desaparecer del todo, pero Madrid, Cátedra, 1997.
fronteras de tipo transversal que partan, como
afirmara R. Ortiz, “de nuestros hábitos más Martín-Barbero, Jesús. Oficio de cartógrafo.
Travesías latinoamericanas de comunicación en
prosaicos, aceptando que la utopía de la
la cultura, Chile, Fondo de Cultura Económica,
nación y la búsqueda y defensa de la autenti-
2002.
cidad no son las metáforas que hoy permiten
construir futuro, “ni la nación incompleta, ni García Canclini, Néstor. La globalización ima-
lo popular ‘auténtico’ o ‘radical’ tienen fuerza ginada, Barcelona, Paidós, 2000.
para constituirse en signos de alteridad. No
son más las metáforas privilegiadas para García Canclini, néstor. Consumidores y ciuda-
imaginar el futuro”32. danos. Conflictos culturales de la globalización,
México, Edit. Grijalbo, 1995.
Bibliografía
Ortiz, Renato. Otro territorio, Bogotá, Convenio Bauman, Zygmunt. En busca de la política, Bue-
Andrés Bello, 1998. nos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2001.

32 R. Ortiz. Otro territorio... cit., p. 19.

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