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I. ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Ministerio Fiscal, en sus conclusiones definitivas, calificó los hechos objeto de las actuaciones
como constitutivos de un delito de lesiones previsto y penado en el artículo 147.1 del Código Penal reputando
como responsable del mismo en concepto de autor a Pedro Francisco , concurriendo la circunstancia
agravante de prevalerse del carácter público, artículo 22.7 del Código Penal , interesando la pena de prisión
de 21 meses, inhabilitación especial para la profesión de policía municipal, pago de costas, y a indemnizar a
Jose María en 601 euros, con la responsabilidad civil subsidiaria del Ayuntamiento de Madrid.
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JURISPRUDENCIA
En igual trámite la acusación particular consideró que los hechos eran constitutivos de un delito de lesiones,
previsto en el artículo 147.1 y 148.1 del Código Penal , y otro delito de tortura del artículo 174 de igual texto
legal, reputando como responsable de los mismos en concepto de autor a Pedro Francisco , concurriendo
las circunstancias agravantes de abuso de superioridad y prevalimiento de carácter público, artículos 22.2
y 22.7 del Código Penal , interesando por el primer delito la pena de prisión de tres años y por el segundo
prisión de cuatro años e inhabilitación absoluta de doce años, así como a indemnizar a su patrocinado en
407.000 pesetas, con la responsabilidad civil subsidiaria del Ayuntamiento de Madrid, pago de costas, dejando
para ejecución de sentencia la determinación de la indemnización por secuelas o el tratamiento al que deba
someterse el lesionado, con remisión de testimonio en cuanto al policía 66.266 por un posible delito de falso
testimonio.
SEGUNDO.- La defensa de Pedro Francisco y del responsable civil subsidiario, en sus conclusiones
también definitivas, interesaron una sentencia absolutoria con todos los pronunciamientos favorables por
disconformidad con los correlativos del Ministerio Fiscal y de la acusación particular.
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JURISPRUDENCIA
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que deben ser referidos al tiempo que tardó en curar Jose María de sus lesiones, habiendo acogido el informe
Médico Forense que lo establece en diez días, frente al informe del Doctor Carlos Antonio que establece la
baja laboral en 37 días, y ello de una parte por cuanto el Médico Forense tiene entre sus cometidos específicos
la valoración de los daños corporales, artículo 3 c) del Real Decreto 296/1995, de 23 de febrero , por el que
se aprueba el reglamento orgánico del Cuerpo de Médicos Forenses, y de otra porque el alta laboral no es un
concepto coincidente con la sanidad en sentido médico legal. En cuanto a la concreta indemnización debe
fijarse en 601 euros correspondientes a la cantidad de diez mil pesetas por día de incapacidad que usualmente
se viene concediendo en supuestos análogos por lesiones impeditivas en personas mayores de edad y activas
laboralmente. Debe denegarse, por último, la petición para ejecución de sentencia en orden a la determinación
de las secuelas o de tratamiento al que deba someterse Jose María , tanto unas como otras son inexistentes
al día de hoy e improbables según los peritos, y al Tribunal le resulta imposible fijar las bases, exigidas por el
artículo 115 del Código Penal , para unas secuelas futuras e inciertas.
SEPTIMO.- De la indemnización expuesta debe responder subsidiariamente el Excelentísimo Ayuntamiento
de Madrid de conformidad con el artículo 121 del Código Penal . Concurren los requisitos exigidos para
tal declaración, a) El personal del vinculo del autor con la Administración. B) La actuación en el ejercicio
de su cargo o función y c) Que la lesión o daño producido lo haya sido como consecuencia directa del
funcionamiento lo haya sido como consecuencia directa del funcionamiento de los servicios públicos que le
estuvieran confiados al autor. Ciertamente el delito no forma parte de los fines del Ayuntamiento de Madrid,
ni den ninguno de los entes públicos a que se refiere el artículo ya citado del Código Penal, pero la causa de
su reprochable conducta se encuentra en un exceso en las atribuciones y funciones de Pedro Francisco con
ocasión del ejercicio de las mismas.
OCTAVO.- Que las costas procesales vienen impuestas por ley a toda persona responsable criminalmente e
un delito, debiendo declararse de oficio las correspondientes al delito pro el que se absuelve. Dicha condena
ha de incluir las devengadas, proporcionalmente, por la acusación particular por cuanto su intervención, pese
a no acogerse la totalidad de sus pretensiones, no ha sido irrelevante ni perturbadora, proponiendo para el
plenario el testimonio del lesionado y las periciales médicas, en buena medida decisivas para configurar la
convicción del Tribunal. No procede acceder a deducir el testimonio interesado en orden a la declaración del
agente NUM002 por no apreciar el Tribunal visos de falsedad en su declaración.
Vistos, además de los citados, los preceptos legales pertinentes del Código Penal y Ley de Enjuiciamiento
Criminal.
FALLAMOS
Que absolviendo a Pedro Francisco del delito de tortura del que venia acusado por la acusación particular,
debemos condenarle y le condenamos como autor penalmente responsable de un delito de lesiones ya
definido, concurriendo la circunstancia agravante de prevalerse de carácter público, a la pena de prisión de un
año y nueve meses, con la accesoria de inhabilitación especial de cargo público como policía municipal, pago
de la mitad de las costas procesales con inclusión de las devengadas por la acusación particular, declarando de
oficio la otra mitad de las costas, y a indemnizar a Jose María en 601 euros, que devengarán el interés previsto
en el artículo 576 de la L.E.Cr , declarando la responsabilidad civil subsidiaria del EXCMO. AYUNTAMIENTO
DE MADRID.
Aprobamos por sus propios fundamentos el auto de solvencia elevado en consulta por el Instructor y obrante
en la pieza de responsabilidad civil.
Notifíquese la presente sentencia a las partes haciéndolas saber que no es firme y que contra la misma podrá
interponer recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que deberá ser preparado ante
este Tribunal en el plazo de los S días siguientes al de la última notificación, conforme a lo dispuesto en los
arts. 212 y 847 b) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Así por esta nuestra Sentencia, de la que se llevará
certificación al Rollo de Sala, la pronunciamos, mandamos y firmamos.