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DILEMAS ÉTICOS

PROFESIONALES
INTEGRANTES DEL EQUIPO

CARLOS PEDRO PEÑA FALCON.


ANGEL CAMARILLO CRUZ.
ALAN ALEJANDRO MORALES AGUIRRE.
FRANCISCO FELICIANO CASTAÑEDA CARRILLO.
MARVIN ALVARADO BARAJAS.
JUAN ANTONIO GOMEZ CASTILLO.
JESUS GONZALEZ PATIÑO.
Los dilemas éticos profesionales surgen en los trabajadores cuando se les presenta un conflicto
entre dos normas éticas. Son casos en los que existe una dificultad para establecer cuál es la
decisión “correcta”, porque cualquier acción posible implica violar un principio moral.
Para que exista un dilema ético, debe existir una situación en la cual es necesario tomar una
decisión, basándose a su vez en tres principios:
1.Deben existir al menos dos decisiones posibles entre las cuales elegir.
2.Todas las opciones posibles implican actuar contra un principio ético. Por lo tanto es necesario
sopesar cuál de esos principios es más importante o tiene un peso mayor.
3.En la mayoría de estos casos, la decisión apropiada suele ser aquella que permita mayores
beneficios o menores perjuicios para los afectados.
Es aquí donde el individuo tiene que decidir entre:
Hacer lo que cree honesto, ético y correcto. (Y nosotros sugerimos que para saber qué es
lo correcto, debemos pensar y ponernos en el lugar de la otra persona involucrada y
pensar lo que te gustaría que hicieran, no ver la situación desde nosotros como el centro
de ella, sino hacernos ajenos para tomar una decisión más racional).
Hacer aquello que me otorgue un beneficio extra o lo contrario, hacer que simplemente
no me genere algún problema algo cuando ya me iba a surgir uno.
DILEMAS ÉTICOS
La ética y la moral son constructos que regulan el comportamiento
humano y permiten su dirección a lo que tanto de manera individual (ética)
como colectiva (moral) se considera aceptable y positivo. Qué es bueno y qué
es malo, que deberíamos hacer y que no deberíamos hacer e incluso de qué
aspectos nos preocupamos y valoramos son elementos derivados en gran
medida de nuestro sistema ético.
Pero a veces nos encontramos con situaciones en que no sabemos qué
hacer: escoger A o B tiene, en ambos casos, repercusiones negativas y
positivas a la vez y los diferentes valores que nos rigen entran en un conflicto.
Estamos ante situaciones que nos suponen dilemas éticos.
DIFERENCIAS ENTRE ETICA MORAL

Definición de ética
La ética es una rama de la filosofía que estudia y sistematiza los conceptos del bien y el mal, así como otros relacionados. Esta disciplina tiene
como objetivo definir de forma racional qué constituye un acto bueno o virtuoso, independientemente de la cultura en la que se enmarque.
Los sistemas éticos, consistentes en prescripciones con respecto a los patrones de conducta que deben seguir las personas, han sido propuestos
tradicionalmente desde la filosofía y la religión.
Se considera que la ética se originó en la época de la Antigua Grecia; la filosofía de Platón y la de Aristóteles, así como el estoicismo o el
epicureísmo, son algunas de las primeras manifestaciones del uso de este término.
Durante la Edad Media la ética cristiana predominó en el mundo occidental, expandiéndose posteriormente a buena parte del mundo. Más
adelante filósofos como Descartes, Hume o Kant recuperarían ideas de los maestros griegos y contribuirían de forma clave a la concepción de la
ética de los siglos siguientes.
Definición de moral
La moral se define como el conjunto de normas que rigen el comportamiento de las personas que forman parte de una sociedad determinada, de
modo que puedan contribuir al mantenimiento de la estabilidad y de la estructura social.Se suele relacionar el concepto de moral con la
conformidad con las leyes implícitas y explícitas de un grupo social, que se transmiten a los individuos dentro del proceso de socialización al que
se someten a lo largo de su desarrollo. En este sentido, la moral parte de las tradiciones y los valores del contexto en que nos criamos.
La moral surgió con toda probabilidad como una consecuencia natural de la organización de los seres humanos en grupos. Al complejizarse las
sociedades, las normas de interacción que las estructuraban se habrían transformado progresivamente en reglas morales y en leyes explícitas,
especialmente con la aparición de la escritura. Las religiones ha tenido un gran peso histórico en el establecimiento de códigos morales. Mientras
que en el mundo occidental el judaísmo y el cristianismo han determinado en buena parte las normas sociales, en Asia lo han hecho sobre todo el
budismo y el confucianismo.
Una parte de la filosofía moral
Se entiende por dilema ético a toda aquella situación en la que se dé un conflicto entre los
diferentes valores de la persona y las opciones de actuación disponibles. Se trata de situaciones
en que se va a generar una pugna entre varios valores y creencias, no existiendo una solución
totalmente buena y otra opción totalmente mala, teniendo ambas repercusiones positivas y negativas a la
vez.
Este tipo de dilemas requieren de una reflexión más o menos profunda sobre las alternativas de las que
disponemos, así como del valor otorgado a los valores morales con los que nos regimos. A menudo nos
tocará priorizar uno u otro valor, entrando ambos en conflicto de cara a tomar una decisión. Asimismo,
permiten ver que las cosas no son o blancas o negras, así como entender a personas que toman
decisiones distintas a las propias.
La existencia de dilemas éticos existentes en la vida real o posibles han generado una interesante rama
de estudio centrada en nuestras creencias y valores y cómo éstas son gestionadas.
Permiten ver cómo reflexionamos y que elementos tenemos en cuenta para tomar una decisión. De
hecho, es frecuente que se empleen dilemas éticos como mecanismo para educar en el uso y gestión
de emociones y valores, para concienciar sobre algunos aspectos o para generar debate y compartir
puntos de vista entre personas. También se emplean en el ámbito laboral, concretamente en selección
de personal.
Tipos de dilemas éticos
El concepto de dilema ético puede parecer claro, pero lo cierto es que no existe un solo
tipo. En función de diversos criterios podemos encontrarnos con distintas tipologías de
dilemas, que pueden variar en su nivel de concreción, en el papel del sujeto al que se le
presenta o en su verosimilitud. En este sentido, algunos de los principales tipos son los
siguientes:
1. Dilema hipotético
Se trata de dilemas que colocan a la persona a quien se le pregunta en una posición en
la que se ve confrontando una situación que es muy poco probable que suceda en
la vida real. No se trata de fenómenos imposibles, pero son algo a lo que la persona
debe enfrentarse en su día a día de manera habitual. No es necesario que la persona a
quien se le plantea el dilema sea el protagonista de este, pudiendo preguntársele qué
debería hacer el personaje.
2. Dilema real
En este caso el dilema planteado versa sobre un tema o situación que resulta cercana a la
personas a quien se le plantea, sea porque se refiere a un suceso que ha vivido o a algo
que puede ocurrir con relativa facilidad en su día a día. Aunque suelen ser menos
dramáticos que los anteriores, pueden resultar tanto o más angustiantes por este
motivo. No es necesario que la persona a quien se le plantea el dilema sea el protagonista
de este, pudiendo preguntársele que debería hacer el personaje.
3. Dilema abierto o de solución
Los dilemas planteados como abiertos o de solución son todos aquellos dilemas en que se
presenta una situación y las circunstancias que la rodean, sin que el protagonista de la
historia (que puede o no ser el sujeto a quien se le plantea) haya realizado aún ninguna
acción para solucionarlo. Se pretende que la persona a quien se le sugiere este dilema
escoja cómo proceder en dicha situación.
4. Dilema cerrado o de análisis
Este tipo de dilema es aquel en el que la situación planteada ya ha sido solucionada de
una forma u otra, habiendo tomado una decisión y realizado una serie de conductas
concreta. La persona a quien se le plantea el dilema no debe decidir qué se hace, sino
valorar la actuación del protagonista.
5. Dilemas completos
Se trata de todos aquellos dilemas en los que se informa a la persona a quien se le
plantean de las consecuencias de cada una de las opciones que se pueden tomar.
6. Dilemas incompletos
En estos dilemas no se hacen explícitas las consecuencias de las decisiones que
tome el protagonista, dependiendo en gran medida de la capacidad del sujeto
para imaginar ventajas y desventajas.
1. Dilema de Heinz
Uno de los dilemas éticos más conocidos es el dilema de Heinz, propuesto por Kohlberg para analizar el nivel de
desarrollo moral de los niños y adolescentes (infiriéndose a partir del tipo de respuesta, el porqué de la respuesta dada,
el nivel de obediencia a las normas o la relativa importancia que pueda tener su seguimiento en algunos casos). Este dilema
se presenta de la siguiente manera:
“La mujer de Heinz está enferma de cáncer, y se espera que muera pronto si no se hace nada por salvarla. Sin embargo,
existe un medicamento experimental que los médicos creen que puede salvar su vida: una forma de radio que un
farmacéutico acaba de descubrir. Aunque esta sustancia es cara, el farmacéutico en cuestión está cobrando muchas veces
más cantidad de dinero de lo que le cuesta producirla (le cuesta 1.000 dólares y cobra 5.000). Heinz reúne todo el dinero
que puede para comprarla, contando con la ayuda y el préstamo de dinero de todos sus conocidos, pero solo alcanza a
reunir 2.500 dólares de los 5.000 que cuesta el producto. Heinz acude al farmacéutico, a quien le dice que su esposa se
muere y a quien le pide que le venda el medicamento a menor precio o que le deje pagar la mitad más tarde. El
farmacéutico sin embargo se niega, aduciendo que debe ganar dinero con él ya que ha sido quien lo ha descubierto. Dicho
esto, Heinz se desespera y se plantea robar la medicina.” ¿Qué debería hacer?
2. Dilema del tranvía

El dilema del tranvía o del tren es otro clásico entre los dilemas éticos/morales, creado por Philippa Foot. En este
dilema se propone lo siguiente:
“Un tranvía/tren circula fuera de control y a toda velocidad por una vía, poco antes de un cambio de agujas. En esta
vía hay atadas cinco personas, que morirán si el tren/tranvía les alcanza. Tú te encuentras delante del cambio de
agujas y tienes la posibilidad de hacer que el vehículo se desvíe a otra vía, pero en el que se encuentra atada una
persona. Desviar el tranvía/tren hará que muera una persona. No hacerlo, que mueran cinco. ¿Qué harías?”
Este dilema dispone además de múltiples variantes, pudiendo complicar en gran medida la elección. Por
ejemplo, la elección puede estar en que puede detener el tranvía, pero ello hará que descarrile con una posibilidad
del 50% de que todos sus ocupantes mueran (y 50% de que todos se salven). O se puede buscar más la
implicación emocional del sujeto: proponer que en una de las vías hay cinco o más personas que morirán si no se
hace nada y en la otra una, pero que esta una es la pareja, hijo/a, padre/madre, hermano/a o familiar del sujeto. O
bien un niño.
3. Dilema del prisionero
El dilema del prisionero es uno de los dilemas empleados por John Nash para explicarlos incentivos y la
importancia de las decisiones no solo propias sino también ajenas para obtener determinados resultados,
siendo necesaria la cooperación para lograr el mejor resultado posible. Aunque es más económico que ético,
también tiene implicaciones en este sentido.
El dilema del prisionero propone la siguiente situación:
“Dos presuntos delincuentes son detenidos y encerrados, sin que puedan comunicarse entre sí, ante la
sospecha de su implicación en un robo a un banco (o un asesinato, dependiendo de la versión). La pena por el
delito es de diez años de cárcel, pero no existen pruebas palpables de la implicación de ninguno en estos
hechos. La policía le propone a cada uno de ellos la posibilidad de salir libre si delata al otro. Si los dos
confiesan el crimen cumplirán cada uno seis años de prisión. Si uno lo niega y el otro proporciona pruebas de la
implicación de éste, el informador saldrá en libertad y el otro será condenado a los diez años de cárcel. Si los
dos niegan los hechos, ambos permanecerán en prisión un año.”
En este caso, más que de moral estaríamos hablando de las consecuencias de cada acto para uno mismo
y para el otro y de cómo el resultado depende no solo de nuestra actuación sino también de la ajena.
4. El ladrón noble
Este dilema plantea lo siguiente:
“Somos testigos de cómo un hombre roba un banco. Sin embargo, observamos que el ladrón no se queda el
dinero, sino que lo entrega a un orfanato que carece de recursos para sustentar a los huérfanos que en él
viven. Podemos denunciar el robo, pero si lo hacemos es probable que el dinero que el orfanato ahora puede
usar para alimentar y cuidar a los niños tenga que devolver lo robado”.
Por un lado, el sujeto ha cometido un delito, pero por otro lo ha hecho por una buena causa. ¿Qué hacer? El
dilema puede complicarse si se añade, por ejemplo, que durante el atraco al banco ha muerto una persona.
En ocasiones también debemos enfrentarnos a ellos en la vida real
Algunos de los dilemas éticos antes propuestos son enunciados que pueden antojarse falsos o una
elaboración hipotética a la que jamás vamos a tener que enfrentarnos en la vida real. Pero lo cierto es que en
el día a día podemos llegar a tener que hacer frente a decisiones difíciles, con consecuencias o
implicaciones negativas tomemos la decisión que tomemos.
Por ejemplo, podemos encontrarnos con que un conocido realice algún acto poco ético. Asimismo podemos
observar algún caso de acoso escolar, o una pelea, en la cual podemos intervenir de diferentes formas.
Frecuentemente nos encontramos con indigentes, y podemos enfrentarnos al dilema de si ayudarles o
no. También a nivel profesional: un juez por ejemplo ha de decidir si mandar o no a alguien a prisión, un
médico puede enfrentarse a la decisión de alargar artificialmente la vida de alguien o no o quien debe o no ser
operado.
Podemos observar malas praxis profesionales. Y también podemos enfrentarnos a ellos incluso en la vida
personal: podemos por ejemplo ser testigos de infidelidades y traiciones hacia seres queridos o llevados a
cabo por ellos, teniendo el conflicto de si decírselo o no.
En conclusión, los dilemas éticos son un elemento de gran interés que pone a prueba nuestras
convicciones y creencias y nos obligan a reflexionar sobre lo que nos motiva y cómo organizamos y
participamos en nuestro mundo. Y no se trata de algo abstracto y ajeno a nosotros, sino que pueden formar
parte de nuestro día a día.

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