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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de FIlosofía y Letras


Licenciatura en Procesos Educativos
Administración de Recursos Humanos
Mtro. Carlos Arturo Alatriste

Génesis de la
mercantilización
educativa en México y
sus repercusiones en el
proceso administrativo

Ulises Martínez González


Ulises.martinezgon@alumno.buap.mx
202243171
Por medio del siguiente ensayo académico se pretende describir los factores que dieron
origen a un fenómeno propio de la educación en México: La capitalización y
mercantilización de la educación, desde su concepción como sistema hasta los resultados
que obtuvo, así como también realizar una crítica hacia las problemáticas que desencadena
la existencia de una educación con un propósito ajeno al lograr la formación integral del
individuo, específicamente a sus consecuencias en los procesos de administración y gestión
de las instituciones educativas, Todo esto a través de un sustento histórico que nos permita
comprender la génesis de la problemática planteada.
Historia de la educación en México
La educación, definida como principio de transmisión de conocimientos, se concibe desde
mucho antes de que México ya existiera como un proyecto de estado-nación. Si nos
remontamos a la tierra del sol con los Aztecas, nos encontraremos con la existencia del
Calmecac y el Telpochcalli, precedentes de lo que hoy podríamos considerar instituciones
educativas. la primera de estas era una organización que tenía por público objetivo las
clases dominantes, aquellas conformadas por gente allegada al sacerdocio y posicionados
en la alta esfera de la sociedad mexica, el Telpochcalli, por el contrario, tenía por objetivo
instruir a las personas de clase media o «Macehuales» en los oficios o trabajos de fuerza.
Es por tanto que el sistema educativo, desde su concepción, se ve materializado en
organizaciones educativas que ejercen de manera sistemática una estratificación relativa a
la condición social del educando, un fenómeno que podríamos considerar contemporáneo
es vigente desde los albores del siglo XIV.
Frente a la inminente conquista y sus repercusiones sociales, económicas y
culturales, la educación se enfrasca en un proceso de transformación propio de su entorno.
La estratificación antes mencionada termina por intensificarse y concretarse de manera
paulatina. La educación dentro del virreinato es una clara muestra del fenómeno ya descrito,
puesto que una vez más existe la constante segregación hacía las sociedades no
dominantes, atenuado con una constante represión cultural, política y económica, es que se
empiezan a gestar dinámicas sociales complejas que prevén un conflicto entre clases.
Posterior al proceso de independencia, México como estado-nación se encontraba
sumergido en una constante incertidumbre, resultado de las diversas problemáticas
emergentes en todos los ámbitos existentes. Sin un proyecto claro de nación era de
esperarse que los conflictos relativos a la toma de poder existieran, durante el periodo
denominado «anarquismo mexicano», la sociedad fue testigo, víctima y victimario de una
guerra civil e ideológica para determinar la forma en la que se estructuraría el país, dando
por resultado el origen a la república federal que sigue, en mayor medida, vigente hasta la
actualidad. No es fortuito que durante este periodo la educación, al igual que otros sistemas
públicos, fuera desplazada a un segundo plano por parte de los intereses del estado así
como del presupuesto.
Hacía finales del siglo XIX se comienza a plantear la creación de un sistema
educativo que respondiera a las necesidades de la sociedad, por consiguiente se da inicio a
la instrucción pública, por medio de diversas leyes y decretos se da una diversificación
educativa que pretender hacer contrapeso a la enorme desigualdad social que existía a raíz
de los conflictos predecesores.
Con la llegada del nuevo siglo y ya bajo el mandato del General Porfirio Díaz, la
educación seguía siendo sujeto de cambios y reformas que la terminan por constituir como
un proyecto positivista, el cual tenía por objetivo formar a los estudiantes bajo una visión
científica y rigurosa, asegurando que el conocimiento se obtiene a través de la
experimentación, fue un modelo innovador para la época, caracterizado por ser mecánico y
metódico, de igual forma se tenía por objetivo implícito la modernización laica, la
pacificación del país y la formación del ciudadano mexicano que pudiera contribuir al nuevo
orden social, sin embargo, dichas planificaciones se vieron interrumpidas por la revolución
mexicana, de cierta manera podemos entender a este conflicto como una guerra cívil en la
que se velaron intereses individuales antes que colectivos, conflicto en el que la violencia
encontró su auge y generó un punto de inflexión para nuestra historia.
Durante 1921, ya apaciguada la revolución, aunque con sus respectivas
consecuencias, el entonces presidente electo Álvaro Obregón decretó la creación de la
Secretaría de Educación Pública (SEP), medida que fue aprobada por unanimidad en la
Cámara de Diputados, apoyado en gran medida por José Vasconcelos, una vez más se
propone como parte del currículum oculto la formación del ciudadano Mexicano, puesto que
a la par de toda la historia, al unísono de los conflictos internos y externos, el grueso de la
población había sido relegada, específicamente haciendo referencia a esos pueblos sin
historia oficial, comunidades alejadas, rurales y diluidas frente a la industrialización de la
nación, comunidades que no estaban al tanto de la condición sociopolítica del país y que
por consiguiente le eran ajenos los problemas del mismo, se pretendía formarlos como
ciudadanos mexicanos, orgullosos de la identidad nacional que les fue otorgada al nacer,
dispuestos a contribuir a su estado en lo económico, social y cultural, es aquí donde la
educación encuentra su campo de acción, donde se ve delimitada dentro de un margen que
le exige lograr un cambio desde y para su entorno.
México 1970
Estamos contextualizados en la séptima década del siglo XX, México terminaba con una
etapa crucial para su desarrollo económico e industrial, el denominado milagro mexicano
(1940 - 1970), época caracterizada por un crecimiento urbano indiscutible, sin embargo, la
mala distribución de la riqueza desencadenaba una enorme desigualdad social atenuada
con una inmensa represión política y social hacía grupos reaccionarios. La guerra sucia, fue
como se le denominó a este conflicto social de guerrillas derivadas de la nula libertad
política, conflicto que fue intensificado por diversos movimientos sociales de las clases
obreras como lo fueron: El movimiento ferrocarrilero (1958); la guerrilla rural (1962-1974); El
movimiento de médicos (1966) y principalmente lo transcurrido un par de años antes, en la
plaza de las tres culturas de Tlatelolco con la brutal represión hacia el movimiento
estudiantil, movimiento que representó de manera significativa los intereses de una
sociedad aniquilada por la censura y la represión, una sociedad que exigía una flexibilidad
por parte del régimen político de Gustavo Díaz Ordaz y predecesores.
Dentro del entonces Sistema Educativo Nacional. De la mano de Luis Echeverria,
Presidente electo en el sexenio 1970 - 1976, se dio una serie de reformas que tenía como
fin reconstruir la educación en México, desde la ampliación de cobertura hasta la
actualización curricular, buscando resolver las necesidades generadas por el crecimiento
demográfico, la desigualdad social y el rezago educativo.
Es entonces que la ley federal de educación, promulgada el 11 de septiembre de
1973, designaba a la Comisión Coordinadora de la Reforma Educativa, un organismo
encargado de gestionar de manera adecuada esta transición, buscando superar el modelo
predecesor que encontraba su campo de acción en la conceptualización de la identidad
mexicana, un modelo que si bien cumplió con su cometido, también aderezo a la juventud
mexicana con una idea de autonomía y por consiguiente, de ilegitimidad a la autoridad. Es
por ello que dentro del marco de la nueva reforma se pretendía transformar a la educación
en un complejo sistema de maquinaria social, logrando moldear a los ciudadanos
mexicanos como miembros funcionales de una sociedad, citando a González Villareal:
Las técnicas de regulación centradas en la formación de mexicanos, respetuosos de
la autoridad familiar y de la identidad nacional, fueron dinamitadas en las revueltas
estudiantiles de 1968. Las nuevas técnicas de control tendrían que desmarcarse de
estos procedimientos formativos, y partir de la crítica, la libertad, la reflexión y la
diversidad, para encontrar los nuevos objetos de control y los nuevos objetivos de
regulación. Ya no la identidad mexicana, sino la formación ciudadana, basada en el
control de las pulsiones sexuales y el adiestramiento fuerza de trabajo del individuo,
para responder a los objetivos de inserción en el mercado laboral y de participación
política y social de los ciudadanos. (González, 2018, p.115)
Es entonces con ese objetivo de formación ciudadana y adiestramiento que el paradigma
conductista encuentra su campo de acción en la escuela mexicana de corte tradicionalista,
puesto que es un modelo que se consideró funcional para orientar la conducta de los futuros
ciudadanos mexicanos, de esta manera se inserta como paradigma central, sin embargo su
ejecución no fue precisamente la correcta, si bien podría ser un modelo con resultados
efectivos como los arrojados con Skinner y su enseñanza programada, también es cierto
que, de no ser bien aplicado podría llegar a ser contraproducente para los mismos
estudiantes, específicamente con la ejecución de estímulos negativos o castigos.
De igual forma, nos encontramos con otro factor determinante de la educación en
esta época, su carácter tradicional, donde el estudiante se encuentra sometido bajo una
clara relación de dominación, donde sus intereses y aficiones se ven segregadas a un
segundo plano, mientras que por el contrario se concesiona el papel del docente como una
figura de autoridad, citando nuevamente a González:
Los maestros ejercen un tipo específico de poder: ya no sólo el guía que los
acompaña en la adquisición de conocimientos, sino el maestro-gobernante, que
trabaja sobre la conducta, los afectos, los impulsos, las acciones y los sentimientos
de individuos que atraviesan un proceso crítico, un proceso de formación del
carácter y la personalidad (González, 2018, p.114)
Con este panorama es necesario indagar con respecto a la naturaleza de la escuela
tradicional, el porqué de su función e implementación en la escuela mexicana así como
comprender su ilegitimidad como modelo educativo.
Crítica a la escuela tradicional y la mercantilización educativa
La educación siempre ha estado y estará sujeta a intereses del estado como eje rector, es
por tanto, que el sistema educativo es un reflejo de las necesidades del mismo. la relación
estado - escuela es existente en todos los niveles del propio sistema educativo, es una
relación que no caduca y que se encontró muy presente durante los siguientes años con los
proyectos educativos. Durante la década de los setentas, los objetivos habían cambiado, la
identidad nacional había sido formada, a través de lábaros y símbolos patrios las personas
se habían formados como mexicanos en lo colectivo y en lo individual, es ahora que se
buscaba formar ciudadanos, un tipo de ciudadano particular, uno productivo y competente
en un sistema económico emergente, citando a Azamar:
Desde la década de los ochenta, la tendencia educativa en México respondería al
paradigma económico neoliberal. Los acuerdos educativos y las sucesivas reformas
benefician las relaciones económicas sobre las necesidades sociales, lo que
provocó un amplio interés de las corporaciones internacionales por acceder a la
mano de obra barata (Banco Mundial). (Azamar, 2015, p. 134)
Es por tanto que se recrea un sistema educativo que logre satisfacer esos menesteres, es
propio la implementación de un modelo que haga de los estudiantes un producto, un ente
disciplinado en un sentido peyorativo, puesto que entiendo de la disciplina como la
dominación de uno mismo, no como la aniquilación de la autonomía, un ente sumiso,
competente en lo técnico, mecánico y acrítico. Ese es el resultado de un modelo
tradicionalista, un producto de la mercantilización de lo educativo.
La crítica hacia ese modelo y a la consecuente capitalización educativa no es nueva,
desde los años sesenta se viene haciendo con autores como Iván Ilich con la sociedad
desescolarizada (1970), libro en el cual propone desligar la educación de la escuela, sin la
intención de ser paradójico, Ilich propone reconstituir los focos de educación y transportarlos
a otras esferas ajenas al sistema educativo, puesto que consideraba que este ejercía una
monopolización del conocimiento así como una segregación sistemática a aquellas
personas sin la oportunidad de acceder al sistema educativo, reproduciendo el ciclo debido
a que sin un certificado o título sus oportunidades en el campo laboral disminuían, como si
la escuela fuera el único medio válido para adquirir y validar los conocimientos, es por ello
que entendía a la escuela como un sistema de reproducción social.
En años más recientes, Verger (2013) define a la mercantilización educativa de la
siguiente forma:
“consiste en la transformación de la educación en mercancía, es decir, en un servicio
que se compra y se vende en un entorno competitivo y que tiende a regirse por las
leyes del mercado” (p. 270).
Es entonces que en la posmodernidad mexicana existe la creciente demanda en proyectos
educativos sustentados en la capitalización, proyectos privados caracterizados por servir
como herramientas de estratificación, puesto que sólo una pequeña parte de la población
tiene acceso a ellos. La calidad educativa que se imparte en dichas instituciones queda
relegada a un segundo plano, puesto que lo que se estima lograr es seguir perpetuando las
relaciones y conexiones entre las esferas políticas y dominantes, aquellas que son capaces
de costear una educación equivalente a varios meses del salario mínimo actual; 207.44
pesos, según registros del INEGI.
Repercusiones en el proceso administrativo
¿Cómo esta problemática afecta a los procesos administrativos y de gestión? Si bien
no podemos generalizar que esta cuestión afecte de la misma forma y de igual magnitud a
todas las instituciones educativas, es innegable que si interfiere de manera sutil,
especialmente en los procesos de las instituciones privadas que ofertan sus proyectos
educativos, estas repercusiones se pueden manifestar de diversas formas. Una de estas es
la priorización de fines económicos antes que de calidad educativa, puesto que al buscar un
fin lucrativo las decisiones sobre inversión, recursos y programas pueden basarse en
consideraciones financieras en lugar de pedagógicas.
De igual forma esto repercute en el enfoque de programas lucrativos de manera
curricular, esto terminará por generar o intensificar la ya existente segregación educativa en
nuestro país, situación que se traspola, en muchos casos, en segregación social y
económica.
A manera de cierre, la mercantilización educativa puede tener un impacto complejo
en los procesos de administración y gestión educativa, ya que introduce consideraciones
económicas y comerciales en un ámbito que idealmente se debería centrar en la calidad y el
acceso equitativo a la educación. Los líderes educativos y las autoridades deben abordar
estos desafíos de manera efectiva para garantizar la popularización y democratización
educativa como una formación integral para todos.
Conclusiones
Realizar esta crítica es necesaria para entender que la escuela juega un rol determinante
para las condiciones sociales, y estas a su vez lo son para la escuela, creando una relación
bidireccional entre la escuela y el medio social, siendo una causa y consecuencia de la otra.
Frente a esta problemática las oportunidades de cambio son escasas, por lo menos
de manera individual, es ambicioso proponer alternativas que no rayen en lo utópico, sin
embargo es de suma importancia conocer y comprender dichos fenómenos desde su
concepción.
En México la relación educación - sociedad, con todo lo que implica, existe desde
hace ya más de 600 años, los aztecas fueron protagonistas de un sistema precursor de la
estratificación educativa, educar a quiénes y cómo. fenómeno que se perpetuó durante la
educación virreinal y la revolucionaria. posterior a ello se consolida el sistema educativo
como un instrumento de control social, anhelando la idealización del ciudadano mexicano y
la consciente llegada del ciudadano capitalista, capaz de contribuir, generar y reproducir el
capital a costa de la separación social.
En la actualidad, debido a la naturaleza de la educación como ciencia social, se
adapta a las condiciones de su entorno, siendo el modelo neoliberal mexicano el encargado
de hacer de la educación una mercancía, cambiando así el ideal educativo, suponiendo que
existe un ideal de lo que debería ser o no ser la educación.

Bibliografía
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alcance y una perspectiva para el futuro. Rastros Rostros, 17.31. 127-141.
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https://vdocuments.mx/la-educacion-entre-los-aztecas.html

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