Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. EL PROCEDIMIENTO ELECTRÓNICO
1
Mediación Electrónica. Acceso a la justicia y resolución de conflictos en el entorno electrónico,
Bibiana Beatriz Luz Clara, Editorial Thomson Reuters, 2021.
1827/2012, para luego ir incrementando la virtualización, pues la tarea jurídica es
una actividad con costumbres muy tradicionales, que genera una fuerte resistencia
a los cambios.
La virtualización se fue implementando, entonces, paulatinamente, de acuerdo
con un cronograma progresivo hasta llegar al envío de los escritos electrónicos
firmados digitalmente mediante el sistema de firma digital. Para ello se otorga a los
letrados matriculados un dispositivo denominado token, que contiene el certificado
de firma digital que consta de un par de claves de criptografía asimétrica, una
clave pública y una clave privada. La primera de ellas la tiene el certificador
licenciado, que depende del sistema informático de la Corte, para poder verificarse
su autenticidad. La clave privada queda en poder y bajo absoluto control del
firmante, en este caso, los abogados de la matrícula, quienes para poder utilizarla
deben descargar los controladores —drivers— al ordenador que van a utilizar para
enviar documentos escaneados, notificaciones, oficios y escritos electrónicos
firmados digitalmente.
El sistema de firma digital asegura la integridad de los documentos digitales que
viajan encriptados, autoría, autenticidad y no repudio, cualidades que la
identifican, también denominada firma electrónica avanzada. La Ley de Firma
Digital la equiparó a la firma manuscrita y el Cód. Civ. y Com. indica en su art. 288
que todos los documentos electrónicos, para ser considerados válidos, deben
estar firmados digitalmente, con lo cual esta se vuelve un requisito ineludible.
Los cambios indicados han permitido reducir sensiblemente los tiempos de las
tramitaciones, en las que las notificaciones implicaban un 60% del tiempo que
demanda la gestión y la resolución de una causa, ya que desde la primera
presentación se debe constituir domicilio electrónico , por cada letrado, al que se
enviarán las notificaciones electrónicas. La constitución del domicilio electrónico y
el uso del dispositivo criptográfico de firma digital para las presentaciones
electrónicas es obligatorio para todos los abogados en el país desde 2016.
El procedimiento se inicia con la presentación de la planilla de receptoría aún en
formato papel, pero que luego se digitaliza y se sube a la plataforma, para que
forme parte del expediente electrónico. En la planilla, que se denomina Inforec , se
indican las partes, la materia y, si corresponde, el pedido de sorteo de mediador.
El Programa Justicia 2020 que se ha instrumentado promueve cambiar el
sistema de escritura por el de la oralidad en el procedimiento, la fijación de
audiencias de conciliación previo a la fijación de la apertura a prueba, donde en un
importante número de casos se logran acuerdos, ya que las audiencias son
atendidas personalmente por el juez de la causa, quien presenta a las partes su
situación, escucha sus propuestas y, si no se logra llegar a un acuerdo, se decide
qué pruebas son conducentes y cuáles no entre las ofrecidas con la demanda y,
en consecuencia, se desisten o se proveen para su producción. Una vez
producidas las pruebas informativas y periciales se fija una audiencia donde
declaran los testigos y las partes. Dicha audiencia puede ser filmada y grabada
para su posterior estudio, y se pasarán los autos para dictar sentencia.
Los expedientes electrónicos pueden visualizarse desde una mesa de entradas
virtual (MEV), a la que se ingresa mediante un usuario y una contraseña. Esta se
puso en funcionamiento aun antes de la implementación del sistema de envío de
presentaciones electrónicas con firma digital.
La necesidad de facilitar el acceso a la justicia y de lograr la eficacia en los
procesos judiciales ha llevado a tomar distintas medidas, como hemos comentado,
con la finalidad de acortar los tiempos, favorecer las posibilidades de llegar a
acuerdos que pongan fin a los litigios de manera de mantener las relaciones y
fomentar una cultura de paz, para lo cual la mediación prejudicial obligatoria
incorporada es una herramienta de enorme utilidad.
Basado en estas prioridades se ha instrumentado el expediente electrónico, a
fin de asegurar una tramitación rápida, haciendo uso de las facilidades
informáticas que la tecnología pone hoy a disposición de la justicia. Aunque mucho
es todavía lo que queda por hacer, ya que las posibilidades tecnológicas todos los
días nos plantean oportunidades insospechadas, aun así, los avances realizados
son concretos y se advierten mejoras importantes en la gestión, que se traducen
en beneficios para una sociedad más justa para todos.
Los procedimientos judiciales hasta ahora han sido creados por y para
abogados. Esto implica que las partes no entienden el procedimiento, les resulta
complejo, ineficaz y costoso. Si nos referimos a los actos de las partes y del
tribunal deben ordenarse mediante trámites sucesivos, preclusivos, que son
regulados por las normas procesales, permitiendo impulsar el proceso desde su
inicio hasta su finalización, en sus distintas fases o instancias. Incluye distintas
actuaciones y plazos, formalidades para hacer que se respeten los derechos y las
garantías. Permite que se concrete la actividad jurisdiccional. Pero las personas
han tomado conciencia de que necesitan trámites más ágiles para resolver sus
asuntos. Se reclama hoy una experiencia más centrada en el usuario que, en
realidad, tal vez no quiere ir a un juicio, sino solo saber, obtener información,
conocer sus posibilidades frente a un determinado problema o situación.
Diseñar el procedimiento desde la perspectiva del usuario implica, como primera
fase, formular un diagnóstico sobre su situación y evaluar posibilidades. En
segundo lugar, obtener ayuda para resolver su problema, conciliar, es aquí donde
entra la figura del mediador, quien tratará de identificar los temas a tratar,
proponer preguntas, obtener respuestas e información. Luego, si no consigue
llegar a un acuerdo, recién recurrir a la vía judicial para obtener una decisión.
4.1. Inicio
La mediación puede ser iniciada por una de las partes o por ambas en conjunto,
que así lo han pactado con anterioridad en un contrato por escrito, o por
derivación de un tribunal, caso en el cual se suspende el proceso durante la
tramitación de la mediación.
La solicitud de mediación se realizará por medio de un formulario electrónico, en
la plataforma elegida, o ante el mediador propuesto por las partes. En el formulario
se consignarán los datos, para los cuales se mostrarán campos de llenado
obligatorio. El formulario no podrá cerrarse sin antes haber completado todos los
datos solicitados, que en general son los siguientes:
a) Requirente: nombre y apellido, documento de identidad o pasaporte, en el
caso de los extranjeros, domicilio real y electrónico a efectos de recibir las
notificaciones.
b) Requerido: nombre y apellido o razón social, domicilio real y electrónico y, si
no dispone de dichos datos, cualquier otro que permita su identificación.
c) Breve descripción de los hechos que motivan el reclamo y la pretensión,
indicando su monto, salvo que fuere indeterminada.
d) Lugar, fecha y firma electrónica del formulario. Generalmente, la plataforma
generará automáticamente la fecha en que se presenta el reclamo en el
formulario.
e) Se indicará el idioma de preferencia.
En el caso de datos mal incorporados, se enviará a la parte un mensaje para
que los subsane en los campos incorrectamente rellenados. Si pasado el plazo
que indique la plataforma para su subsanación no se ha hecho, se procederá a su
archivo.
El mediador enviará electrónicamente el requerimiento a la otra parte, quien
responderá del mismo modo, consignando los datos que le sean solicitados.
Los principios informadores son los que van a enmarcar la mediación y las
tareas del mediador, y son fundamentales para el adecuado desarrollo de la
actividad. Siempre deben resguardarse para no desvirtuar la esencia de la
institución.
Tanto en la ley nacional 26.589, que son coincidentes con los de la ley
13.951 de la provincia de Buenos Aires, como en la ley 5/2012, del 6 de julio, de
Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles española, se reconocen los mismos
principios fundamentales que indicaremos a continuación.
1) Voluntariedad y libre disposición: la mediación es voluntaria y nadie estará
obligado a permanecer en ella contra su voluntad o a llegar a acuerdos.
2) Igualdad de las partes e imparcialidad del mediador: el mediador debe brindar
a las partes las mismas oportunidades, otorgándoles la palabra y buscando
equilibrar el poder, gestionando las emociones para lograr el respeto de las
opiniones vertidas por cada uno de los intervinientes, sin inclinarse hacia ninguna
de ellas.
3) Neutralidad: el mediador llevará adelante la mediación permitiendo que sean
las mismas partes, sobre la base de sus decisiones, quienes alcancen el acuerdo
de mediación, sin ejercer influencia alguna, ni manifestando sus opiniones o
valoraciones.
4) Confidencialidad: el mediador debe garantizar la reserva de la información
que se ventila en las sesiones. La no divulgación se garantizará con la firma de un
convenio de confidencialidad en el que todos los intervinientes se comprometen a
no revelar la información obtenida durante el procedimiento. El mediador deberá
guardar el secreto profesional de todo lo ocurrido o manifestado, por lo cual no
será posible que se utilice dicha información en un juicio posterior. Esto tiene
algunas excepciones, como cuando las partes expresamente lo dispensan del
deber de confidencialidad, cuando se solicite información por jueces del orden
jurisdiccional penal o por resolución debidamente fundamentada. El único modo
de garantizar la equidad es evitar que se filtre información. La obligación alcanza
no solo al mediador y a las partes, sino también a sus asesores y a la entidad de
mediación que los alberga.
En lo que hace a las partes en la mediación, estas se conducirán siempre con
buena fe, lealtad y respeto entre ellas y hacia el mediador, prestándole su
colaboración y apoyo.
A menudo, vemos que se confunde imparcialidad con neutralidad, como
pareciera ser el caso de la ley española. Imparcialidad hace alusión a que el
mediador no puede tener interés en favorecer a ninguna de las partes, brindando a
ambas iguales oportunidades, manteniendo su posición firme frente a
desequilibrios de poder entre ellas, tratando de nivelarlas. A diferencia de la
neutralidad, que implica que el mediador no interpondrá sus propios valores frente
a los de las partes, permitiendo que estas busquen sus propias opciones con base
en sus decisiones, sin influenciarlas.
El conflicto, visto desde una concepción positiva, permite a las partes construir
nuevas opciones, y desarrollar maneras mejoradas de relacionarse, ya sea que las
partes tengan una relación personal o comercial, que les permitirá mantenerla,
pero ahora transformada, a partir de aprender y comprender la gestión de sus
conflictos, en lugar de pretender desconocerlos o eliminarlos, lo que implicaría
consecuencias cada vez más gravosas. A veces, las partes no logran llegar a un
acuerdo, pero mediante el diálogo, con la intervención del mediador, sus
relaciones mejoran, logrando un acercamiento y una comunicación más
respetuosa, lo que siempre se traducirá en un beneficio para ambas.
La mediación, por ser un procedimiento flexible y exento de formalismos, podrá
organizarse del modo que parezca más conveniente de acuerdo con las
circunstancias de cada caso. Durante su desarrollo, no se iniciarán ni se
continuarán acciones judiciales por la misma causa que motiva la mediación, salvo
medidas cautelares urgentes y necesarias para proteger los legítimos derechos.
4.5. Transparencia
Es fundamental que el mediador transmita a las partes toda la información
posible sobre su formación, especialidad y experiencia. Se conversará sobre el
uso de la tecnología disponible y si es de última generación, para asegurarse que
todos puedan utilizarla, indicando los beneficios que pueden obtener. La postura
durante las sesiones en videoconferencia, el atuendo utilizado, los gestos y las
expresiones faciales pueden decir mucho más que las palabras, sembrando
confianza si coinciden con lo que se dice y desconfianza en caso contrario. Las
habilidades comunicacionales ayudan a establecer un buen contacto con las
partes. Cualquier conflicto de intereses que pudiera tener el mediador deberá ser
informado y abstenerse de intervenir, respetando especialmente las normas de
ética. Por último, debe haber suficiente información sobre el procedimiento a
seguir para aceptar los casos, designación del mediador y desarrollo del
procedimiento en general, duración aproximada de sesiones, etapas y costos. Se
deben poner a disposición de las partes las políticas de protección de datos, de
confidencialidad y los idiomas que se encuentran disponibles en el sistema.
También pueden ofrecerse las estadísticas de resolución de casos y mejoran la
reputación.
4.6. Confidencialidad
En cuanto al respeto por el principio de confidencialidad en el ámbito
electrónico, se acentúa por las amenazas e inseguridades que presentan algunas
comunicaciones electrónicas, dado que se puede acceder, interceptar, copiar y
reproducir velozmente los datos. El mediador, además de guardar el secreto
profesional y no divulgar la información y los datos obtenidos durante la
mediación, debe cuidar de no correr riesgos al momento de la identificación de las
partes al ingresar a la plataforma por medio de claves seguras de acceso, que
impidan la suplantación de identidad, ya que deben participar personalmente sin
poder servirse de terceras personas.
La confidencialidad y la protección de datos son dos garantías conectadas entre
sí; por ello, los documentos agregados por las partes y las comunicaciones
realizadas por medio de la plataforma ODR tendrán el carácter de confidenciales.
Deben tratarse con el correspondiente cuidado, protegiendo la intimidad de las
declaraciones, de las resoluciones y acuerdos. En caso de falta de diligencia del
mediador, del centro o de la institución mediadora respecto de la confidencialidad
de los datos, deberán responder por los daños y perjuicios que su conducta haya
causado, por su responsabilidad directa.
Los datos estarán siempre protegidos, salvo consentimiento expreso, y ante la
duda se considerarán confidenciales. Se deberá informar a las partes por cuánto
tiempo se guardarán luego de finalizada la mediación.
Todos los textos, documentos, fotografías, chats, videos, notificaciones deberán
guardarse encriptados para mantener la confidencialidad de la información que
contienen. Cumplirán con la necesaria protección de los datos personales (709),
utilizando protocolos seguros de transmisión, ya que pertenece a las partes la
información que se ventila en la mediación. Las partes y el mediador utilizarán
firma electrónica avanzada para acreditar su identidad, autenticidad e integridad
de los documentos.
8.2. Requisitos
Se indican a continuación ciertos requisitos a cumplir para poder desarrollar
adecuada y legalmente la tarea de mediador electrónico:
a) Estar en pleno uso de sus derechos civiles: el mediador debe estar en pleno
ejercicio de sus derechos civiles para poder ejercer la labor y no tener
impedimentos legales o incompatibilidades, como sería el caso de los
magistrados, tanto jueces como fiscales.
b) Formación: el profesionalismo y la calidad en las mediaciones es el principal
elemento para tener en cuenta, por lo cual se deberá promover la adecuada
formación de los mediadores y su capacitación inicial y continua, mediante cursos
y talleres que les permitan perfeccionarse y actualizarse permanentemente en
beneficio de los mediados que reciben sus servicios.
Los mecanismos de control de calidad estarán a cargo de las instituciones que
los alberguen, así como la formulación de códigos de ética, su aplicación y
cumplimiento. Se trata de garantizar que la tarea se lleve a cabo de modo
imparcial, eficaz y con la calidad adecuada al fin previsto. Pero sucede que hay
países que no prevén requisito alguno, como indica Carretero Morales.
Se establece en cien horas de docencia el mínimo de horas efectivas de
enseñanza que deberán acreditarse, según el real decreto 980/2013, del 13 de
diciembre, si bien la calidad no debe medirse solo por la cantidad de horas, sino
por la calidad de los programas que proveerán conocimiento suficiente para
brindar un servicio eficaz y dentro del marco jurídico adecuado.
Se instituye un balance entre conocimientos teóricos y prácticos dividiéndolos
entre 70% y 30% de la capacitación. Para ello se pueden realizar talleres,
teatralizaciones y simulaciones de casos, así como videos de enseñanza, donde
se explica sobre la base de casos reales. Puede ser de gran utilidad la
participación en mediaciones, donde las partes hayan autorizado la presencia de
los alumnos con fines solo educativos y con obligación de guardar la
confidencialidad de lo actuado y presenciado.
Quienes brinden la capacitación práctica deberán ser mediadores debidamente
registrados con suficiente experiencia.
c) Capacitación continua: la exigencia de veinte horas de formación continua
cada cinco años la consideramos totalmente exigua, dados los avances de la
mediación en el mundo, así como de las diversas técnicas de aplicación, a las que
se suma el uso de las herramientas tecnológicas para el desarrollo de su versión
electrónica, que aquí parece haberse olvidado, ya que cinco años para las
tecnologías de la información significa encontrarse con otro mundo. En la
Argentina, la exigencia es de una capacitación anual de cincuenta horas de cursos
homologados por el Ministerio de Justicia, para poder mantener vigente la
matrícula, que deben acreditarse subiendo al sitio Mediare los correspondientes
certificados en su versión electrónica.
Las instituciones que brinden las capacitaciones deberán contar con la debida
autorización y acreditación de sus programas y horas de formación, por la
autoridad de aplicación. El Ministerio de Justicia controlará los programas y los
homologará, si los considera convenientes, para la formación de los futuros
mediadores, basándose en sus contenidos, metodología de la enseñanza y de
evaluación, de acuerdo con los mínimos exigidos para ser aprobados.
Un gran faltante que no se menciona es la capacitación a distancia, dado que se
trata de una opción importante que avanza en todas las áreas de la educación y
que, de hecho, existe en el dictado de numerosos cursos de mediación. Hemos
podido comprobar, con motivo de la pandemia por coronavirus que aquejó al
mundo entero, que solo la enseñanza virtual pudo mantenerse, y dio sus frutos
para que todos los estudiantes pudieran mantenerse activos durante la pandemia
sin correr riesgos en su salud. Con este antecedente, la enseñanza virtual ha
ganado un lugar preponderante, para hacer posible que todos puedan elegir
dónde estudiar, sin importar el lugar donde se encuentren, mediante las
herramientas informáticas, por lo cual la existencia de enseñanza virtual de la
mediación es imperativa.
d) Inscripción en el Registro de Mediadores: es un requisito para poder ejercer
como mediador y, para que ello sea posible, se deberá acreditar la realización de
los cursos y la cantidad de horas requeridas, su instrucción en las herramientas
informáticas y en las técnicas y modelos de mediación, normas de ética
profesional y la práctica de casos.
Las autoridades de registro velarán por el cumplimiento de los requisitos
exigidos y de las normas deontológicas, imponiendo sanciones a quienes las
infrinjan. La inscripción en el registro en España es voluntaria, salvo para los
mediadores concursales. En la Argentina, la inscripción en el registro es
obligatoria para quienes quieran ejercer como mediadores.
e) Contratación de un seguro de responsabilidad civil: es otro de los requisitos a
cumplir la contratación del seguro de responsabilidad civil por daños derivados de
su actuación profesional, que cubra por posibles situaciones de mala praxis y que
deberá contratarse de acuerdo con los montos de los casos que maneje cada
mediador.
9.1. Fundamentos
Teniendo en cuenta que en la mayoría de las leyes dictadas sobre mediación no
se ha definido debidamente la figura del mediador, que el Código de Conducta
Europeo para Mediadores, que desarrollan su tarea en lo Civil y Comercial, es de
aplicación voluntaria, bajo su propia responsabilidad, y que aquí tratamos
específicamente del mediador electrónico, que en dichos instrumentos no se ha
mencionado, es que se esboza, a continuación, una propuesta de estatuto para la
actividad.
La regulación de la actividad es necesaria de acuerdo con la importancia que la
tarea adquiere día a día, como una posibilidad cierta de brindar respuesta a los
conflictos que se suscitan en las relaciones comerciales y sociales que se
desarrollan en el medio electrónico.
Atendiendo a la necesidad de abrir y mantener canales de diálogo para la
solución de las situaciones conflictivas que ocurren en dicho entorno se
desarrollan las siguientes pautas con la finalidad de que puedan hacerse conocer
a las instituciones y los centros de mediación y puedan adoptarse para el mejor
desarrollo de la tarea de un mediador de calidad y con principios éticos.
Respetando al menos las pautas básicas aquí descriptas, los centros de ODR
podrán indicar códigos de conducta más detallados de acuerdo con las temáticas
involucradas y las directivas de cada institución.