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ANEXO 1.

EL EXTENSIONISTA

Texto adaptado de la obra teatral del mismo nombre, del autor Felipe Santander (1978)

Esta es la historia de la comunidad de Tenochtlen campesina de gente trabajadora y unida, que se


conocen y mantienen buenas relaciones entre ellos, y que a pesar vivir en condiciones favorables
de clima, agua y tierras fértiles que les permitían obtener abundantes cosechas vivían en la pobreza
debido a las injusticias y abuso de las autoridades locales.

Los campesinos sabían que el cacique del pueblo, el regidor y los representantes del banco se
aprovechaban de ellos, siendo intermediarios en la venta de las cosechas de maíz y frijol que
producían, las cuales se las compraban a muy bajos precios argumentando que tenían plaga o eran
de mala calidad para después ellos venderlas . Incluso como productos con calidad de exportación
y así obtener mayores ganancias.

El banco cercano a la comunidad les ofrecía préstamos miserables que apenas les alcanzaban para
comprar semillas o herramientas de baja calidad y luego cobrándoles altos réditos, lo que en muchas
ocasiones los obligaba a vender o perder sus tierras y a tener que irse a trabajar fuera del pueblo o
trabajar para el cacique del pueblo con sueldos bajos. Comprendiendo esta situación de abuso de
poder y sintiéndose desprotegidos, la comunidad ha solicitado el apoyo del gobierno del estado
para poder resolver su situación.

Atendiendo a las solicitudes de apoyo, el Gobierno Estatal envía a Cruz, quien es un joven que recién
ha terminado su carrera de ingeniero agrónomo (al que le llaman el Extensionista, a un promotor,
facilitador y gestor del desarrollo rural); quien pretende llevar el conocimiento agrícola a los
productores y los exhortar a adoptar nuevas y mejores formas para trabajar en sus cultivos y
ganados, y además favorecer la realización de procesos de desarrollo.

Don Benito, un hombre de edad mayor que tiene una actitud serena, conoce a todos los habitantes
del pueblo y al aparecer cuenta con el reconocimiento y respeto de los miembros de la comunidad.
Es él quien convoca a una asamblea en la escuela para presentar al recién llegado Extensionista, la
reunión también es para que los asistentes puedan plantear las problemáticas que tienen y
comiencen a buscar soluciones.

Sin embargo, este primer encuentro no resulta muy bien, ya que Cruz antes que conocer a las
personas y la situación, se enfoca en decir que él va a ayudarlos y a enseñarles a trabajar la tierra y
mejorar sus cosechas, habla con lenguaje técnico y se enfoca en decirles que él es quién va a
enseñarles a trabajar la tierra y les enseñará a resolver sus problemas.

La primera reacción de los asistentes a la asamblea, que únicamente son hombres, es de molestia,
en primer lugar, porque ya ha tenido experiencias previas con otros Extensionistas y no los han
apoyado, sino que se han unido a las autoridades perjudicándolos cada vez más.

Algunos de los asistentes, le explican que ya han llevado a cabo cosas como producir grandes
cantidades de sus productos, lo cual Cruz les está proponiendo de manera rápida, pero que el
resultado ha sido malo para ellos, no porque no trabajen o no sepan producir, sino porque ellos
invierten trabajo y dinero y luego la autoridad del pueblo les roba o les quita sus ganancias.
Nuevamente intenta explicarles con lenguaje técnico como pueden trabajar y Don Benito le
comenta que muchos de ellos no saben leer, y que no tienen confianza y le demuestran su
desagrado, incluso se burlan de él y llega a los golpes con uno de los pobladores.

En la cantina del pueblo donde se reúnen por las tardes los campesinos para platicar y distraerse,
uno de los habitantes jóvenes de la comunidad, quien ha tenido que vender parte de sus tierras,
comienza animar a los demás a irse del pueblo y trabajar ya sea en la ciudad o irse para Estados
Unidos, porque les dice que ahí sí les pagaran bien por su trabajo, pero otro señor, un poco más
grande le dice que no, que no se deben de ir, que ese es su pueblo, son sus tierras, ellos son de ahí
y ahí es donde saben trabajar.

Cruz, el Extensionista, vuelve a pedir el apoyo de Don Benito, para tener otra oportunidad de hablar
con la gente del pueblo, pero él le explica, que los puede volver a llamar pero que sabe que no van
a ir y que él tampoco asistiría, así que le recomienda que mejor se vaya del pueblo.

El Agronomo, desanimado va a la cantina del pueblo y se encuentra con algunos de los pobladores
y aunque algunos lo rechazan y se van, otros lo dejan estar con ellos, en lugar de hablar del campo
y las cosechas, les hace algunos trucos de magia con el fpropòsito de convivir con ellos. Sin embargo,
aunque lo tratan mejor no lo aceptan del todo.

A partir de este momento, la gente del pueblo durante sus jornadas de trabajo le permiten Cruz que
los observe mientras realizan las faenas, las cosas que hacen, como trabajan, los tratos que reciben
de las autoridades y de esta manera él también se va dando cuenta de los diferentes problemas y
dificultades que tiene la gente con sus cultivos y con los abusos de las autoridades, por lo que
comienza a proponer algunas soluciones sencillas y a involucrarse y a llevar a cabo gestiones con
autoridades fuera de la comunidad para ayudar.

Algunas de esas cosas que hace son: va al invernadero del municipio a solicitar los árboles que el
gobierno ha comprometido para la población y qué por supuesto no tienen ningún costo, el
responsable del invernadero dice que ya los tiene apalabrados con el Cacique y que se va a molestar
si se los lleva. Cruz, le da el recibo del gobierno y se los lleva para entregarlos a los campesinos que
tendrán que plantarlos para hacer barreras contra el viento y evitar la erosión de la tierra, también
al momento de las lluvias peudan detener el flujo violento del agua que pueda sacar las semillas que
ya han plantado. Uno de los campesinos le dice que si ellos lo hacen, el gobierno ya no les va a pagar
la faena.

El Extensionista va hablar con el responsable de la presa para solicitar que en determinada fecha
debe permitir el paso del agua para favorecer el riego de las cosechas y luego esperar el tiempo de
lluvias, ahí también se enfrenta a comentarios de que esa autorización debe venir del cacique y el
presidente del pueblo.
Con todos estos hechos las personas del pueblo comienzan a creer en el Extensionista, y a compartir
sus experiencias y conocimientos, se unen más como población y ellos mismos ya comienzan a hacer
planes pensando en cambiar los cultivos, expresan las dificultades que en ocasiones diferentes han
tenido por haber lo hecho, buscan alternativas, discuten y llegan a acuerdos, y toman la decisión
finalmente de cambiar el cultivo de maíz por algodón, lo cual les permitirá obtener mayores
ganancias y generará más trabajo para la misma gente del pueblo. Incluso el cacique y el regidor se
muestran de acuerdo y sin perder su forma de actuar siguen presionando a los habitantes para
colaborar.
El proyecto se pone en marcha, sin embargo, comienzan a haber varias irregularidades, entre ellas
el banco que le obstaculiza el trámite de los créditos, los proveedores de pesticidas y semillas
hicieron viarias trampas, por ejemplo: les vendieron pesticidas adulterados que no funcionaron para
poder proteger toda la cosecha, cambiaban las semillas que se habían comprado y les entregaban
unas de menor calidad, y las buenas se las entregaban al cacique.

Sin embargo, la población estaba enterada de cada cosa que estaba ocurriendo, Cruz les explicaba
las cosas que pasaban y acordaban las gestiones que se tenían que realizar para reclamar ante las
autoridades, como Cruz estaba a cargo del proyecto desde el gobierno, presenta las pruebas y
reclama ante las autoridades todas estas irregularidades en la entrega de productos adulterados, ya
que él mismo lo comprobó haciendo estudios de laboratorio. Tiene una pelea con el responsable
del Banco, quien logra hacer que lo despidan finalmente.

El proyecto se va quedando a medias por la mala calidad del pesticida y a una parte de la producción
le cae plaga, la gente comienza a tener la sensación de que otra vez fracasarán por las muchas
dificultades, de tal forma que el pueblo, al ya no querer pasar por los mismos abusos otra vez, se
organizan y comienzan a hacer planes para recoger parte de la cosecha del algodón que si está en
buenas condiciones y planean hacer la venta a buen precio, sin intermediarios; acuerdan decirle al
cacique que el producto faltante de la cosecha se debe a que se no logró todo el cultivo por la plaga.
También al saber que el cacique se había quedado con una buena cantidad de semillas de buena
calidad y las escondía para su provecho, deciden entrar a su rancho y llevarse algunos costales para
asegurar la cosecha del próximo año.

El Cacique al darse cuenta del faltante de las semillas, culpa a Cruz y a Don Benito (como
responsables de todo lo sucedido) y de manera autoritaria junto con el regidor del pueblo, durante
una fiesta que están celebrando los pobladores, llegan a interrumpir con violencia el festejo, se
llevándose a Cruz y a Don Benito con una orden falsa de aprensión (ya que no tienen evidencias de
que ellos robaran las semillas de su casa), a escondidas dos campesinos siguen las trocas donde se
llevaron a Cruz y Don Benito, y se dan cuenta que a medio camino los bajan de los vehiculos donde
los llevaban y los asesinan.

Los dos campesinos regresan al lugar de la fiesta, donde aún se encuentra toda la población y les
cuentan cómo el cacique y el regidor mataron a Cruz y Benito, la gente se enardece y sintiendo el
peso de tantas injusticias y abusos se levantan en armas contra los opresores, quemando la casa del
cacique, la presidencia del regidor y ahorcándolos, decidiendo finalmente a hacer justicia por su
propia mano.

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