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Sumario:
I. Tareas previas al servicio.
a) Reservas de potreros.
b) Instalaciones.
c) Manejo y cuidados previos de los reproductores machos.
1. Examen general.
Identificación.
Revisación de cara. 127
Boqueo – vida útil.
Revisación de ganglios.
Examen del aparato reproductor.
Muestras para análisis clínicos.
Exploración del aparato locomotor.
Como evaluar los datos recogidos.
2. Circunferencia escrotal o Perímetro escrotal (C.E. ó P.E.)
3. Volumen testicular (VT).
4. Prueba de capacidad de servicio (P.C.S.).
5. Recorte de pezuñas.
6. Desoje.
7. Trasquila.
8. Aprendizaje de borregos de 1º servicio.
9. Suplementación previa.
d) Manejo y cuidados previos de la majada.
1. Boqueo – vida útil.
2. Evaluación de la condición corporal (C.C.).
3. Control de la aptitud reproductiva.
4. Desoje.
5. Trasquila o descole.
6. Recorte de pezuñas.
7. “Flushing”.
8. Manejos previos con retajos.
II. Tipos de servicio.
a) Servicio a campo.
b) Servicio dirigido o “a mano”.
c) Servicio a corral.
b) Instalaciones: 128
Es necesario revisar el estado de los alambrados y tranqueras; bateas para suplementación (princi-
palmente si no se cuenta con reserva de potreros) y aguadas, etc. En los casos de alambrados con-
vencionales, es conveniente la utilización de alambrado de 7 hilos, pero en el caso de realizar potre-
ros de reserva fraccionando potreros mayores, resulta útil la incorporación de alambrado eléctrico, el
cual, para el caso de los ovinos, se recomienda con 70 cm de alto.
1. Examen general.
Para realizar este examen en necesario colocar al animal en posición, para esto se realiza la misma ma-
niobra que para la esquila Tally Hi, es decir, el animal queda “sentado”, entre las piernas de un perso-
nal (“agarrador”) y con el revisador en frente (pudiendo ser el veterinario). Para agilizar el examen se reco-
mienda un tercer operador “anotador”, quien pasará los datos obtenidos a una planilla.
Cara: se deberán revisar los ojos, primordial en la búsqueda de las hembras, pudiendo
encontrarse problemas de entropión, ectropión, cicatrices, secuelas de queratoconjuntivitis, etc. Es
importante también la revisación el morro, principalmente en animales de mucosas des-
pigmentadas como la raza Merino o la Ideal.
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Revisación de ganglios:
Se palpan los ganglios superficiales. Al tener al
animal sentado, se comienza palpando los parotí-
deos, retrofaringeos, submaxilares, luego se sigue
con los preescapulares y después los prefemora-
les, poplíteos, e inguinales superficiales. Se debe
prestar especial atención a éstos, sobre todo a los
aumentos de tamaño. El normal es de 3 cm apro-
ximadamente y son de consistencia firme y elásti-
cos. Las alteraciones en esos aspectos pueden de-
latar la presencia de Linfoadenitis caseosa (bacilo
de Preisz- Noccard o Corynebacterium pseudo-
tuberculosis), debiéndose eliminar los carneros
afectados. Los ganglios pueden llegar a medir 7 a
8 cm.
teriores al servicio para no tener inútilmente en el campo animales que deberán descartarse el año
próximo.
La palpación y el análisis de semen no constituyen una garantía suficiente de la capacidad de los
carneros como reproductores y se puede recurrir a otras pruebas.
Si se trabaja con una combinación de estos tres últimos parámetros (C.E, V.T. y P.C.S.) se
puede ajustar más correctamente el porcentaje de carneros y obtener una mayor eficiencia
en el servicio.
5. Recorte de pezuñas.
Se debe hacer el recorte de las pezuñas a fin de darles una buena base de sustentación para el salto y
evitarles dolores innecesarios a los carneros.
Este trabajo se realiza con una tijera de podar. El borde externo crece con mayor rapidez que el interno,
plegándose sobre la planta de la pezuña. Con la tijera se recorta el borde externo partiendo del talón
hasta la punta. Se rodea ésta y se recorta también la parte delantera del borde interno.
6. Desoje.
En ciertas zonas del país (Patagonia) es necesaria la “pelada de ojos” para lograr una mejor y más
desenvuelta actuación del carnero. Lo mismo sucede con las razas de lana larga (Lincoln). 132
7. Trasquila.
El exceso de lana en el escroto es contraproducente pues impide o retarda el enfriamiento por evapora-
ción del sudor. En regiones cálidas los escrotos recubiertos con mechas largas interfieren con la esperma-
togénesis y pueden causar infertilidad temporaria o permanente.
Esquilar con mucho cuidado escrotos demasiados lanudos, dejando alrededor de un centímetro de me-
cha para facilitar y prolongar el enfriamiento por evaporación del sudor.
También la lana que rodea el prepucio y bajo vientre debe ser recortada previo al servicio, de esta ma-
nera se evitan las irritaciones al mojarse la lana con la orina que pueden producir la inflamación del pre-
pucio (postitis). Por otra parte con esta zona esquilada el animal puede copular mejor.
9. Suplementación previa.
Es conveniente realizar un plan de suplementación de los machos antes del servicio, que puede consistir en
400 gr. de cebada o avena por día y por animal. Esto, en el caso de una majada numerosa, o sea con una
gran cantidad de carneros, resultará en un gasto adicional, siendo más económico una buena reserva de
potreros como se mencionó al inicio.
En algunas zonas deficientes en forraje verde (Patagonia ó NOA) se puede adicionar una dosis de
500.000l U.I. de vitamina A.
En cuanto a la iniciación de las borregas que ingresan a la majada de cría nos basamos más que en la
“edad cronológica” en el momento fisiológico adecuado, el cual toma como indicador al peso corporal
que podríamos denominar “peso fértil”. Este peso umbral para ingreso al servicio varia con la raza ya que
el mismo está en función del peso de adultas. Como orientación se puede decir que el mismo es de: 35 kg
para Ideal, 38 kg para Corriedale, 40 kg para Romney Marsh.
Si se quiere un término medio para cualquier raza, estaría entre los 38 y 39 kg.
Con un buen manejo nutricional de la recría se pueden lograr estos pesos a los dos dientes o sea llega-
ríamos a la primer encarnerada a los 18 a 20 meses de edad.
En ambientes áridos como la Patagonia lograr esto no es tarea fácil (al igual que lo mencionado en car-
neritos) por lo cual en esas circunstancias es necesario posponerlas hasta los cuatro dientes (30 meses). 133
Esto, sumado a que el desgaste dentario prematuro por las condiciones de pastos duros, voladura de
tierras, etc. (en cuatro años prácticamente tenemos el medio diente) reducen considerablemente
la vida útil de los vientres en el desierto patagónico.
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Mastitis crónica.
Pezones o ubres cortadas por esquilas deficientes.
Exploración de vulva: en este caso refugando:
Infantilismo
Cortes de vulva y clítoris por esquila deficiente, con retracción cicatrizal.
4. Desoje.
Se realiza al igual que en los machos un “despeje de cara” esquilando la cara de los animales “tapados” con
la finalidad de facilitar el estímulo heliofánico y el desenvolvimiento de la oveja durante el servi-
cio, además esta práctica reviste importancia en la Patagonia por la mortandad de animales durante el in- 135
vierno, por las nevadas, debido a que les cuesta conseguir alimento y agua con la lana en la cara,
suelen denominarse “animales ciegos”.
5. Trasquila o Descole.
Es la misma tarea que la practicada previa a la esquila. Se esquila el escudo perianal (alrededor de ano y
vulva) para facilitar la cópula.
6. Desvasado
Esta es otra práctica común a machos y hembras. Es conveniente cortar las pezuñas que han crecido en
exceso a todos los animales.
Se puede controlar al mismo tiempo las ovejas mancas o rengas por la posibilidad de presentación de
“pietín”, enfermedad bastante difícil de controlar e incluso dependiendo el porcentaje de ovinos
afectados, se recomendará pediluvio.
7. “Flushing”.
Como se vio anteriormente es una técnica de estímulo nutritivo destinada a mejorar la tasa ovulatoria y
que consiste en mejorar el valor nutritivo del alimento en cantidad y calidad, desde tres semanas antes
del servicio y hasta tres semanas después de iniciado el mismo con el objeto de que la oveja aumente de
3 a 4 kilogramos. Esto se puede lograr aumentando la disponibilidad forrajera mediante la utilización
de potreros de campo natural “reservados” o bien con praderas cultivadas (Pcia. de Buenos Aires) de
alfalfa, trébol, etc.
El servicio de otoño en años normales es favorecido por un flushing natural al producirse el llamado
“rebrote de otoño” de la pradera.
selección por fertilidad de las hembras de reposición, eligiendo las primeras que resulten pintadas.
Resto de la majada de servicio:
Se contempla el eventual uso de retajos tres semanas previas a la iniciación del servicio, buscando
desatar el denominado “efecto carnero” o “ram-effect”.
Son llevadas al potrero de servicio donde la presencia del macho estimula la primera ovulación, la cual se
produce sin sintomatología de celo aparente debido a que, los mínimos niveles de progesterona necesa-
rios no están presentes. A partir de allí la siguiente ovulación será con manifestaciones evidentes de celo
17 días posteriores, previo a lo cual se retira el retajo y se largan los carneros.
Para que esta técnica sea efectiva las hembras deben estar separadas de los machos por lo menos un
mes. 136
II.Tipos de servicio.
Al igual que en el resto de las especies se pueden realizar:
a) Servicio a campo
b) Servicio a corral
c) Servicio dirigido o a mano
d) Inseminación artificial (será tratado en forma particular).
a) Servicio a campo:
Porcentaje de reproductores:
Zona Pampeana y Mesopotámica: 3% para adultas y 4% para borregas.
Zona Patagónica: 4% para adultas y 6% de carneros adultos para borregas.
Estos porcentajes pueden ajustarse más exactamente cuándo se adopta la tecnología disponible para los
controles de fertilidad y capacidad reproductiva (volumen testicular, capacidad de servicio, perímetro
escrotal) y aprovechando las épocas de mayor fertilidad de los vientres, pudiendo llegar a reducir hasta un
1,5% de machos aun en los servicios a campos.
Manejo de la Borrega:
Si las primerizas tuvieron un pre-servicio el año anterior con retajos (7 a 9 meses de edad) su
comportamiento será similar a las ovejas hechas. Hacer repuntes suaves a primera hora y a la entrada del
sol. Si se trata del primer contacto con los carneros requieren mayor atención por su inexperiencia. De-
ben manejarse aparte con una dotación mayor de carneros de alta capacidad de servicio que podrán
aprovechar más adecuadamente los cortos celos de las borregas, y con una o dos experiencias repro-
ductoras, en potreros chicos y de fácil acceso.
Conviene mezclar un 10 o un 20 % de hembras adultas entre las borregas que contribuirán con su 137
ejemplo a quitarles su natural timidez, mejorando su comportamiento hacia el macho y con un efecto
tranquilizador durante la parición.
En esta categoría puede alargarse la duración del servicio 15 días (45 días las ovejas y 60 para las bo-
rregas).
Con estas precauciones y con borregas sanas y de edad y peso adecuado es posible obtener un 80% de
corderos. De otra forma este índice suele caer al 50% o menos, dificultando nuestro porcentaje de
señalada en equilibrio.
c) Servicio a Corral:
Es otra forma de monta controlada. Se realiza en piquetes o corrales por la calidad de los reproductores
y para asegurarse respecto de la descendencia de los padres.
Aquí el carnero mismo detecta los celos y puede realizarse de día o de noche; si se realiza de día un
peón agarrador retira y marca cada hembra luego de servida. Se puede realizar el trabajo una hora por la
mañana para cubrir los celos del día. La duración total recomendada para este tipo de servicio es de 50
días. El descanso y rotación de carneros se hace cada 15 días si se desea.
Si se realiza de noche en lugar de la utilización del peón agarrador, se utiliza un chaleco marcador o
directamente se pinta el pecho del carnero. Por la mañana se apartan las ovejas marcadas que fueron
servidas.
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Exteriorización e inspección del pene y prepucio. Palpación bimanual para la exploración de testículos.
Oveja en brete inmovilizador en INTA Mercedes. Carnero en plena Prueba de Capacidad de Servicio.
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Extracción de sangre a carnero criollo en el oeste de Formosa. Piezas de madera para comparar y determinar V.T.
Práctica del desoje en corrales con maquina esquiladora. Oveja después de la trasquila previa al servicio.
Oveja “cara negra” con retajo con chaleco marcador. Ovejas marcadas en corral.