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Sin duda alguna, la justicia digital llegó para quedarse. La pandemia por el covid-19
mostró una necesidad que desde hace mucho tiempo existía en la rama judicial, y
no es otra que la de implementar una justicia digital. Lo que para muchos parecía
una utopía, de poder acceder a los expedientes desde cualquier lugar del mundo,
hoy en día en una realidad.
La justicia digital, es un gran avance para nuestro país, toda vez que ha permitido
mayor accesibilidad, economía y celeridad procesal. Por ejemplo, con la
implementación del decreto 806 de 2020, se dio un mayor dinamismo a los procesos
judiciales, trayendo consigo ventajas como la notificación por correo electrónico, el
otorgamiento de poderes, el traslado previo de la demanda, entre otras. Así mismo,
las plataformas digitales como Tyba, Siglo XXI, el portal institucional de la Rama
Judicial, el correo electrónico institucional y las mismas redes sociales, han
adquirido un papel fundamental para la publicidad de los procesos judiciales y de
las actuaciones que se profieren por los diferentes despachos, logrando que los
usuarios tengan acceso en tiempo real a la información sin necesidad de salir de la
comodidad de su casa. A ello debemos agregar la posibilidad de celebrar audiencias
de forma virtual a través de plataformas como Teams o Lifesize, que sin duda alguna
constituyeron uno de los avances más importantes en la implementación de la
justicia digital y que han permitido la continuidad en el trámite de los procesos.
Ahora bien, no todo ha sido perfecto y está claro que el panorama de la justicia
digital plantea diferentes retos que requieren tomar medidas por parte de todos los
actores involucrados en este desafío. Ejemplo de ello, es que el Decreto 806 de
2020 presenta aún vacíos que generan dudas y retrasos en el trámite de los
procesos, como es el caso del acuse de recibido, ya que, en una gran parte de
casos, no es posible obtener una confirmación de entrega ya sea por configuración
del servicio de mensajería o porque la configuración del servidor del destinatario no
envía el mismo. Lo anterior, dificulta el conteo de términos judiciales, genera futuras
nulidades, entre otros.
A lo anterior se suma, que desde mi experiencia laboral, uno de los principales
errores que dentro de un despacho judicial se viene cometiendo, es el intentar
asimilar el manejo de los procesos físicos con el trámite de los procesos digitales,
es así como vemos secretarios o jueces intentando organizar en su mente los
procesos por estantes, o anotando en cuadernos físicos, las observaciones de los
procesos.