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Derecho Comparado.

Esthefani Elohiza Báez Cordero. Matrícula: 100594047.

Maestro: Franklin E. Concepción Acosta. Sección: 01

Ensayo sobre el iuspositivismo y la unicidad de la regla del derecho.

El iuspositivismo, para los comparatistas, se dice que se convirtió en su principal


obstáculo al conocimiento crítico del derecho, ya que se considera que el iuspositivismo
conduce a una imagen irreal de lo que es el derecho y el estudio del mismo.

Pese a esto, el positivismo jurídico tiene ciertos méritos como las estructuras heredadas
de la sociedad feudal, que eran la base de un orden social inmóvil en las comunidades en
las cuales estos operaban o se desarrollaban. Este tipo de orden feudal se basaba más en
el hecho natural, como un ejemplo de que las personas eran desiguales desde el
nacimiento y estaban condenados a seguir siéndolo durante toda la vida. Para que se
disminuyera o terminara lo que es el orden feudal, fue necesario reducir el derecho natural
a un conjunto de preceptos filosóficos y morales (vínculos internos), los cuales eran
puestos por un legislador terrenal, y de esto surge la identificación del derecho con la ley,
única fuente capaz de producir vínculos externos y jurídicos, siendo esta identificación el
núcleo fundamental del positivismo.

Dentro del positivismo, su esencia legislativa, se basa en la separación de poderes, que


como conocemos fue implantada por Montesquieu, del cual nace la idea de la nación
como cuerpo político colectivo en el positivismo.

Como vemos, el cruce del iuspositivismo, legislativo y científico, se consideran como el


hábito mental de los estudiosos del derecho interno y que esto se convierta en su principal
objetivo de críticas. Ambas formas se han desarrollado para sostener teorías y prácticas
que rescatan al derecho de las representaciones de quienes lo reducían a fenómeno
inmutable y de algún modo, obstaculizando con ello el giro a la afirmación de instancias
ilustradas y románticas. Por esto, surge el principio de la unicidad de la regla de derecho,
el cual ligan al mito de la completitud y coherencia del ordenamiento jurídico, y como
era reconstruido por las palabras del legislador.

En definitiva, admiten una única verdad jurídica4, una sola interpretación posible entre
las muchas que son propuestas en el seno de la comunidad científica o que la
jurisprudencia individualiza al aplicar la regla de derecho al caso concreto.
En cuanto al principio de la unicidad de la regla del derecho, lo identifica como el
conjunto de preceptos que, aún con la mediación de la ciencia jurídica, son atribuibles al
poder político, es decir, que el derecho es algo técnico. En su mayoría esas técnicas se
fundan en la posibilidad de reducir el derecho a la ley, esto es, a cuanto viene prescrito
por las fuentes formales de producción, también cuando esta reducción presupone el
recurso a ficciones.

El punto de vista interno sobre el derecho produce una imagen bien definida del
ordenamiento jurídico, que se supone capaz de ofrecer solución a todos los conflictos
producidos por esa sociedad que pretende representar en términos meramente formales.

El punto de vista externo que el comparatista tiene sobre el derecho le lleva a dirigir su
interés sobre todo a las fuentes que, en los países de derecho codificado, no son
consideradas como tales por la teoría de la separación de poderes: la jurisprudencia y la
doctrina, contempladas por el iuspositivismo como meras reproductoras de las palabras
del legislador.

Explicar apunta a los aspectos objetivos del conocimiento, carentes de dimensión


temporal, relativos a la individualización de una determinada cadena de causas y efectos.
Comprender significa en cambio conocer en sentido subjetivo, por tanto, en sentido
histórico, reconociendo el nexo indisoluble entre el objeto observado y sus coordenadas
espacio-temporales. Y el derecho no puede ser explicado sino únicamente comprendido,
en el ámbito de procedimientos cognoscitivos condenados a ser parciales.

Asumir un punto de vista externo no se atiende únicamente a las normas jurídicas, las que
lo son porque pueden reconducirse al legislador, aunque sea a través de la interpretación,
o sea, de una actividad no identificable con la mera reproducción de significados
predeterminados. Se consideran las normas de comportamiento no referibles al legislador,
como las de una comunidad, etc.

El derecho del que se ocupa el comparatista es el producido por todos los operadores que
de algún modo se miden con las palabras del legislador y que, por tanto, producen las
normas jurídicas y también el conjunto de normas sociales, normas no jurídicas desde un
punto de vista interno pero que pueden ser incluidas, de todos modos, en el elenco de
preceptos que condicionan el comportamiento del individuo y su ubicación en las
múltiples comunidades de las que es parte: preceptos que, desde un punto de vista externo
sobre el derecho, son plenamente jurídicos.

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