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LAS ESCUELAS FORMADORAS DE DOCENTES EN LA ENCRUCIJADA DE LA

TRANSICIÓN POLÍTICA EN MICHOACÁN

Propósitos
Con nuestra intervención pretendemos aportar algunos elementos del contexto histórico-
político del pasado reciente, para el análisis y la discusión del tema de la conversión de la
Subsecretaría de Educación Media Superior y Superior a Instituto, y en general contribuir
a vislumbrar la tendencia actual del normalismo en el país y particularmente en nuestra
entidad; nos guía el siguiente cuestionamiento: ¿Cuáles son las implicaciones laborales,
jurídicas, académicas, sindicales que traerá consigo el Instituto?

Algunos antecedentes
El siglo XX trajo consigo la primera revolución político-social del mundo; trajo consigo el
primer Estado-nación de carácter eminentemente social y popular; trajo consigo vigorosas
instituciones sociales, entre ellas las formadoras de maestros con una mística comunitaria
y educativa, muy diferentes a las 20 normales fundadas durante la dictadura porfirista.
Nos queda claro, que las instituciones formadoras de docentes en Michoacán y el
país, no son el resultado de la evolución de la pedagogía, de la producción académica de
los 100 científicos encabezados por Justo Sierra, ¡no!, son producto de la explosión
político-social Revolucionaria de principios del siglo XX, que remontó el régimen dictatorial
porfiriano de extrema pobreza y analfabetismo; son el resultado del acuerdo político entre
todas las fuerza políticas del país, del Congreso Constituyente de 1917.
Las diferentes escuelas formadoras de maestros son resultado de esa explosión
de fiesta, de balas y de muerte, que bajo la bandera de Tierra, libertad y educación, dio
origen al Estado posrevolucionario y su ideología humanista y popular, benefactora de las
grandes mayorías del país, que disminuyó drásticamente la pobreza extrema de las
grandes capas sociales de la sociedad mexicana, prevaleciente durante el siglo XIX.
Con el Estado posrevolucionario comenzaron en los años 20, las grandes
cruzadas de las misiones culturales y la creación de muchas escuelas para maestros en
la entidad, entre ellas la Normal Urbana en 1915, y a partir de 1922 las normales rurales.
Desde finales de los años 30 y en los años 40s la economía creció sin precedentes y los
gastos sociales y educativos aumentaron, creándose instituciones como el IFCM-CAMM,
Normal Superior de México en 1936; un poco después el CREN, la UPN en 1978; más
recientemente la normal Indígena.

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Sin embargo, el Estado de bienestar para las grandes mayorías duró corto tiempo
y comenzó su destrucción social originada por el ejercicio indiscriminado de políticas
públicas marcadas por el libre mercado, originando con ello los mecanismos cada vez
más intensos de exclusión y polarización social.
En ese contexto se explica que las normales rurales hasta 1968 eran 29, año en
que el Estado mexicano y su ideología nacionalista y de modernización cerró 15,
prevaleciendo desde entonces una vulnerabilidad social y política en torno a estas
escuelas para hijos de campesino, indígenas, obreros y profesores. En Michoacán
cerraron la Escuela Normal Rural “Miguel Angel de Quevedo”, de la Huerta. A principios
de la década de los 80 reprimieron a los estudiantes de la Normal Superior de México,
producto del inicio de la aplicación de políticas neoliberales, descentralizando a los
estados la Escuela Normal Superior de México, ¿Qué motivo la represión y su
descentralización? Ahí nació la CNTE, desde mediados de los años 70, en los cursos de
verano se formaron las primeras comisiones promotoras de la democracia sindical.

RUPTURA CON LA IDEOLOGÍA REVOLUCIONARIA


La segunda mitad del siglo XX fue de cambios en la ideología y acción del Estado
mexicano, no a favor, sino en detrimentos de las grandes capas sociales de México. La
crisis política que provocó la represión estudiantil en 1968 por parte del Estado autoritario,
manifiesta el anticipo de una crisis económica profunda, de onda larga, donde el perfil del
Estado y su ideología fueron adoptando un carácter conservador y orientado hacia el
beneficio de la oligarquía nacional con ímpetus de extenderse internacionalmente. En lo
político se fue reflejando un estatismo, un predominio del orden institucional sobre la
sociedad; en lo económico la tendencia privatizadora, la venta de instituciones para-
estatales, y en educación el arribo de la ideología de la eficacia y la eficiencia, el sistema
de méritos individuales.
El carácter estatista del Estado mexicano enarbolaba el “nacionalismo” y “la
modernización” como ideología; la imposición de una imagen cultural única y monolítica
sobre la diversidad y complejidad cultural de toda sociedad viva como México. Esta
ideología se traducía en la vida diaria de las escuelas como verticalidad educativa y
sindical, uniformidad en la visión de la realidad deslizada en los planes y programas,
simplificación máxima de contenidos. Una tendencia a la estandarización y el
ordenamiento social, es decir, la aplicación de una estrategia política para la organización

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estático-funcional de la sociedad, cuyo fin era la reproducción del sistema social y político:
monopartidista, altamente centralizado, verticalista y autoritario.

En los últimos decenios del siglo pasado y los primeros del presente, se apretaron
un poco más las tuercas del sistema político-social, debido a que todos los países
pertenecientes a la OCDE, México entre ellos, se vieron obligados a achicar la fuerza del
Estado; su poder de decisión y soberanía se vio disminuida 1, debido a que ya no
escucharon a la población, en lo educativo se cancelaron los foros de consulta, sólo
escucharon las directrices de organismos económicos internacionales, agudizando una
profunda crisis económica y política interna en tiempos del presidente Zedillo,
acontecimiento que favoreció la alternancia política, sin embargo el arribo del nuevo
partido al poder le quedo grande la tarea de la democratización del país y no le quedo otro
camino que fortalecer la política conservadora y antidemocrática heredada.

Ante la profundización de la crisis económica, política y social de México de


finales del siglo XX y principios del XXI, en educación los gobiernos de ese tiempo
instrumentaron como una medida de solución, apuntalar el desarrollo económico nacional,
adoptando un modelo educativo afín al mundo contemporáneo de competencias (Felipe
Calderón). Estas políticas públicas intentaron justificarse con evaluaciones de organismos
internacionales (OCDE), resultando de dichas evaluaciones: profundas desigualdades
sociales y pocas oportunidades para el desarrollo de la sociedad mexicana. Para colmo
de los males regresó el PRI al poder e instrumentó después del Presidente Calderón, una
“Reforma educativa” de evaluación punitivas al magisterio, con la intención de dominar al
único sector social contestatario a las políticas antisociales de los últimos regímenes.

La estrategia política del neoliberalismo desde sus inicios (1982) aplicó los
principios estratégicos de clasificar y separar para dominar al sector social más rebelde:
los maestros, así inicio la separación del nivel básico del superior, luego la aplicación de
salarios diferenciados empleando diferentes categorías tanto en básica como en superior.
Dentro del subsistema de formación de profesores se incorporó un sistema de promoción,
donde el personal avizoró rutas individuales para el mejoramiento del salario,
desvalorando la acción política colectiva. Todos los programas de fortalecimiento de las
instituciones formadoras de maestros tienen este enfoque de la productividad y la
eficiencia individualizados, dejando de lado la acción política colectiva sindical.

1 Cfr. Bueno, Lourdes (2004). La exclusión de la esperanza. Un sistema educativo desertor. México:
Universidad de Guadalajara.

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El complicado panorama social, político y económico nacional creo las condiciones
para la alternancia política en 2019, el nuevo gobierno prometió una ruptura con la política
neoliberal y se planteó la posibilidad del cambio de rumbo del modelo económico, social y
político del país. En educación suspendió la Reforma punitiva impulsada por el régimen
anterior y sin embargo, apreciamos en los hechos, que el cambio que se promueve desde
los órganos de gobierno nacional y estatal, no es muy distinto del modelo de corte
neoliberal, que en materia de política educativa continúa el estatismo, el predominio del
orden institucional sobre la sociedad, visible en la sujeción del magisterio a modelos
burocráticos de control institucional: el SNTE Institucional, el organismo burocrático de
USICAMM y ahora la conversión de la Subsecretaría en Instituto de Educación.
Sin embargo, nos sigue entusiasmando el nuevo contenido en papel de la reforma
al artículo tercero constitucional de 2019 -aunque en los hechos vemos dificultades para
su concreción-, en cuanto refiere que: ”Las maestras y los maestros son agentes
fundamentales del proceso educativo y, por tanto, se reconoce su contribución a la
transformación social” 2, así como el tema del impulso y la incorporación con mayor
énfasis en los planes y programas de estudio de la perspectiva de género, las ciencias y
las humanidades: la historia, filosofía, artes, civismo, educación física, lenguas indígenas,
música, etc., todo ello -suponemos-, para revertir el ideal educativo mercantilista de la
pedagogía por competencia y la recuperación del ideal educativo de la formación
humanista con miras a la excelencia educativa.

Sin embargo, todo eso nos parece contradictorio, pues una verdadera
revalorización del magisterio llevaría a las autoridades de la entidad a una consulta al
magisterio estatal de todas las regiones, para establecer las directrices de los planes y
programas de estudio de la Nueva Escuela Mexicana. Esto no sucede así, porque se está
consultando de manera sesgada a grupos afines e institucionales, que van a avalar todo a
cambio de posiciones políticas.

Sobre el Instituto de Educación Superior

La reingeniería practicada recientemente en el organigrama de la Secretaría de


Educación en el Estado, donde desaparece abruptamente la Subsecretaría de Educación
Media Superior y Superior, acción realizada a espaldas del magisterio de la entidad y
donde la información dada a cuenta gotas es insuficiente y parcial. La Directora del

2 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Art.3°, Diario Oficial de la federación el 15 de mayo
de 2019.

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Instituto ha afirmado públicamente que las relaciones laborales seguirán igual, que no se
pierden derechos y prestaciones, que seguiremos con el mismo patrón y la relación
sindical seguirá como siempre. Que las plazas federales no cambiarán a plazas
estatales, que el órgano máximo del instituto será una junta de gobierno, presidido por el
Gobernador.

Sin embargo nos asaltan las sospechas y especulaciones ¿Qué motivaciones


políticas generaron la transformación? ¿Por qué están siendo reubicados el personal que
estaba adscrito a la Subsecretaría y en su lugar se está contratando personal de
confianza, sin plaza de base, ni derecho a sindicación? ¿ese es el futuro que no espera?

¿Porque se baja de jerarquía educativa, de Subsecretaría a instituto? ¿Esa mirada de


denostación de las autoridades con respecto de las instituciones formadoras de maestros
es la transformación cualitativa que proponen sobre la educación pública?

¿Es esta primera conversión a instituto descentralizado, el camino a una futura


privatización de las instituciones formadoras de docentes? ¿Escuelas sólo con personal
de confianza, sin sindicato, dóciles políticamente? ¿esa es la perspectiva real, más allá de
bonitos discursos humanistas y anti-neoliberales, a donde se orienta la 4T?

Propuestas

Ante este difícil panorama nacional y local, apreciamos urgente la tarea de replantear el
sentido de la educación, particularmente en lo que concierne a la formación de profesores
que estarán de manera directa frente a la responsabilidad de la educación de la juventud
y la niñez mexicanas, que lejos de la formación por competencias, estén claros del
sustento formativo profundo, humanista y con valores; despiertos a la consciencia sobre
el entorno natural y social.

Nuestra expectativa es que el Nuevo Estado Mexicano de visos de transformación


real, que abandone el estatismo autoritario que prevaleció por más de un siglo y llevó a la
sociedad mexicana a la automatización sistémica. Que abra los cauces a procesos reales
de participación social democrática. Que dejen de simular consultas sobre educación,
para finalmente imponer verticalmente su visión, porque hoy la sociedad michoacana y
nacional estamos ávidos de que retorne el predominio de la iniciativa a la sociedad civil,
estamos hartos de “dictaduras perfectas”. Las instituciones formadoras de maestros no
merecemos que se nos baje a un estatus de inferioridad, al contrario reclamamos
enérgicamente, que se nos fortalezca académicamente y se mejoren materialmente

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nuestras escuelas; que las transformaciones políticas, socioculturales, ideológicas y
teóricas de los últimos años, nos plantean la necesidad de revisar radicalmente nuestros
conceptos y modelos sobre la institución y la acción educativa, para apuntalar un cambio
real de paradigmas en la formación de maestros3. en bien de las amplias capas sociales.

Por lo que exigimos:

1. Se realicen verdaderas consultas sociales y al magisterio sobre el rumbo de los


cambios educativos en Michoacán.
2. No nos bajen de estatus, al contrario, se fortalezcan nuestras escuelas
académicamente, en infraestructura y equipamiento.
3. Se garantice certeza laboral a los trabajadores de Normales, UPN, CAMM y el
nivel Medio Superior y Superior. Se conserven los derechos y prestaciones.
4. Se culminen los trámites administrativos pendientes desde hace más de cinco
años.

El magisterio de Normales, UPN y CAMM, somos un magisterio organizado, que


portamos una voz y una conciencia histórico-social; somos responsables de formular una
propuesta educativa y política acorde a los planteamientos de una verdadera revolución
social y cultural que México espera de los maestros.

Profr. Ramiro Sánchez Roque, CAMM

3 Ramírez, Mario Teodoro (2003). Cambio de paradigmas en educación, en De la razón a la praxis. Vías
hermenéuticas. México: Siglo XXI Editores y Universidad michoacana.

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