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SALVANDO EL HUMEDAL Y A LA SEÑORA IGUANA

Don Ernesto es el dueño de una villa y vive de las cosechas de su huerta casera y de los
dividendos que le produce un humedal que se encuentra en su predio, En este convive con
una iguana muy simpática que sale siempre a saludar y a recibir feliz la porción de fruta
diaria que le lleva Don Ernesto.
En cierta ocasión se presentaron los miembros de la junta de acción comunal de la vereda
donde se ubica el predio de Don Ernesto con una noticia “espectacular”, le dijeron que una
multinacional ofreció una cantidad de dinero muy cómoda por el total del terreno que
ocupaba la vereda para la construcción de una mina de oro debido a que el yacimiento del
mineral se encontraba justo ahí.
En ese momento él se sintió intimidado y de cierta manera comprometido debido a la buena
relación que había llevado con sus vecinos ya que su humedal siempre surtía de agua pura
los predios aledaños al suyo y permiten una relación equilibrada con la fauna y flora de la
cual gozaban.
Después de dicha visita Don Ernesto pidió una prórroga para tomar una decisión respecto al
tema, se decidió dar una semana a partir de la fecha para realizar la reunión de junta
comunal y cuadrar dicho trato.Ya que para él era muy difícil decirle solo si a una cantidad
absurda de dinero y abandonar lo que había construido, cuidado con esmero y además lo
había hecho feliz y pleno durante toda su vida. Al día siguiente decidió visitar su humedal no
en plan laboral sino más bien como admirador y se dio cuenta de muchos detalles que
durante muchos años siempre paso en alto.
Como siempre Doña iguana salió a saludar y esta vez lo acompañó durante el total del
tiempo de su visita en la cual conoció una familia de ardillas las cuales tenían su hogar
establecido en el tronco del árbol más frondoso del humedal,se mostraron muy amables y
confiadas con él; siguió más adelante y se encontró a una mamá zarigüeya con sus dos
crías hurgando en la hojarasca en busca de frutos caídos. Además de esto se dio cuenta de
un sin fin de animalitos que viven y conviven con él y sin dudarlo tomó una decisión.
El dia de la reunión desafortunadamente era el único que tenia una opinion diferente a la de
los demás pero su posición era irrevocable y él quería conservar su patrimonio por que ese
día que tomó la decisión se dio cuenta que no solo tenía valor monetario en su humedal
sino más bien un tesoro que ningún dinero le iba a reemplazar.

Después de conocer la posición de Don Ernesto los miembros de la junta se mostraron


disgustados y decididos a que la decisión se cambiará por un supuesto bienestar general y
para esto recurrieron a un derecho de petición en el cual demandaban que Don Ernesto
tomará la opción de venta de su predio para poder cerrar el trato con la multinacional que
quería iniciar la explotación del terreno. Se solicitó a Don Ernesto en la alcaldía municipal
para una conciliación pero no fue de ayuda ya que este no cambiaría de opinión y estaba
dispuesto a llegar a donde se necesitara para proteger su tesoro y patrimonio.

Al no llegarse a una conciliación los vecinos quedaron muy disgustados frente a la situación
y debido a esta Don Ernesto decidió también hacer uso de su derecho a reclamar y decidió
imponer una tutela en la cual pidió la protección a su derecho fundamental al trabajo ya que
él vivía de su huerta y su humedal y también su derecho a la integridad personal ya que él
no deseaba cambiar su bienestar personal por dinero.
Efectivamente la tutela falló a su favor y a favor de lo que significaba el humedal, todo lo
que significaba y el gran valor ambiental que tenía. Doña Iguana y todos sus compañeros
de vecindario habían asegurado también su derecho a tener donde vivir.
La multinacional al ver que los derechos de Don Ernesto estaban protegidos por la leyes
judiciales decidieron realizar una explotación mucho más responsable en la cual siempre
respetaron la integridad del humedal e incluso terminaron dandole un contrato laboral a Don
Ernesto en cual tomó el trabajo como guardabosques y proveedor de agua potable para las
obras de excavación. Doña Iguana estuvo más feliz porque podía ver más seguido a su
amigo y cuidador.

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