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CUENTO SOBRE LAS LEYES DE MENDEL

Sucedió en la planicie de la Sábana de Bogotá, por allá en los años 1980/1990, cuando 2 cultivadores de
arveja y guisantes, que surtían el mercado de la Capital de la República recibieron reclamaciones por la
calidad de sus productos. Un tercer cultivador de nombre JUAN ALBERTO, producía arvejas de gran calidad
y era apetecido por los consumidores, situación que causó gran inquietud en sus vecinos porque según su
concepto los cultivos eran sembrados en tierras de igual calidad.
En un principio los dos cultivadores que recibían rechazo a su producto pensaron que JUAN ALBERTO, les
estaba dañando su producción, posiblemente con la aplicación de algún herbicida o químico que reducía su
calidad.
Partiendo de esta premisa y a pesar que la relación entre vecinos era cordial, sin maldades y hasta ciertos
puntos muy familiar, los dos productores, que para este caso se llamaran RUMALDO y ROBERTO, decidieron
hacer vigilancia en diferentes horas para observar las actividades de su vecino y así darse cuenta si en
realidad en forma oscura les estaba causando daño.
Fueron pasando los días y RUMALDO Y ROBERTO no detectaban nada anormal, ya que JUAN ALBERTO,
realizaba la siembra como ellos también lo hacían, aplicaba abonos similares y los cuidados de sus
sembrados eran comunes para las tres parcelas. De igual forma nunca llegaron a observar que su vecino les
causara daño, por el contrario, les ayudaba a cuidar y les informaba si se daba cuenta de alguna enfermedad
o plaga que estuviera llegando al sector.
RUMALDO y ROBERTO, al darse cuenta que lo único que recibían de JUAN ALBERTO eran ayudas y buena
voluntad, sintieron pena por las dudas que tenían de él y decidieron visitarlo para confesarle sus inquietudes y
ofrecerle disculpas por su actitud, aun sabiendo que su vecino no había notado que le estaban haciendo
vigilancia.
Transcurrían los días y los sembrados de JUAN ALBERTO eran idénticos, parejos, frondosos y producían
mayor cantidad por hectárea sembrada, ante estos los dos vecinos llegaron a la casa de JUAN ALBERTO y le
comentaron: “vecino, queremos hablar con usted, porque vemos que nuestras parcelas aunque están
sembradas en tierras iguales a las suyas, son menos productivas, inclusive llegamos a pensar que usted nos
estaba causando daño, por eso venimos a ofrecerle un almuerzo como disculpa por haber dudado de su
honorabilidad”. Lo único diferente que vemos es que en forma periódica viene un jovencito y lo acompaña a
usted en la casa y al parecer le ayuda en la siembra.
Esto fue una sorpresa para JUAN ALBERTO y antes que disgustarse le causó sorpresa y admiración por la
actitud mostrada. Aceptó la invitación a almorzar y durante este evento les explicó cuál era la razón de que su
cultivo fuera mejor; también les dijo que él si había notado que sus parcelas eran diferentes, pero pensó que
podría tratarse de una mala aplicación.

En relación con el joven que lo visita les dijo, “es mi hijo que estudia agronomía” y viene periódicamente a
colaborarme, en sus estudios me ha dicho, que estudio las Leyes de Mendel que hacen referencia a los
cruces que se pueden hacer y con base a eso me trae semillas puras, lo que hace que mi cultivo se parejo,
igual y productivo. Les agrego, aunque no conozco que clase de semilla utilizan ustedes, es posible que ahí
este la causa de la diferencia en la calidad. Vecinos terminemos esta cosecha y en la próxima visita de mi hijo
se los presento, le pido que les explique y que también a ustedes les traiga semilla pura y luego veremos los
resultados.

JUAN ALBERTO, habló con su hijo, le comentó lo sucedido y lo comprometió para que lo visitara al término de
esta cosecha, para que les explicara a sus vecinos las Leyes de Mendel y los apoyara para mejorar sus
cultivos.

Quince días después de recolectada la cosecha y antes de hacer una nueva siembra, llegó a la finca
CARLOS, el hijo de JUAN ALBERTO, reunió no solo a los dos vecinos, sino a varios productores de la región,
en un ágape en el salón comunal de la vereda, les explico las tres Leyes de Mendel, destacó su importancia y
los aconsejo para que compraran semillas puras, las cuales él les podría adquirir en la Capital. Hizo una
exposición completa y detallada, así:

1ª Ley de Mendel: Ley de la uniformidad


Establece que, si se cruzan dos razas puras para un determinado carácter, los descendientes de la primera
generación serán todos iguales entre sí fenotípica y genotípicamente, e iguales fenotípicamente a uno de
los progenitores (de genotipo dominante), independientemente de la dirección del cruzamiento.

2ª Ley de Mendel: Ley de la segregación


Conocida también, en ocasiones como la primera Ley de Mendel, de la segregación equitativa o disyunción de
los alelos. Esta ley establece que, durante la formación de los gametos, cada alelo de un par se separa del
otro miembro para determinar la constitución genética del gameto filial. Es muy habitual representar las
posibilidades de hibridación mediante un cuadro de Punnett.

3ª Ley de Mendel: Ley de la recombinación independiente de los factores


En ocasiones es descrita como la 2ª Ley. Mendel concluyó que diferentes rasgos son heredados
independientemente unos de otros, no existe relación entre ellos, por lo tanto, el patrón de herencia de un
rasgo no afectará al patrón de herencia de otro. Sólo se cumple en aquellos genes que no están ligados (en
diferentes cromosomas) o que están en regiones muy separadas del mismo cromosoma.
Con esta asesoría se realizó la siembra de la cosecha siguiente, la cual fue fructífera, abundante, de alta
calidad y su punto de progreso para toda la región. En forma sucesiva las diferentes siembras de productos
se hicieron con la asesoría de CARLOS y todos los vecinos progresaron, aumentaron su productividad e
ingresos. Como resultado de estos avances fueron visitados por funcionarios del Ministerio de Agricultura y
reconocidos sus productos como los mejores del país.

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