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Sistema de fosfágeno
Este es la principal fuente de ATP en actividades cortas de gran intensidad, como por
ejemplo saltos o un sprint. No obstante, también se activa al inicio de todo ejercicio
independientemente de su intensidad (como puede ser por ejemplo empezando una
carrera al trote, a pesar de ser poco intensa).
Este sistema funciona por medio de las reacciones de fosfágenos como la fosfocreatina y
el ATP. Básicamente, al descomponer el ATP para obtener energía, este pierde un fosfato
y resulta en ADP (adenosindifosfato). Aquí entra en juego la fosfocreatina, que le aporta
un grupo fosfato al ADP para conseguir de nuevo ATP y seguir obteniendo energía de
este al descomponerlo.
Aunque este sistema genera energía a gran ritmo, el ATP y la fosfocreatina -que se
almacenan en el musculo en pequeñas cantidades- se agotan rápidamente, de modo que
en unos cuantos segundos la fosfocreatina puede bajar al 50%, limitando así la reposición
de ATP y acusando una bajada de rendimiento/aumento de la fatiga. De ahí que no pueda
usarse en actividades largas o ininterrumpidas. La resíntesis de fosfocreatina puede
suceder en unos 8min.
Nota: La suplementación con creatina puede ser útil para el sistema de fosfágeno, pues
aumenta la disponibilidad de esta y con ello el rendimiento cuando usamos dicho sistema
energético.
GLUCÓLISIS
La glucólisis es la descomposición de los hidratos de carbono (ya sea la glucosa
sanguínea o glucógeno muscular) para producir ATP. Es un sistema energético con
mayor duración que el sistema de fosfágeno, aunque algo más lento en su producción,
por lo que inicialmente lo complementa y conforme el primero decae, este se va
convirtiendo en la fuente primaria de ATP.
Aproximadamente de 300 a 400 gramos de glucógeno se almacena en los músculos, y de
70 a 100 gramos en el hígado. Una persona con dieta y entrenamiento adecuado puede
aumentar su capacidad de almacenar glucógeno.
Podríamos diferenciar 2 tipos de glucólisis, la lenta y la rápida. La glucólisis rápida
produce más energía por unidad de tiempo que la lenta, por lo que si la actividad es
intensa se usará más esta. Si la actividad es de menor intensidad y disponemos de
oxígeno, se activa la glucólisis lenta.
La diferencia entre ambas es debida al destino de un subproducto resultante, el piruvato.
Mientras en la rápida el piruvato resultante de la glucólisis se convierte en ácido láctico y
aporta ATP más rápidamente, en la lenta se transporta a las mitocondrias para obtener
energía mediante su oxidación (de ahí que se precise oxigeno). Debido a esto, la
glucólisis rápida también es llamada a veces glucólisis anaeróbica, y la lenta glucólisis
aeróbica, aunque lo que es el proceso de la glucólisis en sí realmente no dependa del
oxígeno.
Nota: La glucólisis rápida o anaeróbica provoca la generación de ácido láctico. El ácido
láctico se transforma después en lactato, el cual puede usarse como sustrato energético.
El problema radica cuando el ritmo de producción de ácido láctico es demasiado elevado
y se acumula, lo cual crea fatiga y disminuye la fuerza muscular disponible.
El ácido láctico, por tanto, puede ser un enemigo cuando buscamos más rendimiento. No
obstante, con el entrenamiento se mejora su metabolismo, además de considerarse un
mediador de la hormona de crecimiento y la hipertrofia muscular.
Sistema oxidativo
El sistema oxidativo (aeróbico) es la fuente principal de energía en reposo y en
actividades de baja intensidad, en las cuales es más abundante la presencia de oxígeno.
Emplea principalmente grasa e hidratos de carbono como sustratos. Las proteínas no se
metabolizan de forma significativa para ello, salvo ayunos, sesiones muy largas de
entrenamiento, etc.
En reposo en torno al 70% del ATP proviene de las grasas y el 30% de los hidratos de
carbono. Conforme aumenta la intensidad, el % del sustrato va variando, viniendo en su
mayoría de los hidratos de carbono. En condiciones estables de lactato y con trabajo
submáximo prolongado, se produce un cambio gradual de sustrato, pasando de hidratos a
grasas y proteínas.
Oxidación de la glucosa y el glucógeno
Este metabolismo oxidativo comienza con la glucólisis. Si hay suficiente oxígeno, el
piruvato no se convierte en ácido láctico, sino que transporta a las mitocondrias para,
mediante una serie de reacciones, conseguir ATP.
Oxidación de las grasas
Las grasas también son oxidadas para obtener energía. Los triglicéridos se descomponen
mediante la enzima lipasa, dejando con ello ácidos grasos libres que entran a las fibras
musculares para ser convertidos en ATP tras ciertos procesos ((?-oxidación, ciclo de
Krebs…)
Oxidación de las proteínas
Aunque en condiciones normales no son una fuente destacable de energía, también
pueden ser usadas para ello, llegando en ciertas condiciones al 18% . Los aminoácidos
de las proteínas se convierten en glucosa por medio de la gluconeogénesisis, piruvato o
distintos intermediarios del ciclo de Krebs, hasta llegar a conseguir ATP.
Un problema derivado de ello son los productos de desecho que se obtienen, que deben
eliminarse en forma de urea o pequeñas cantidades de amoniaco, pues es tóxico y se
asocia al cansancio.