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Redacta la información de forma clara y precisa, y sigue la estructura

Habitualmente, un informe presenta la siguiente estructura:

Introducción.

Cuerpo.

Conclusión.

Bibliografía.

Dicho esto, es conveniente seguir esta estructura para que el informe esté completo.

De la misma forma, expresar la información de forma clara y precisa, bien redactada y


cumpliendo con todas las normativas ortográficas y de estilo, es fundamental para la
comprensión del texto por parte de los interesados. Además, una buena lectura siempre
aportará comodidad y satisfacción al lector, en lugar de si esta, al contrario, presenta una
estructura desorganizada, y presenta fallos en la propia redacción. Eso no da buena imagen.

Una imagen vale más que mil palabras

Como sabemos, acompañar el texto con imágenes y gráficos es muy recomendable a la hora
de llevar a cabo un informe. Si estamos hablando sobre la vulnerabilidad de la población de los
distintos territorios que integra la Unión Europea, un gráfico, o un mapa, puede darnos toda
esa información en un solo vistazo, sin necesidad de leer casi tres páginas que nos hubiese
ocupado esta información de tener que expresarla de forma escrita.

Por esta razón, haz de tu informe, un informe más visual. Acompáñalo con gráficos e imágenes
que puedan interesar al lector, y ofrece información visual que, siendo la preferida del lector,
aporte más valor al propio informe.

Haz una selección de toda la información que quieras incluir, y cuando la tengas, vuelve a
seleccionar

En muchas ocasiones, cuando queremos hacer un informe, lo primero que queremos es


demostrar que todo lo que sabemos sobre el tema debe estar incluido en el informe.

Esto es uno de los errores más frecuentes que se cometen a la hora de realizar informes, pues
muchos integran información que, verdaderamente, no era relevante para la realización del
estudio y tampoco para los interesados en él. Por esta razón, debemos evitar que el informe se
extienda por añadir información que no debería estar y que solo aumenta los tiempos de
lectura. Elige aquello que quieres incluir y, cuando lo tengas, vuelve a seleccionar lo más
importante de todo lo que queremos incluir, así como aquello que, de verdad, aporte valor al
estudio.

Recuerda que, si hablamos de la evolución del empleo en 2008 en España, quizá es relevante
comentar la evolución del mismo en la Unión Europea, pero no en África.

Una vez hayas finalizado el informe, revísalo y léelo

Una vez tengamos el borrador final que queremos entregar, revísalo y léelo varias veces.

En muchas ocasiones se nos pasan cosas que queríamos añadir y que podrían ser interesantes,
y esas lecturas pueden ayudarnos a completar el informe, así como darnos cuenta de si
tenemos que eliminar algo. Por esta razón, es conveniente que, una vez terminado, nos
paremos a leerlo tranquilamente para encontrar aquellos aspectos más superficiales que
podrían corregirse y mejorar el informe.

La presentación es determinante

La presentación es la noche de gala en lo que sería el proceso de realizar un informe. Por ello,
prepara una buena presentación, maqueta el informe y haz un resumen ejecutivo para los
interesados, y que le facilite la identificación de aquellos aspectos más destacables.

La presentación es determinante, por lo que una buena presentación puede hacer que un
informe que, a priori, es mediocre, parezca un auténtico informe realizado por un experto. Y
todo ello, es posible a través de la presentación. Por esta razón, trabaja la presentación, haz
pruebas, haz distintas versiones, grábate con tu smartphone, y haz todo lo posible por que tu
presentación sea la mejor

Identificar el tema

Puede parecer lo menos importante, pues muchas veces viene dado por la empresa, o por el
docente, pero hablamos de una de las etapas más importantes en la realización de un informe.

Así pues, muchas veces nos lanzamos a escribir un informe sin siquiera saber del tema del que
vamos a hablar. Es conveniente que tengamos identificado este tema, pues solo así podremos
seleccionar correctamente la literatura existente, los estudios publicados y que presentan
relevancia, así como aquellas herramientas esenciales para llevar a cabo el informe. Además, si
no controlamos el tema, tampoco seremos capaces de analizar correctamente la información
que obtenemos. Una información con la que debemos emitir una serie de recomendaciones o
conclusiones.

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