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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE

MÉXICO

Ciencias Políticas y Administración Pública


Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

“ANÁLISIS: EL POLÍTICO Y EL
CIENTÍFICO – MAX WEBER”

Catedrática: Lic. Rosa María de Jesús Almazán


Figueroa

Estudiante: Dan. Y. Contreras Fuentes

Segundo semestre Grupo: P1, 2022 A


Análisis
En esta obra reconocida de Max Weber, nos hablará acerca de cómo se
la política será de vocación en un determinado concepto para conocer a quiénes
tienen la posibilidad de dirigir y tomar decisiones para un Estado, para de esta
manera se vaya legitimando el poder y ejercer la violencia para que se someta a
las demás personas para conseguir el orden, dentro de esa voluntad, ya sea que
se pueda alcanzar un bien común en distintas aristas.
Llegar al poder nos posibilita movilizar a todas las personas para llevar a
cabo las distintas tareas que requiera una nación, sea a través de esa misma
lucha por el poder sobre los mismos “hombres”. Para lo que comparte tres tipos
de dominación, que es por medio de la tradicional, carismática y legal; a esto
agregando los tipos ideales para la democracia moderna que se han ido
combinando con otros regímenes, normalmente siendo la tradicional. En la
democracia carismática es propia de la política, la dominación legal es por medio
de quienes estarán en la política como vocación. Así mismo, menciona que todas
las personas somos políticos, aunque no lo veamos, pero esta se verá reflejada
en la emisión de nuestro voto o participamos con acciones colectivas para ser
protestaste o contribuir a la misma acción de política. Cabe resaltar que la forma
de estructurar a la administración, por medio de su Estado burocrático que da
pie al Estado moderno, para que sea legítima la violencia física que se aplicará
en su territorio, junto con una organización jerárquica. Una de las mayores
reflexiones a considerar de Weber sobre los individuos que viven “para” y “de”,
es si se empleará como una profesión y una fuente de ingreso permanente;
mientras que, quienes viven de esta, sólo se concebirá como algo económico y
de la propiedad privada. Se avanzará sobre el eje de que la política se convertirá
en una “empresa”, la cual requiere de preparación sistemática para la lucha por
el poder y bajo el marco normativo en la que esta reposa, llevándonos a
funcionarios públicos que se manejan dentro de los gabinetes, para orientar al
líder (o al príncipe), siendo personas de su confianza para repartirse las tareas
administrativas internas. Que siendo de estos mismos representantes, es gracias
a la organización de los partidos políticos con los que se consolida a la
democracia y, de esta misma, se pueda consolidar al presidente electo para
tomar la dirección de toda la administración sistemática, para así eliminar las
espinas de la corrupción que crecen paulatinamente. Es así, que el político no
contemplará la pasión, sino se hace por medio de “la causa” y la responsabilidad
que esta misma conlleva.
En la ética se pondrá esa arma para defender a la razón, y no alcanzar al
mal, porque el político puede ser cómplice de su triunfo, llevando a Weber, con
las acciones de una “ética de la convicción” o una “ética de la responsabilidad”,
con lo cual. La primera, hará frente a las posibles consecuencias de acciones
determinadas, siendo racionable; mientras que la convicción se guiará por las
condiciones de una racionalidad cósmica en base de los sentimientos y ser
irracionable, siendo aquí la parte de la doctrina religiosa que puede tener una
función como justificación del uso de la violencia, para conservar el orden y los
principios éticos. La entrada del científico como vocación, nos llevará a la
diferencia de cómo la democracia se queda en su propio ámbito, mientras que la
educación científica recibí un cierta “aristocracia espiritual”, cambiará la forma en
que se desarrolla con sus métodos y una sociología cambiante a su vez, basado
en el azar su investigación. De esta manera, sólo le será posible estas áreas de
oportunidad para quien, así mismo que el político, se sume a una causa, se
entregue al servicio de esta y se vaya creando nuevo arte.
Así mismo, nos coloca que la política debe de observarse y estudiarse
fuera de las aulas, ya que la visión científica para análisis de los mismos
fenómenos se práctica de manera independiente, para evitar que los profesores
implementen sus ideas políticas en estudiantes que no expresan sus opiniones,
siendo una irresponsabilidad para ejercer los juicios propios, volviéndose una
“aportación ética” del profesor, como lo menciona Weber. Para él, la ciencia
como” vocación” contemplará la especialización para generar conciencia en
nuestra toma de decisiones, gracias a los eventos históricos. Es de esta manera
que podremos diferenciar las asignaciones que puede cubrir cada uno, como
individuo y profesional, pero siempre con el fin último de que se pueda satisfacer
con calidad las necesidades cotidianas, siendo con lo que concluye Max Weber.
Siendo una de sus obras reconocidas, “El político y el científico” tiene un extenso
repertorio de lo que debemos considerar en la política como su propia identidad,
separada de las áreas científicas para comprender en su teoría weberiana, de la
manera que se maneja al Estado para volverse legítimo; a la burocracia para
alcanzar la eficiencia; y a la ciencia para desentrañar el conocimiento para la
política con una mayor innovación de sus ideas.

• Referencia bibliográfica:
Weber, M. (2016). EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO. Coyoacán.

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