CULTURA CLÁSICA Y EDUCACIÓN
AMBIENTAL
Antonio López Gámiz
1. PROBLEMÁTICA AMBIENTAL
Y EDUCACIÓN
La problemática ambiental que hoy vive nuestro
mundo ha llegado a ser tema importante de reflexión y
de preocupación tanto en el conjunto de la sociedad
como por parte de organismos internacionales y de
instituciones nacionales y locales. Cuestiones como el
acelerado crecimiento global de la población mundial
en relación con los recursos (especialmente los alimen-
ticios) disponibles en determinadas zonas del mundo, la
desaparición de grandes zonas boscosas (sobre todo en
las áreas tropicales), la desertización de amplias zonas
del planeta, el agotamiento de los combustibles fósiles,
la lluvia ácida, el peligro de accidentes nucleares, la
disminución de la capa de ozono ... son objeto de pre-
ocupación para gran parte de la opinión pública mun-
dial y, en todo caso, pueden tener repercusiones decisi-
vas sobre el conjunto de la humanidad.
Ante este panorama, parece lógico el plantea-
miento de comenzar a educar con el fin de cambiar el
pensamiento, concepción y actuación de los individuos
y sociedades con respecto al entorno al que pertenecen
y de poder llegar a un cambio cultural que evite proble-
mas mayores. Este es el objetivo de la Educación
Ambiental (en adelante EA).
2. EVALUACIÓN INICIAL DE
ACTITUDES Y COMPORTAMIENTOS
EN RELACIÓN CON LA EA
En los adolescentes encontramos tanto una con-
cepción «sacralizada» o «mítica» del medio (la natura-
leza como algo estático, donde cada cosa ocupa su
lugar, dotada de una estabilidad que no debe ser pertur-
bada por la acción humana) como una concepción del
medio como «fuente de todo tipo de recursos», cuya
explotación es imprescindible para el mantenimiento
de nuestra forma de vida. Y ambas concepciones, en
principio antagónicas, se dan incluso en un mismo in-
dividuo, de forma que, por ejemplo, al mismo tiempo
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que se considera que la contaminación es algo «sucio»,
«desagradable», «rechazable», que «destruye el equili-
brio natural», se opina que es un «mal inevitable» si
queremos mantener nuestro actual nivel de vida.
También en los adolescentes se encuentran las
dos variantes en la concepción del «medio como recur-
so» presentes en el conocimiento cotidiano: una visión
mercantilista (la naturaleza como origen de la energía,
los alimentos, los materiales de construcción, etc.) y
una visión romántica y bucólica (la naturaleza como
disfrute estético, como reposo, como aventura y riesgo,
etc.). Ambas visiones comparten una concepción antro-
pocéntrica del carácter de la naturaleza como algo que
puede ser «controlado» y «dominado» por el hombre.
Sin embargo, en estas edades se empieza ya a
reconocer que no hay una relación simple, en la que el
medio está en función de lo humano, sino más bien una
relación más compleja, en la medida en que se comien-
za a reconocer la interdependencia entre la «naturale-
za» y la «sociedad».
Estas últimas concepciones de los alumnos em-
piezan a ser válidas para los propósitos de la EA, pues
se trata no sólo de comprender la inevitable interdepen-
dencia existente en nuestro mundo, de forma que las
actuaciones de individuos o grupos en un medio o
contexto determinado pueden llegar a tener decisivas
repercusiones en el sistema global que es la biosfera,
sino también de actuar en consecuencia como ciudada-
nos responsables.
3. UNA PROPUESTA DE OBJETIVOS
DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LA
ENSEÑANZA SECUNDARIA Y SU RELACIÓN
CON LA MATERIA DE CULTURA CLÁSICA
Algunos de los objetivos ambientales para la
Enseñanza Secundaria Obligatoria podrían ser los si-
guientes:
• Desarrollar actitudes de solidaridad entre los
habitantes de la Tierra, a partir de la comprensión de las
interconexiones existentes entre los diversos medios
del Planeta y de la interdependencia socioeconómica,
política y cultural del mundo actual, superando, por
tanto, la concepción del medio natural como puro re-
curso para uso de las personas y la idea de separación
rígida entre el «medio natural» y el «medio social».
• Valorar el patrimonio cultural como expresión
de la propia sociedad en que se vive, contextualizando
esta valoración en relación con los referentes de otras
culturas, desde posiciones de relativismo y de respeto
hacia las diversas manifestaciones culturales (un obje-
tivo perfectamente aplicable a la Cultura Clásica, como
veremos después).
• A partir de un mejor conocimiento del medio
próximo y de una comprensión más correcta de su
dinámica, desarrollar la actitud y la capacidad de dis-
frutar del entorno, compatibilizando dicho disfrute con
la conservación de ese entorno y manteniendo un equi-
librio entre el uso individual y el colectivo.
• Así pues, se hace precisa una progresiva supe-
ración de la parcelación del saber científico en ámbitos
inconexos y la adopción de una visión de la realidad
más integrada. Por lo que concierne a la materia de
Cultura Clásica, estableceremos la conexión de ésta con
Ciencias de la Naturaleza a través de la relación de
ambas con el área de Ciencias Sociales. Así, por una
parte, es preciso abordar el análisis de la realidad his-
tórica, geográfica, social, política y cultural para enten-
der el entorno en el que vivieron escritores, pensadores,
artistas y cualquier otro personaje de la Antigüedad, así
como los medios que utilizaron y las finalidades a las
que pretendían llegar. La observación de todos estos
aspectos en las épocas en que se produjeron y su com-
paración con la época actual permiten un mayor cono-
cimiento y comprensión de los hechos y fenómenos de
nuestros días.
4. EJEMPLOS DEL TRATAMIENTO
DE ALGUNOS TEMAS EN CULTURA CLÁSICA
DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA EA
Como se ha señalado anteriormente, partiríamos
de problemáticas diversas, yendo de lo más cercano al
alumno a lo más lejano e introduciendo el análisis
social y la perspectiva histórica precisa para situar la
relación del hombre con la naturaleza.
El tratamiento de la transversalidad (Educación
Ambiental incluida) en Cultura Clásica, sólo tendría sen-
tido al relacionar situaciones cercanas al alumno con
situaciones de otros ámbitos geográficos e históricos que
han nutrido nuestra civilización. Sólo así se podría con-
tribuir desde el ámbito de esta materia a una adecuada
reflexión sobre temas medioambientales actuales.
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4.1. Repercusión de la problemática ambiental
más cercana a nivel mundial: la erosión, la deser-
tización y la gestión del agua
a) La erosión es un fenómeno lento, aquí pode-
mos medirla estudiando el efecto del agua sobre una
ladera de tierra. El desgaste es muy diferente si el suelo
está cubierto de vegetales; por eso es importante no
destruir las zonas forestales, sobre todo en las regiones
montañosas, pues son la mejor defensa contra la erosión.
Las destrucciones masivas de bosques y los incendios
forestales, propician la aparición de suelos erosionados
que constituyen el primer paso de la desertización, uno
de los graves problemas ambientales de Andalucía.
La medida de la fuerza erosiva puede hacerse
recogiendo los materiales arrastrados durante un deter-
minado período de tiempo. Gracias a estas medidas hoy
sabemos que en toda España se van al mar cada año
cantidades de tierra fértil equivalentes, en volumen, al
Peñón de Gibraltar.
b) La desertización es un proceso que comienza
con la erosión y desemboca en la pérdida de suelo fértil.
Esto implica la imposibilidad de sustentar vida vegetal
o animal. Es un problema grave en España, sobre todo
en el sureste y el sur. La única defensa es la conserva-
ción de los vegetales y la reforestación..
c) En nuestro país llueve mucho en el norte, pero
bastante poco en el resto. Sin embargo, consumimos
cada vez más agua, tanto en casa como en la industria
y la agricultura. Curiosamente, el agua en España es la
más barata de Europa: ¡el país más seco tiene el agua
más barata!1 .
Partiendo de estas situaciones actuales, y enten-
diendo la transmisión cultural en sentido amplio (inclu-
yendo el medio físico), cabe incitar a la reflexión a
partir de la constatación de la actitud de civilizaciones
antiguas respecto a la conservación del medio. Veamos
algunos ejemplos:
Ejemplo para a) y b): Un modelo de desarrollo que
implicaba la deforestación del entorno de Atenas .
En las montañas de alrededor de Atenas había
bosques que fueron usados como fuente de combusti-
ble, madera, forraje y otros productos. Sin embargo,
hacia la mitad del siglo V antes de Cristo, la superficie
del Ática estaba extensamente deforestada. Se impidió
que los bosques se restablecieran por sí mismos me-
diante el pasto constante de las cabras y por la incesante
demanda para leña. La erosión agotó el suelo de las
montañas, depositó los sedimentos a lo largo de la costa
y secó muchas fuentes. El resultado fue una agricultura
decadente y una crónica escasez de madera y otros
productos del bosque.
 El agotamiento de los recursos locales forzó a
Atenas a buscar madera en el extranjero. Mucha de la
aparentemente temeraria agresividad de Atenas puede
ser explicada de esta forma. Ciudades con leña sufi-
ciente fueron arrastradas al imperio ateniense y el co-
mercio de madera llegó a ser una fuente de conflictos
con otras ciudades marítimas, como Corinto. Como
argumento principal para la desgraciada expedición
contra Sicilia (en plena guerra del Peloponeso), Alci-
bíades mencionaba explícitamente el acceso a las islas
llenas de bosques. Hacia el final de la época clásica,
estas tierras boscosas se habían agotado. Un discípulo
de Aristóteles, Teofrasto, hizo una lista de lugares para
el aprovisionamiento de madera en el entorno del mar
Egeo, dejando claro que Atenas dependía de los sumi-
nistros de lugares como Macedonia y Asia Menor. La
decadencia de Atenas puede relacionarse con el fracaso
de la ciudad para mantener el ecosistema forestal2 .
Ejemplo para c): Utilización del agua.
¿Qué molinillo se ha movido? Accionando las
compuertas puedes llevar el agua a donde quieras. Sólo
necesitas pensar un poquito y elegir el camino. Abrien-
do y cerrando compuestas eliges el recorrido del agua.
¿Has visto alguna vez cómo se puede regar una huerta
con la entrada de agua de la acequia? ¿,Y las plantas del
Generalife? [¿y los Jardines del Retiro en Málaga?]
El agua es la sustancia más abundante en la
superficie de nuestro planeta. Sin ella no podríamos
vivir ni las personas, ni los animales, ni las plantas.
¿Sabías que el primer ser vivo de nuestro planeta surgió
del agua?
Si te ha pillado una ola en el mar, o has puesto
el dedo debajo del chorro del grifo habrás observado
que el agua puede moverse con enorme fuerza. La
gente empezó a usar la fuerza del agua hace miles de
años. Los romanos usaban ruedas movidas por agua
para moler el maíz y tenían recursos excepcionales para
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dotar de agua a una ciudad tan enorme como la Roma
antigua.
Cuando el agua se transporta de forma natural lo
hace por ríos. Las personas la llevamos de un sitio a otro
por medio de acequias, acueductos, canales, etc.. Tú has
utilizado canales para cambiar el recorrido del agua y de
esta forma mover el molino que has escogido3 .
La experiencia se completaría abordando algu-
nos aspectos significativos de la gestión del agua en la
antigua Grecia, tal y como veremos a continuación.
5. LA GESTIÓN DEL AGUA
EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA: GRECIA
5.1. El Eupalineo de Samos
Una muestra interesante de los avances tecnoló-
gicos ligados a los conocimientos matemáticos la tene-
mos en la construcción del Eupalineo, en la isla de
Samos.
La longitud del túnel es de 1.036 metros, mien-
tras que la altura y anchura está entre los 2 y los 2,5
metros. La planta es básicamente un pasillo, cerca del
cual fue cavada una zanja a lo largo de toda la longitud
del túnel, que es más estrecha y de 3,5 a 8,5 metros de
profundidad, y en la cual se situaban los tubos del agua.
Se estima que la perforación de este doble túnel se
realizó por dos pequeños equipos que tardaron alrede-
dor de 8 a 10 años en completar el trabajo. Un equipo
empezó desde el norte y el otro desde el sur de la
montaña. Los dos equipos se encontraron aproximada-
mente a medio camino, y tuvieron que corregir una
pequeña divergencia entre plan original y el punto en el
que se encontraron. Por eso el túnel tiene una pequeña
inclinación allí. Como decíamos, el arquitecto de este
túnel fue Eupalino, hijo de Naustrofo de Megara, según
Heródoto nos informa (Historias, III 60). Desgraciada-
mente, no tenemos más información acerca de este
brillante ingeniero, que consiguió resolver, con los li-
mitados medios de la época, problemas técnicos que
son todavía hoy difíciles y complicados.
Nuestra perspectiva histórica puede verse am-
pliada con la mención de otros logros técnicos de los
griegos en cuanto al abastecimiento del agua. A este
respecto cabe referirse a las figuras de Arquímedes,
Ctesibio, Filón y Herón de Alejandría.
5.2. Arquímedes
La actividad de Arquímedes se desarrolló en
Siracusa durante gran parte del siglo III a. C. (nació
alrededor de 287 a. C. y murió en el sitio de Siracusa
por las tropas romanas en 212 a. C.)
El genio de Arquímedes fue fundamentalmente
matemático, pero supo aplicar esta ciencia al campo de
la física -hecho notable, pues la física antigua fue emi- entrase más agua de la que salía por el agujero del fondo,
nentemente especulativa -y a la ingeniería, hasta el punto el nivel del agua se mantenía constante, y el caudal de
de que se hicieron famosos sus inventos. Entre sus logros líquido que salía por el orificio pequeño era también
figura el juntar el tornillo con una rueda dentada para el constante. El agua goteaba en un recipiente cilíndrico
engranaje llamado tornillo sin fin. Se trata de una de las con un flotador provisto de una varilla vertical y de un
transmisiones más potentes jamás logradas y, si bien no indicador que señalaba las horas en una escala. Todos los
fue muy utilizada en la antigüedad, hoy forma parte de cronómetros fiables fueron construidos según este prin-
numerosos dispositivos mecánicos4 . cipio de la clepsidra hasta la invención del primer meca-
nismo de escape en el siglo XII d. C.
5.3. La ingeniería en la ciencia alejandrina: Después de construir este reloj que se movía
Ctesibio, Filón y Herón por sus propios medios, añadió un mecanismo de piñón
Una cita de Brunet y Mieli nos da una idea y cremallera al flotador y logró que efectuara tareas
preliminar del aspecto de la ciencia alejandrina al que tales como dar las horas y hacer sonar unas trompetas
nos referiremos ahora, la ingeniería: «Es cierto -escri- al mediodía. (En este aspecto, nuestro reloj de cuco,
ben- que los ingenieros antiguos en general, y no sólo con su cuclillo mecánico, es un descendiente directo
los de Alejandría, únicamente por excepción trataron del reloj de agua de Ctesibio). Observémosla en la
de aplicar sus máquinas para obtener resultados útiles. siguiente figura:
No se les ocurrió, por ejemplo, aplicar la fuerza del
agua, del aire comprimido o del vapor como fuente de
poder en sus artesanías, o para obtener resultados aná-
logos a aquellos que ha revelado el desarrollo de la
civilización moderna. Uno puede hasta suponer que
con los conocimientos que tenían, y valiéndose de los
mecanismos que habían ideado para sus juguetes, los
ingenieros de la antigüedad podían haber llegado a
aplicaciones análogas a aquellas que hicieron la gloria
del siglo XVIII. Sin embargo, al dejar constancia de su
fracaso, en sí mismo bastante curioso para la mentali-
dad moderna, debemos reconocer que la atención de los
técnicos de la antigüedad no se dedicó exclusivamente
a los juguetes. También se construyeron algunas má-
quinas realmente útiles, como bombas para extraer agua
o para extinguir incendios. Pero en lo que el ingenio de
los alejandrinos se superó a sí mismo fue en el perfec-
cionamiento de muchos instrumentos de precisión, de
construcción muy delicada e indispensables hasta para
el progreso de la ciencia, tales como sus instrumentos
astronómicos y sus clepsidras5.

5.3.1. Ctesibio A- Recipiente con flotante.

Vivió en Alejandría hacia 270 a.C. Esta ciudad,
fundada por Alejandro Magno en el delta del Nilo,
aunque situada geográficamente en Egipto, era griega
en su espíritu. Con su universidad y su biblioteca, se
convirtió en el centro de la cultura helenística.
Ctesibio fue el inventor de la clepsidra o reloj de
agua. Antes que él, el reloj de sol era el único medio para
indicar el tiempo, y, desde luego, no funcionaba de no-
che o en días nublados. Ctesibio construyó el «reloj de
noche» o «reloj de invierno» basándose en el siguiente
principio. Un chorrito de agua cala en un recipiente
llamado clepsidra, provisto de un pequeño agujero cerca
de su fondo y de otro situado a mayor altura. Mientras
B- Orificio perforado en oro, o en alguna piedra
preciosa, por el cual penetra el agua.
C- Figura que se levanta junto con el flotante e
indica las horas.
D- Tambor que gira sobre sí mismo una vez por
año, indicando la diferente duración de las horas de
acuerdo con las estaciones.
Las líneas verticales indican los meses.
5.3.2. Filón
Filón de Bizancio, que vivió en el siglo III a. C.,
ha tenido la buena suerte de quedar representado por
numerosos fragmentos de su amplio tratado de mecáni-

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ca, que han llegado hasta nosotros. El estudio de los
temas de sus nueve libros nos ayuda a entender la
función social de la ciencia en su tiempo. Por lo que
podemos apreciar, trataban de los Principios y Aplica-
ciones de la Palanca, Construcción de Puertos, Balística
o Artillería, Neumática o Máquinas que funcionan con
aire comprimido, Construcción de Autómatas, Defensa
de Ciudades, Sitio de Ciudades, y probablemente algu-
nos otros aspectos de la guerra. Aparentemente, las
aplicaciones bélicas absorbían la mayor parte de la
mecánica. Pero lo interesante es que mientras se supone
generalmente que la esencia de la ciencia griega reside
en su carácter lógico - deductivo, aquí vemos expuesta
su fase experimental, siendo el objeto de la investiga-
ción descubrir una fórmula empírica que se necesitaba
para la construcción de la artillería.
5.3.3. Herón
Herón de Alejandría vivió en el siglo I d. C. (un
eclipse de luna descrito en su libro Dioptra tuvo lugar
en el año 62). Nada sabemos acerca de su vida, pero es
probable que estuviera relacionado con la Universidad
de Alejandria.
La Mecánica de Herón era un libro de texto para
arquitectos, contratistas e ingenieros, y la mayoría de
las herramientas descritas en él eran ya anticuadas antes
de que Herón lo escribiese. Sin embargo, había en él
una novedad: el uso de la prensa de tornillo. El aceite
y el vino eran productos muy importantes de la agricul-
tura antigua, y se necesitaba una prensa para extraer
hasta el último zumo de las uvas y para aprovechar todo
el aceite de oliva. Las primeras prensas que usaban una
larga palanca y una manivela, eran de difícil acciona-
miento y su operación exigía largo tiempo; por otra
parte no eran muy efectivas para exprimir hasta el final
las uvas y aprovechar todo el aceite de oliva. La
aplicación del tornillo a la prensa de palanca ahorró
mano de obra, y la prensa de tornillo directo también
economizó espacio. El uso por Herón de una tuerca
permitió que el tornillo hiciera presión directamente
sobre la sustancia que había de ser exprimida, y con
ello extraía más zumo o aceite.
5.4. Causas de la parálisis de la ciencia en la Grecia
Antigua. La hipótesis de Farrington y su refutación
Un hecho que nos hace reflexionar es que La
Neumática de Herón consiste sobre todo en la descrip-
ción de juguetes. Hay de todos modos una bomba
contra incendios y un órgano de agua, pero lo demás
son trucos de magia blanca: copas de vino que no
pueden vaciarse, jarros que sirven agua o vino a volun-
tad, una figura de caballo que bebe si se le ofrece agua,
pájaros que cantan o guardan silencio según una lechu-
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za los mire o les dé la espalda, y otros muchos. La
característica más interesante de estos ingenios es la
utilización de aire caliente o vapor para su funciona-
miento. En torno a este predominio de estos «trucos de
magia» en su tratado, ciertos eruditos han argumentado
que los dispositivos técnicos de Herón, a pesar del
ingenio que demuestran, no constituyeron ningún pro-
greso tecnológico y que nada hicieron por ayudar al
hombre en sus labores ni para incrementar su control
sobre su entorno físico. Destinados a un uso en los
templos - si es que realmente Herón pensó en ponerlos
en práctica y no fueron meras elucubraciones de su
imaginación -, su finalidad consistía en divertir e im-
presionar o engañar a los fieles, y no en aligerar una
labor física del hombre. Y se preguntan: ¿por qué
«desperdiciar» tan gran ingenio técnico de este modo?
La explicación, propuesta por Farrington, es la de
que la antigua economía helenística se apoyaba en el
trabajo de esclavos. Se disponía en abundancia de barata
fuerza muscular humana, y por tanto no había necesidad
de crear aparatos que ahorrasen estos esfuerzos.
Para nosotros, en la actualidad, el concepto de
ciencia implica la idea de un poder transformador de las
condiciones de vida. Aunque estemos acertados al de-
fender el ideal de la ciencia como expresión de devo-
ción desinteresada de la verdad, comprendemos al mis-
mo tiempo que del manantial de la ciencia pura surgen
las corrientes fertilizadoras que sirven a la industria. La
verdad complementaria, a saber, que la industria fo-
menta la ciencia tanto como la ciencia fomenta la in-
dustria, es también parte de nuestras opiniones corrien-
tes. No ocurriría lo mismo durante la decadencia del
mundo antiguo. En aquel entonces el poder sobre la
naturaleza se incrementaría, en la medida en que ello
resultaba posible, aumentando el número de esclavos.
Sin embargo, algunos hechos permiten conside-
rar erróneo afirmar que la abundancia de fuerza huma-
na a bajo precio obstaculizara la invención de maquina-
ria para ahorrar mano de obra. Como hemos visto en el
caso de Ctesibio y de Arquímedes, durante este período
se inventaron precisamente muchos dispositivos ten-
dentes a este fin.
La prueba más evidente en oposición a la tesis
de Farrington sobre la esterilidad tecnológica de la
Antigüedad clásica es el hecho de que en la época
grecorromana se hicieron notables progresos técnicos a
fin de aliviar la carga del trabajo para el hombre. Un
ejemplo primordial en este aspecto es la evolución de la
rueda hidráulica.
El molino hidráulico no apareció hasta el siglo I
a. de C. Es probable que tuviera su origen en la rueda
de agua del período, que era una rueda grande con
cubos fijados a su circunferencia y montada en un curso
de agua. Más adelante, se consiguió montar una rueda
dentada en el eje de la rueda de paletas y así hacer girar
un eje vertical que accionaba una piedra de molino.
Estos primeros engranajes tenían clavijas redondas en
vez de dientes, fijadas en las ruedas en ángulo recto.
El molino de agua se propagó con rapidez. Como
veremos en otro artículo, Roma disponía de diez acue-
ductos que llevaban el agua de los manantiales de las
montañas a los depósitos de la ciudad; el agua corría de
día y de noche, y el sobrante servía para lavar el alcan-
tarillado. El agua procedente del Janiculum, una de las
siete colinas sobre las que fue construida Roma, era
utilizada para mover molinos6.
La invención y evolución de la rueda hidráulica
viene a demostrar la imposibilidad de asumir plena-
mente las tesis de Farrington. Esto nos hace pensar que
sí hubo algún incentivo para ahorrar la energía humana
en la Antigüedad, a pesar de existir una mano de obra
abundante y barata constituida por los esclavos.
6. ACTITUDES DE AYER Y DE HOY
ANTE EL MEDIO AMBIENTE. LOS TEXTOS
CLÁSICOS COMO ELEMENTO DE UNA RE-
FLEXIÓN CRÍTICA
Nuestro repaso a las posturas de los griegos ante
el medio ambiente en general y respecto a la utilización
del agua en particular no estaría completo sin referirnos
a ciertas actitudes que pudiéramos denominar pasivas o
románticas y que, siendo favorables a la conservación
del medio ambiente, no contribuyen de un modo deci-
sivo a su mejora y, mucho menos, a la consecución del
desarrollo sostenible preconizado en la actualidad.
En este sentido, hemos de recordar aquellas ac-
titudes detectadas en los adolescentes respecto al medio
ambiente (la naturaleza como disfrute estético, como
reposo, como aventura y riesgo, etc.) que, como diji-
mos anteriormente, comparten una concepción antro-
pocéntrica del carácter de la naturaleza como algo que
puede ser «controlado» y «dominado» por el hombre
sin reconocer de una manera clara la interdependencia
entre «naturaleza» y «sociedad».
Hemos repasado actitudes válidas de la Grecia
Antigua ante el medio ambiente, así como sus limitacio-
nes provenientes del sistema de producción en que se
insertaban. De ellas podríamos extraer reflexiones apli-
cables a los tiempos actuales, caracterizados por el exce-
sivo consumo de recursos naturales, la producción cre-
ciente de residuos contaminantes y el frecuente despilfa-
rro de la sociedad de consumo. Como en otras situacio-
nes históricas, se plantea que el desarrollo puede resultar
ya insostenible, si bien ya a nivel mundial, tal como
manifiestan Organismos Internacionales como la ONU.
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A partir de ahora, países y ciudadanos deberían
adoptar una decisión sobre los modelos de desarrollo que
mantienen. Estos, de manera simplificada, podrían ser:
A. Seguir como hasta ahora, aunque sea disfra-
zando o negando la realidad de lo que ocurre y los
conocimientos que las ciencias nos proporcionan.
B. Introducir dentro del actual sistema importan-
tes correcciones que lo hagan compatible con la conser-
vación de la Naturaleza y la solidaridad internacional
(teoría del desarrollo sostenible).
C. Renunciar de forma absoluta al actual modelo
de desarrollo, renunciando también a sus ventajas e
inconvenientes.
El hombre, ser racional, debería optar por un
modelo de desarrollo sostenible que no comprometa el
bienestar de generaciones futuras. Sirvan estas páginas
como contribución a esta reflexión y como manifesta-
ción de la idoneidad de los planteamientos educativos
que persiguen mediante la interdisciplinariedad y el
desarrollo de temas transversales la consecución de
ciudadanos con una mayor conciencia de su responsa-
bilidad respecto a la consecución de una sociedad que
aúne el progreso técnico con la preservación del medio
ambiente.
NOTAS
1 Guía del Parque de las Ciencias de Granada, págs. 30 y
65, Granada, 1996.
2 “Classical Athens and Ecosystemic Collapse”, en Capita-
lism, Nature, Socialism, nº 3, USA, 1996.
3 Guía del Parque de las Ciencias de Granada, pág. 140.
4 Para un análisis detallado de las aportaciones tecnológi-
cas de griegos y romanos, véase Melvin Kranzberg y
Carroll W. Pursell, Jr. (eds.), «La técnica en Occidente de
la Prehistoria a 1900», Historia de la Tecnología, Vol. I,
págs. 62-79, ed. Gustavo Gili, S.A, Barcelona, 1981.
5 Benjamin Farrington, Ciencia Griega, págs. 204-8, ed.
Librería Hachette, Buenos Aires, 1957.
6 Por razones de espacio, nos vemos obligados por el
momento a referirnos sólo a los griegos. En otro número
tendremos oportunidad de referirnos a los notables avan-
ces llevados a cabo en el plano tecnológico por los
romanos.
Antonio López Gámiz
Asesor en el Centro de Profesorado de Málaga