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Teoría del apego

teoría psicológica

La teoría del apego es la t eoría que describe la dinámica de largo plazo de las relaciones ent re
los seres humanos. Su principio más import ant e declara que un recién nacido necesit a desarrollar
una relación con al menos un cuidador principal para que su desarrollo social y emocional se
produzca con normalidad.

Para los bebés y niños, el «objetivo» del sistema conductual del apego es lograr o mantener la proximidad a las figuras de
l ll d
apego, por lo general los padres.

El apego es transversal en todas las comunidades humanas, aun en otros mamíferos.

La t eoría del apego es un est udio int erdisciplinario que abarca los campos de las t eorías
psicológicas, evolut ivas y et ológicas. Inmediat ament e después de la Segunda Guerra Mundial, los
huérfanos y sin hogar present aron muchas dificult ades,[1] ​y la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) le pidió al psiquiat ra y psicoanalist a John Bowlby que escribiera un follet o sobre el
t ema, que él t it uló privación mat erna. La t eoría del apego surgió de su t rabajo post erior sobre las
cuest iones plant eadas.[2] ​

Los bebés se apegan a los adult os que son sensibles y recept ivos a las relaciones sociales con
ellos, y que permanecen como cuidadores consist ent es por algunos meses durant e el período de
cerca de seis meses a dos años de edad. Cuando el bebé comienza a gat ear y caminar, empieza a
ut ilizar las figuras de apego (personas conocidas) como una base segura para explorar más y
regresar de nuevo a ellos. La reacción de los padres lleva al desarrollo de pat rones de apego y
est os, a su vez, conducen a modelos int ernos de t rabajo que guiarán las percepciones
individuales, emociones, pensamient os y expect at ivas en las relaciones post eriores.[3] ​La
ansiedad por la separación o el dolor t ras la pérdida de una figura de apego se considera una
respuest a normal y adapt at iva de un recién nacido apegado. Est os comport amient os pueden
haber evolucionado debido a que aument an la probabilidad de supervivencia del niño.[4] ​

El comport amient o infant il asociado al apego es principalment e la búsqueda de la proximidad a


una figura de apego. Para formular una t eoría complet a sobre la nat uraleza de los vínculos
afect ivos premat uros, Bowlby exploró una variedad de campos, incluyendo la biología evolut iva,
la t eoría de la relación de objet o (una rama del psicoanálisis), la t eoría de sist emas de cont rol, y
los campos de la et ología y psicología cognit iva.[5] ​Después de document os preliminares de
1958, Bowlby publicó un est udio exhaust ivo en t res volúmenes Apego, Separación y Pérdida
(1969-82).

Las invest igaciones realizadas por la psicóloga del desarrollo Mary Ainswort h en la década de
1960 y 70 reforzaron los concept os básicos, int rodujeron el concept o de «base segura» [6] ​y
desarrollaron la t eoría de un número de pat rones de apego en recién nacidos: apego seguro,
apego inseguro-evit at ivo y apego inseguro-ambivalent e. Post eriorment e, fue ident ificado un
cuart o padrón, el apego desorganizado.[7] ​

En la década de 1980, la t eoría se ext endió al apego en adult os.[8] ​Ot ras int eracciones pueden
ser int erpret adas como component es de la conduct a de apego, que incluyen relacionamient os
ent re pares en cualquier franja et aria, at racción románt ica y sexual y reacciones a la necesidad de
cuidar del recién nacido, enfermos o ancianos.

En los albores de la t eoría, los psicólogos académicos crit icaron a Bowlby, y la comunidad
psicoanalít ica lo aisló por su alejamient o de los principios psicoanalít icos;[9] ​sin embargo, la t eoría
del apego se convirt ió, desde ese ent onces, en «el abordaje dominant e para ent ender el
desarrollo social t emprano, y dio origen a un gran aument o de invest igación empírica sobre la
formación de una est recha relación en los niños».[10] ​
Crít icas post eriores a la t eoría del apego se
refieren al t emperament o, a la complejidad de las relaciones sociales y a las limit aciones de los
modelos discret os para las clasificaciones. La t eoría del apego se ha modificado de manera
significat iva como result ado de la invest igación empírica, pero, en general, los concept os se han
vuelt o acept ados.[9] ​La t eoría del apego ha servido de fundament o de nuevas t erapias y ha
esclarecido las ya exist ent es, y sus concept os han sido usados en la formulación de polít icas y la
prot ección social de los niños para apoyar las relaciones de vinculación de los niños.[11] ​

Apego
Si bien es común que la madre sea la primera figura de apego, los niños formarán vínculos con cualquier cuidador que sea
sensible y receptivo a las interacciones sociales con ellos.

En la t eoría, apego significa un vínculo afect ivo o enlace ent re un individuo y una figura de apego
(por lo general un cuidador). Est os enlaces pueden ser recíprocos ent re dos adult os, pero ent re
el niño y el cuidador se basan en las necesidades de seguridad y prot ección del niño,
fundament ales en la infancia. La t eoría propone que los niños se apegan inst int ivament e a quien
cuida de ellos,[12] ​con el fin de sobrevivir, incluyendo el desarrollo físico, social y emocional.[13] ​
La met a biológica es la supervivencia, y la met a psicológica es la seguridad.[10] ​La t eoría del
apego no es una descripción exhaust iva de las relaciones humanas, ni es sinónimo de amor o
afect o, aunque est os puedan indicar que exist en los vínculos. En relación niño-adult o, el vínculo
ent re el niño se llama «apego» y el equivalent e recíproco del cuidador se clasifica como «enlace
de cuidado».[13] ​

Los recién nacidos est ablecen enlaces afect ivos con cualquier cuidador compat ible que sea
sensible y recept ivo en int eracciones sociales con ellos. La calidad del compromiso social es
más influyent e que la cant idad de t iempo invert ido. La madre biológica es, normalment e, la figura
principal de apego, pero el papel puede ser t omado por cualquier persona que se comport e
comparat ivament e de una manera «mat ernal» durant e un período. En la t eoría del apego, est o
significa un conjunt o de comport amient os que envuelven una act iva int eracción social con el
recién nacido y reacciones inmediat as a las señales y abordajes.[14] ​Nada en la t eoría sugiere que
el padre, u ot ros, no est én igualment e suscept ibles a convert irse en las principales figuras de
apego, bast a que ellas provean la mayor part e del cuidado y de la int eracción social al niño en
cuest ión.[15] ​Algunos bebés direccionan el comport amient o del apego (búsqueda por proximidad)
a más de una figura, t an pront o como empiezan a comparar los cuidadores. La mayoría lo
empiezan a pract icar inconscient ement e durant e su segundo año. Est as cifras se organizan
jerárquicament e, con la principal figura de apego en la part e superior.[16] ​

El conjunt o de met as del sist ema de comport amient o de apego es la de mant ener un vínculo con
una figura de apego accesible y disponible.[17] ​«Alarma» es el t érmino usado para la act ivación
del sist ema conduct ual del apego causado por el miedo o el peligro. «Ansiedad» es la
ant icipación o el miedo de ser descart ado por la figura de apego. Si la figura no est á disponible o
no responde, ocurre la angust ia de separación.[18] ​En los recién nacidos, la separación física
puede causar ansiedad y rabia, seguida por t rist eza y desesperación. A los t res o cuat ro años de
edad, la separación física no es más una amenaza a los vínculos del niño con la figura de apego.
Surgen amenazas a la seguridad en los niños mayores y adult os a part ir de la ausencia prolongada,
int errupción en la comunicación, indisponibilidad emocional o signos de rechazo o abandono.[17] ​

Comportamientos

Los patrones de apego inseguro pueden comprometer la explotación y la conquista de la autoconfianza. Un bebé con
patrones de apego seguro es libre para concentrarse en su medio ambiente.
El sist ema conduct ual del apego sirve para mant ener o lograr una mayor proximidad a la figura de
apego.[19] ​Los comport amient os pre-apego se producen en los primeros seis meses de vida.
Durant e la primera fase (las primeras ocho semanas), los niños sonríen, balbucean y lloran para
at raer la at ención de los cuidadores. Aunque los niños de est a edad aprendan a diferenciar los
cuidadores, est os comport amient os est án dirigidos a cualquier persona que est é cerca. Durant e
la segunda fase (dos a seis meses), el bebé aument a su capacidad para discriminar ent re adult os
conocidos y desconocidos, por lo que es más recept ivo al cuidador; seguir y asegurarse se
añaden a la gama de comport amient os. El apego claro y ciert o se desarrolla en la t ercera fase,
de ent re seis meses y dos años. El comport amient o del bebé en relación con el cuidador se
organiza sobre la base de un comport amient o int encional para lograr las condiciones que lo hagan
sent irse seguro.[20] ​Al final del primer año, el bebé es capaz de demost rar una serie de
comport amient os de apego dest inadas a mant ener la proximidad. Est os se manifiest an como
prot est a cont ra la part ida del cuidador, saludando a su regreso, aferrándose a él cuando se
asust a y le acompañará cuando pueda.[21] ​Con el desarrollo de la locomoción, el bebé comienza a
usar el cuidador o cuidadores como una base segura para explorar.[20] ​La exploración del bebé es
mayor cuando el cuidador est á present e, debido a que su sist ema de apego est á relajado y libre
de explorar. Si el cuidador est á inaccesible o no responde, la conduct a de apego se muest ra con
más fuerza.[22] ​

La ansiedad, el miedo, la enfermedad y la fat iga provocarán en el niño un aument o de los


comport amient os de apego.[23] ​Después del segundo año, cuando el niño comienza a ver al
cuidador como una persona independient e, se forma una asociación corregida por objet ivos más
complejos.[24] ​Los niños empiezan percibir objet ivos y los sent imient os de los demás y planifican
sus acciones en consecuencia. Por ejemplo, mient ras que los recién nacidos lloran por el dolor,
los bebés de dos años lloran para llamar a sus cuidadores, y si eso no funciona, lloran más fuert e,
se callan o van t ras el cuidador.[10] ​

Principios

Los comport amient os de apego y las emociones humanas son adapt ables. La evolución humana
t rajo como consecuencia la selección de los comport amient os sociales que hacen la
supervivencia del individuo o del grupo más probable. El comport amient o de apego más
comúnment e observado en niños de brazos que est án cerca de personas familiarizadas t endrían
vent ajas claras en el ambient e de la adapt ación primit iva, y t iene esas vent ajas hoy en día.
Bowlby consideró el ent orno de adapt ación primit iva similar a las act uales sociedades cazadoras-
recolect oras.[25] ​Exist e una vent aja de supervivencia en la capacidad de percibir condiciones
pot encialment e peligrosas, t ales como la ignorancia, la soledad o la aproximación rápida. Según
Bowlby, la búsqueda de la proximidad a la figura de apego frent e a la amenaza es el objet ivo del
sist ema conduct ual del apego.[18] ​

El sist ema de apego es muy robust o y los humanos jóvenes crean vínculos con facilidad, incluso
en circunst ancias nada ideales.[26] ​A pesar de est a robust ez, una separación significat iva de un
cuidador conocido –o cambios frecuent es de cuidadores que impiden el desarrollo del apego–
pueden result ar en psicopat ologías en algún punt o fut uro en la vida.[26] ​Los recién nacidos en sus
primeros meses no t ienen preferencia por sus padres biológicos o por ext raños. Las preferencias
por ciert as personas, además de los comport amient os que solicit en su at ención y cuidado, son
desarrolladas durant e un período considerable de t iempo.[26] ​Cuando un recién nacido se irrit a por
su separación del cuidador, est o indica que el enlace afect ivo ya no depende de la presencia del
cuidador, sino que es de nat uraleza permanent e.[10] ​

Las experiencias prematuras con los cuidadores dan como consecuencia la aparición progresiva de un sistema de
pensamientos, recuerdos, creencias, expectativas, emociones y comportamiento acerca de sí mismo y de los otros.

El período crít ico de Bowlby, que va desde los seis meses a dos o t res años, ha sido modificado
para un abordaje menos radical. Hay un período sensible durant e el cual es muy deseable
desarrollar vínculos select ivos, pero est e período es más grande y el efect o es menos fijo e
irreversible que el propuest o originalment e. Con más invest igación, los aut ores, examinando la
t eoría del apego, han evaluado que el desarrollo social se ve afect ada t ant o por las relaciones
iniciales como post eriores.[9] ​Los primeros pasos en la vinculación se producen más fácilment e si
el recién nacido t iene un cuidador, o el cuidado ocasional de un pequeño número de ot ras
personas.[26] ​Según Bowlby, casi desde el principio, muchos niños t ienen más de una figura a
quién ellas dirigen el comport amient o de apego. Est as cifras no son t rat adas de la misma manera,
para un niño, hay una fuert e t endencia en dirigir el comport amient o de apego a una persona en
part icular, principalment e. Bowlby ut iliza el t érmino "«monot ropia» para describir est a
t endencia.[27] ​Los invest igadores y t eóricos han abandonado est e concept o en la medida en que
puede ser t omado en el sent ido de que el relacionamient o con la figura especial difiere
cualitativamente de aquel con ot ras figuras. Por el cont rario, el pensamient o act ual post ula la
exist encia de jerarquías definidas de relacionamient os.[9] [28]
​ ​

Las experiencias premat uras con los cuidadores dan gradualment e origen a la aparición progresiva
de un sist ema de pensamient os, recuerdos, creencias, expect at ivas, emociones y conduct as
sobre sí mismo y los demás. Est e sist ema, llamado «modelo int erno de funcionamient o de
relaciones sociales», cont inúa desarrollándose con el t iempo y la experiencia.[29] ​Los modelos
int ernos regulan, int erpret an y predicen la relación ent re el comport amient o de unión en sí mismo
y en la figura de apego. A medida que ellas se desarrollan de acuerdo con los cambios en su
medio ambient e y desarrollo, incorporan la capacidad de reflexionar y comunicarse sobre las
relaciones de apego pasadas y fut uras.[3] ​Ellos permit en que los niños jueguen con los nuevos
t ipos de int eracciones sociales, sabiendo, por ejemplo, que un recién nacido deben ser t rat ado de
manera diferent e que un niño mayor, o las int eracciones con los maest ros y los padres compart en
caract eríst icas. Est e modelo int erno de t rabajo cont inúa desarrollándose hast a la edad adult a,
ayudando a hacer frent e a las amist ades, el mat rimonio y la pat ernidad, los cuales implican
diferent es comport amient os y sent imient os.[29] [30]
​ ​El desarrollo del apego es un proceso
t ransit orio. Los comport amient os específicos de apego comienzan con conduct as predecibles
aparent ement e innat as, en la infancia. Ellos cambian con la edad de maneras que se det erminan,
en part e, por la experiencia y, en part e por fact ores sit uacionales.[31] ​Como las conduct as de
apego cambian con la edad, lo hacen de maneras moldeadas por las relaciones. El
comport amient o de un niño cuando se une con su cuidador est á det erminado no solo por cómo el
cuidador ha t rat ado al niño ant es, sino t ambién por la hist oria de los efect os que el niño t iene
sobre el cuidador.[32] [33]
​ ​

Cambios en apego durante la infancia y la


adolescencia
Cont inuament e la edad, el desarrollo cognit ivo y la experiencia social promueven el desarrollo y la
complejidad del modelo int erno de t rabajo. Las conduct as de apego del período recién-
nacido/niño de pecho pierden algunas de sus caract eríst icas t ípicas y asumen las t endencias
relacionadas con la edad. El período preescolar implica el uso de la negociación y gangas.[34] ​Por
ejemplo, los niños de cuat ro años se angust ian por la separación, si ellos y sus cuidadores ya han
negociado un plan común para la separación y reunión.[35] ​

Los compañeros se vuelven importantes en la infancia media y tienen una influencia distinta de los padres.

Idealment e, est as habilidades sociales son incorporadas por el modelo int erno de funcionamient o
para ser usados con ot ros niños y, más t arde, con pares adult os. Cuando los niños mudan a los
años de la escuela en t orno a seis años de edad, la mayoría desarrolla una asociación corregida
met a con los padres, en la que cada part icipant e est á dispuest o a ceder con el fin de mant ener
una relación grat ificant e.[34] ​Durant e la t ercera infancia (7-11 años), la met a del sist ema
conduct ual del apego cambia de proximidad a la figura de apego a la disponibilidad.
Generalment e, un niño queda sat isfecho con largas separaciones, con la condición de que el
cont act o —o la capacidad para reunirse físicament e, si es necesario— est én disponibles. Las
conduct as de apego, como aferrarse y seguir al cuidador disminuye y aument a la
aut oconfianza.[36] ​Durant e la t ercera infancia, puede haber un cambio en relación con la
corregulación mut ua de base segura en el que cuidador y el niño negocian mét odos de mant ener
una comunicación y supervisión, mient ras el niño se mueve hacia un mayor grado de
independencia.[34] ​
En la primera infancia, las figuras pat ernas permanecen como el cent ro del mundo social del niño,
aunque pasen largos períodos de t iempo sobre cuidado alt ernat ivo. Est o disminuye gradualment e,
sobre t odo durant e la ent rada del niño en la educación formal.[36] ​Los modelos de apego de la
escuela de los niños pequeños suelen ser evaluados en relación a las cifras concret as, como los
padres y ot ros cuidadores. Parece que hay limit aciones en el pensamient o de los niños que
rest ringen su capacidad para int egrar las experiencias de relación en un único modelo general. En
general, los niños comienzan a desarrollar un único modelo general de las relaciones de apego en
la adolescencia, aunque est o ya se puede producir en la t ercera infancia.[36] ​

Las relaciones con los padres t ienen una influencia en el niño que es dist int a de la relación padre-
hijo, aunque est e últ imo pueda influenciar en la forma de la relación del niño con sus
semejant es.[10] ​Aunque sus compañeros se vuelvan import ant es en la infancia media, la evidencia
sugiere que no se conviert en en una figura de apego, aunque los niños puedan dirigir las
conduct as de apego a sus compañeros, si las figuras parent ales no est án disponibles. Las
relaciones con los compañeros t ienden a surgir en la adolescencia, aunque los padres sigan
siendo figuras de apego.[36] ​Con los adolescent es, el papel de las figuras parent ales es est ar
disponible cuando sea necesario, mient ras que el adolescent e hace excursiones al mundo
ext erior.[37] ​

Postulados de apego

Gran part e de la t eoría del apego fue esclarecida por la met odología innovadora y los est udios
observacionales de Mary Ainswort h, part icularment e aquellos realizados en Escocia y Uganda. El
t rabajo de Ainswort h amplió los concept os de la t eoría y permit ió t est s empíricos de sus
principios.[6] ​Usando la formulación inicial de Bowlby, realizó una invest igación observacional con
pares padre/madre-bebé (o díada) durant e el primer año del niño, combinando ext ensas visit as a
domicilio con el est udio del comport amient o en sit uaciones part iculares. Est a invest igación inicial
fue publicada en 1967 en un libro t it ulado Infancy in Uganda (Infancia en Uganda).[6] ​Ainswort h
ident ificó t res est ilos de apego, o pat rones, que un niño puede t ener con las figuras de apego:
seguro, evit at ivo (inseguro) y ambivalent e o resist ent e (inseguro). Ella desarrolló un
procedimient o conocido como el Protocolo de Situación Extraña como la part e de laborat orio
de su est udio más amplio, para evaluar el comport amient o de la separación y reencuent ro.[38] ​
Est a es una herramient a de invest igación est andarizada que se ut iliza para evaluar los pat rones
de apego en bebés y niños en brazos. Al crear t ensiones diseñados para act ivar la conduct a de
apego, el procedimient o pone de manifiest o cómo los niños pequeños usan a su cuidador como
fuent e de seguridad.[10] ​El cuidador y el niño se colocan en un cuart o de juegos familiar, mient ras
que un invest igador regist ra comport amient os específicos, observando a t ravés de un espejo
unidireccional. En ocho episodios diferent es, el niño experiment a separación / reunión con el
cuidador y la presencia de un ext raño desconocido.[38] ​

El t rabajo de Ainswort h at rajo a muchos est udiosos en est e campo en los Est ados Unidos,
inspirado invest igaciones y desafiando el dominio del conduct ismo.[39] ​Las invest igaciones
post eriores realizadas por Mary Main y sus colegas de la Universidad de California en Berkeley
ident ificaron un cuart o pat rón de vinculación, llamado apego desorganizado / desorient ado. El
nombre refleja la falt a de una est rat egia coherent e para hacer frent e a est os niños.[40] ​

El t ipo de apego desarrollado por los recién nacidos depende de la calidad de la at ención que
reciben.[41] ​Cada pat rón de apego est á asociado a un ciert o pat rón de comport amient o
caract eríst ico, como se describe en la siguient e t abla:
Pat rón de comport amient o del niño y del cuidador ant es de los 18 meses de edad[38] [40]
​ ​
Pat rón

Niño Cuidador
de apego

Seguro Utiliza el cuidador como una base segura Reacciona de f orma


para la exploración. Protesta contra la apropiada, rápida y
partida del cuidador y busca proximidad, y consistente a las
es consolado por la espalda, volviendo a la necesidades. El cuidador
exploración. Puede ser consolado por f ormó, con éxito un vínculo
extraños, pero muestra una clara paternal seguro con el niño.
pref erencia por el cuidador.

Ansioso Ceñido, incapaz de hacer f rente a las Excesivamente protector del


ausencias del cuidador. Busca garantías niño. No puede permitir la
constantemente. toma de riesgos y dar paso
hacia la independencia.

Ambivalent e/Resist ent e No se puede utilizar el cuidador como una Inconsistente entre las
base segura, buscando la proximidad antes respuestas apropiadas y
de que ocurra la separación. Se irrita con la negligentes. Por lo general,
separación con ambivalencia, rabia, reacciona solo después de
renuencia a acurrucarse al cuidador y aumento de la conducta de
enseguida volver a jugar. Se preocupa por apego del recién nacido.
la disponibilidad del cuidador, buscando
contacto, pero resistiendo f uriosamente
cuando es alcanzado. No es aliviada
f ácilmente por extraños. En este
relacionamiento, el niño siempre se siente
ansioso porque la disponibilidad del
cuidador nunca es consistente.

Evit at ivo Poco intercambio af ectivo en el juego. Pequeña o ninguna a la


Poca o ninguna irritación con la salida, irritación del niño. Desalienta
poca o ninguna respuesta visible al volver, el lloro y alienta la
ignorando o alejándose sin ningún independencia.
esf uerzo para mantener contacto, se
asegura. Trata al extraño de manera
similar al cuidador. El niño siente que no
hay apego, por lo tanto el niño es rebelde y
tienen baja autoimagen y autoestima.
Desorganizado Vuelven los estereotipos como si tuviera Comportamiento asustado
f río o se balanceara. La f alta de una o asustador, intrusión, retiro,
estrategia coherente de apego demuestra negatividad, conf usión de
comportamientos contradictorios y / o roles, errores de
conf undidos, cómo acercarse, pero con el comunicación af ectiva y los
rostro boca abajo. malos tratos. Muy a menudo
asociado a muchas f ormas
de abuso inf antil.

La presencia de un vínculo se diferencia por su calidad. Los recién nacidos forman vínculos si hay
alguien para int eract uar con ellos, incluso si son malt rat ados. Las diferencias individuales en las
relaciones reflejan la hist oria de la at ención, ya que los bebés comienzan a predecir el
comport amient o de los cuidadores a t ravés de las repet idas int eracciones.[42] ​El foco es la
organización (est ándar) en lugar de la cant idad de conduct as de apego. Los pat rones de apego
inseguro no son ideales, pues ellos pueden compromet er la exploración, la aut oconfianza y el
conocimient o más profundo del ambient e. Sin embargo, los pat rones de inseguridad t ambién son
adapt at ivos, ya que son reacciones apropiadas a la indiferencia del cuidador. Por ejemplo, en el
pat rón de evit ación, para minimizar las expresiones de unión, incluso bajo condiciones de amenaza
leve, evit ará alejar a los cuidadores que ya est án rechazados, dejando, así, la posibilidad de
respuest a en el caso de que surja una amenaza más grave.[42] ​

Cerca del 65 % de los niños en la población en general pueden ser clasificados t eniendo un pat rón
de apego seguro, con el 35 % rest ant e se divide ent re las clasificaciones inseguras.[43] ​Las
invest igaciones recient es han t rat ado de comprobar hast a qué punt o la clasificación de apego
parent al predice la clasificación de sus hijos. Las percepciones de los padres de sus propios
vínculos en infancia fueron ut ilizados para predecir la clasificación de sus hijos en el 75 % del
t iempo.[44] [45]
​ [46]
​ ​

A cort o plazo, la est abilidad de las clasificaciones de apego es alt a, pero, a largo plazo, se hace
más pequeña.[10] ​Parece que la est abilidad de la clasificación est á conect ada a la est abilidad en
las condiciones de cuidado inferido. Los event os est resant es o negat ivos —como la enfermedad,
la muert e, el abuso o el divorcio— se asocian a los pat rones de inest abilidad de la infancia al
comienzo de la edad adult a, part icularment e de seguro a inseguro.[47] ​
Por ot ra part e, est as
dificult ades reflejan, algunas veces, levant amient os en la vida privada de las personas, que
pueden cambiar. En ocasiones, las reacciones de los padres cambian con el desarrollo del niño,
cambiando t ambién la clasificación de inseguro a seguro. Las t ransformaciones fundament ales
pueden y t oman lugar después del período crít ico inicial.[48] ​Los niños abusados o descuidados
físicament e son menos propensos a desarrollar apegos seguros, y sus clasificaciones inseguras
t ienden a persist ir a lo largo de los años preescolares. La negligencia est á asociada únicament e a
las organizaciones inseguras, y las t asas de apego desorganizado est án marcadament e elevadas
en los recién nacidos malt rat ados.[41] ​

Est a sit uación se complica por las dificult ades en la evaluación de la clasificación del apego en
los grupos de mayor edad. El procedimient o de la sit uación ext raña es solo para las edades de
t an solo 12 a 18 meses;[10] ​hay versiones adapt adas para los niños en edad preescolar.[49] ​Se han
desarrollado t écnicas para permit ir la det erminación verbal del est ado ment al del niño con
respect o a la vinculación. Un ejemplo es la «hist oria est ándar» en el que un niño se le da el
comienzo de una hist oria que plant ea cuest iones de fianza y se le pide que la complet e. Para
niños mayores, adolescent es y adult os, se ut ilizaron ent revist as semi-est ruct uradas, en las que el
t ipo de cont enido ret ransmit ido puede ser t an import ant e como el cont enido mismo.[10] ​Sin
embargo, no exist en medidas validadas sust ancialment e de unión para la niñez media y la
preadolescencia (aproximadament e 7-13 años de edad).[49] ​

Algunos aut ores han cuest ionado la idea de que una t axonomía de cat egorías que represent an
una diferencia cualit at iva en las relaciones de apego pueda ser desarrollada. El análisis de dat os
de 1139 niños de 15 meses de edad most ró que la variación en pat rones de apego era cont inua
en lugar de agrupada.[50] ​Est a crít ica se int roduce pregunt as import ant es para las t ipologías de
fijación y los mecanismos det rás de los t ipos aparent es. Sin embargo, t iene relat ivament e poca
import ancia para la fijación de la t eoría en sí, que «no exige ni predice pat rones discret os de
apego».[51] ​

Significado de los patrones de apego

Exist e un amplio cuerpo de invest igaciones que demuest ran una asociación significat iva ent re las
organizaciones del apego y el propósit o de los niños en diversos campos.[41] ​El apego inseguro
premat uro no prevé, necesariament e, dificult ades, pero es una inadecuación para el niño, sobre
t odo si las conduct as parent ales similares cont inúan durant e t oda la infancia.[48] ​Comparado con
el ajust e de los niños con apego seguro, los niños con apego inseguro no est á t an bien apoyados
en muchos ámbit os de la vida, colocando sus relaciones fut uras en peligro. Aunque la conexión no
est é t ot alment e est ablecida por la invest igación y haya ot ras influencias, además del apego, los
recién nacidos seguros son más propensos a ser socialment e compet ent es que sus pares
inseguros. Las relaciones formadas con semejant es influencian la adquisición de habilidades
sociales, el desarrollo int elect ual y la formación de la ident idad social. La clasificación del est ado
(popular, descuidado o rechazado) de los niños ha sent ado las bases para la predicción de ajust e
post erior.[10] ​Los niños inseguros, sobre t odo los evit at ivos, son especialment e vulnerables al
riesgo de familia. Los problemas sociales y de comport amient o aument an o disminuyen con el
det erioro o mejora de la at ención de sus padres. Sin embargo, un apego seguro premat uro parece
t ener una función prot ect ora duradera.[52] ​Así como la vinculación a figuras pat ernas, las
experiencias post eriores pueden alt erar el curso del desarrollo.[10] ​

El pat rón más preocupant e es el apego desorganizado. Alrededor del 80 % de los recién nacidos
que sufrieron malt rat o son suscept ibles de ser clasificados como desorganizados, en
cont raposición al 12 % encont rados en grupos que no sufrieron malt rat o. Solo alrededor del 15 %
de los recién nacidos que sufrieron malt rat o son propensos a ser clasificados como seguros. Los
niños con un pat rón desorganizado en la infancia t ienden a most rar, en las relaciones, claros
pat rones de dist urbio. A cont inuación sus relaciones con sus pares, muchas veces, se
caract erizan por el pat rón de la agresión y ret irada llamado «reacción de lucha o huida». Est os
niños t ienen más probabilidades de convert irse en padres que malt rat an. Una minoría de est os
niños no t ienen, en lugar de lograr vínculos seguros, una buena relación con sus compañeros y
est ilo pat erno no abusivo.[10] ​La relación ent re el apego inseguro, sobre t odo la clasificación
desorganizada, y el surgimient o de psicopat ología en la infancia est á bien est ablecida, aunque un
fact or de riesgo no específico para problemas fut uros, no una pat ología o una causa direct a de
pat ología en sí.[41] ​En el aula, al parecer, los niños ambivalent es t ienen un mayor riesgo de
t rast ornos de int ernalización, y los niños desorganizados y evit at ivos, ext ernalización de
t rast ornos.[52] ​

Una explicación para los efect os de las clasificaciones de apego premat uro puede est ar en el
mecanismo int erno de funcionamient o. Los modelos int ernos no son solo «imágenes», sino
t ambién se refieren a los sent imient os despert ados. Ellos permit en a la persona ant icipar e
int erpret ar el comport amient o del ot ro y planificar una reacción. Si un recién nacido percibe a su
cuidador como una fuent e de seguridad y apoyo, es más propenso a desarrollar una aut oimagen
posit iva y espera reacciones posit ivas de los ot ros. Por ot ro lado, un niño que pasa con un
cuidador por una relación de abuso, puede int ernalizar una aut oimagen negat iva y generalizar las
expect at ivas negat ivas en ot ras relaciones. Los modelos int ernos de funcionamient o en los
cuales el comport amient o de apego est á basado muest ran un grado de cont inuidad y est abilidad.
Los niños son propensos a caer en las mismas cat egorías que los cuidadores primarios, lo que
indica que los modelos de los cuidadores afect an a la forma de relacionarse con sus hijos.
Bowlby creía que los primeros modelos formados son más propensos a persist ir porque exist en
en el subconscient e. Est os modelos no son, sin embargo, impermeables al cambio, dadas
experiencias de relacionamient o, una minoría de los niños t ienen diferent es clasificaciones de
apego con diferent es cuidadores.[10] ​

Exist e ciert a evidencia de que las diferencias de género en pat rones de apego de significancia
adapt able comienzan a emerger en la infancia media. El apego inseguro y el est rés psicosocial
premat uro indican la presencia de un riesgo en t orno al niño (pobreza, enfermedad ment al,
inest abilidad, est at us de minoría, violencia, por ejemplo). Est o t iende a facilit ar el desarrollo
precoz de est rat egias de reproducción. Sin embargo, diferent es pat rones son valores
adapt at ivos diferent es para hombres y mujeres. Los niños inseguros del sexo masculino t ienden a
adopt ar est rat egias de evit ación, mient ras que las del sexo femenino t ienden a adopt ar
est rat egias de ansiedad/ambivalencia, a menos que est én en un ambient e de alt o riesgo. Se
sugiere que la adrenarquia es un mecanismo endócrino subyacent e a la reorganización de apego
inseguro en la t ercera infancia.[47] ​

Apego en adultos

Al final de los años 1980, Cindy Hazan y Phillip Shaver ext endieron la t eoría del apego a las
relaciones románt icas adult as. Se ident ificaron cinco est ilos de apego en los adult os: seguro,
ansioso, preocupado, evit at ivo-independient e y con miedo-evit ación. Ellos corresponden
aproximadament e con las calificaciones de los recién nacidos: seguro, inseguro-ambivalent e,
inseguro-evit at ivo y desorganizado/desorient ado.

Los adult os con apego seguro t ienden a t ener una visión más posit iva de sí mismos, sus parejas y
sus relaciones. Se sient en cómodos con la int imidad y la independencia, equilibrando los dos. Los
adult os preocupados-ansiosos buscan mayores niveles de int imidad, aprobación y respuest a de la
pareja, volviéndose excesivament e dependient es. Ellos t ienden a ser menos confiados, t ienen
una visión menos posit iva de sí mismos y de sus parejas, y pueden present ar alt os niveles de
expresividad emocional, preocupación e impulsividad en sus relaciones. Los adult os
desapegados-evit at ivos desean un alt o nivel de independencia, muchas veces evit ando el apego
por complet o. Ellos se ven a sí mismos como aut osuficient es, invulnerables a los sent imient os de
apego y sin necesidad de relaciones cercanas. Tienden a reprimir sus sent imient os, que t rat a de
rechazo, dist anciándose de sus parejas de quien por lo general t ienen una visión negat iva. Por
últ imo, los adult os asust ados-evit at ivos t ienen sent imient os encont rados sobre las relaciones,
t ant o deseant es cuando se sient e incómodos con la int imidad emocional. Ellos t ienden a
desconfiar de sus compañeros y se ven a sí mismos como algo sin valor. Como los despegados-
evit at ivos, los asust ados-evit at ivos t ienden a buscar menos int imidad, suprimiendo sus
sent imient os.[8] [53]
​ [54]
​ [55]
​ ​

Estilos de apego en las relaciones románticas adultas corresponden aproximadamente a los estilos de apego en los
niños, pero los adultos pueden mantener diferentes modelos de trabajo internos para diferentes relaciones.

Se han est udiado dos aspect os principales de apego en adult os. La organización y est abilidad de
los modelos de t rabajo ment ales que sust ent an los est ilos de apego son explorados por los
psicólogos sociales int eresados en las relaciones románt icas.[56] [57]
​ ​Los psicólogos int eresados
en el desarrollo del est ado ment al de la persona con respect o al apego generalment e invest igan
cómo funciona el apego en la dinámica de la relación y su impact o en el result ado de la relación.
La organización de los modelos ment ales de funcionamient o es más est able, mient ras que el
est ado ment al de la persona con respect o al apego fluct úa más. Algunos aut ores han sugerido
que los adult os no mant ienen un conjunt o único de modelos de funcionamient o. En cambio, en un
nivel que t ienen un conjunt o de reglas y suposiciones acerca de las relaciones de apego en
general. En ot ro nivel ellos mant ienen información sobre las relaciones o event os específicos. La
información sobre los diferent es niveles no necesit a ser coherent e. Los individuos, por lo t ant o,
pueden mant ener diferent es modelos para cada relación.[57] [58]
​ ​

Hay una serie de diferent es medidas de vinculación en adult os, las más comunes son los
cuest ionarios de aut o-informe y las ent revist as codificadas sobre la base de la Ent revist a de
Apego del Adult o. Las numerosas medidas se desarrollaron principalment e como herramient as de
invest igación, por ejemplo, relaciones amorosas, parent ales o ent re compañeros. Algunos
clasifican el est ado ment al de un adult o con relación al apego y a sus normas por referencia a las
experiencias de la infancia, mient ras que ot ros evalúan los comport amient os en las relaciones y
la seguridad en relación a los padres y semejant es.[59] ​
Historia

Primeras teorías

El concept o de apego emocional de los bebés a los cuidadores se conoce de manera informal
durant e cient os de años. Desde finales del siglo XIX, los psicólogos y psiquiat ras sugirieron las
t eorías sobre la exist encia o la nat uraleza de las relaciones t empranas.[60] ​La t eoría freudiana
inicial t iene poco que decir acerca de la relación del niño con su madre, solo post ulando que el
pecho era un objet o de amor.[61] ​Los freudianos at ribuyen los int ent os del bebé de acercarse a
una persona conocida a la mot ivación aprendida a t ravés de la aliment ación y la sat isfacción de
los impulsos libidinales. En la década de 1930, el psicólogo del desarrollo brit ánico Ian Sut t ie
sugirió que la necesidad de afect o del niño era una necesidad primaria, y no basada en el hambre
o de ot ras sat isfacciones físicas.[62] ​William Blat z, psicólogo y profesor de la canadiense Mary
Ainswort h, t ambién dest acó la import ancia del desarrollo social. Blat z propone que la necesidad
de seguridad era part e del caráct er normal, así como ot ra usando una base segura.[63] ​Los
observadores, a part ir de la década de 1940, se cent raron en la ansiedad most rada por bebés y
los niños regazos amenazados por la separación de un cuidador familiar.[64] [65]
​ ​

Ot ra t eoría que prevalece en el moment o del desarrollo de la t eoría del apego de Bowlby fue la
t eoría de la «dependencia». Propuso que los bebés eran dependient es de cuidadores adult os,
pero superaban la dependencia durant e la primera infancia, el comport amient o de apego en niños
mayores sería, por lo t ant o, vist o como regresivo. La t eoría del apego presupone que los niños
mayores y los adult os conservan conduct as de apego, most rándolas en sit uaciones de est rés.
De hecho, un vínculo seguro est á asociado al comport amient o explorat orio en vez de la
dependencia.[66] ​Bowlby desarrolló la t eoría del apego a raíz de su insat isfacción con las
exist ent es t eorías sobre las primeras relaciones.[1] ​

Privación materna

La idea inicial de la escuela psicoanalít ica de la relación de los objet os, especialment e de
Melanie Klein, influenció a Bowlby. Sin embargo, est aba profundament e en desacuerdo con la
creencia psicoanalít ica predominant e de que las reacciones de los bebés se relacionan con su
vida de fant asía int erna en lugar de con los acont ecimient os de la vida real. Bowlby formuló sus
concept os influenciados por los est udios de casos de los delincuent es y los niños con t rast ornos
como las de William Goldfarb, publicado en 1943 y 1945.[67] [68]
​ ​
Momento de oración en la residencia infantil Five Points Cámara de Industria, 1888. La hipótesis de la privación materna
publicado en 1951 provocó una revolución en el uso de guarderías residenciales.

El cont emporáneo de Bowlby, René Spit z observó la t rist eza de los niños separados, proponiendo
que los result ados «psicot óxicos» eran causados por las experiencias inapropiadas de cuidadores
premat uros.[69] [70]
​ ​Una fuert e influencia fue el t rabajo de la psicoanalist a y asist ent e social
James Robert son que filmó los efect os la separación de los niños en un hospit al. Él y Bowlby
t rabajaron junt os en el document al de 1952 A Two-Year Old Goes to the Hospital (A los dos años
se va al hospit al), que fue fundament al en la campaña para alt erar las rest ricciones hospit alarias
respect o a las visit as de los padres.[71] ​

En su monografía para la Organización Mundial de la Salud, escrit a en 1951, Cuidado Maternal y


Salud Mental, Bowlby present ó la hipót esis de que «el recién nacido y el niño deben experiment ar
una relación cont inua, ínt ima y cálida, con su madre (o madre sust it ut a permanent e) en el que
ambos puedan encont rar t ant o sat isfacción como placer», cuya falt a puede acarrear
consecuencias significat ivas e irreversibles para la salud ment al. En est e art ículo t ambién se
publicó bajo el nombre «Cuidado Infant il y el Crecimient o del Amor» para el consumo público. La
propuest a cent ral fue influyent e pero muy cont roversial.[72] ​En la época, había dat os empíricos y
limit ados y ninguna t eoría complet a para explicar est a conclusión.[73] ​Sin embargo, la t eoría de
Bowlby despert ó considerable int erés en la nat uraleza de las relaciones iniciales, dando un fuert e
impulso a (en las palabras de Mary Ainswort h) un «gran cuerpo de invest igación» en un área muy
difícil y compleja.[72] ​El t rabajo de Bowlby (y las películas de Robert son) causaron una revolución
virt ual en las visit as hospit alarias por sus padres, provisión del hospit al para la diversión de los
niños, las necesidades sociales y educat ivas y el uso de viveros residenciales. Con el t iempo, los
orfanat os fueron abandonados en favor de las casas de est ilo familiar o la adopción provisoria en
los países más desarrollados.[74] ​
Formulación de la teoría

Post eriorment e a la publicación de Cuidado materno y salud mental, Bowlby buscó una nueva
comprensión en los campos de la biología evolut iva, la et ología, la psicología del desarrollo, la
ciencia cognit iva y la t eoría de los sist emas de cont rol. Formuló la proposición innovadora de que
los mecanismos subyacent es a la relación emocional ent re un recién nacido con su(s)
cuidadores(s) surgió como result ado de la presión evolut iva.[1] ​Comenzó a diseñar una t eoría de
mot ivación y cont rol del comport amient o edificada bajo la luz de la ciencia en lugar de bajo el
modelo de la energía psíquica de Freud.[6] ​Bowlby argument ó que, con la t eoría del apego, había
t erminado con la «falt a de dat os y la falt a de una t eoría para vincular la causa y el efect o»" de
Cuidado materno y salud mental.[75] ​

La exploración infantil es mayor cuando el cuidador está presente, con el cuidador presente, el sistema de apego del niño
es relajado y él tiene la libertad de explorar.

El origen formal de la t eoría comenzó, en 1958, con la publicación de dos art ículos, siendo el
primero «La nat uraleza del vínculo de los niños con su madre» de Bowlby, en el que se
int rodujeron los concept os precursores «apego». El segundo fue «La nat uraleza del amor», de
Harry Harlow. Est e últ imo se basa en experiment os que most raban las crías de monos rhesus
pareciendo formar un vínculo emocional con madres adopt ivas que no ofrecían comida, pero no
formaban con madres adopt ivas que proporcionaron una fuent e de aliment o, pero fueron menos
comprensivos al t act o.[26] [76]
​ [77]
​ ​Bowlby publicó, a cont inuación, dos art ículos: «Ansiedad de
separación» (1960), y «Dolor y lut o en la primera infancia» (1960b).[78] [79]
​ ​Al mismo t iempo, su
colega Mary Ainswort h, con las t eorías et ológicas de Bowlby en ment e, est aba complet ando sus
ext ensos est udios observacionales sobre la nat uraleza de los vínculos en bebés, en Uganda.[6] ​
La t eoría del apego se present ó finalment e en 1969 en Apego, el primer volumen de la t rilogía
Apego y pérdida. El segundo y el t ercer volumen, Separación: ansiedad y rabia y Pérdida: tristeza y
depresión, se present aron en 1972 y 1980 respect ivament e. Apego fue revisado en 1982 para
incorporar invest igación post erior.

La t eoría del apego se produjo en un moment o en que las mujeres est aban reclamando sus
derechos a la igualdad y a la independencia, dándole a las madres una nueva causa de ansiedad.
La t eoría del apego en si no es específica en cuant o al género, pero en la sociedad occident al las
madres eran, en gran part e, quienes asumían la responsabilidad del cuidado de los niños en sus
primeros años. Por lo t ant o, la falt a de at ención adecuada a los niños fue at ribuida a las madres, a
pesar de la nueva organización social que las dejó sobrecargadas. La oposición a la t eoría del
apego se unió en t orno a est a cuest ión.[80] ​Las feminist as ya habían crit icado la suposición de
que la anat omía es el dest ino, que ellas la veían implícit a en la hipót esis de la privación
mat erna.[81] ​

Etología

La at ención de Bowlby se dirigió principalment e a la et ología cuando leyó una publicación en


forma de borrador de Konrad Lorenz en 1952 (aunque Lorenz ya había publicado un t rabajo
ant erior).[82] ​Ot ras influencias import ant es fueron et ólogos Nikolaas Tinbergen y Robert
Hinde.[83] ​Bowlby post eriorment e colaboró con Hinde.[84] ​En 1953, Bowlby afirmó que «ha
llegado el moment o de la unificación de los concept os psicoanalít icos con los de la et ología, y
para perseguir una rica vet a de invest igación que sugiere est a unión».[85] ​Konrad Lorenz examinó
el fenómeno de «impront a», un comport amient o caract eríst ico de algunas aves y mamíferos que
implica el aprendizaje de reconocimient o inst ant áneo por el individuo de un objet o comparable o
conespecífico. Después del reconocimient o pasó a ser una t endencia a seguir.

Este crío de alce amamantado por botella desarrolló un vínculo con su cuidador.
El aprendizaje solo es posible dent ro de un rango limit ado de edad conocido como período
crít ico. Los concept os de Bowlby incluían la idea de que el apego implicaba aprender con la
experiencia durant e un período limit ado de edad, influenciado por el comport amient o de los
adult os. No se aplica el concept o de acuñación en su t ot alidad apego el apego humano. Sin
embargo, consideró que la conduct a de apego se explica mejor con inst int ivo, combinado con el
efect o de la experiencia, haciendo hincapié en la disponibilidad que el niño t rae a las
int eracciones sociales.[86] ​Con el t iempo, se hizo evident e que había más diferencias que
similit udes ent re la t eoría del apego y la acuñación, por lo que la analogía fue descart ada.[9] ​

Los et ólogos expresaron su preocupación por la adecuación de algunas invest igaciones que la
t eoría del apego se basó principalment e en la generalización de los seres humanos a part ir de
est udios con animales.[87] [88]
​ ​Schur, discut iendo el uso del concept o et ológico de Bowlby (pre-
1960), coment ó que los concept os ut ilizados en la t eoría del apego no fueron acompañados de
cambios en la et ología en sí.[89] ​Ciert os et ologist as y ot ros escrit ores en los años 1960 y 1970
cuest ionaron y expandieron los t ipos de comport amient o usados con indicadores de apego.[90] ​
Est udios observacionales en niños en ambient es nat urales proporcionan ot ros comport amient os
que podían indicar apego; por ejemplo, sit uar a una madre predecible dist ancia sin esfuerzo de su
part e y recoger objet os pequeños, llevarlos a la madre, pero no para ot ros.[91] ​Aunque los
et ólogos t endían a est ar de acuerdo con Bowlby, presionaron para más dat os, oponerse a los
psicólogos que escribieron como si hubiera una «ent idad llamada 'apego', que exist e más allá de
las medidas observables».[92] ​Robert Hinde considera el t érmino «sist ema conduct ual del
apego» adecuado para no ofrecer los mismos problemas, «porque se refiere a los sist emas de
cont rol post ulados que det erminan las relaciones ent re los diferent es t ipos de
comport amient o».[93] ​

Psicoanálisis

Evacuación de la sonrisa de los niños en la escuela japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, el libro Road to
Catastrophe (Camino a la catástrofe)
Catastrophe (Camino a la catástrofe).

Los concept os psicoanalít icos influenciaron la visión sobre el apego de Bowlby, en part icular, las
observaciones hechas por Anna Freud y Dorot hy Burlingham de los niños separados de sus
cuidadores durant e la Segunda Guerra Mundial.[94] ​Sin embargo, Bowlby rechazó las explicaciones
psicoanalít icas para los vínculos en recién nacidos, incluyendo la «t eoría de la pulsión», donde la
mot ivación para el apego se deriva de la sat isfacción del hambre y los impulsos libidinosos. Él
llamó a est o t eoría del «amor egoíst a». En su opinión, el psicoanálisis falló por no ver el apego
como un vínculo psicológico en su propio derecho, sino como un inst int o derivado de la
aliment ación o de la sexualidad.[95] ​Basándose en las ideas primarias de apego y en el neo-
darwinismo, Bowlby ident ificó lo que él vio como fallas fundament ales en el psicoanálisis. En
primer lugar, el énfasis excesivo de los peligros int ernos en lugar de amenaza ext erna. En segundo
lugar, la visión del desarrollo de la personalidad a t ravés de «fases» lineales, con "«regresión» a
punt os fijos que represent an angust ia psicológica. En su lugar, se post ula que innumerables líneas
de desarrollo eran posibles, el result ado de cada una dependía de la int eracción ent re el
organismo y el medio ambient e. En cuant o a la fijación, est o significa que aunque un niño en
desarrollo t enga una propensión a formar vínculos, la nat uraleza de est os vínculos depende del
ambient e en el que cada niño est á expuest o.[96] ​

Desde el comienzo del desarrollo de la t eoría del apego se crit icó la falt a de congruencia con las
diversas ramas del psicoanálisis. Decisiones de Bowlby lo dejaron expuest o a una encarnada
crít ica de los pensadores que t rabajaron con problemas similares.[97] [98]
​ [99]
​ ​Bowlby fue
efect ivament e suspendido de la comunidad psicoanalít ica.[9] ​

Modelo interno de trabajo

Bowlby adopt ó el import ant e concept o de modelo int erno de t rabajo de relaciones sociales de la
obra del filósofo Kennet h Craik. Craik había not ado la capacidad de adapt ación de la habilidad del
pensamient o de predecir event os. Resalt ó el valor de selección de supervivencia y de selección
nat ural de est a habilidad. De acuerdo con Craik, ocurre la predicción cuando se ut iliza un «modelo
de pequeña escala» que const a de event os cerebrales para represent ar no solo el medio
ambient e ext erno, sino t ambién posibles acciones del individuo. Est e modelo le permit e a la
persona experiment ar alt ernat ivas ment alment e, ut ilizando el conocimient o del pasado para
responder al present e y al fut uro. Al mismo t iempo Bowlby est aba aplicando las ideas de Craik al
apego, ot ros psicólogos est aban aplicando est os concept os a la percepción adult a y a la
cognición.[100] ​
Cibernética

La t eoría de los sist emas visibles (cibernét ica), desarrollada durant e los años 1930 y 1940, influyó
el pensamient o de Bowlby.[101] ​La necesidad del niño pequeño de proximidad de la figura de
apego era vist a como un equilibrio homeost át ico con la necesidad de la exploración. Bowlby est e
proceso comparó con la homeost asis fisiológica, mediant e el cual, por ejemplo, la presión
sanguínea se mant iene dent ro de los límit es. La dist ancia mant enida por el niño varía cuando se
cambia el balance de las necesidades. Por ejemplo, la llegada de un ext raño o una lesión, podría
hacer que el niño a buscar la proximidad. El propósit o de que el niño no es un objet o (el cuidador)
sino un est ado; mant ener la dist ancia deseada del cuidador depende de las circunst ancias.[1] ​

Desarrollo cognitivo

La confianza de Bowlby en la t eoría del desarrollo cognit ivo de Jean Piaget dio origen a
cuest iones sobre la permanencia del objet o (la habilidad de recordar un objet o que est á
t emporalment e ausent e) en comport amient os de apego iniciales. La capacidad de un recién
nacido de diferenciar ent re ext raños y reaccionar a la ausencia de la madre parecía ocurrir meses
ant es de lo que Piaget sugeriría sería cognit ivament e posible.[102] ​Más recient ement e, se ha
not ado que la comprensión de la represent ación ment al ha avanzado mucho desde los t iempos
de Bowlby haciendo que las opiniones act uales sean más específicas que las del t iempo de
Bowlby.[103] ​

Conductismo

En 1969, Gerwit z debat ió cómo la madre y el niño podrían proveerse mut uament e con
experiencias de refuerzo posit ivas a t ravés de la at ención mut ua, y de ese modo, aprenden a
est ar junt os. Est a explicación sería innecesario post ular caract eríst icas humanas innat as que
promueven el apego.[104] ​La t eoría del aprendizaje (conduct ismo) vio al apego como un
remanent e de dependencia con la calidad de la vínculo siendo simplement e una respuest a a las
señales del cuidador. Los conduct ist as vieron los comport amient os como el llant o como una
act ividad aleat oria y sin significado hast a ser consolidado por la reacción de un cuidador. Para los
conduct ist as, las respuest as más frecuent es result an más en llant o. Para los t eóricos del apego,
el llant o es un comport amient o de apego innat o a la que el cuidador debe responder si el niño se
est á desarrollando la seguridad emocional. Las respuest as conscient es producen seguridad que
aument a la aut onomía, lo que result a en menos llant o. La invest igación de Ainswort h en Balt imore
apoyó la posición de los t eóricos del apego.[105] ​
En general, los conduct ist as discrepan con est a int erpret ación. Aunque usen una serie de análisis
diferent es, afirman que el comport amient o de los recién nacidos como una prot est a cont ra la
separación result a, principalment e, de experiencias de condicionamient o operant e del
aprendizaje. Cuando una madre est á inst ruida para ignorar el llant o y reacciona únicament e a la
conduct a de juego, el bebé para de prot est ar y se compromet e en repet ir el comport amient o
lúdico. La «ansiedad de separación» result ant e de t ales int eracciones es vist a como un
comport amient o aprendido, derivado de cont ingent es fuera de lugar. Tales cont ingent es pueden
represent ar la ambivalencia por part e del padre o de la madre, que es, ent onces, agot ado en el
condicionamient o operant e.[106] ​Los conduct ist as ven el apego más como un fenómeno de
sist emas que como una predisposición biológica. El grupo de Pat t erson ha demost rado que, en
ambient es inciert os, la falt a de relaciones cont ingent es puede dar lugar a problemas en vínculos
y la sensibilidad a las cont ingencias.[107] ​En la últ ima década, los analist as del comport amient o
han const ruido modelos de apego basados en la import ancia de las relaciones cont ingent es.
Est os modelos analít icos de comport amient o han recibido algún t ipo de apoyo de
invest igaciones[108] ​y revisiones met a-analít icas.[109] ​

Desarrollos

Con el progreso de la formulación de la t eoría del apego, hubo crít icas al apoyo empírico de la
t eoría. Se propusieron posibles explicaciones alt ernat ivas para los result ados de la invest igación
empírica.[110] ​Algunas de las int erpret aciones de los dat os Bowlby James Robert son fueron
rechazadas por el invest igador al present ar los dat os de 13 niños t rat ados en circunst ancias
ideales en lugar de en circunst ancias inst it ucionales sobre la separación de sus madres.[111] ​En el
segundo volumen de la t rilogía, Separación, Bowlby reconoció que el est udio de Robert son hizo
que cambiara sus opiniones sobre las consecuencias t raumát icas de la separación, sobre las
cuales se ha dado insuficient e gravedad a la influencia especializada por un sust it ut o
conocido.[112] ​En 1984, Skuse firmó sus crít icas sobre el t rabajo de Anna Freud con niños de
Theresienst adt , que al parecer se desarrollaron relat ivament e normal, a pesar de grave privación
en sus primeros años. Llegó a la conclusión de que había una excelent e pronóst ico para los niños
que habían sufrido, a menos que había fact ores de riesgo biológicos o genét icos.[113] ​

Los argument os de Bowlby de que incluso los bebés muy jóvenes eran criat uras sociales y
prot agonist as de la creación de relaciones con sus padres llevó un t iempo para ser acept ada.
También lo fue el énfasis en la import ancia de Ainswort h y la primacía de la armonización mat erna
para el desarrollo psicológico (hecho que t ambién apoya Donald Winnicot t ). En la década de
1970, Daniel St ern realizó una invest igación sobre el concept o de sint onía ent re los recién
nacidos y cuidadores muy jóvenes, usando microanálisis de pruebas de vídeo. Est a invest igación
cont ribuyó significat ivament e a la comprensión de la complejidad de las int eracciones ent re el
recién nacido / cuidador como una part e int egral del desarrollo social y emocional de un
bebé.[114] ​

En la década de 1970, los problemas de visualización de la vinculación como un rasgo


(caract eríst ica est able de una persona) en vez de como un t ipo de comport amient o con
funciones y result ados organizados, llevaron a algunos aut ores a la conclusión de que los
comport amient os de apego eran mejor ent endidos en t érminos de sus funciones en la vida del
niño.[115] ​Est e modo de pensar vio el concept o de la base segura como element o cent ral de la
t eoría del apego, y lógica, coherencia y est at us como la const rucción organizacional.[116] ​
Siguiendo est e argument o, se examinó la suposición de que el vínculo se expresa de forma
idént ica en t odos los seres humanos en dist int as cult uras.[117] ​La invest igación ha demost rado
que, si bien exist en diferencias cult urales, los t res pat rones básicos (seguro, evit at ivo y
ambivalent e) se puede encont rar en t odas las cult uras en las que se realizaron los est udios,
incluso cuando los alojamient os comunit arios eran norma.

La investigación indica que las distribuciones de los patrones de apego son consistentes en todas las culturas, pero la
forma en que se expresa la unión puede ser diferente.

La selección del pat rón seguro se encuent ra en la mayoría de los niños ent re las cult uras
est udiadas. Est o es consecuencia lógica del hecho de que la t eoría del apego ofrece a los recién
nacidos adapt arse a los cambios en el ambient e, seleccionando est rat egias ideales de
comport amient o.[118] ​La manera como se expresa el apego muest ra las variaciones cult urales
que necesit an ser comprobadas ant es de que se pueden realizar los est udios, por ejemplo, los
niños gusii son recibidos con un apret ón de manos en lugar de un abrazo. Los niños Gusii bajo el
padrón seguro ant icipan y buscan por est e cont act o. También hay diferencias en la dist ribución
de los pat rones inseguros basados en diferencias cult urales en la crianza de los hijos.[118] ​

El mayor desafío para la noción de la universalidad de la t eoría del apego provino de est udios
realizados en Japón, donde el concept o de amae juega un papel dest acado en la descripción de
las relaciones familiares. Los argument os giraban en t orno a la adecuación de ut ilizar el
procedimient o de la sit uación ext raña donde se pract ica amae. En últ ima inst ancia, la
invest igación t iende a confirmar la hipót esis de la universalidad de la t eoría del apego.[118] ​Más
recient ement e, un est udio de 2007 realizado en Sapporo, Japón, encont ró dist ribuciones
consist ent es de apego acuerdo con normas globales ut ilizando el sist ema de punt uación para la
clasificación de apego de Main y Cassidy para niños de seis años.[119] [120]
​ ​

Los crít icos de la década de 1990 como J. R. Harris, St even Pinker y Jerome Kagan se ocupan en
general del concept o de det erminismo infant il (innat o o adquirido), haciendo hincapié en los
efect os de la experiencia después de la personalidad.[121] [122]
​ [123]
​ ​Basado en el t rabajo de
St ella Chess sobre el t emperament o, Kagan rechazó casi t odos los casos en los que se basó la
et iología de la t eoría del apego. Argument ó que la herencia era mucho más import ant e que los
efect os t ransit orios del ent orno inicial. Por ejemplo, un niño con un t emperament o difícil no
causaría respuest as de comport amient o de un cuidador sensible. El debat e ha generado mucha
invest igación y análisis de dat os procedent es de un número crecient e de est udios
longit udinales.[124] ​La invest igación post erior no ha confirmado el argument o de Kagan,
demost rando ampliament e que es el comport amient o cuidador que forma el est ilo de apego del
niño, pero como se expresa est e est ilo pueden variar con el t emperament o.[125] ​Harris y Pinker
t uvieron la idea de que la influencia de los padres ha sido muy exagerada, argument ando de que la
socialización se produce principalment e en los grupos de pares. H. Rudolph Schaffer concluyó
que los padres y los compañeros t ienen diferent es funciones, cumpliendo papeles dist int ivos en
el desarrollo de los niños.[126] ​

Desarrollos recientes

Considerando que Bowlby se inspiró en las ideas de Jean Piaget sobre el pensamient o de los
niños, los t eóricos act uales ut ilizan pensamient os de la lit erat ura cont emporánea en el
conocimient o implícit o, t eoría de la ment e, memoria aut obiográfica y represent ación social.[127] ​
Los psicoanalist as / psicólogos Pet er Fonagy y Mary Target han int ent ado llevar la t eoría del
apego y el psicoanálisis a t ravés de la ciencia cognit iva como la ment alización.[101] ​Dicha
ment alización, o la t eoría de la ment e, es la capacidad del ser humano de adivinar con ciert a
precisión los pensamient os, las emociones y las int enciones est án det rás de las conduct as t an
sut iles como las expresiones faciales.[128] ​Est a conexión ent re la t eoría de la ment e y el modelo
int erno de t rabajo puede abrir nuevas áreas de est udio, llevando a alt eraciones en la t eoría del
apego.[129] ​Desde finales de 1980, ha habido un acercamient o ent re la t eoría del apego y el
psicoanálisis, basada en un campo común, elaborado por invest igadores y t eóricos del apego, y un
cambio en lo que los psicoanalist as consideran cent ral para el psicoanálisis. Los modelos de la
relación ent re objet os que la necesidad aut ónoma por una relación han convert ido dominant es
est án vinculados a un reconocimient o cada vez mayor dent ro del psicoanálisis de la import ancia
del desarrollo infant il en el cont ext o de las relaciones y represent aciones int ernalizadas. El
psicoanálisis ha reconocido la nat uraleza format iva de un ambient e en el que el niño se desarrolla
precozment e, incluida la cuest ión de t rauma infant il. Una exploración psicoanalít ica basada en el
sist ema de apego y un abordaje para el seguimient o clínico sugirió junt o con el reconocimient o de
la necesidad de medir los result ados de las int ervenciones.[130] ​

Teniendo en cuenta la unión de las culturas no occidentales, los autores han observado una conexión de la teoría del
apego con los patrones familiares occidentales y de cuidado infantil característicos de la época de Bowlby.
Uno de los objet ivos de la invest igación ha sido la dificult ad de los niños cuya hist oria de apego
fuese pobre, incluyendo aquellos con una vast a experiencia de cuidado no parent al. La
preocupación por los efect os del cuidado infant il durant e la llamada «guerra de las guarderías»
de finales del siglo XX, durant e la cual algunos aut ores subrayaron los efect os perniciosos de las
guarderías.[131] ​Como result ado de est a cont roversia, la formación de profesionales de cuidado
de niños ha procedido a resalt ar las cuest iones de vínculo afect ivo, incluyendo la necesidad de
const ruir una relación por la designación de un niño a un cuidador específico. Aunque solo las
organizaciones de cuidados infant iles de alt o est ándar son capaces proporcionar est o, a la fecha
(2014), los recién nacidos reciben at ención en esas condiciones propicias para el apego más que
en el pasado.[132] ​

Ot ra área significat iva de la invest igación y el desarrollo ha sido la conexión ent re el pat rón de
apego problemát ico, part icularment e el apego desorganizado, y el riesgo de fut uras
psicopat ologías.[127] ​Una t ercer área ha sido el efect o en el desarrollo del niño con poca o
ninguna oport unidad de formar cualquier vínculo en sus primeros años. Un experiment o nat ural
permit ió un amplio est udio de los problemas de apego, cuando los invest igadores acompañaran a
miles de huérfanos rumanos adopt ados por familias occident ales t ras el fin del régimen de
Nicolae Ceauşescu. El Equipo de est udio de adopt ados Ingleses y Rumanos, liderado por Michael
Rut t er, acompañó a algunos de los niños hast a la adolescencia, t rat ando de desent rañar los
efect os de apego, adopción, nuevas relaciones, problemas físicos y médicos asociados al
comienzo de sus vidas. Los est udios de est os niños adopt ados, cuyas condiciones iniciales eran
impact ant es, dieron mot ivos para ser opt imist as, ya que muchos niños se han desarrollado muy
bien. Los invest igadores señalaron que la separación de los familiares es solo uno de muchos
fact ores que ayudan a det erminar la calidad del desarrollo.[133] ​A pesar de que se han encont rado
las t asas más alt as de pat rones at ípicos de apego inseguro en nat ivos y en los recién adopt ados,
el 70 % de los niños adopt ados más t arde no most raban comport amient os agudos o graves de
t rast orno de apego.[41] ​

Teniendo en cuent a el vínculo en cult uras no occident ales, los aut ores han not ado una conexión
de la t eoría del apego con los pat rones familiares occident ales y de cuidado infant il
caract eríst icos de la época de Bowlby.[134] ​Al igual que la experiencia de los niños acerca del
cuidado cambia, lo mismo ocurre con las experiencias relacionadas al apego. Por ejemplo, los
cambios en las act it udes hacia la sexualidad femenina ha aument ado considerablement e el
número de niños que viven con madres solt eras o que son cuidados fuera del hogar mient ras sus
madres t rabajan. Est e cambio social ha hecho que sea más difícil para las personas sin hijos a
adopt ar niños en sus propios países. Ha habido un aument o en el número de adopciones de niños
mayores y fuent es en los países en desarrollo. Adopciones y nacimient os por part e de parejas
del mismo sexo han aument ado en número y ganado prot ección legal, respect o a época de
Bowlby.[135] ​Se han plant eado en el sent ido de que el modelo caract eríst ico diádica de la t eoría
del apego no puede hacer frent e a la complejidad de las experiencias sociales de la vida real, ya
que los recién nacidos t ienen, muchas veces, múlt iples relaciones dent ro de la familia y en
ambient e de cuidado infant il.[136] ​Se sugiere que est as múlt iples relaciones influencian uno al
ot ro mut uament e, al menos dent ro de una familia.[137] ​

Los principios de la t eoría del apego se han ut ilizado para explicar el comport amient o social de
los adult os, incluyendo apareamient o, la dominación social y las est ruct uras jerárquicas de poder,
coaliciones de grupos, y negociación de reciprocidad y just icia.[138] ​Aquellas explicaciones se han
ut ilizado para proyect ar la de diseño en el cuidado de los padres, y han t enido mucho éxit o en el
proyect o de programas de prevención de abuso.[139] ​

Biología del apego

La t eoría del apego propone que la calidad del cuidado del principal cuidador, por lo menos, es la
clave para el apego seguro o inseguro.[124] ​En los est udios longit udinales, se han realizado
invest igaciones psicofisiológicas sobre la biología del apego.[140] ​Las invest igaciones
comenzaron a incluir la genét ica del comport amient o y concept os de t emperament o.[125] ​En
general, el t emperament o y el apego const it uyen diferent es áreas de desarrollo, pero los
aspect os de ambos cont ribuyen a una serie de result ados t ant o int er como int rapersonales.[125] ​
Algunos t ipos de t emperament o pueden hacer algunas personas suscept ibles a la t ensión de las
relaciones imprevisibles y host iles con los cuidadores durant e los primeros años.[141] ​En ausencia
de cuidadores disponibles y sensibles, parece que algunos niños son part icularment e vulnerables
a desarrollar t rast ornos de apego.[142] ​

En invest igaciones psicofisiológicas sobre el apego, las dos principales áreas est udiadas han sido
las reacciones aut ónomas, t ales como la frecuencia cardíaca o respiración, y la act ividad del eje
hipot álamo-hipofisario-adrenal. Se midieron las reacciones psicológicas de los recién nacidos
durant e el procedimient o de la Sit uación Ext raña, buscando diferencias individuales en el
t emperament o infant il y en la medida en que el apego act úa como moderador. Exist e alguna
evidencia de que la calidad del cuidado da forma el desarrollo de los sist emas neuronales que
regulan el est rés.[140] ​

Ot ra cuest ión es el papel de los fact ores genét icos implicados en la formación de vínculos: por
ejemplo, un t ipo de polimorfismo del gen recept or D2 de dopamina se ha relacionado al apego
ansioso y ot ro gen 5-HT de serot onina, con apego evit at ivo.[143] ​Est o sugiere que la influencia de
la at ención mat erna en la seguridad del apego no es la misma para t odos los niños. Una base
t eórica para ello es que t iene sent ido, biológicament e hablando, para los niños, variar en su
suscept ibilidad a la influencia de la creación.[131] ​

Aplicaciones prácticas

Como una t eoría del desarrollo socio-emocional, la t eoría del apego t iene implicaciones y
aplicaciones práct icas en la polít ica social, en las decisiones sobre el cuidado y el bienest ar de
los niños y la salud ment al.

Políticas en el cuidado de niños

Las polít icas sociales relacionadas al cuidado de los niños fueron la fuerza mot riz del desarrollo
de la t eoría del apego de Bowlby. La dificult ad reside en la aplicación de concept os de apego a la
polít ica y a la práct ica.[144] ​Est o se debe a que la t eoría hace hincapié en la import ancia de
cont inuidad y sensibilidad en las relaciones de cuidado en vez de un enfoque behaviorist a de
est ímulo o refuerzo de los comport amient o del niño.[145] ​En 2008, Charles H. Zeanah y sus
colegas señalaron que «apoyar las primeras relaciones ent re padres e hijos es una met a cada vez
más import ant e de los profesionales de salud ment al, proveedores de servicio a la comunidad y
formuladores de polít icas (...) La t eoría del apego y la invest igación han generado import ant es
descubrimient os sobre el desarrollo infant il y est imuló la creación de programas para apoyar a las
primeras relaciones ent re padres e hijos».[11] ​

Hist óricament e, la t eoría t iene implicaciones polít icas import ant es para los niños hospit alizados
o inst it ucionalizados, y para aquellos en guarderías de mala calidad.[146] ​Exist e cont roversia sobre
si el cuidado no mat ernal, sobre t odo en cont ext os grupales, t iene efect os perjudiciales en el
desarrollo social. Se desprende de la invest igación que la at ención de mala calidad conlleva
riesgos, pero que aquellos que experiment an un cuidado alt ernat ivo de buena calidad lo afront an
bien, a pesar de que es difícil proporcionar una buena calidad de at ención individualizada en
ambient es grupales.[144] ​

La t eoría del apego t ambién puede orient ar decisiones en el servicio social y procesos judiciales
de acogimient o o de ot ras colocaciones. Teniendo en cuent a las necesidades del apego del niño,
la t eoría puede ayudar a det erminar el nivel de riesgo que represent an las opciones de
posicionamient o.[147] ​En el ámbit o de la adopción, el cambio de las adopciones «cerradas» a las
«abiert as» y se espera la import ancia de la búsqueda de los padres biológicos basada en la t eoría
del apego. Muchos invest igadores en el campo fueron fuert ement e influenciados por ella.[144] ​

Práctica clínica en niños

Aunque la t eoría del apego se haya convert ido en una import ant e t eoría cient ífica del desarrollo
socio-emocional con una de las más amplias y profundas líneas de invest igación de la psicología
moderna, había sido, hast a hace poco, menos ut ilizada en la práct ica clínica que las t eorías con
menos apoyo empírico.

En los primeros meses de vida, los bebés direccionan las conductas de apego a cualquiera que esté cerca. Conforme se
desarrolla el apego, también lo hace la cautela con los extraños.

Est o puede haber sido en part e debido a la falt a de at ención a la aplicación clínica por el propio
John Bowlby y en part e a los significados más amplios de la palabra «apego» ut ilizado ent re los
profesionales. También es una posible causa la asociación equivocada de la t eoría del apego con
las int ervenciones pseudocient íficas erróneament e conocidas como «t erapia de apego».[148] ​

Prevención y tratamiento
En 1988, Bowlby publicó una serie de conferencias indicando cómo podría ut ilizarse la t eoría del
apego en la comprensión y en el t rat amient o de los t rast ornos de la infancia y de la familia. Su
enfoque del cambio fueron los modelos int ernos de t rabajo, y las conduct as de relación de los
padres con un int ervinient e t erapéut ico.[149] ​Invest igaciones en curso han dado lugar a una serie
de t rat amient os individuales y programas de prevención e int ervención.[149] ​Varían desde t erapias
individuales hast a int ervenciones de salud pública para int ervenciones dest inadas a familias de
acogida. Para los bebés y niños pequeños, la at ención se cent ra en el aument o de la recept ividad
y de la sensibilidad del cuidador o, si est o no fuera posible, coloca al niño con un cuidador
diferent e.[150] [151]
​ ​Siempre se incluye una evaluación del est ado de apego o de las respuest as
del cuidador, debido a que el apego es un proceso de dos vías, involucrando al comport amient o
de apego y la respuest a del cuidador. Algunos programas est án diseñados para foment ar
int ervenciones dest inadas a familias de acogida ya que generalment e las conduct as de apego de
los bebés o niños con dificult ades de apego no reciben respuest as adecuadas del cuidador.[152] ​

Trastorno de apego y el trastorno de apego reactivo

Un pat rón de apego at ípico se considera un t rast orno real, conocido como t rast orno de apego
react ivo, que es un diagnóst ico psiquiát rico reconocido (CIE-10 F94.1/2 y DSM-IV-TR 313.89). La
principal caract eríst ica del t rast orno de apego react ivo es un relacionamient o social inapropiado
y marcadament e pert urbado en la mayoría de los cont ext os, que comienza ant es de los edad de
cinco años, relacionada al cuidado pat ológico brut o. Hay dos subt ipos, lo que refleja un pat rón de
apego desinhibido, y ot ro inhibido. Est o no es una descripción de est ilos de apego inseguros, sin
embargo aquellos est ilos pueden ser problemát icos, en cambio, denot a una falt a de
comport amient os de apego apropiados para la edad, que es equivalent e a un t rast orno
clínico.[153] ​

«Trast orno de apego» es un t érmino ambiguo, que puede ser usado para referirse a un t rast orno
de apego react ivo o a los est ilos de apego inseguro más problemát icos (aunque ninguno de
est os sean t rast ornos clínicos). También puede ser usado para referirse al nuevo sist ema de
clasificación propuest o por los t eóricos del área,[154] ​y se ut iliza dent ro de la t erapia de apego
como una forma de diagnóst ico.[155] ​Se const at ó que una de las nuevas clasificaciones
propuest as, la «dist orsión de la base segura», se asocia al t rauma del cuidador.[156] ​Aunque el
t érmino «t rast orno de vinculación react iva» se aplica, a la fecha (2014) popularment e a
dificult ades de comport amient o percibidas que caen fuera de los crit erios DSM o ICD, se cree
que los casos de t rast orno de apego react ivo no son frecuent es.[155] ​

Práctica clínica en adultos y familias


Como la t eoría del apego ofrece una visión amplia y de largo alcance del funcionamient o humano,
ella puede enriquecer la comprensión de un t erapeut a sobre sus pacient es, así como t ambién la
relación t erapéut ica, en lugar de dict ar una forma part icular de t rat amient o.[157] ​Algunas formas
de t erapia para adult os basada en el psicoanálisis —dent ro del psicoanálisis relacional y de ot ros
enfoques— t ambién incorporan la t eoría del apego y sus pat rones.[157] [158]
​ ​En la primera década
de est e siglo, los concept os clave del apego se incorporaron en los modelos de t erapia de pareja
comport ament al exist ent es, a la t erapia familiar mult idimensional y a la t erapia familiar. Las
int ervenciones se cent raron específicament e en el apego han sido desarrolladas, como la t erapia
familiar y la t erapia basada en el apego cent rada en las emociones (EFT).[159] [160]
​ ​

La t eoría del apego y la invest igación est ablecieron bases para el desarrollo de la comprensión
de la «ment alización» o la función reflexiva y su presencia, ausencia o dist orsión en la
psicopat ología. La dinámica de una organización de apego de un individuo y su capacidad de
ment alización pueden desempeñar un papel crucial en la capacidad de él siendo ayudado por el
t rat amient o.[157] [161]
​ ​

Véase también

Port al:Psicología. Cont enido relacionado con Psicología.

Ment alización

Referencias

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12. Bretherton, I. (1992). The Origins of Attachment Theory: John Bowlby and Mary Ainsworth
(en inglés). «[Bowlby] begins by noting that organisms at different levels of the phylogenetic
scale regulate instinctive behavior in distinct ways, ranging from primitive reflex-like "fixed
action patterns" to complex plan hierarchies with subgoals and strong learning components.
In the most complex organisms, instinctive behaviors may be "goal-corrected" with continual
on-course adjustments (such as a bird of prey adjusting its flight to the movements of the
prey). The concept of cybernetically controlled behavioral systems organized as plan
hierarchies (Miller, Galanter, y Pribram, 1960) thus came to replace Freud's concept of drive
and instinct. Such systems regulate behaviors in ways that need not be rigidly innate, but—
depending on the organism—can adapt in greater or lesser degrees to changes in
environmental circumstances, provided that these do not deviate too much from the
organism's environment of evolutionary adaptedness. Such flexible organisms pay a price,
however, because adaptable behavioral systems can more easily be subverted from their
optimal path of development. For humans, Bowlby speculates, the environment of
evolutionary adaptedness probably resembles that of present-day hunter-gatherer societies.»

13. Prior y Glaser, p. 15.

14. Bowlby (1969), p. 365.

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infant or adult will have only a few attachment figures at most, many attachment theorists
and researchers believe that infants form 'attachment hierarchies' in which some figures are
primary, others secondary and so on. This position can be presented in a stronger form, in
which a particular figure is believed continually to take top place ("monotropy")... questions
surrounding monotropy and attachment hierarchies remain unsettled».

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that data derived from species other than man can be used only to suggest hypotheses that
may be worth applying to man for testing by critical observations. In the absence of critical
evidence derived from observing man such hypotheses are no more than intelligent guesses.
There is a danger in human ethology ... that interesting, but untested, hypotheses may gain
the status of accepted theory. [One author] has coined the term 'ethologism' as a label for the
present vogue [in 1970]... for uncritically invoking the findings from ethological studies of
other species as necessary and sufficient explanations... Theory based on superficial
analogies between species has always impeded biological understanding... We conclude that
a valid ethology of man must be based primarily on data derived from man, and not on data
obtained from fish, birds, or other primates».

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patterns ...(whereas recent animal studies showed)... both the early impact of learning and
the great intricacy of the interaction between mother and litter"... (and applies)... "to human
behavior an instinct concept which neglects the factor of development and learning far
beyond even the position taken by Lorenz [the ethological theorist] in his early propositions».

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Robertson's institutional data. But in developing his grief and mourning theory, Bowlby,
without adducing non-institutional data, has generalized Robertson's concept of protest,
despair and denial beyond the context from which it was derived. He asserts that these are
the usual responses of young children to separation from the mother regardless of
circumstance..."; however, of the 13 separated children who received good care, none showed
protest and despair, but "coped with separation from the mother when cared for in conditions
from which the adverse factors which complicate institutional studies were absent».

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Est a obra cont iene una t raducción t ot al derivada de «Teoria do apego» de Wikipedia en
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