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TAREA N° 4 GRUPAL -TEMA DE CÉLULAS NK

INSTRUCCIONES: REALIZAR UM MAPA CONCEPTUAL DEL TEMA ENTREGADO


La célula NK (del inglés Natural Killer), asesina natural o célula asesina es un linfocito, y un componente
importante del sistema inmunitario innato para la defensa del organismo. Su función es la destrucción de las
células infectadas y de las células cancerosas, además de regular las respuestas inmunitarias. No son células
fagocíticas, destruyen las células a través del ataque a su membrana plasmática causando la citolisis.
Se cree que estas células detectan a la célula diana por reconocimiento del glucocálix anómalo. También se
cree que las reconocen cuando las células infectadas o tumorales pierden la MHC de clase I, las cuales
inhiben la acción de las células NK.

En vista de que no expresan los marcadores comunes para las otras dos clases de linfocitos, las
células NK fueron inicialmente denominadas “células nulas”. No obstante, estudios ulteriores
demostraron que se trataba de linfocitos con granulocitos de gran tamaño.

Estas células son capaces de controlar distintos tipos de tumores e infecciones microbianas al
limitar su dispersión y el daño de los tejidos. Además, pueden lisar distintos tipos de células sin
una estimulación antigénica definida.

Las células NK se encuentran en menor proporción que cualquiera de las otras dos clases de
linfocitos (constituyen del 2 al 10% de los linfocitos circulantes) y, puesto que pertenecen al
sistema innato de defensa, se piensa que fueron de los primeros elementos celulares implicados
en la protección de los organismos multicelulares.

Al igual que los linfocitos T y los linfocitos B, las células NK son parte del sistema
hematopoyético de los mamíferos y derivan de las células hematopoyéticas progenitoras que
expresan los marcadores membranales CD34+, que también se conocen como las células HPC.

Mientras que se sabe que los linfocitos T maduran en el timo y que los linfocitos B hacen lo
propio en la médula ósea, los intentos para determinar la ruta de desarrollo completa de las NK
a partir de los precursores HPC no han sido del todo exitosos; solo se sabe que son timo-
independientes.

Componentes citosólicos

El interior de una célula citocida natural está repleto de grandes gránulos citosólicos que están
cargados con perforina, granzimas y proteoglucanos.

Las perforinas son proteínas formadoras de poros que “agujerean” la membrana plasmática de
las células que son atacadas por las NK. Las granzimas, por otro lado, son serín proteasas que
se hacen paso hacia las células a través de los poros formados por las perforinas y degradan
proteínas intracelulares.

La acción combinada de las perforinas y las granzimas se traduce en el detenimiento de la


producción de las proteínas virales o bacterianas y en la apoptosis o muerte celular programada
de la célula infectada.

FUNCIÓN DE LAS CÉLULAS NK


Las células asesinas naturales funcionan en la eliminación de células “blanco” o “diana” de forma
natural, es decir, espontáneamente y sin mucha especificidad, dado que no requieren de ningún
tipo de cebado antigénico.

Una de las funciones más importantes de este grupo de células es su capacidad de matar células
tumorales, especialmente las pertenecientes a los linajes hematopoyéticos, así como también a
células invadidas por distintos tipos de virus y/o bacterias.

Su actividad es fuertemente estimulada por factores como los interferones IFN-α y β, así como
por la interleucina IL-12.

Gracias a que estas células producen algunas citocinas importantes para el sistema
inmunológico, las NK participan en la regulación inmune, tanto en el sistema innato como en el
adaptativo o específico.

Por ejemplo, la producción del interferón gamma (IFN-γ) en las células NK puede perturbar la
participación de los macrófagos en la inmunidad innata, pues esta molécula interfiere con las
actividades fagocíticas y microbicidas.

Al mismo tiempo, el IFN-γ producido por las citocidas naturales puede modificar el compromiso
de poblaciones enteras de células T colaboradoras, puesto que el IFN-γ también inhibe la
expansión y el desarrollo de una población respecto a otra.

Las células NK representan la primera línea de defensa durante las infecciones de origen viral, ya
que controlan la replicación de los virus mientras se activan, proliferan y se diferencian las
células T citotóxicas, lo que puede tomar más de 6 días.

Tipos

Las poblaciones de células NK son bastante heterogéneas, tanto fenotípica como funcional y
anatómicamente. Además, sus características dependen del tipo de organismo que se estudie.

En los humanos

Las células NK en los humanos también se clasifican de acuerdo con los marcadores de
superficie que expresan, pero en este caso se diferencian por la presencia de los marcadores
CD56dim y CD56bright. Los superíndices “dim” y “bright” se refieren a “oscuro” y “claro”,
respectivamente.

Las diferencias entre estas células radican en las propiedades de “búsqueda de blancos” de cada
una, que están dadas por la presencia de uno u otro marcador.

En la sangre periférica y en el bazo de los seres humanos el tipo principal de célula NK se conoce
como CD56dimCD16+, que usualmente expresa la proteína porfirina y son citotóxicas. También
producen IFN-γ como resultado de la interacción con células tumorales en condiciones in vitro.
En los nódulos linfáticos y las amígdalas se encuentran las células CD56brightCD16- que, en
lugar de producir porfirina, secretan la citoquina IFN-γ como respuesta a la estimulación por las
interleucinas IL-12, IL-15 e IL-18.

Se piensa que, en los humanos y los roedores, las amígdalas y otros órganos linfoides
secundarios pueden ser los sitios de producción y maduración de la mayor parte de las células
NK.

Algunos estudios sugieren que existe cierta similitud entre las células CD56bright de los
humanos y las células CD11dull de los roedores desde el punto de vista de ubicación anatómica,
características fenotípicas, contenido citosólico de perforina, potencial proliferativo y expresión
superficial de la interleucina IL-7R.

Valores normales

Estas tienen una vida media bastante corta (2 semanas, aproximadamente) y se cree que en un
ser humano adulto existen alrededor de 2 billones de células en circulación. Son abundantes en
la sangre, en el bazo y en otros tejidos linfoides y no linfoides.

Proceso de activación

Las células citocidas naturales se activan gracias al reconocimiento de moléculas propias


(proceso conocido en inglés como “recognition of self molecules”) que son expresadas
constitutivamente bajo condiciones de estado estacionario.

En sus membranas, estas células expresan distintos miembros de una familia de proteínas de
superficie que contienen dos o tres dominios tipo inmunoglobulina en sus porciones
extracelulares y motivos similares a los dominios de activación de los inmunorreceptores vía
tirosina en su región intracelular.

Cada célula NK puede expresar una o más de estas proteínas receptoras y cada receptor es
capaz de reconocer una forma específica de una molécula del complejo mayor de
histocompatibilidad de clase I (MHC-I).

El reconocimiento entre esta molécula y el receptor en la superficie de las células citocidas


naturales conlleva a la formación de un complejo con abundantes péptidos derivados de
proteínas “propias”.

Los receptores son en su mayoría proteínas inhibidoras que activan a una tirosina fosfatasa que
impide que la célula emita respuestas normales.

Mecanismo de acción

La eliminación o muerte mediada por células asesinas naturales es similar a la que ocurre
durante la acción citolítica de los linfocitos T CD8 (citotóxicos), aunque la diferencia radica en
que las NK son citotóxicas constitutivas, es decir, que no necesitan activarse antes.
Las NK activas expresan el ligando FasL, por lo que inducen con relativa facilidad la muerte de
las células blanco que expresan en su superficie la proteína Fas.

Tras la formación del completo FasL/Fas, ocurre un proceso conocido como “desgranulación”,
que termina con la liberación de porfirina y granzimas en los sitios de contacto intercelulares.

Distinción entre células sanas e infectadas

Las citocidas naturales distinguen entre una célula sana y otra infectada o tumoral (cancerosa)
gracias a un balance de señales activadoras e inhibidoras, que son reconocidas por receptores
superficiales específicos.

Estos receptores dos de dos tipos: tipo lectina (proteínas de unión a carbohidratos y a otras
proteínas) y tipo inmunoglobulina (similares a la región constante de las inmunoglobulinas).

Marcadores

Las NK expresan algunos marcadores de membrana comunes para los monocitos y los
granulocíticos, y otros típicos de los linfocitos T.

Por otra parte, las citocidas naturales expresan grupos distintos de marcadores superficiales,
pero aún no se sabe a ciencia cierta si la heterogeneidad indica subpoblaciones celulares o
etapas durante su activación o maduración.

Algunos ejemplos de los marcadores de las células NK son:CD7, CD2 y CD5

Las células NK derivan del mismo progenitor que da lugar a las células T. Esta célula progenitora
usualmente expresa los marcadores CD7, CD2 y ocasionalmente el CD5.

CD2 es una proteína de 50 kDa de peso molecular que también está presente en las células T.
Se conoce como una molécula superficial de adhesión y participa en la activación de las células
T.

CD5 está presente normalmente en las células T y en algunas subpoblaciones de células B. Es un


marcador de 67 kDa y también tiene funciones adhesivas.

El marcador CD7 es típico de las células madre hematopoyéticas y también se ha conseguido en


determinadas subpoblaciones de células T. Tiene 40 kDa de peso molecular y funciona en la
transducción de señales.

CD11b

Este receptor es compartido entre las NK, monocitos y granulocitos. Tiene 165 kDa de peso
molecular y es capaz de asociarse con otros marcadores de superficie. Sus funciones principales
son adhesivas, especialmente durante los procesos de fagocitosis u “opsonización”.
CD16

Es un receptor de entre 50 y 70 kDa que está unido a una molécula de fosfatidil inositol
transmembranal. Participa en la activación de las células asesinas naturales y también se
encuentra en los granulocitos y macrófagos.

También tiene funciones como receptor para la región constante de la cadena gamma de
algunos anticuerpos.

CD27

Se encuentra en la mayoría de los linfocitos T y es un homodímero de cadenas peptídicas de 55


kDa. Aparentemente es miembro de la familia de los receptores del factor de necrosis tumoral
(TNF-R) y también participa en la co-estimulación de las células T.

CD56

Este receptor es único para las células NK y está compuesto por cadenas de 135 y 220 kDa.
Participa en la adhesión “homotípica” de dichas células.

El sistema fagocítico mononuclear (SFM), antes llamado sistema retículo-endotelial (SRE),


incluye todas las células derivadas de los precursores monocíticos de la médula
ósea (monoblasto y promonocito), los monocitos de la sangre periférica y
los macrófagos o histiocitos de los distintos órganos y tejidos. Entre estos últimos cabe considerar
los histiocitos del tejido conjuntivo, las células de Kupffer del hígado, las células de Langerhans de
la epidermis, los osteoclastos del tejido óseo, la microglía del SNC, los macrófagos alveolares
del pulmón y los restantes macrófagos distribuidos por la médula ósea, el bazo o
las serosas pleural y peritoneal.
Desde el punto de vista funcional existen dos grandes grupos de células histiocíticas,
los macrófagos, entre cuyas funciones está el procesamiento de los antígenos y la fagocitosis, y
las células dendríticas, cuya función es la presentación de antígenos.
Se ha comprobado hace varios años que las células reticulares y endoteliales no tienen relación
con la actividad de este sistema, ni siquiera con los macrófagos, principales componentes del SFM.
Por eso actualmente se considera más adecuado el nombre de SFM, antes que el de sistema
retículoendotelial.
Los granulocitos neutrófilos y los monocitos/macrófagos poseen un origen común. Su antecesor
ontogenético es la célula pluripotencial mielo-monocítica (CFU-GM), que se diferencia en dos
líneas.

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