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Renato Ortiz

Otro territorio
Ensayos sobre el mundo contemporáneo •

CONVENIO ANDRÉS BELLO


SANTAFÉ DE BOGOTÁ
CONTENIDO

PREFACIO

INTRODUCCIÓN xvii

EL VIAJE, LO POPULAR y EL OTRO 1

ESPACIO Y TERRITORIAUDAD 21

MODERNIDAD-IIUNDO E IDENTIDAD 43

CULTURA, COMUNICACIÓN Y MASA 69

DIGRESIóN: CULTURA, CIUDADANíA Y POÚflCA 103

SOBRE LA IIUNDlALlZACIÓN y LA CUESTIÓN NACIONAL 117

DWERmDADCULTURALYCOSIIO~SMO 135

CIENCI~ SOCIALES, GL08ALIZACIÓN y PARADIGMAS 157

vii
OTRO TEAAITOR10
INTRODUCCIÓN-
mismo tiempo una reñexíén sobre la contemporaneklad y
una discusión sobre las ciencias OOÓalee. Labúsqueda de un
nuevo marco de referencia teórica implica la revisión .d~
nuestra propia lJadióón lnteledual. "Um ouiro 1erritório
se inscribe en ese propósilo. Loo ensayos aqPÍ reunidos se Pensar la globalízadén de las sociedades es afirmar la exis-
dJrigen • la comprensión del presente y.1a recuperadén de tencía de procesos que comprenden • los grupos, las clases
nuestro lnstnunental conceptual. Un horizonte que le abre sociales, las naciones y los individuos. Evidentemente, exis--
nuevas posibilidades al pensamiento, siblándonos -a los m.. te una historia de este movimiento totalizante: tiene sus raf-
telectuaJel¡ IalinoaJneri<:anos- en la perspectiva de una tra- ees en la expansión del capitalismo en los siglos XV-XVlD, en
dición por construir. el advenimiento de las sociedades industriales, en la moder-
nidad del siglo XIX. El momento actual es el resultado de un
Renato Ortiz conjunto de cambios ocurridos anteriormente -de un "pro-
sao Przulo, 19 deabril de1998 ceso dvílízatorío", diría Norbert Elias-. Nada es más ilusorio
que postular la idea de un mundo "post" moderno, indus-
trial, tecnológico, como si existiera un foso, una ruptura ra-
dical, un • antes' y un • después' que ordenan la hístoria de
los hombres.
Sin embargo, incluso cuando tenemos en mente la conti-
nuidad de este movimiento, es necesario también compren-
der su especificiclad. En el fin_a! del siglo xx se cristalizan un
conjunto de fenómenos económicos, políticos, culturales, que
trascienden las naciones y los pueblos. Son esos fenóme-
nos los que nos permiten hablar de la gjobalízacíén de las
sociedades y la mundialización de la cultura Vivimos un
periodo en el cual emergen nuevos elementos, a! tiempo que
hay un. potencialización de trazos existentes. En este senti-
do, la sociedad contemporánea adquiere una nueva confi-
guractón. Formación social que, por cierto, posee sus ralees
históricas, pero que hoy se consolida como otra meseta'. In-
sisto en la idea de meseta; nos ayuda a pensar la conti-
nuidad y la ruptura Una meseta presupone otros niveles
anteriores; el pasado es el suelo en el cual se sustenta. Y,. al

• Traducdón: Ada SoIari.


1 Ccmo porción de piso horizontal en que termina un tramo de escale-
ra, y no en el sentido geográfico. (N. de T.)
[xvii]
OTRO TERRITORIO INTRODUCCIÓN

transformarse, alcanza otro "escalón" y adquiere un nuevo a otros núcleos civilizatorios. La argumentaci6n preserva,
significado, otra dinámica. por lo tanto, la independenda de las culturas: cada una de
La cuestión que se plantea, entonces, es la de cómo OOIDpren- ellas gira en tomo de su propio eje, difundiendo sus rasgos
der ese cuadro, cómo caracterizarlo. Una manera ':ü11S1Stlria fuera de su territorio original
en pensar los fen6n:'enos qu~ nos ~ ~o denvado~~e Sin embargo, al imaginar las cosas de otra manera, la pro-
relaciones internaoonales o íntercívílízatorias. Subrayo m- blemátlca de la globalizaci6n se muestra en toda su radicali-
ter", crucial para la comprensi6n de lo que ocurre. Así, ~an­ dad. Cuando hablamos de "socíedad global" nos referimos
do hablamos de relaciones internacionales, el pensarmento a una totalidad que penetra, atraviesa, las diversas fcr-
presupone la existencia de naciones autónomas que interac- macíones sociales existentes en el planeta. Se afirma así la
túan entre si. La dinámica global derivaria del movimiento especificidad de una "megasocíedad", esto es, un conjunto
de las partes, Ycada una de ellas, en su integridad, actuaria articulado de relaciones sociales planetarias. Una sociedad
en el contexto mundial. Las mismas premisas subyacen en global, en términos duddwmjanos, es sui gmeris, posee una
los conceptos de colonialismo e imperialismo. En cada uno lógica propia. Su intellgibilidad no resulta de la interacción
de ellos destacamos un centro (el imperio o la naci6n) como entre las partes que la constituyen; al contrario, ahora hay
elemento propulsor del movimiento de expansión. El mun- que invertir nuestra perspectiva y preguntar. ¿cómo esa
do es visto, entonces, como el cruce de las diversas in- totalidad envolvente reordena sus elementos? En este caso,
tenciones transimperiales o transnacionales que, de forma las relaciones sociales dejan de ser vistas como "ínter" (na-
diferenciada, inctden en las colonias o los países periféricos. cionales, civilizatorias o culturales) para constituirse como
Una aplicación común de este tipo de razonamiento es la "intra", esto es, estructurales al movimiento de globali-
analogía entre el momento actual y a1gunas épocas de la bis- zación. Los límites"adentro/afuera", "centro/periferia", se ter-
toria pasada. Por ejemplo, la comparación del ascenso y la nan así insuficientes para la comprensi6n de esta nueva
caída de un país -los Estados Unidos- con el imperio roma- configuración social. Hay una cierta dilución de las fronte-
no. En amboscasos encontramos la expansión de una civili- ras que hace que las especificidades nacionales y culturales,
zación, norteamericana o romana, de una lengua, el inglés sean, por cierto de manera diferenciada, atravesadas por la
o el latín en un conjunto de territorios alejados del núcleo modernidad-mundo. En este sentido, todos formamos par-
irradiador; Las relaciones de contacto entre esta . . periferia" te de este proceso, base material y espiritual de nuestra vida
y el . . centro" se llevan a cabo, por lo tanto, de acuerdo con cotidiana.
las normas de dominación elaboradas por los países o los Por eso, el esfuerzo analítico se debe orientar hacia la
imperios colonizadores. Existe, entonces,' una clara diferen- comprensi6n de objetos que conrioten esta realidad mun-
cia entre "centro" y "periferia" "adentro" y "afuera"; los dializada. Guerra del Golfo, FM1, publicidad global, auto
límites de la dominadón se encuentran nítidamente delinea- mundial, MacDonald's, televisores Mitsubishi, son expresio-
dos. Del mismo modo, seria posible pensar la expansión de nes heurísticas de su movimiento. Lo mismo se puede decir
la cultura en términos semejantes -como lo hicieron lbyn- de los aeropuertos, los supermercados, los shopping-eenlers. Se
bee o Spengler-. El mundo estaría formado por un conjunto trata de lugares, de sitios, que revelan la desterritorializa-
de civilizaciones que "ínter" actúan entre sí. En este caso, la ción del espacio, condición necesaria para la constitución de
civilización occidental, una entre tantas otras, tiene un pa- un mundo-mundo. No tiene sentido pensarlos como el fru-
pel destacado al imponer sus patrones de dominación junto to de relaciones internacionales, puesto que ya no se víncu-

""" "'"
OTRO TERRITORIO
INTRODUCCiÓN

lan con este o aquel país, con el Primer o el Tercer Mundo. so sociológico, es la nación industrial Para defintr la lógica de
Esos lugares denotan el orden interno de la misma sociedad su funcionamiento, todo el esfuerzo del pensamiento confi..
global.a! exponer su faz mundíalízada, Hablar. por lo tanto, na la modernidad en los limites del Estado-nación. 'Clases
de una cultura mundialízada significa situarnos en la médu-
la de este proceso abarcador. ."Estado",
sociales", . "territorio", "cultura", "identidad.. . son,
por cerro, categorías abstractas, pero se aplican sobre todo
Esto lleva a considerar que Iaculturamundializada no se en- a las realidades nacionales.
cuentra ya fuera de nuestras sociedades nacionales¡ al con- En el contexto de América Latina, la relación entre cono-
trario, forma parte de nuestra vida cotidiana, de nuestros cimiento y nación es aún más acentuada. El debate sobre la
hábitos. Sería un equívoco atribuir a este movimiento un ca- identidad nacional, que se extiende a lo largo de todo el siglo
rácter de exterioridad (por ejemplo, la americanizaci6n del xx, marca de forma indeleble al pensamiento latinoameri-
mundo), como si se tratara de algo extraño a nosotros mismos. cano.La nación smge como una dimensión a ser conquistada
La mundtalízacíén de.. I acultura no es una falsa conciencia, (por los políticos, los artistas y los intelectuales), un proyecto
una ideologia impuesta de forma exógena; se corresponde que en el futuro asegurará la realización de una moderni-
con un proceso real, transformador del sentido de las so- dad incompleta, inconclusa. Reflexión y conciencia nacional
ciedades contemporáneas. Los objetos que nos circundan son elementos constitutivos de nuestra tradición; elemen-
-utensilios, máquinas, arquitectura- son manifestaciones de to~ que se mezclan como conceptos y como aspiración po-
esta mundíalidadr Ellos encierran su "verdad", al expresarla lítica. El problema es que la modernidad-mundo rompe las
en su cotidianidad, en su rutina. ~nteras del Estado-nación. Para comprenderla, es necesa-
Existen, sin embargo, algunas dificultades para pensar esta na una reactualización del pensamiento. El mundo, como
realidad emergente, dificultades que derivan de la tradición o~~: exige nuevos c:onceptos de nuestra imaginación so-
de las ciencias sociales. Buena parte de los conceptos que ciolégica, En este sentido, la globalización no es simplemen-
utilizamos están comprometidos con cierta visión de la so- te un tema entre otros: desafía la reflexión en su existencia
ciedad2 • No podemos olvidar que las ciencias sociales se ins- categorial. Pensarla es abrirse a una revisión del propio dís-
titucionalizaron apenas a!fina! del siglo XIX, momento en el curso de las ciencias sociales.
que el principio de nacionalidad se afirmaba con toda su Otra dificultad tiene que ver son la mirada analítica que
fuerza. Durkheim, 'Ibnníes, Weber, Veblen tenían, eviden- s~ echa sobre este objeto globalizado. ¿Desde qué punto de
temente, una preocupación universal cuando construyeron VISta deberíamos considerarlo? ¿Desde el punto de vista de
sus objetos de estudio. Pero ellos nos remiten, sobre todo, a las clases sociales, de las naciones? Son, por cierto, posicio-
la constitución de una disciplina que adquiere contornos nes legítimas. Sin embargo, para aprehender enteramente
dentro de territorios espedficos. Por eso hablamos de so- las consecuencias derivadas de las transformaciones del ini-
ciología francesa, alemana o norteamericana Cada una es cio el siglo XX1, se hace necesario un desplazamiento de la
pensada como vinculada de forma intrinseca a sus lazos na- mirada científica..La comprensión de un mundo desterrito-
cionales. La sociedad moderna, sobre la cual versa el discur- rializado requiere un punto de vista desterrítoríalízado.
Para entenderlo en su totalidad, la perspectiva analftica
debe liberarse de las restricciones locales y nacionales Sólo
2 Véase al respecto Ianni, O., TeoriIIs • gl."iZR{J'O, Río de Janeiro, d~ esta forma puede ser comprendido el flujo de la moder-
Civiliza<'Io _ 1995.
rodad-mundo. Por eso, ya no es suficiente escribir comobra-
OTRO TERRITORIO INTRODUCCiÓN

sileños, franceses, americanos o alemanes. No se trata de to, fast-food, vendidos y consumidos mundialmente, expre-
que estas situaciones hayan perdido vigencia; aún conser- san la cara unidimensional de las sociedades contemporá-
van su validez. Pero el cambioconceptual al cual me refiero neas.
implica, al menos durante el ~om"en~ ~e la refl~~, que Esta visión convive con otra, su negad6n. En este caso,
tales exigencias sean "suspendidas (ulilizo un artificio de la ya no se trata de unidimensionalidad, sino de multiplicidad.
fenomenología). En lugar de pensar el mundo"desde Amé- De ahíla insistencia en el resurgimientode las reivindicado-
rica Latina" (como dicen nuestros colegas Ialinoamericanos), nes locales, específicas,movimiento que demostraría el an-
propongo una reorientaci6n de la mirada Pensemos <;l mun- tagonismo a todo principio unificador.Multiculturalismo,
do en su flujo, y, luego, hagamos las pregontas pertinentes conflictos en el Este, fundamentalismo, son las señales de la
a nuestra realidad. Tengo certeza de que se verán Ilumina- presencia de un mundo despedazado, fragmentado, Los es-
das desde otro ángulo. critos de los "post" modernos son expresivos de esta ten-
Junto a las dlfu:ultades existentes, el tema de la globaliza- dencia. 'Iambién encontramos el mismo diagnóstico entre
ción exige además sortear algonas trampas, principalmente algonos estudiosos de la tecnología, para quienes, lejos de
cuando hablamos de cultura. Deben ser evitados dos obstá- homogeneizar las costumbres, la Iécnica es un elemento de
culos: uno de naturalezametodológica, otro de cuño ideo- diversificaci6n de las relaciones social,,ª-Ejemplo: la pro1ife-
lógico. Comienzo mi digresión con el primero. ración de la televisión por cable, las radios FM, las redes in-
En la literatura existente sobre medios de comunicación, terpersonales de computadoras, etc. Se insiste, por lo tanto,
tecnología y administración de empresas, es común encon- en subrayar los aspectos particulares, como en los escritos
lraJ; bajo formas diversas, la problemática de la homogenei- sobre marketing -la personalización de la atención de los
zaci6n de la cultura, Porejemplo, la utilización de un mismo clientes (cusIotniud produd), la diversificación de los gostos, la
sistema téCIÚCo, en escala planetaria, llevarla a la nivela- descentraliz¡lci~de la gestión. El mundo estarla compuesto
ción de todos. Este pronóstico puede articularse, no obstan- por una miríada de mosaicos, pur partes heter6clitas. Se ba-
te, con una jerarquía dislinta de valores. La visión oPtimista bría pasado as! de una era "fordísta", en la cual habla predo-
ve en el progreso de las telecomunicaciones la posibilidad minado una cultura de masas, a otra más "flexible", capaz
de comunión entre los hombres. Los individuos, dispersos de afirmar la indivjduaJW¡¡d de las personas Y los grupos
en la "aldea global", se reconocerían unos con otros, rom- sociales.
piendo su aislamiento y las restricciones de ~os idiomas lo- Creoque es necesarioromper con esta visión dicotómica,
cales. El punto de vista contrario revela otra dimensión. Una por la que aparentamos estarfrente a dos movimientos dis-
cultura homogénea e1iminaria definitivamente las diferen- lintos y antípodas, uno que tiende bacia la totalidad, otro
cias entre los pueblos.~_este caso, gtobalizadón es sinónimo hacia lo particulaJ: Debemos entender que la modernidad-
de estandarización de la conducta. Se trata de una perspec- mundo se realiza a través de la diversidad. En tanto mo-
tiva comón entrealgunos analistas de mercado, para quie- dernidad, privilegia la individualización de las relaciones
nes la globalización de la econmnla imptica la emergencia sociales, la autonomía, la afirmación de aspectos especfIicos
de una sociedad en la cual los hombres se comportan de (por eso, la sociología clásica inicia sus estudios con el tema
manera idéntica. Viviriamos as! en un mundo "plano", y el del desarraigo del hombre -Durkheim con la anomia, weber
mercado, compacto y estandarizado, r.eveJaóíU.u superfi- con la racionalización de las esferas culturales, Simmel con
cie. Una seriede objetos,jeans, televisoreS, tarjetas de crédi- el dilaceramiento del individuo-). Sin embargo, esos elemen-
xxii xxiii
OTRO TERRITORIO INTRODUCCiÓN

tos, en apariencia desconexos, están envueltos por un tejido manifestación es desigual. Una coltura mundia1izada atra-
más amplio. La modernidad está constituida por un conjun- viesa las realidades de los diversos países de manera dile-
to en el cual el todo se expresa en la individualidad de las rencíada. Existe, por lo tanto, un diferencial de modernidad
partes. Diversidad y semejanza caminan juntas, expresando que confiere mayor o menor peso a su concretízedón,
la malriz modernidad-mundo en una escala ampliada. La otra trampa es, fundamentalmente, de carácter ideo-
Plantear la cueslión desde esta óptiCa nos permite evitar lógico. Normalmente, la literatura que se ocupa de la globa-
el falso problema de la homogeneización de la coltura. No lización tiende a comprenderla de manera oblicua, parcial
obstante, debido a la especificidad del campo cultural, pien- 'Iodo sucede como si la expansión del mercado y la tecnolo-
so que es importante señalar algunas diferencias. Cuando gía obedeciera a una lógica inexorable, lo que nos lleva a
nos referimos a la economía y la técnica, nos encontramos conformarnos roo el cuadro actual de los problemas que nos
ante procesos que reproducen sus mecanismos, de modo afectan. Los hombres de marketing intentan Convencernos
igual, en todos los rincones del planeta. Hay sólo un tipo de de que la globalizaci6n de sus productos se corresponde con
economía mundial, el capitalismo, y un único sistema téc- una "humenízacíén" de las relaciones sociales; en definiti-
nico (fax, computadoras, energía nuclear, satélites, etc.). Sin va, los hombres tendrían a su disposición el mundo de la
embargo, es diffcil sustentar el mismo argumento respecto fant~ con el que tanto habían soñado. Los tecnólogos
de los universos culturales. Por ese motivo, prefiero utilizar también nos sugieren una calificación de las sociedades
el término" gtóbalización" al referirme a la economía y la como"atrasadas" o adelantadas", medidas en función de
H

tecnología; son dimensiones que nos reenvían a una cierta la base técnica a partir de la cual operan. El mismo tipo de
unicidad de la vida social: Y reservo entonces el término razonamiento se encuentra entre los representantes de las
"mundialízacién" para el dominio específico de la cultura'. transnadonales. La globalización tornaría obsoleto el Esta-
En este sentido, la mundíalizadón Se realiza en dos niveles. do-nación, lo que significa afirmar que las grandes corpora-
Clones se presentan como modelo de realización económica
Primero, es la expresión del proceso de globa\ización de las
sociedades, que se arraigan en un tipo determinado de orga- s:
y política, en el nivel mundial. Globalización toma' sínd-
nización social La modernidad es su base material Segundo, nimo de modernidad. Todo lo que no encaja dentro de este
es-una weltanschauung, una "concepción del mundo", un principio se vuelve sospechoso y revela un cierto sabor de
"universo simbólico", que necesariamente debe convivir con pasado, de arcaico, de algo que condice con los tiempos re-
otras formas de comprensión (política o teligiosa). Vivimos motos de la humanidad. Nos encontramos, por lo tanto,
en un espado transgl6sico, en el cual diferentes lenguas y ant~ una ideolo~ que valoriza el statu quo, pero que oculta
culturas conviven (a menudo de manera conflictiva) e inte- los intereses particulares de los grupos que la profesan.
ractúan entre sí. Una cultura mundiahzada configura, por lo ¿Cómo reaccionar ante estas fuerzas? Una forma consiste
tanto, un "patrón" civilizatorio. En tanto mundialidad, en- en retroceder, identificando la globa1ización con una visión
globa los lugares y \as sociedades que componen el planeta de ~o puramente ideológico. Más aún, es incluso posible
Tierra. Sin embargo, como su materializad.6n presupone la consíderar el neohberalismo como"causa" de ese estado de
presencia de un tipo específico de organización social, su cosas. No es esa mi intención. Otra forma es considerarla
como expresión de la mundialidad. Con esto sugiero que la
estructura de la modernidad-mundo engloba factores de
3 Véase Qrtiz, R, MumlWizapw ecu1turrJ, San Pablo, Brasiliense, 1994. orden polítíco, al articular los diferentes niveles de la reali-

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OTRO TERRITORIO INTRODUCCiÓN

dad social Desde esta perspectiva, los grupos trasnaclona- Donal~'s, productos de supermercado, dejan de ser vistos
les deben ser vistos como actores políticos cuyo campo de como ImpoSlOones exógenas para ser entendidos como ele-
actuación es el planeta. Sus ideas nos parecen impositivas mentos de una memoria colectiva mundial. Es posible que
porque traducen la prevalencia de una ideología vinculada muchas de esas categoría, que somos obligados a construír
con las fuerzas dominantes del proceso en marcha. Resta se ~uestren insuficientes en el futuro. Esto forma parte d~
saber si esas ideas deben, o no, permanecer como si fueran la historiade la razón científica. Pero sin ellas, el pensamíen-
la única alternativa de convivencia entre los hombres. Píen- to ~e dificultades para avanzar; Es curioso, pero este fin
so que no, pero, en este caso, es necesario que otras pro- de SIglO que, para el sentido común de las personas y de
puestas sean presentadas y debatidas. Por eso, la política ya muchos estudiosos, se muestra como exclusivamente nega-
no puede ser pensada sobre una base exclusivamente nacio- tivo, se presenta para mí lleno de desafíos. Lejos de pensar
nal o local. Tenemos que imaginar el mundo como un que estarna:' ante una "crisis .paradigmática", una parálisis
"espacio público" (como sugiere Habermas), una "sociedad del pensamiento, veo un horizonte que puede ser explora-
civtl" en la cual se enfrentan proyectos y versiones diferen- do de otra manera, más creativa,.capaz de impulsamos más
tes, antagónicas o complementarias. allá de ~uestros conocimientos petrificados. Optimismo del
La problemática planteada tiene, por lo tanto, implicacio- p~nsanuent~, que no se confunda, sin embargo, con opti-
nes de orden teórico Ymetodológico; conduce a unareevalua- rrusmo político, puesto que el mundo en el que vivimos está
ción del cuadro conceptual de las ciencias sociales. En este atravesando por contradicciones y conflictos, por nuevas
sentido, podemos decir que "globalizaci6n", "mundializa- formas de poder y dominación. Entenderlos es ejercitar
cíén", 11sociedad civil mundial", "polftica interna mundial", nuestra responsabilidad intelectual
11cultura intemadonal-popular", "desterdtorializ,ación", son

conceptos que nos ayudan a comprender la dinámica de las


sociedades actua1es -basta consultar cualquier diccionario
de ciencias sociales para constatar su emergencia redente-,
Por ejemplo, cuando digo "política externa" supongo que el
orden mundial resulta de la interacción de naciones particu-
lares. Entre tanto, al hablar de "política interna mundial",
desplazo mi razonamiento hacia otro plano. Las naciones
forman parte ahora de la dimensión intrfnseca de la totali-
dad mundo. Cuando me refiero a un imaginario colectivo
íntemecíonal-popelee me dlstancio de las especificidades y
las identidades nacionales para captarlaS en otro nivel Puedo
considerarlo como el resultado de un movimiento de deste-
rritorialización, y aprehenderlo como un universo de sím-
bolos compartidos mundialmente por sujetos situados en
los lugares más lejanos del planeta (pIlbHcidad global, fil-
mes, programas de televisión, moda, etc.). Un conjunto de
objetos-signos, jeans, imágenes de estrellas de cine, Mac-
xxvii
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD*
alízable para el planeta como un
nidad-mundo no es gener d íguales) con
1 bsisten zonas contrastantes (y es!
todo. En é su " 6 Por otro lado la quiebra de las
o
la lógica de la .globa\iza n. si el Wo de nuevos te-
fronteras no Slgnifica su fin, perolastransformaciones recien-
rritorios límites. Mientras tanto, lo Existe en las ciencias sociales una fuerte tradidón en pensar
.Y n ciertas ideas, cierta primada en expresar
tes destituyera ocido lo utópico. La cuesti6n es saber el espado en relación inmediata con el medio físico. La evo-
=~jar'"~n un mundo en eleual el espacio luci6n de la geografia -por ejemplo, la escuela de Ratzel,
entre otras- es pródiga en ejemplos de esa naturaleza. Sin
se comprimió· embargo, incluso cuando nos apartamos del determinismo
geográfico, de gran influencia entre los pensadores brasile-
ños del final del siglo XIX!, la idea de territorio, identificado
con los límites de su materialidad, está presente. Tomo al
azar una definición de Pierre George, cuando intenta com-
prender las fronteras entre la lleografia y la sociologfa: "La
aplicación del método geográfico a los datos sociales tiene
como objetivo la definici6n de hecho y categorla de hechos
observables en un medio espacial determinado, y la bús-
queda de posibilidades, más o menos completas, de la uni-
versalización de esos hechos o categorías de hechos. El
proceso de pensamiento es, por lo tanto, analítico; conduce
a un inventario. Este inventario se fija en el espacio a través
de la representaci6n cartográfica, que permite figurar cada
hecho, en su escala y lugar exacto, así como hacer ciertas
generalizaciones. Esta fase de la toma de conciencia se sitúa
en el plano de la murfologfa social"'.
Estamos, por cierto, alejados del reduccionismo de las es-
cuelas pasadas; sin embargo, el vínculo entre fenómeno so-
cial y medio espacial permanece. El ge6grafo debe hacer un
inventario de los hechos y luego localizarlos en un mapa
Cada cosa en su escala, en su debido lugar. Este trabajo car-
tográfico preliminar es el fundamento de las generaliza-

~ Traducción: Ada Solari.


1 Wase RabertMoraes,AC.,IJeo/cg"'gm¡¡mfims,SanPoblo,_'_
2 George,P., "Sodologie géographique",en Gurvitch,G., Trrlitétle~
íogie, París, PUF, 1967 (la. edición 1958), p. 255.
I 21 ]
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OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD
dones posibles. comparar mapas diversos, aproximar datos
recogidos en regiones y zonasdiferentes. Por eso, Pierre Geor- En verdad, toda la antropología clásica retoma esa premisa,
ge tiene el cuidado de definir 10 que denomina "unidad Cuando el antropólogo estudia una sociedad prímí'ti
'ó ' kíal va, su
geográfica elemental", En el caso del hombre de campo, la pr~pao n uu es delimitar el área que abarca. Los es-
colectividad rural seria el elemento aglutinador de la pro- tudios etnográfioos (como los de Malinowski en las islas 10-
ducción con los miembros de un determinado grupo social ~and o los de Evans-Pritchard sobre los azande) contienen
En cambio, los estudios sobre la industria partirían de otra siempre un mapa: su función, localizar esos habitantes ex-
base concreta. Cito al autor: "En geografía industrial, el pri- traños, distantes. de nosotros, en sus lugares N exactos". La
mer hecho de observación es el establecimiento, que es el c~rt0t.?'affa es el instrumento utilizado en su primera apro-
lugar de producción y el lugar de trabajo, definido, en su ximación. Geógtafos y antropólogos comparten. por lo tanto,
individualidad, su calificación, su importancia cualitativa la Id~a de que las cufturese arraigan en un medio físico de-
y su íocaíízecíón'", Dentro de esta línea de razonamiento, termmado. Tomo a Max Sorre como ejemplo. En sus Funda-
cada lugar, establecimiento o comunidad rural, posee una mentos de la geografía hU11Ulna6, describe el planeta como un
individualidad, una cualidad que le es propia. Ésta se expre- conjunto de sociedades particulares dispuestas en unmismo
sa en su localización, dato crucial para el geógrafo, sin el cual sustrato, la Tierra A la unidad ecolóoica se contr la
di "dad er- apone
su esfuerzo cartográfico seria en vano. v~ de los pueblos. Cada uno con sus costumbres, sus
Thmbién la sociología y la antropología privilegian la re- vestimentas, ~us creencias, sus maneras de trabajar el suelo,
lación entre cultura y medio físico. Durkheim había, incluso, su modo de vida El mapamundi de Sorre es un caleid .
idealizado la creación de una nueva disciplina, la "morfo- en el eu~ se reflejan las idiosincrasias de las civiliza=~
logía sedal", sintesis de la geografía y la demografía, para Cada reglón del globo e~lá habitada. material y espiritual-
comprender las articulaciones entre las sociedades y su sus- mente, por un~ cuJ~a. Este es el dominio de su fijeza.
trato materíeí', Disciplina que se ocuparía de la distnbución ~e manera lIDplíota o explícita, los análisis en las ciencias
de los individuos en el suelo, de la densidad poblacional de SOCIales poseen una ?erta comprensión de qué es el espado.
las aldeas y las ciudades, de las vías de comunicación, de las (en .el caso de la SOCIología y la ciencia política, el territorio
fronteras, etc. Fue dentro de esta óptica que Marcel Mauss nacional es preponderante). ¿Es posible mantenerla en el cua-
escribió su ensayo sobre las variaciones estacionales de las dro actu~ ~e las sociedades contemporáneas? Difícilmente.
sociedades esquimales", Su análisis de morfología social es Eladvenimiento de la automatización, la transmisión de da-
una aplicación de los principios durkheimianos, al demos- tos, la telecomunicación, tornan obsoletas ideas como "uni-
trar cómo la civjlizaci6n esquimal se encuentra indeleble- dad geográfica elemental'", Los SOCiólogos del trabajo nos
mente marcada-por su territorialidad.
6 Sorre, M., Les fondéments de f¡¡ géogmphie humaine tomo ID París Ar-
3 Ibid., p. 266. mand Colín, 1952. " ,
4 Durkheim, E., "Notes sur la morphoíogíe socíeíe". en ]ounwl Sociolo- 7 El texto citado de Pie~ Ceorge fue publicado originalmente en 1958
gique, París, PUF, 1969. &:presenta, a mi entender, una manera de pensar el espacio en deter-
5 Mauss, M., "Bssaí sur les variations sai!;onnieresdes socíétés esldmos: minado momento de la historia de los hombres. Sin embargo partír
étUde de morphologie socíale", en Sociologied tmthropo1ogie, Paris, PUF, de las transformaciones recientes, el propio autor reconoce fu.~.
1968. dad de refonnular nuestras concepciones.'.Véase ChronUJue géographi_
que du XXhne síéde, París, Armand Colin, 1994.
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OTRO TERRITORIO

y la realidad está roto". La noción de espacio estaría, pues,


muestran que el campo y la fábrica tienen sus paisaje~~es­ en su ocasoi Las distancias se acortaron a tal punto que ya
figurados8 . En diversos paises el campesino fue s~tituido no tendría sentido afirmar su existencia. No sólo las fronte-
por el empresario rural, que ya no camina más al ntmo de ras entre las naciones fueron traspasadas, sino que incluso
villa sino que se conecta, informáticamente, con
la a1dea o la , brimien el mundo de la fabulación se confunde con el real. Creo que
el mercado nacional e internacional, con los descu . .- es fructífero entender este pronóstico articulando con otros
tos tecnocientíficos, con el mundo que tendíamos a pem~ll' "fines", pregonados por investigadores, críticos sociales,
como una expresión del"afuera". 'Iambién en la industria, empresarios de transnacionales e ideólogos. Hay ciertas in-
el establecimiento perdió su centralidad. La deslocalización sistencia y convergencia en los términos del debate. Se ha-
de la producción es hoy una realidad. Las lineas de montaje, bla del "fin" del arte, del Estado-nación, del trabajo, de la
que fijaban a los obreros en lugares espeóficos, son, poco a historia, de la modernidad. Estaríamos viviendo una espe-
,sustituidas por la flexibilidad de las tecnologías. Ya no de de quiebra terminal.
::'ecesario que la planta industrial se sitúe ~ este aquel ? Una forma dereaocionar ante todo eso es tmnar elargumen-
lugar el producto es el resultado de intenoones diversas, to al píe de la letra. Éste me parece un camino equivocado, nos
C(xmÍinadas por la automatización. Elimpactode las tecno- lleva a una ponderación sin fin, intentando, a cualquier ros-
logías afecta incluso a las ciudades. Al informat:izarSe los ser- to, demostrar la continuidad entre pasado y futuro. Esta po-
. .
VlOOS y ,
los hogares la trama urbana adquiere un .nuevo riali sídón tieneademás otra desventaja: es defensiva, posee un
significado; es atravesarla-por. mensajes ~~ d-:s
ternto - sabor conservador. Al aferramos a la permanencia del Esta-
zan a las personas, las viviendas y los edificios. . do-nación, inevitablemente, terminamos ocultando los meca-
No pretendo extenderme acerca de los cambios que ca- nismo de la globaJizadón; al obstinarnos en la "centralidad"
racterizan este inicio del.siglnJoo. Prefiero apoyarme en la del trabajo, olvidamos a menudo que las técnicas producti-
literatura existente y tomarla como principio orientador ~e vas ya afectaron su esencia; al deificar las conquistas de la
mi razonamiento. De este modo puedo abordar la temática modernidad, olvidamos que muchas de ellas poco tienen
que me interesa directamente. que ver con las premisas filosóficas que la habían orientado
En la discusión sobre la desterritorialización es común (libertad e igualdad). Las posiciones se polarizan, así, entre
encontrar afirmaciones del tif':"el espacio se vedó", "el mun- "permanencia" y "fin", "antes" y "después", modernidad y
do ya no posee fronteras" . Algunos ~utores, frente ~ los posmodemidad, alejándonos de lo que debería, en rigor, ser
descubrimientos tecnológicos, en particular de la realidad comprendido. Otra manera de enfocar las cosas es tomar el
virtual, llegan a imaginar que el horizonte entre la fantasla "fin" no como algo en sí, sino como un síntoma de cambios
más amplios. Cambios que rearticulan el mundo del trabajo,
la esfera del arte y las relaciones entre los hombres. En este
8 Cf. Kaplinsky, R., Autonuztion: tire Technology and Society, Londres, caso, ya no nos ayuda tanto decir: el espacio"se vació"; impor-
ta más entender su nueva configuración, cómo es "ocupado".
9 ~:M. (comp.).Hish T<d<..,/ogy, s".,,<md Socidy.Beverly
Hills, Sage Pub6cations, 1985. _ .
10 VIase.. por ejemplo, Virilio, P., O fSptl9J cn1iro, Río de Janerro, Editora 11 Cf. Parente, A (comp), lmo.gem máquina: a era das temologias t1irlwlis,
34 1993, o autores como Ohmae, K., Mundo semfrrJtttftms, San Pablo, Río de [aneiro, Editora 34, 1993.
Makron Boob, 1994.
2S
2.
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

Retomo a Durkheim y Mauss para aclarar mi punto de guarantl • Cada "pueblo" tendriaasí"su" forma "pIinütiva",esto
vista. En el ensayo"Algunas formas de clasificación prímití- es, anterior al contenido que ordena, de clasificación. De este
vas"u, argumentan que el espacio no es una c~tegoría abs- modo, decir espacio vado" seria un contrasentido, a no ser
H

tracta. Al contrario de los filósofos, que atribuyen a los que se realice un esfuerzo de comprensién de esta ausencia.
hombres una propensión natural para clasificar las cosas, Dicho de otro modo: si es verdad que los cambios recientes
Durkheim y Mauss vinculan las cate¡;orIas de pens¡uruenlo de la sociedad consoüdan un patrón civilizado particulaJ; el
con el fondo social que las constituye. Las f~nclOnes de la modernidad-mundo, resta preguntarnos S<Ji>rI' ~I tipo
,cognitivas están, por lo tanto,~das porlas ~turé3f de espacialidad que le es peculiar. Si es sabido que la deste-
que las envu~ven,1\sí se puede deor que la concepoón chí- rritorializaci6n es uno de sus trazos esenciales, la cuestión
na del tiempo y el espacio ordena la orientación ~e los edi- puede entonces ser formulada: lcómo se caracteriza, en el
ficios la fundación de las dudades, la construccíén de las mundo contemporáneo, una tenitorialidad desarraigada?
casas: las tumbas y los cementerios. El mismo ?rincipio es ¿Cómo comprenderla cuando se amplía más allá de las fron-
válido para lastribus primitivas. Entre los zuru, norte, sur, teras físicas, abarcando a los individuos, las naciones y las
este y oeste no son apenas puntos cardinales. ~ada uno culturas?
de esos compartimientos geográficos posee cualidades ~ ¿Qué es,un espacio global? ¿Tiene sentido hablar en esos
deles modales, El viento, el aire, la fuerza y la destrucción térmínoaz'Iomo de la literatura disponible una respuesta
son atributos del norte; mientras que el verano, el fuego, la posible: la Ciudad gjobal", SasldaSassen, al comparar Nue-
agricultura y la medicina pertenecen al sur. La categoría,es- va York,Londres y Tokio,tiene un objetivo claro: demostrar
pecío es, de ~ta forma, "ocu~da" de las maneras ~ás dife- que en el contexto de la gIobalización del capila\. esos tres
rfiiies;"todo depende del conjunto de fu~rzas sociales a las centros .urbanos desempeñan un papel fundamental. En
cuales se refiera, La propuesta de Durkhenn y Mauss tiene ellos se concentran las oficinas de las grandes empresas in-
una consecuencia importante: inaugura una teoría del ro- dustríales, comerciales y financieras; en ellos se encuentran
noctmienlo (por cierto, no en el modelo de Marrnheim), que los productores de servicios (publicidad, agencias de segu-
abre camino para una posible sociología de las funciones ro, masa-medía, etc.), en gran medida responsables de la ter-
cognitivas. Espacio y tiempo son categorías que preceden a cerízadén y la especialización de las actividades. Frente a la
lasideologías y las concepciones de mundo, y varían con las globalización del mercado, la fragmenlación de la produc-
sociedades a las cuales corresponden. ción, la desloéalización del trabajo y la flexibilidad de las tec-
Este tipo de comprensión es hoy de ~tina .en los estu- nologías, las instituciones económicas transnacionales se
dios antropológicos ~ror ejemplo las diSCUSIOnes sobre rearticulan, determinando lugares de comando de sus acti-
derecha e izquierda) e históricos. Hablamos, de modo vidades planetarias. La ciudad global es, por lo tanto, un
habitual, de la concepción del tiempo y el espacio en la núcleo articulador del capitalismo mundial En rigor, ningu-
Edad Media europea, en el periodo helénico o en una tribu na de esas ciudades puede ser entendida dentro de sus pro-

12 Dwkheim, R, Y Mauss, M., "Des qcelquee primitives de deseíñce- 14 Véase vemant.j. P., MytM d penséechez /esgrecs, París, Maspero, 19'71;
tiDn"', en Durkbeim, E., Journal Sociologiqw, dtado. Le Golf,J.,A ~ do_ ""'"""', Lísboe, ......1", 198a
13 VéueNeebam, R. (comp.), Rightand Left: f.ssays on DualSimbolicCfas. .15 seesen, S., The Globtd City: New York,. London, Tokyo, Nueva Jersey,
sijimtion. Chicago, Chicago University Press, 19'79. Princeton University Press, 1991.
26 er
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

pias fronteras. Internamente, ellas se dilatan y abarcan el


l~ globalidad. Sin embargo, aun cuando se aumente esta
área metropolitana de sus respectivos países; externamente, lista, tendri~os. una clara discontinuidad territorial. Sólo
constituyen una red, un conjunto dinámico, compuesto de algunos espacios merecen el adJ'etivo global, y otros,m~o-
polos interactivos. Algunas actividades "faltan" en Londres, .
res, menos Importantes, están excluidos de esa defini 'ó
y se "complementan" en Tokio; otras, en cambio, son más El segundo aspecto deriva del propio enfoque de la auc:or
n.
raras, o florecientes, en Nueva York. S~ concepción de ciudad prolonga una tradición sociol~~
La perspectiva de Sassen es sugesdvaiofrece, incluso, al- gica, de ~ a We~ que la considera como un lugar de
gunos elementos nuevos para la comprensión de la evolución producción, mtercambío y comercialización. Por cierto, éste
del capitalismo. 'Al leer a Braudel o a Wallerstein, tenemos e~ un elemento importante (en la historia del capitalismo las
presente siempre la idea de que toda economía-mundo se cl.udades d~ cabida a los mercados internacionales y re-
organiza a partir de un centro"; La historia del capitalismo gton~es). Sm embargo, la globalidad termina siendo en-
es, en este sentido, un sucesivo desplazamiento de núcleos ten.~da en términos casi exclusivamente económicos. ¿Es
urbanos -Amsterdam, Londres, Nueva York-o A partir de suficiente?
cada uno de ellos se organiza, en momentos diferentes, el - Piens~ que no. Espado y tiempo son categorías sociales
capital en escaIa internacional Sassen, al tomar Nueva York- pertenecientes a un determinado tipo de civilización Que
Londres-Tokio como un universo interactivo, demuestra tal~s ~ategoriasmantengan una relación estrecha con ~ ma-
que esta centralidad ya no es posible. Del conjunto de la terialidad del mundo capitalista es algo incuelllionable' sin
interacción entre estas ciudades resulta un poder de organi- embargo, no podemos identificarlas con esa dimensión'. Th1
zación que escapa a la territorialidad de una única zona ur- vez fu~ más correcto decir que el sustrato económico
bana o de un país. La propuesta tiene, además, el mérito de t~cnológtco del "capitalismo flexible" es la condición necesI-
recordarnos que la globalización se sustenta sobre una base na para la consolidación del proceso de globalización Entr
sólida, el capitalismo; su dimensión económica es inoculta- ~to, la espacíalídad de las cosas, los objetos, el medio am~
ble. Thmbién evita una cierta ilusión posmodema, como si el ~le~te y -cpor qué. ~o?- el ima~o colectivo traspasa sus
mundo estuviese compuesto por un conjunto de átomos so- ~ltes. En .este senti~o, el movuniento de desterritorializa_
ciales inconexos. C1()n Se aplica a las ciudades, como las define Sassen, a la
Sin embargo, la respuesta ofreoda tiene algunos incon- Producción automovilística, como quieren los economistas
venientes. En primer lugar, es restrictiva Una ciudad sólo es p~ro también a la creación de lugares particulares (sho';
global cuando se encuentra articulada, de forma dinámica, ~mgs, aeropu~s, grandes avenidas, etc.), a las identída,
al sistema capitalista mundial/Es posible imaginar una serie mes pl~n:~arlas {movimienm ecológico o étnico), a una
de centros urbanos que, de alguna manera, cumplen esta emona mlernaoonal-popular" (constituida por las imá-
condición. San Pablo, Osaka, México, Seúl y Buenos Aires ~n~s-gestos transmitidas mundialmente por las mass-
concentran, en el nivel regional, las funciones que definen d edía)'.Espacio ~e se articula, se mezcla y, muchas veces,
eterII\1l1a.espaaos de otra naturaleza
~ digresión anterior no obedece a' un simple predosis-
16 Braudel, F.• CiTJilimci6n materi4J, eronomúz y capitlllismD. Madrid, Alian-
za, 1984; Wallerstein, L, The Modem World System, Nueva York, Aca-
demic Press, 1976.
:0 rntelectual. La .discusión que enfrentamos está a menu-
o ~da por aerta tentación reduccionista. Por eso he
sugerido una distinción entre los conceptos de "globalíza-
28
28
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

oon" y"'mundializadón". La cuestión se repone nuevamen- teratura de las ciencias sociales, encontrar este tipo de enfo-
. te. En verdad, es difícil hablar de espacio"global", de la mis- que; por ejemplo, al trazar la historia de las regiones, de lo
ma manera en que lo entendemos en los niveles econ~ "miau", en contrapunto ron una historia universal, "macro"
. ..
en pnnClpw pensada como apartada de la vivencia de las
'
y tecnológico. Al contrario que en esos niveles, la moderní-
dad-mundo no es unívoca, en ella se insertan otras espa- personas. Local y cotidiana surgen, así, como términos in.
cialidades. L3' mundialización de la cultura (en la que están tercambíables equivalentes. Lo "locar participa aun de otra
fuduidos los aspectos materiales, simbólicos e ideológi,;",,) cualidad: la diversidad. En verdad, se opone a lo "nacional"
participa de un universo transglósico, que está constituido y lo "global", sólo como abstracción. VISlo de cerca, cualita-
y atravesado por fuerzas diversas. El problema es entender tivamente, constituye una unidad cohesionada. Sería, pues,
cómo se articula esta maraña de fuerzas que solemos llamar más correcto hablar de "lugares", en plural. Cada lugar es
nacionales, regionales o locales. Para desenredar este ?vi1lo, una entidad particulaJ; una discontinuidad espadal, fui' eso,
es necesario, quizá, retomar algunas cuestiones antenores. un autor como Gramsci dirá que el folklore está formado
Cuando nos referimos a lo "local", imaginamos un espa- por pedazos heienláiló¡ de cultura", cada uno de e\Iospro-
cio restringido, bien delimitado, dentro del cual se desen- veniente de lugares específicos, muchas veces incomu-
vuelve la vida de un grupo o un conjunto de personas. El nicados entre sí. Local y localismo se cierran dentro de sus
"lugar" posee un contorno preciso, al punto de tornarse un propios horizontes. De ahí deriva la heterogeneidad de su
limite territorial para los hábitos cotidianos; así, se confunde aspecto.
con lo que nos circunda, está "realmente presente" en nues- Al cambiar de nivel, el enfoque es otro. Lo "nacional" pre-
tras vídas. Nos reconforta con su proximidad, nos acoge con supone un espacio amplio. Aunque su territorio estátambién
Su familiaridad 'Ial vez por eso, por el contraste en relación físicamente determinado, sus límites son fijos, su extensión
con lo distante, con lo que se encuentra apartado, lo aseda- es más dilatada. A él se suma además una historicidad, di-
mos casi naturalmente con la idea de" auténtíeo". El debate mensión a veces olvidada cuando nos referimos a lo "local"
sobre las identidades está permanentemente atravesado (por eso, la tendencia a identificarlo con la tradición, la con-
por esos términos. En el fondo, lo que est,' en cuestió.n es ~ servación de las costumbres). La nad6n transita el camino
búsqueda de las raíces, el punto de inflextón entre la Identi- de la turbulencia histórica, se modela de acuerdo con los
dad idealizada Y el suelo en que ésta se introduce. intereses de sus instituciones, sus luchas, su visión del pasa-
La idea de raíz es sugestiva; revela una relación social do, su polltica de construcción del presente. Proceso largo,
pegada al terreno en el cual florece. El desarraigo es visto, que presuponeía ocupación de un área geográfica y la in-
por lo tanto, como una pérdida, un peligro, una ~ venci6nde.JJJJa.amdencia colectiva compartida por sus ciu-
Desarraigo del campesino, que deja el campo para trabajar dadanos, 'En relación con 10"local", lo "nacional" se impone
en la ciudad; de los grupos indígenas, que se alejan de sus por su unicidad. Existe "una" cultura nacíonaj, aun cuando
antepasados; de los valores regionales, ~ntados cons- sabemos que ella se realiza de manera- diferenciada en los
tantemente por valores que los trascienden. la proximidad diversos contextos (conflicto que se expresa en las contradíc-
del lugar es también valorizada cuando se contrapol}e la
vida cotidiana a los lazos sociales más abarcadores. Estos
pertenecerían al dominio de lo distante, como si estuviesen 17 Véase Gremscí, A, literahmz e 11iJ¡z tlIlCiorwl, Río de janeíro, ~
despegados de la vivencia inmediata. Es frecuente, en la ti- Brasíletea, 1968.

30 31
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

cíones entre los regionalismos). Se trata de una dimensión


dictada por los imperativos del Estado, el mercado, los in- ~ocieda~ global, sino como resultado de un conjunto de
~nter~cClones. Con eso, evidentemente, se preservan las
tereses geopolíticos, la unificación lingüística. Lo "nació-
nal" engloba, por lo tanto, a los "lugares", contrastado con SU identidades de las partes, pero el encadenamiento del pen_
diversidad. El "Ser Nacional", basta consultar la extensa bi- s~ento nos encierra en el interior de un dualismo. "Na-
bliografia sobre el tema. se presenta siempre COI\\O singulari- aonaVIocal""globaVnadon"!", "global/local", se presentan
dad. Sin embargo, al cambiar de referente, la perspectiva c?mo unidades antitéticas. Estas se realizarían en el espa,
anterior adquiere otro relieve. En relación con lo!' global", ya C.IO. de sus fronteras, ya que poseen la capacidad de: a) de-

no es tanto su unicidad lo que cuenta, sino su distinción. En finir su propia centralidad, b) contraponerse a 10 que les es
el concierto de las naciones, cada una de ellas está marcada externo, Es esto lo que permite, por ejemplo, decir: lo "global"
por sus especificidades, por sus diferencias. Lo "nacional" s~ ~laciona con 10 "local" o lo "nacional", como una impo-
asume de esta forma cualidades de lo "local". Diversidad y SICIón externa (ya sea como resultado de la difusión cultural
.autenticidad se tornan características suyas. La identidad de o del imperialismo). El argumento presupone la existencia
los pueblos se presenta así, como diferencia contrapuesta a de límites claros que separan cada uno de esos territorios.
lo que es "exterior". Es modal, la expresión de la historia de Otra manera de enfrentar la CUestión consiste en razonar
cada país. en términos de inclusión, y no apenas de interacción. Vería-
Por lo tanto, al hablar de "local", "nacional" y"global", ~os así, q~e 10 ')lobal" incluye lo "nacional", que, a su vez,
establecemos un ordenamiento entre niveles espaciales di- incluye lo local . En este caso, hay un conjunto más amplio
ferenciados, 10 que nos lleva necesariamente a pensar las que engloba otros dos subconjuntos. Esta formulación del
relaciones entre ellos. En este punto, las respuestas comien- problema evita el dualismo anterior, pues ya no es necesario
zan a divergir, y el mismo concepto de globalización puede p~tular cada espacialidad como una identidad específica.
ser entendido de diversas maneras. Una primera posibili- El rn~onveniente,sin embargo, es que la solución propuesta
dad es imaginar cada uno de esos pianos como unidades nos induce a aceptar algunas consecuencias lógicas de esta
ag.tQnomas. En este caso, es posible hacer afirmaciones del línea argumentativa: a) lo "nacional" y lo "local" están ente-
tipo: lo "local" se relaciona con lo "nacional"; lo "nacional" ramente (obligatoriamente) incluidos en lo "global"; b) ellos
reacciona, resiste o se somete a lo "global"; lo "local" pres- ,~ecen autónomos en tanto Subconjuntos. ¿Es esto ver-
cinde de 10 "nacional" y se articula directamente con lo dad. zl.as fronteras entre las espacialidades son en verdad
"global". Los argumentos, no obstante diversos, se apoyan tan nítidas, al punto de poder ser cartografiad"; de esa for:·
en algunas premisas. Cada entidad espacial constituye ma? ¿El ~ de desterritorialización no pone, justamente,
un elemento específico, cuya lógíca expresa una identidad. en cuestión esta condición? Por otro lado, admitir lo"global"
Tendríamos así, la existencia de espacialidades distintas que romo megaoonjunto, lno nos llevaría necesariamente a pen-
confrontan entre sí. Todo se resume a entender las .interre- sar el mundo de manera sistémica, como 10 hace Luhman al
la~one_$ entre ellas. Esta manera de pensar, análoga a la de ~eferirse a conjuntos complejos que envuelven otros con-
aquellos que hablan sobre las relaciones internacionales, Juntos más simples?18.
acepta la idea de que la globalízacíén es algo importante,
pero ajena al núcleo de cada uno de esos espacios. De ahí
la insistencia en considerarla, no como movimiento de una 18 Véase Luhman, N., "The World Societyas a Social Systeur" en lnter-
-JounudofGen.ndSyotems, Vol., '98>. '
32
33
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

Una alternativa a esas respuestas es considerar la globa- ra. La conexión es ahora posible a través de la medíecíó de
lización de las sociedades y la mundíalízecíon de la cultura un eslabón trascendental, lo que nos permite hablar~_
como un proceso civilizatorio. El artificio teórico permite ~e~te de un esra.cio común dentro de fronteras bien de-
evitar la propuesta sistémica y el dualismo. Proceso que se hmlta~" U~ última dimensión, más reciente, es la de la
instala en el nivel mundial, pero no es necesariamente tota- mundializacón. Proceso que atraviesa los planos nacionales
lizador, al punto de incluir, como un megaconjunto, todos y locales, cruzando historias diferenciadas. La civilización
los puntos del planeta. Esto significa.admitir la existencia de de la, modernidad-mUndo se caracteriza, pues, por ser, si-
limites estructurales -económicos, políticos y culturales- a multáneamente, una tendencia de conjunción y de dis _
la expansión de la modernidad-mundo. Proceso que se arti- ción de espacios. Esto nos permite percibirla como m yunad
d direcci are a
cula dentro de una sociedad global, 10 que torna diffcilla por. os. ones, una volcada hacia lo singular, otra hacia
aceptación del postulado de independencia y autonomía la diversidad. Esta sensación de bifurcación de sentidos nos
implícito en el pensamiento dual En este caso, hay que re- lleva~ a men~do, a imaginarlos como vectores antagónicos
definir las mediaciones existentes entre los niveles que he- (se ~Ice comunmen!e, en la discusión acerca de la globali-
mos tratado. zacton, que los localismos son su antítesis). Se trata de una
Mi propuesta es considerar el espado como un conjunto c~mprensiónequivocada de lo que está ocurriendo. Sincró-
de planos atravesados por procesos sociales diferenciados. rucamente, conjunción y disyunción son partes de un mis-
Debo, entonces, dejar de lado los pares de opuestos-ex- mo fenómeno.
terne/interno, cercano/distante- o la idea de inclusión para Estoy sugiriendo, por lo tanto, que la mundia1ización de
operar con la noción de líneas de fuerza. Si se acepta, de la cultura y, en consecuencia, del espado, debe ser deñnída
modo preliminar, que lo "local" se sitúa dentro de los países como transversalidad. Puedo así matizar algunas ideas"cul-
(al fin de cuentas, el Estado-nación es una realidad geopolí- tura-.mundo, cultura nacional, cultura local" como si
tica), podemos imaginar, idealmente, la existencia de tres di- consti~yesen un? jerarquía de unidades que interactúan
mensiones. Una primera, en la cual se manifiestan las e~tre 51. Las .nocones de transversalidad y de atravesa-
implicaciones de las historias particulares de cada localidad. miento permiten pensarlas de otra forma De esta manera
Realidades que no se articulan necesariamente con otras sostengo que no existe una oposición inmanente entre lo-
historias, aun cuando están inmersas en el mismo territorio ca~n~cionaVmundial. Esto lo percibimos al hablar de lo
nacional. Éste es el caso de diversos países que no comple- cotidiano. Ya vimos cómo, esta cualidad parece asociarse
taron el camino de la construcción nacional, en los cuales usualm~nte apenas a los hábitos arraigados en el espado de
muchas de sus regiones viven una .realidad "propia", esto las loc~ades. Se trata, sin embargo, de una ilusión, 'Ianto
es, 1).0 enteramente determinada por las exigencias del Esta- 10 naaon~ co~o 19 mundial sólo existen en la medida en
do-modernidad-nación. Hay, por lo tanto, una desconexión que S?ll vivencias, Este fue, al fin de cuentas, el resultado de
(al menos teórica) entre las partes que lo componen. Condi- d~s SiglOS. de ~Qnización de los modos de vida que deno-
ción semejante (si bien por motivos diversos) a las de al- ~~moslde~tidadesnacionales. Antes del siglo xvrn, la na-
gunos países, en los cuales permanece la presencia viva de ao~ no era aun una referencia obligada para el conjunto de
"nacionalidades" distintas (por ejemplo, los catalanes en Es- habitantes de cada país. Fue necesario un esfuerzo histórico,
paña). El segundo nivel se refiere a las historias nacionales, el desarrollo de un mercado interno, la creación de símbolos,
que atraviesan los planos locales y los redefinen a su mane- escuelas, para que la conciencia colectiva, en el comienzo
34 3S
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

restringida a una ideología de Estado, se transformase en pie;nsen y agilicen una estrategia de persuasión y de ven-
cultura Los hombres, en sus provincias, tuvieron que apren- tas en escala planetaria: A los mismos modos de compor-
der, interiorizar la necesidad de pensarse como miembros tamiento, diversión, desplazamiento, se corresponde un
de un, y sólo un, país. marketing global. Fragmentos de estratos espaciales de
Lo mismo ocurre cuando hablamos de mundializaci6n de consumo, distnbuidos de manera desigual fPr el planeta,
la cultura. Nada significarla si existiese apenas como ideolo- son de esta forma aproximados. El cine, los rnass-medíé, la
gía, esto es, como concepción del mundo articulada exclusiva- publicidad, la televisión, confirman esa tendencia. Por eso
mente a los intereses políticos y económicos. Para tornarse mismo, tal vez, la insistencia en hablar de "espacio" publící-
cultura (en la cual están inscritos esos intereses), debe ma- tario, mediático y, más recientemente, ciber-espacio. En lo-
terializarse como cotidianidad: Una familiaridad que se ex- dos los casos está claro: los mensajes, los símbolos, en fin, la
presa en los hoteles, redes metropolitanas, supermercados, cultura, circulan libremente en redes desconectadas de este
ferrovías, Internet, etc. En esos "lugares", sus usuarios po- o aquel lugar.
seen un conocimiento especifico, adecuado, que les permite El concepto de desterrítonalízacíán posee, por lo tanto,
transitar con desenvoltura en la maraña de sus entrecruza- una fuerza explicativa; permite dar cuenta de aspectos poco
mientes. Lo cotidiano no es el atributo del "Ser"'local, idea- visualizados en las ciencias sociales, Nombrar configura-
lizado muchas veces como sin6nimo de auténtico: es el ciones del tipo "estratos desterritorializados", "referencias
presupuesto de la existencia de cualquier cultura. La moder- cuturales desterritorializadas", "imaginario colectivo inter-
nidad-mundo sólo se realiza cuando se "localiza", Yconfiere nacional-popular", nos permite una comprensi6n mejor del
sentido al comportamiento y la conducta de los indivi- mundo contemporáneo. Nos obliga, sobre todo, a enfocar el
duos. En este sentido, la oposición entre mundial/nació- espacio independientemente de las restricciones impuestas
naJ;1ocal, un dato del sentido común, es un falso problema. por el medio MCg. Sin embargo, es necesario entender que
Una primera implicación de la idea de transversalidad toda desterritorialización es acompañada por una re-territo-
está en la constituci6n de "terrítoríalídades" desvinculadas rializaci6n. Pero no se trata de tendencias complementarias
del medio físico. Si se toma el vector de la mundialización o congruentes; estamos frente a un flujo único. La desterri-
en su articulación interna, es posible discernir un conjunto torialización tiene la virtud de apartar el espacio del medio
de reajustes espaciales que ya no se circunscriben a los lími- físico que 10 aprisionaba, la reterritorializaci6n 10 actualiza
tes de la nación o las localidades. El modo de vida de varios como dimensión social. Ella lo "localiza". Nos encontramos,
grupos sociales es hoy-en buena medida, desterritoriali- pues, lejos de}a idea de "fin" del territorio. Lo que ocurre
zado. Los estudios y los cálculos de los publicistas, de los en verdad es la constitución de una territorialidad dilatada,
hombres de marketing, muestran esto muy bien. Algunos compuesta por franjas independientes, pero que se juntan,
comportamientos, en relación con el consumo y la manera de se superponen, en la medida en que participan de la misma
organizadón de la vida, son análogos en 'lbkío, París, Nueva naturaleza. VIajar, desplazarse por esos estratos, es perma-
York, San Pablo y Londres". Son esas semejanzas las que necer en el interior de un tipo de espacialidad común a pue-
posibilitan que los administradores de las trasnacionales blos diversos.Esta perspectiva cambia radicalmente nuestra
concepción de espaoo, tradicionabnente vinculada al terri-
torio físico, ya sea la naci6n como los límites geográficos de
,. V.... MatteIart,A..L·~~,
........ La~l989. las culturas.
36 37
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERArioAIAllDAO

La transversalidad tiene además otras consecuencias: re- dernización, sino que acompaña elmovimiento de "moder..
define nuestra concepción del sustrato morfológico en el cual n~aciónh de las sociedades. Con esto quiero decir que lo na-
se asientan las culturas. 'fradicionalmente, como hace la an- cional y ló local están penetrados por la mundiaIización.
tropología, el lugar está constituido..por el e~pacio den~ Pensarlos como unidades autónomas seña inconsistente. Sin
del cual viven los grupos indígenas. Mundo que se ence- embargo, como la base material de la modernidad-mundo
rra dentro de las fronteras de un terrítorío, y en el cual se es desigual, y la expansión de la cultura debe obligatoria-
encuentran la geografía Yla cosmología, las costumbres y las mente tener en cuenta la diversidad de los pueblos, su
relaciones de parentesco, el trabajo, los tabúes, las técnicas, conjunción sólo ocurre de modo diferencial. El lugar es el
etc. Cada lugar se define así por la especificidad de su cultu- espacio de esa diferendalidad.
ra'1JJ. Admitir que el espacio en el cual circulan las personas Una manera de entender la realidad de los lugares es re-
está-~travesado por fuerzas diversas significa rever esta currir al concepto de diglosia Los lingüistas lo usan cuando
Perspectiva. En este caso, Jocal, nacional y_ mundial deben analizan una situación en la cual existen idiomas distintos
ser vistos en su atravesamiento. El lugar seria entonces el -árabe literario o coloquial, dialectos africanos o ingléalfran-
entrecruzamiento de diferentes líneas de fuerzas en el con- cés, chino o inglés, etc-, En ese contexto ocurre una espe-
texto de una situación determinada. Retomo de los fenome- cializadón de los usos. Algunas lenguas son empleadas en
nólogos la noción de "situación", sin por ello incurrir en el determinadas circunstancias (por ejemplo, en la burocracia
equívoco de la etnometodologia, para la cual las reladon~s o en las ceremonias públicas), otras se circunscriben al do-
sociales derivan sólo de la interacción de los individuos. SI- minio de la familia, la religión o el trabajo. Ése es también el
tuación definida objetivamente por las fuerzas sociales por- caso del Inglés al tornarse lengua mundíal". El inglés pene-
tadoras de legitimidades desiguales, en el seno de la cual los tra en la informática, el tránsito aéreo, los coloquios científi-
hombres actúan. Local, nacional y mundial se entrelazan, cos, el intercambio entre las transnacionales, y se transforma
por lo tanto, de formas diversas, determinando el cuadro en idioma oficial de las relaciones internacionales. Sin em-
social de las espacialidades en conjunto. Situaciónque va- bargo, su presencia no significa necesariamente la desapari-
riará según los contextos y, sobre todo, en función de la pre- ción de otras formas de hablar. Las situaciones concretas
valencia, o no, de determinados requisitos tecnológicos y determinarán las esferas y el destino de su influencia. En
económicos -la modernidad-mundo no se reduce a,la mo- algunos casos, el inglés será preponderante -tecnología y
educación superior-; en otros, estará ausente, en los debates
y la literatura nacional, en los mass-media, ele. Ante la expan-
W Marc Augé hace una buena srnresís de lo que es la concepción tradi-
cional del "lugar antropológico" _ Sin embargo, para comprender la
sión del inglés, que altera el cuadro anterior (en el cual existían
especificidad del mundo contemporáneo, él echa mano del concepto sólo dos lenguas en contacto), algunos lingüistas entienden
de "no lugar" --espacio no histórico, no relacional y no identitarlo, que pasamos de una fase de diglosia a otra, de transglo-
definido por ciertas actividades: comercio, tránsito, tiempo libre,
transporte-. Para la perspectiva adoptada aquf, no existen "'no luga-
res". Lo que Augé consídera así pertenece, en verdad, a los lugares 21 CI. Píshmen.]. YCcopee, R L. (comps.), TheS,..."J of Englj,¡,. Bowley.
insoitos en el movimiento de la modemidad-nnmdo. Véase Augé, Newbury House, 1977; Creenbaum, S. (comp.), TIte English Language
M., Non liex: une introduction aune anthropo1ngie de la sunnodernité, Pa- T""'Y. 0xfunI. Fe<gamoo Prees, 1965; Truchot, c., L'""",", _le""""'"
rís, SeWI,1992. contémporain. Paris, Le Robert, 1990.
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ESPACIO Y TERRITORIALIDAD
OTRO TERRITORIO

La idea de transversalidad nos permite, además, repen-


sia. Un mismo idioma atraviesa, de forma diferenciada, el sar algunas cuestiones. Me refiero al tema de la centralidad
espacio lingüístico. Yo diría, retomando mi objeto, que ellu- y el arraigo. Las culturas físicamente arraigadas en un terri-
gar puede ser definido como un es~~o transglósico, en el torio tienen una noci6n exacta de sus contornos. Se estruc-
cual se entrecruzan diferentes espacialidades. Para compren- turan a partir de un núcleo que se irradia hasta los confines
derlo, deberíamos detenemos en las situaciones concretas de sus fronteras. Es cierto que esta centralidad no implica,
de ese entreIazamiento. necesariamente, como en el caso de las sociedades indíge-
Sin embargo, no hay que ser ingenuos. Los ~ tam- nas, un espacio homogéneo. Las llamadas grandes civiliza-
bién nos enseñan que los fenómenos de diglosia están mar- dones se extienden por un territorio amplio, pero en sus
cados por jerarquías y señales de distinción. Existe sie~~ intersticios se insertan culturas diversas (basta mirar la civi-
un lengua ,.alta" contrapuesta a otra "baja", cuyo presngío lización islámica). No obstante, su centralidad se encuentra
social es inferior, Es el caso del francés en algunos países claramente definida. La modernidad es quizá la primera
africanos, que penetra en la escritura, la ~~tica, la ~no­ civiliz;aci6nque hace de la desterritorializaci6n su principio.
mía los masa-media y disfruta de una posición dominante Es des-centrada (le que no significa decir fragmentada, como
respecto de los dialectos, que no participan de esa esfera del pretenden algunos autores. La fragmentación implica au-
poder y se restringen a los usos propiamente tribales. Se a• u: senda de un orden colectivo, el descentramiento señala otro
ta de un cuadro análogo al del inglés, en su forma mundia- tipo de orden social), y J1riviIegia la deslocalización de las
lizada2Z, que se transforma en una fmma "alta", al co~ar relaciones sociales.
palabras, gustos musicales y penetrar en.los_ma:>s-media, la Retomo a Max Sorre como contrapunto de mi argumen-
bliddad el show-business. El mercadolinguistico, para ha- tación. Para comprender la variedad geográfica de las cultu-
~ , . d· bi ras humanas, toma del griego la noción de oekoumene. Así,
blar con Bourdíeu no es apenas un espaoc e mtercam o,
. qu e se estructura a "....
"""rti.. de determinadas relaciones entiende que cualquier agrupamiento humano, para existir;
smo ~ discu debe arraigarse en un territorio determinado. Existen, evi-
de podei3. Creo que sería inconsecuente, en nuestra ,-
sión, caer en el relativismo cultural.. Las líneas de fuerza que dentemente, límites (sobre todo climáticos) -y montañas,
atraviesan los lugares no son equivalentes; poseen peso y desiertos, selvas, etc.- para la conservación de las caracterís-
ticas fisiológicas y anatómicas de la raza humana. Sin em-
leg¡fumdad~s distintas. la mundializaci6n de la cultura trae
bargo, su razonamiento es claro: HA cada grupo, inserto en
con ella vectores poderosos de dominación, que se articulan
un hábitat bien determinado, le corresponde un tipo espe-
en el nivel planetario. Por 10tanto, la situación de los lu~s
cializado, algo así como una -raza geográfica. Esta especiali-
implica acomodaciones y conflictos. En ella estallan los mte-
zación, morfológica o física, es relativa. Varia de acuerdo con
reses que recortan a las sociedades. la diferencia del medio geogréfíco'v'. De ahí la importancia
del concepto de hábitat, constituye el sustrato material de
22 Véase L'anglslis: langue elrangUe ou limgue SI!CV1Ille, Groupes d'Études las culturas. Cuando Sorre retoma, de los griegos, la idea de
sur le Plurilinguisme guropeen, Acles du Premier CoUoque, Estras- "ecumene", pretende justamente dar cuenta del elemento
burgo, Université des Sdences Humaine9 de Strasbourg, mayo de

23 ~ P.,"A economía ~ troces 1ingiDlü:aS"'. en Ortiz, R. (comp.), 24 Sorre, M., op. cit., r i, p. 109.
PinTe Bourdieu, San Pablo, Auca, 1983.
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OTRO TERRITORIO

MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD-
de fijación del hombre a la tierra. Pues el término designa la
casa el espacio habitado, lo que es conocido, familiar. En
este 'sentido, todo "hecho humano es un dato espacial, te-
rritorial". La tierra habitada es la casa" de las culturas, el
ji El tema de la identidad es rico y controvertido. Si en la ac-
centro de su fijeza. tualidad, partir del proceso de globalización, resurge con
Ahora bien, la característica de la moderrúdad es la mo- fuerza en las discusiones políticas y académicas, se hace ne-
vilidad -de la fuerza de trabajo, de los individuos, de las cesario, sin embargo, dimensionarlo correctamente. Por cierto,
informaciones, de las mercancías-. Esto nos exige repensar las transformaciones recientes replantean los movimientos
la metáfora de la "raíz", frecuente en el debate sobre las identitarios en una nueva meseta. Pero antes de reflexionar
identidades culturales. Toda raíz requiere un suelo para fi- acerca de su configuración, hay que reconsiderar el modo
jarse; es lo contrario de la fluidez; El arraigo es fruto de la en que el propio concepto fue trabajado en las ciencias so-
existencia de una cultura cuyo territorio se encuentra carto- ciales. Tengo la impresión de que a menudo implica una lec-
grafiado. En el mundo contemporáneo, este po~tu1ado ya tura deificadora de la sociedad, lo que nos conduce a una
no es satisfactorio. Los individuos poseen. por cierto, refe.~ comprensión equívoca de las relaciones sociales. En este sen-
rendas, pero no propiamente raíces que los fije~ !.ú'ica..:: tido, me parece que un análisis categorial de sus implicaciones
mente al "milieu". Referencias que limitan su movmuento. sería un ejercicio intelectual saludable. Quizá consigamos
Sin embargo, también sabemos que esta navegación en los así evitar las dificultades en su encadenamiento lógico.
circuitos (utilizo una metáfora de la informática) no se dI-:- - ¿Qué se entiende en realidad por identidad cultural? Reto-
eunscríbe a una desterritorialización pura. La movilidad es mo algunas ideas de la antropología. Clásicamente, cuando
un dato, o mejor, una exigencia de un detel'Ill1nad9_tipo de ~os antropólogos buscan entender las sociedades primitivas,
civilización. En este sentido, las sociedades contemporáneas intentan dar cuenta de su totalidad. La interpretación se
viven una territorialidad desarraigada. Yasea entre las fran- ' fundamenta en el trabajo etnográfico, una "descripción den-
jas de espacios, despegadas de los territori~ nacionales, o sa" de la organización social, las reglas de parentesco, los
en los "lugares" atravesados por fuerzas diversas. ~ desa- mecanismos de intercambio, los rituales religiosos y la vida
rraigo es una condición de nuestra época, la expresión de material. La comprensión deriva, pues, del cruce de una se-
otro territorio. rie de informaciones, reveladas por el esfuerzo descriptivo
y clasificatorio. Si pretendo conocer cómo actúan los indivi-
duos en el seno de una determinada cultura, estoy obligado
a manipular un espectro variado de conocimientos. Así, para
hablar de la cultura samo", debo comprender el antagonis-
H

mo entre los universos masculino y femenino, las regias de


transmisión de los nombres de los antepasados, las creen-
cias y las historias míticas, que explican el lugar de los hom-
bres en la sociedad, ellertguaje de los objetos sagrados, los
conceptos de hombre, mujer, selva, animales salvajes, etc.

~ Traducción: Ada Solari.


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