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JURISPRUDENCIA

Roj: ATS 6805/2017 - ECLI:ES:TS:2017:6805A


Id Cendoj: 28079120012017201250
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Fecha: 25/05/2017
Nº de Recurso: 142/2017
Nº de Resolución: 968/2017
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: MANUEL MARCHENA GOMEZ
Tipo de Resolución: Auto

AUTO
En la Villa de Madrid, a veinticinco de Mayo de dos mil diecisiete.

I. HECHOS
PRIMERO: Por la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Valencia, se dictó sentencia con fecha 25 de octubre
de 2016, en autos con referencia de rollo de Sala nº 85/2016 , tramitados por el Juzgado de Instrucción
nº 20 de Valencia, como Procedimiento Abreviado 3/2016, en la que se condena a María Angeles , como
responsable criminalmente en concepto de autora, sin la concurrencia de circunstancias modificativas, de un
delito de descubrimiento y revelación de secretos, a la pena de dos años y seis meses de prisión, inhabilitación
especial del derecho de sufragio pasivo durante la condena, multa de 19 meses a razón de seis euros diarios,
e inhabilitación absoluta por seis años, y pago de costas procesales, incluidas las de la acusación particular.
En concepto de responsable civil deberá indemnizar a Salvador , Severiano , Urbano y Vidal en 500 euros
a cada uno, e interés legal previsto en el art. 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil .
SEGUNDO: Contra dicha sentencia se presentó recurso de casación por la Procuradora de los Tribunales Doña
Carmen García Rubio, actuando en representación de María Angeles , con base en cinco motivos: 1) al amparo
del artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
por vulneración del artículo 24.2 de la Constitución Española ; 2) al amparo del artículo 5.4 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial y del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por vulneración del artículo 25 de la
Constitución Española ; 3) al amparo del artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y del artículo 852 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal por vulneración del artículo 24.2 de la Constitución Española ; 4) al amparo
del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por indebida aplicación del artículo 197.2 del Código
Penal , y 5) al amparo del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por vulneración del artículo 240
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal .
TERCERO: Remitidas las actuaciones para informe del Ministerio Fiscal, interesó la inadmisión del mismo.
La representación procesal de Salvador , Severiano , Urbano y Vidal , la Procuradora de los Tribunales Doña
María del Carmen Jover Andreu, se opuso al recurso, interesando la inadmisión del mismo.
CUARTO: Conforme a las normas de reparto aprobadas por la Sala de Gobierno de este Tribunal Supremo, es
Ponente de la presente resolución el Excmo. Sr. Magistrado D. Manuel Marchena Gomez.

II: RAZONAMIENTOS JURíDICOS


PRIMERO .- El primer motivo se formula al amparo del artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y del
artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por infracción del artículo 24.2 de la Constitución Española .
A) Cuestiona que exista prueba suficiente que permita desvirtuar su presunción de inocencia. Esencialmente,
no se ha practicado prueba que permita acreditar la falta de autorización de los denunciantes para acceder a
las bases de datos de la Agencia Tributaria.

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B) Esta Sala ha sostenido en una reiterada jurisprudencia (STS 475/2016, Recurso de Casación nº 296/2016,
de fecha 02/06/2016 ), que el derecho a la presunción de inocencia reconocido en el artículo 24 CE implica
que toda persona acusada de un delito debe ser considerada inocente hasta que se demuestre su culpabilidad
con arreglo a la Ley, y, por lo tanto, después de un proceso justo, ( artículo 11 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos ; artículo 6.2 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales, y artículo 14.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ), lo cual supone que se
haya desarrollado una actividad probatoria de cargo con arreglo a las previsiones constitucionales y legales,
y por lo tanto válida, cuyo contenido incriminatorio, racionalmente valorado de acuerdo con las reglas de
la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos científicos, sea suficiente para desvirtuar aquella
presunción inicial, en cuanto que permita al Tribunal alcanzar una certeza objetiva, en tanto que asumible por la
generalidad, sobre la realidad de los hechos ocurridos y la participación del acusado, de manera que con base
en la misma pueda declararlos probados, excluyendo sobre los mismos la existencia de dudas que puedan
calificarse como razonables. El control casacional se orienta a verificar estos extremos, validez y suficiencia
de la prueba y racionalidad en su valoración, sin que suponga una nueva valoración del material probatorio,
de manera que no es posible que el Tribunal de casación, que no ha presenciado las pruebas personales
practicadas en el plenario, sustituya la realizada por el Tribunal de instancia ante el cual se practicaron.
No se trata, por lo tanto, de comparar la valoración probatoria efectuada por el Tribunal y la que sostiene la
parte que recurre o cualquier otra posible, sino, más limitadamente, de comprobar la regularidad de la prueba
utilizada y la racionalidad del proceso argumentativo.
C) Relatan los hechos declarados probados que María Angeles , como auxiliar de administración e información
de forma discontinua de la Agencia Tributaria, aprovechó que desarrollaba tal actividad entre el 25 de abril y
9 de julio de 2012, para acceder, sin contar con autorización para ello, a datos reservados que afectaban a la
intimidad de algunos vecinos del inmueble en el que residía. Concretamente, accedió a las declaraciones por
el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de 2011 de Salvador , Severiano , Urbano y Vidal , que se
encontraban recogidas y automatizadas en los ficheros informáticos de datos de la Administración Tributaria.
Una vez en conocimiento de los datos de los expedientes de las personas antes referidas, María Angeles hizo
públicamente comentarios a sus vecinos, haciéndoles saber que conocía sus ingresos y la actividad laboral a
la que se dedicaban, además de otros datos personales que figuraban en sus declaraciones.
Aplicando la doctrina expuesta al supuesto de autos hemos de concluir que se ha practicado en él prueba
suficiente para considerar que María Angeles es responsable de los hechos por los que ha sido condenada.
El Tribunal de instancia dictó sentencia condenatoria por los hechos ocurridos entre el 25 de mayo y 9 de julio
de 2012 con base en las siguientes pruebas.
1) Documentación aportada a las actuaciones, acreditativa de que María Angeles no contaba con autorización
para acceder a los ficheros informáticos donde se contenían las declaraciones del Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas de sus vecinos. En los folios 174 y ss. y en el expediente disciplinario obrante en CD, unido
al folio 82 de las actuaciones, se acredita que no tenía autorización para acceder a los archivos informáticos.
Extremo reconocido por la recurrente en el acto del juicio oral, ya que afirmó que sólo los funcionarios de
carrera tenían esa atribución.
La documentación aportada por la AEAT identifica los archivos a los que la acusada accedió en cada caso, y se
informa que no tuvo oportunidad de intervenir en las declaraciones correspondientes porque no se concertó
cita previa para efectuarla por parte de los querellantes.
Asimismo, la Dependencia Informática de la AEAT constata que descubrió que María Angeles realizó el acceso
a la información de la declaración del IRPF de Salvador a través de las opciones de intranet de la campaña
de la renta. Realizó un acceso al borrador del Sr. Salvador . Y si bien el Administrador de Seguridad de la
Dependencia Regional Informática confirmó que no era posible saber con seguridad si se había llegado a
ver datos económicos de detalle o no, porque solo quedaban registrados los accesos a datos generales del
expediente de borrador, la Sala considera acreditado el acceso a datos concretos del borrador por cuanto la
acusada tenía conocimiento de datos económicos concretos del Sr. Salvador Así comparaba sus ingresos
con los de otros vecinos, afirmado que él era el que más cobraba.
Respecto a los accesos realizados a los datos de la Declaración del IRPF del año 2011 de Severiano , consta
en el expediente disciplinario que la acusada realizó dos accesos, uno a efectos de consulta y otro accediendo
al Detalle del Expediente, en el que entró al enlace correspondiente a la grabación de la declaración, donde se
consulta el detalle de la misma.

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Asimismo, consta documentación acreditativa de que la acusada tuvo acceso a datos de la declaración del
IRPF de 2011 de Vidal el día 31 de mayo de 2012. Consultó el expediente virtual del borrador de dicha
declaración.
Igualmente, consta documentado que la acusada accedió, el 18 de junio de 2012, a una consulta detallada de
la declaración de la renta del año 2011 de Urbano .
2) La recurrente en el acto del juicio oral no negó haber accedido a los datos reservados de sus vecinos, si bien
justificó que no pudo acceder a los mismos si no le hubieran proporcionado previamente los interesados su
correspondiente DNI; por lo que afirma que si accedió fue porque se lo pidieron.
3) La Sala no otorga virtualidad a la excusa formulada por la acusada por haber negado las personas afectadas
haberle facilitado su DNI. Asimismo todos ellos niegan haber pedido a la acusada que accediera a sus
expedientes por alguna causa.
Además, afirma la Sala, ninguna prueba corroboró una relación de confianza o de otro tipo que motivara la
autorización de los vecinos afectados.
4) Las personas afectadas por la actuación de la acusada declararon, en el acto del juicio, que la relación con
ésta no era ni buena ni mala. Los afectados coincidieron en manifestar que se vieron sorprendidos por los
comentarios que la acusada efectuaba sobre sus capacidades económicas o sobre su profesión. Y siendo
interrogada por ellos por qué sabía esos datos comentó que tenía sus medios para averiguar esas cosas.
Severiano se sorprendió de que supiera que era policía local, profesión que había ocultado a sus vecinos, a
quienes había manifestado que era electricista. Por su parte, Urbano manifestó que durante una conversación
mantenida con ella le extrañó que supiera dónde trabajaba. Finalmente, el Sr. Vidal declaró que en las juntas
de vecinos la acusada daba a entender que tenía información de ellos referida a lo que ganaban, y que le oyó
decir que el Sr. Salvador tenía un buen sueldo.
En definitiva, de la documental -acreditativa del acceso de la acusada, sin autorización para ello, a datos
reservados de carácter personal que afectaban a la intimidad de algunos de sus vecinos del inmueble en que
residía-, del reconocimiento de la misma de haber accedido a las bases de datos y de la declaración de los
perjudicados -negando que hubieran autorizando a la acusada a acceder a sus declaraciones de la Renta-, no
cabe sino ratificar la conclusión alcanzada por el Tribunal de instancia ya que se basó en prueba suficiente,
ajustándose el juicio de inferencia realizado a tal fin a los parámetros de racionalidad exigibles, por lo que no
se ha producido la vulneración del derecho a la presunción de inocencia que se denuncia.
Por lo expuesto procede pues la inadmisión del motivo de conformidad con el artículo 885.1º de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal .
SEGUNDO .- El segundo motivo se formula al amparo del artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y
del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por infracción del principio de legalidad.
A) Refiere que ya ha sido condenada en la vía administrativa por resolución de 15 de julio de 2013 por acceder
a las bases tributarias de los querellantes, imponiéndole la pena de 3 días de suspensión de empleo y sueldo
de 3 días de duración por cada uno de los accesos a la base de datos de naturaleza tributaria, sanción que
considera suficiente. Alega que se le ha condenado por los mismos hechos: el acceso a las bases de datos.
B) La jurisprudencia de esta Sala ha tratado la cuestión objeto de esta impugnación en varias Sentencias, de
entre las que destacamos la 601/2015, de 23 de octubre : "la garantía de no ser sometido a bis in idem se
configura como un derecho fundamental ( STC 154/1990, de 15 de octubre ), que, en su vertiente material,
impide sancionar en más de una ocasión el mismo hecho con el mismo fundamento, de modo que la reiteración
sancionadora constitucionalmente proscrita puede producirse mediante la sustanciación de una dualidad de
procedimientos sancionadores, o en el seno de un único procedimiento ( SSTC 159/1985, de 27 de noviembre ,
94/1986, de 8 de julio , 154/1990, de 15 de octubre , y 204/1996, de 16 de diciembre ).
El fundamento de la prohibición del non bis in idem se encuentra en que el doble proceso menoscaba la
tutela judicial dispensada por la anterior decisión firme y arroja sobre el reo la carga y la gravosidad de un
nuevo enjuiciamiento que no está destinado a corregir una vulneración en su contra de normas procesales con
relevancia constitucional ( STC 159/1987, de 26 de octubre )".
En nuestro derecho la interdicción del non bis in idem tiene anclaje en la Constitución, arts. 24 y 25 , y en la
legislación procesal, las cuestiones prejudiciales, art. 3 y ss LECrim y 31 y 37 de la Ley 40/2015 Ley de Régimen
jurídico del Sector Público y 22 de la Ley 39/2015 de 2 de octubre , del procedimiento administrativo de la
Administración pública.

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El principio "non bis in idem" incorpora a nuestro enjuiciamiento la interdicción de un doble enjuiciamiento por
los mismos hechos. La cuestión no plantea especiales problemas respecto de la doble sanción penal pues el
ordenamiento prevé la institución de la cosa juzgada que actúa en el proceso penal como artículo de previo
pronunciamiento en el proceso ordinario, y se extiende a todo los procesos, "siempre que exista identidad
fáctica, del ilícito penal imputado, y de sujeto activo de la conducta incriminada" ( STC 221/1997, de 4 de
diciembre ).
Mayores problemas plantea su entendimiento cuando concurren en la sanción de una conducta típica
la potestad sancionadora de la Administración y el orden penal de la jurisdicción sobre sus respectivas
tipicidades. En estos supuestos es preciso delimitar el ámbito del principio "non bis in idem", bien para no
imponer una sanción superior a la prevista por el ordenamiento en su mayor intensidad y gravedad, bien para
impedir la doble sanción, penal y administrativa e, incluso, para determinar el orden precedente.
Para resolver la cuestión deducida en el recurso hay que partir del fundamento del principio. Este se analiza
desde una doble consideración: el principio de culpabilidad y el principio de seguridad jurídica. La adopción de
uno u otro fundamento comporta distintas consecuencias. La fundamentación en el principio de culpabilidad,
de proporcionalidad de la sanción a la conducta, comporta que la pena, la sanción a la conducta típica, no
pueda rebasar la medida de la culpabilidad, por lo que las sanciones impuestas no puedan superar ese límite;
si bien se permite la doble sanción por la jurisdicción penal y la sanción administrativa y su efecto se limita
a no sobrepasar la sanción más grave.
Si por el contrario, asentamos el principio "non bis in idem" en el principio de seguridad jurídica, la consecuencia
será la de excluir el segundo enjuiciamiento por los mismos hechos a la misma persona, de manera que
actuada la sanción, administrativa o penal, no podrá actuarse la segunda pues lo impide la vigencia del
principio.
El Tribunal Constitucional ha mantenido las dos fundamentaciones. En la STC 177/1999, de 11 de octubre ,
en un supuesto en el que la Administración había sancionado a un empresario por un vertido contaminante
y posteriormente fue condenado por la jurisdicción penal por delito ecológico, anula la sentencia penal por
vulnerar el principio y arguye el principio de seguridad jurídica como fundamento de su resolución desde una
vertiente material: la previa sanción administrativa impide un segundo pronunciamiento condenatorio, en este
caso doble enjuiciamiento sancionador, por la jurisdicción penal. También se apoya en un criterio procesal
por el que se trata de evitar pronunciamientos contradictorios que podrían producirse de mantener los dos
procedimientos de sanción.
Otra Sentencia, la 152/2001, de 2 de julio , en un hecho de la circulación en el que un conductor había
sido sancionado administrativamente y penalmente por el mismo hecho, una conducción bajo efectos de
bebidas alcohólicas, inadmite la demanda de amparo arguyendo que la prohibición de interdicción del doble
enjuiciamiento no fue planteada en la jurisidicción penal, por lo que la condena penal era procedente.
La contradicción existente entre ambas doctrinas contenidas en sendas Sentencias fue abordada por el
Pleno del Tribunal Constitucional en la Sentencia 2/2003, de 16 de enero , en la que se plantea nuevamente
un supuesto de doble sanción, administrativa y penal del mismo hecho, otra conducción bajo efectos de
bebidas alcohólicas. En esta Sentencia, que constituye la doctrina del Tribunal en esta materia, se declara
la precedencia y preferencia de la jurisdicción penal sobre la potestad sancionadora de la administración,
afirmación que realiza con apoyo en una jurisprudencia consolidada del Tribunal Constitucional y con apoyo
en la legislación procesal al regular las cuestiones prejudiciales ( STC 77/1983 ). El Tribunal en la Sentencia
2/2003 mantiene la precedencia de la jurisdicción penal en la investigación de ilícitos penales y administrativos,
con una excepción que establece cuando por la sanción o la complejidad del proceso administrativo, éste
sea equiparable al proceso penal. Fuera de este supuesto, el principio de "non bis in idem", fundamentado en
el principio de culpabilidad, proclama que en caso de concurrencia de la administración sancionadora y el
sistema penal en la depuración de una conducta, la primera debe cesar en su investigación y depuración hasta
que acabe el proceso penal. En caso de que al tiempo del enjuiciamiento penal ya se hubiera dictado la sanción
administrativa, el órgano penal deberá tener en cuenta la sanción penal para evitar una sanción al hecho que
supere la medida de culpabilidad (principio de preferencia de la jurisdicción penal y principio de culpabilidad).
La anterior es la interpretación que ha de darse al contenido esencial de la interdicción derivada del "non bis in
idem", interpretación que se concreta en la preferencia del proceso penal frente al administrativo, cuando se
produzca una coincidencia en la investigación penal y administrativa sobre el mismo hecho y la misma persona
indagada, de manera que la Administración deberá suspender su indagación hasta que finalice la penal. En el
caso de que la indagación penal llegue a un pronunciamiento definitivo de condena, éste culmina el reproche a
la situación antijurídica. En el supuesto de que se haya declarado la responsabilidad en la Administración ésta
no impide la actuación de la jurisdicción penal aunque la jurisdicción tendrá en cuenta el reproche realizado por

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la Administración en la determinación de la pena, de manera que no se supere el máximo de la consecuencia


prevista a la conducta típica.
C) Hemos de partir de la base de que la sentencia no declara probada la existencia de una sanción
administrativa que se refiera a los mismos hechos. En cualquier caso, la aplicación de la anterior doctrina
determina la inadmisión del motivo. Los órganos penales no pueden dejar de condenar penalmente al
antes sancionado administrativamente, dado su sometimiento estricto a la ley en el ejercicio de su función
jurisdiccional ( art. 117.1 CE ).
De la proscripción de duplicidad sancionadora no puede derivarse la consecuencia automática de la anulación
de la segunda sanción que se impone. Tal y como hemos afirmado anteriormente la jurisdicción penal es
prevalente. En definitiva, en el caso de autos la posible sanción administrativa no impide a la Sala conocer
de los hechos, sin perjuicio de que la posible sanción en vía administrativa pueda ser tenida en cuenta en la
ejecutoria a la hora de imponer la pena (tal y como declara, para un caso similar la STS 507/2016, de 9 de junio ).
En atención a lo expuesto, procede la inadmisión del motivo ex artículo 885.1 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal .
TERCERO .- El tercer motivo se formula al amparo del artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y del
artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por infracción del artículo 24.2 de la Constitución Española .
A) Alega que se ha producido una vulneración del principio acusatorio dado que los escritos de acusación
no especifican qué datos concretos vio y, sin embargo en los hechos probados se afirma que hizo saber
a sus vecinos que conocía sus ingresos y actividad laboral y demás datos personales que figuran en sus
declaraciones.
B) Ha señalado la jurisprudencia (ver entre otras la STS 189/2016 ) "el principio acusatorio, que no debe
confundirse con el sistema acusatorio, en sentido estricto se manifiesta en todo proceso penal como la
exigencia de una acusación previa por un órgano distinto del enjuiciador para que una persona pueda ser
condenada. Luego es consecuencia necesaria de lo anterior el derecho a ser informado de la acusación
que de esta forma se integra en el principio acusatorio ( artículo 24.2 CE ), porque si no se conocen los
hechos el acusado no podrá defenderse de los mismos ni contradecirlos. Desde esta perspectiva el contenido
de la información es en primer lugar esencialmente fáctico en cuanto que los términos de la acusación
necesariamente deben contener el hecho punible que constituye el objeto del proceso, relatando de forma
accesible, clara y precisa un hecho concreto en relación con una persona y penalmente relevante, lo que
determina la extensión del contenido del principio acusatorio también a la calificación jurídica imponiendo
limitaciones al Tribunal sobre la misma. Por ello la doctrina del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo
proscribe las acusaciones implícitas o sorpresivas y advierte de la vinculación del principio acusatorio con
el derecho de defensa, tutela judicial e incluso se relaciona con la independencia judicial puesto que si el
juez se extralimita en relación con el hecho punible fijado por la acusación compromete su imparcialidad.-
Partiendo de lo anterior, es preciso analizar la otra vertiente de la cuestión, la congruencia o correlación entre la
acusación y la sentencia, pues también debe admitirse que el principio acusatorio no supone necesariamente
que el tribunal no pueda introducir modificaciones en su relato siempre que la identidad esencial de los
hechos resulte respetada. Así, la STC 133/2014 , en su fundamento jurídico séptimo, afirma "que una de las
manifestaciones del principio acusatorio contenidas en el derecho a un proceso con todas las garantías es
el deber de congruencia entre la acusación y el fallo, en virtud del cual nadie puede ser condenado por cosa
distinta de la que se le ha acusado, entendiendo por "cosa", en este contexto, no únicamente un concreto
devenir de acontecimientos, un factum , sino también la perspectiva jurídica que delimita de un cierto modo
ese devenir y selecciona algunos de sus rasgos, pues el debate contradictorio recae no solo sobre los hechos
sino también sobre su calificación jurídica. Ahora bien, también este Tribunal ha puesto de manifiesto que el
deber de congruencia no implica un deber incondicionado para el órgano judicial de estricta vinculación a las
pretensiones de la acusación, ya que, más allá de dicha congruencia lo decisivo a efectos de la lesión del art.
24.2 CE es la efectiva constancia de que hubo elementos esenciales de la calificación final que de hecho no
fueron ni pudieron ser plena y frontalmente debatidos, pues lo determinante es verificar que no se introduzca
un elemento o dato nuevo al que la parte o partes, por su lógico desconocimiento, no hubieran podido referirse
para contradecirlo". En la misma línea la jurisprudencia del Tribunal Supremo".
C) El motivo ha de indamitirse. En el caso de autos, consultada la causa y los escritos de acusación, se constata
que los hechos nucleares de la sentencia, recogidos en los hechos probados, se corresponden con los mismos,
y en modo alguno la Audiencia ha añadido hechos perjudiciales para la acusada de forma que hayan afectado
a su defensa. Ya en los escritos de acusación se afirmaba que la recurrente había accedido a datos secretos
de los recurrentes, accediendo a sus declaraciones tributarias o a sus borradores. Los concretos datos a los
que accedió: ingresos y actividad laboral, además de otros datos de carácter personal (tales como estado

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de salud -caso de existencia de deducciones por minusvalías-, estado civil, estos últimos concretados en los
fundamentos jurídicos) se trata de datos de claro carácter personal que se incluyen en las declaraciones de
IRPF o en los borradores.
En definitiva, se trata de datos comprendidos en las referencias que se hacían en los escritos de acusación
particular cuando se afirmaba que la acusada había accedido a datos secretos, que estaban en las bases de
datos de la Agencia Tributaria.
Finalmente, cabe destacar que el tipo penal objeto de acusación ha permanecido inalterable a lo largo del
procedimiento. Lo decisivo a efectos de la lesión del art. 24.2 de la Constitución Española es la efectiva
constancia de que hubo elementos esenciales de la calificación final que de hecho no fueron ni pudieron ser
plena y frontalmente debatidos, pues lo determinante es verificar que no se introduzca un elemento o dato
nuevo al que la parte o partes, por su lógico desconocimiento, no hubieran podido referirse para contradecirlo.
Por lo expuesto, procede la inadmisión del motivo ex artículo 885.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal .
CUARTO .- El cuarto motivo se formula al amparo del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por
vulneración del artículo 197.2 del Código Penal .
A) La recurrente cuestiona la aplicación del delito por el que ha sido condenada por no estar acreditada la
existencia de un perjuicio para los querellantes.
B) Afirmábamos en la STS 40/2016 : «El delito del art. 197.2 del Código Penal , delito contra la libertad
informática o "habeas data" es un delito que atenta a la intimidad de las personas mediante una conducta típica
que va referida a la realización de un uso ilegítimo de los datos personales insertos en programas informáticos,
electrónicos o telemáticos. Se trata de datos reservados que pertenecen al titular pero que no se encuentran en
su ámbito de protección directo, directamente custodiados por el titular, sino inmersos en bases de datos, en
archivos cuya custodia aparece especialmente protegida en orden a la autorización de su inclusión, supresión,
fijación de plazos, cesión de información, etc, de acuerdo a la legislación de protección de datos, delimitando
claramente la titularidad y manejo y cesión de la información contenida en los mismos ( STS 1084/2010, de
9 de diciembre ).
Caracteriza, por lo tanto, esta figura típica tratarse de datos propios de la intimidad de una persona guardadas
en bases de datos no controladas por el titular del derecho, y, por ende, sujeta a especiales normas de
protección y de acceso que el autor quiebra para acceder. El carácter sensible de los datos a los que se accede
incorpora el perjuicio típico.
Las distintas modalidades de acción implican una agresión a la custodia de los datos que aparece expresada
con el término "sin estar autorizado" lo que implica no sólo una un acceso no permitido a la información
reservada, como el que pudiera realizar una persona ajena a la base de datos o al archivo que incluye lo datos
especialmente protegidos, también un acceso realizado por un autorizado fuera del ámbito de la autorización
y de ahí que, como dijimos en la STS 1328/2009, de 30 de diciembre , los verbos nucleares del tipo penal han
de ser interpretados en el sentido amplio comprendiendo los supuestos en los que se copian datos dejando
intactos los originales, bastando con captar, aprehender, el contenido de la información, sin ser precisa un
apoderamiento material del dato.
Desde la perspectiva expuesta la modalidad de conducta consistente en el acceso inconsentido, requiere un
perjuicio, porque así lo exige el tipo penal: "Iguales penas se impondrán a quien sin estar autorizado acceda
por cualquier medio a los mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos o de un
tercero". El término "en perjuicio" informa la conducta de quien accede y de quien altera o utiliza, los datos
protegidos (...) La expresión del perjuicio no supone que el delito incorpore una finalidad económica. Se trata
de un delito que supone el conocimiento y voluntad en la acción realizada actuando a sabiendas, en tanto que
el perjuicio se refiere al peligro de que los datos albergados en las bases de datos protegidas puedan llegar a
ser conocidos por personas no autorizadas. En el caso ese perjuicio se ha producido, y el autor lo pretendió
al tomar conocimiento de un dato personal especialmente sensible en nuestro ámbito cultural, inherente a la
intimidad más estricta que no interesa sea conocido fuera de la privacidad y hacerlo con conocimiento de una
actuación contraria a la norma que permite su acceso. (...) En la STS 532/2015, de 23 de septiembre , se afirma
que el acceso a los datos perjudica a su titular cuando se traten de datos sensibles por su naturaleza».
C) La cuestión deducida en el recurso plantea, por lo tanto, el problema interpretativo relativo a la exigencia de
un perjuicio como requisito de la tipicidad en la modalidad de acceso del art. 197.2 del Código Penal .
El motivo ha de inadmitirse. De conformidad con la doctrina de esta Sala cuando los datos descubiertos son
sensibles para la persona, identidad y creencias de las personas, el descubrimiento constituye un perjuicio.

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En el caso ese perjuicio se ha producido al tomar conocimiento de datos personales especialmente sensibles
en nuestro ámbito cultural (remuneración, padecimiento de alguna minusvalía, creencias -en la medida que
los contribuyentes pueden destinar un porcentaje de su cuota a colaborar en el sostenimiento de la Iglesia
Católica y a otros fines de interés social, o pueden no ejercer ninguna opción-, o el estado civil), inherentes a
la intimidad. Comportamiento que realizó la acusada con conocimiento de una actuación contraria a la norma
que permite su acceso.
Por lo demás, en los hechos probados se recoge que la acusada, además de haber accedido a los datos
sensibles, hizo públicamente comentarios haciéndoles a los querellantes saber que conocía sus ingresos y
actividad laboral, además de otros datos de carácter personal que figuraban en sus declaraciones, de modo
que terceras personas también quedaron enterados de la información reservada obtenida por la acusada.
En atención a lo expuesto procede la inadmisión del motivo ex artículo 885.1 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal .
QUINTO .- El quinto motivo se formula al amparo del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por
infracción del artículo 240 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal .
A) Cuestiona la recurrente que se le haya condenado al abono de las costas procesales, incluidas las de la
acusación particular.
B) Como hemos dicho en la STS 767/2016, de 16 de octubre : "la jurisprudencia abandonó hace tiempo a estos
efectos la doctrina de la relevancia de la actuación de la acusación particular. No es ese el criterio que ha
de orientar la inclusión de las costas de la acusación particular en la actualidad. Las costas de la acusación
particular se impondrán siempre que resulte condenado el acusado y la actuación de la acusación particular
no haya resultado perturbadora por su heterogeneidad con respecto a la condena definitiva (SSTS, 2ª, de 27
de noviembre y 10 de octubre, 1992, 8 y 9 de marzo, 1991, 15 de octubre, y 11 de diciembre, 1990, etc.).
Dentro de la jurisprudencia convivían dos corrientes: Una excluía la condena a las costas de la misma cuando
su participación fuese irrelevante ( SSTS núm. 1553/1999, de 22 febrero 2000 ; y 956/1998, de 16 julio ). Otra
que ha acabado por imponerse, las otorga como regla general, excluyéndolas solo cuando su intervención o
participación haya resultado perturbadora. No es necesario que aporte algo positivo a la resolución del caso.
La STS 616/2006 las excluye por la manifiesta heterogeneidad con la condena.
En ocasiones sigue apareciendo, aunque siempre en un segundo plano el criterio de la relevancia, denegándose
la imposición de las costas correspondientes a la acusación particular cuando la intervención de esta parte ha
sido irrelevante o manifiestamente inútil ( SSTS 518/2004, de 20 de abril ; 37/2006, de 25 de enero ; 1034/2007,
de 19 de diciembre ; 147/2009, de 12 de febrero , 567/2009, de 25 de mayo o 1089/2009, de 27 de octubre )".
C) Como se observa, la regla establecida por la Ley de Enjuiciamiento Criminal y por el Código Penal es que todo
acusado condenado y responsable de una conducta delictiva debe asumir igualmente las costas procesales
generadas por su conducta. Resultaría carente de equidad que la parte perjudicada por la conducta delictiva de
la persona debiese, además, afrontar los gastos procesales ocasionados por el ejercicio legítimo de la acción
que la legislación le concede.
Excepcionalmente, la jurisprudencia de esta Sala ha establecido, que no procede la condena por las costas
causadas a la acusación particular, en los casos en que ésta se haya ejercido con evidente temeridad y mala
fe. Se refiere a aquellos casos, en los que la acusación particular ha mantenido posiciones excéntricas o que,
claramente, ha instrumentalizado la vía de la Justicia con la intención de dar simple escape a su ánimo espurio,
enemistoso o vindicativo contra el acusado, tendente, no a conseguir un resarcimiento del daño ocasionado, si
no producirle incomodidades y problemas adicionales. Esto no ocurre en el presente caso. La postura procesal
de la parte querellante se ha mantenido dentro de unos márgenes penal y procesalmente razonables. No puede
considerarse carente de fundamento, además, fue coincidente con la calificación formulada por el Ministerio
Fiscal y con el pronunciamiento de la Sala, quien condenó a la recurrente por el delito de descubrimiento y
revelación de secretos que propugnaba la acusación particular.
Por todo ello, procede la inadmisión del presente motivo de conformidad con lo que determina al artículo 885.1
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal .
En su consecuencia se ha de dictar la siguiente:

III. PARTE DISPOSITIVA


LA SALA ACUERDA:

7
JURISPRUDENCIA

NO HABER LUGAR A LA ADMISION del recurso de casación formalizado por la recurrente contra la sentencia
dictada por la Audiencia Provincial de origen en la causa referenciada en el encabezamiento de esta resolución.
Las costas del recurso se imponen a la parte recurrente.
Así lo acordaron y firman los Excmos. Sres. que han constituido Sala para ver y decidir esta resolución.

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