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REDACCIÓN

Semana 29

Quinto Católica

REDACCIÓN DE ENSAYO III

TEMA: Un jardín para la ciudad de Lima: ¿el francés o el inglés?

Fuente 1: El parterre o parque francés

Los parterres franceses fueron elaborados pasado el siglo XVI, en el


que estuvieron de moda en Inglaterra sus inmediatos predecesores, los
jardines de nudo. Los parterres franceses alcanzaron un clímax en el
Chateau de Versalles y en sus muchas imitaciones europeas, tales como:
los jardines del Palacio Real, de La Granja de San Ildefonso en España
o el palacio de Kensington en Inglaterra.
El parterre fue desarrollado en Francia por Claude Mollet, el fundador
de una dinastía de viveristas diseñadores cuya impronta caló profunda-
mente en el siglo XVIII. El pintor Etienne du Pérac, quien volvió de Italia al
château de Anet, donde él y Mollet estaban trabajando, fue la inspiración
de este para desarrollar los "compartimentos" que ya existían como entrela-
zados simples durante el siglo XVI, en los que se empleaban hierbas con lazos
simples unas veces abiertos y rellenos de arena; y otras veces, cerrados y
llenos de lechos florales. En el 1595, Mollet introdujo los parterres con compartimentos con dibujos en los jardines de
Saint-Germain-en-Laye y en Fontainebleau; el dibujo totalmente desarrollado como en un bordado parterres en broderie
aparece por primera vez en un grabado de Alexandre Francini de una vista de los planos de las plantaciones revisadas de
los jardines de Fontainebleau y Saint-Germain-en-Laye en 1614.

Parterre moderno en el Birr Castle, Irlanda

Los bojes recortados satisfacían con su resistencia a los patrones de los jardines por su "olor a fresco", como el
herborista Gervase Markham lo describe. Antes de 1638, Jacques Boyceau describe la gama de diseños en caja que un
jardinero debe poder proporcionar: "Los parterres son los adornos bajos de los jardines, que tienen un gran encanto, espe-
cialmente cuando se les ve desde una posición elevada: las borduras se hacen de varios arbustos principales y arbustos
secundarios de varios colores, formados de diversas maneras, como compartimentos, follaje, bordados (passements),
arabescos, grotescos, guilloches, rosetones, sunbursts (gloires)",— Traité du iardinage selon les raisons de la nature
et de l’art, pp 81–82 (citado por Laird).
Ya en 1630, se habían elaborado parterres de broderie en la Wilton House, tan magníficos que se les hizo un grabado,
el único recuerdo que queda de ellos, actualmente. Parterres de pelouse o parterres de gazon se refiere a los parterres
de pequeño porte de hierbas como la manzanilla.
Un paseo de compartimentos es el que separa los cuadros de un parterre.

Fuente: www.wikipedia.org

Fuente 2: Los ingleses y sus jardines

Los ingleses aman sus jardines, los libros de jardinería, los programas de jardinería en
la televisión... Tal vez por eso, hay quien dice que aunque ya no creen en el paraíso, sí que
añoran el jardín del Edén.
En el jardín inglés, todo está controlado pero no se quiere dejar notar. El primer elemento
de juego para ello, son las ondulaciones del terreno, pero realizadas con tanta suavidad que
montañas enteras artificiales parecen naturales. Son jardines que establecen relaciones
entre el vacío y el lleno, pero como si fueran relaciones naturales de espacios que por algu-
na razón no han desarrollado el elemento vegetal. En estos vaciados existen ejes basados
en el eje francés, pero sus límites son irregulares, haciéndonos creer que este vacío está
allí por azar. La idea de dominio del territorio del eje francés, es aquí más sutil, disponiendo
arquitecturas allí donde la vista se escapa, por ejemplo.

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El paisajismo inglés desemboca finalmente en una línea supre-
matista representada por Capability Brown, quien decía que, “el paisajismo
inglés no busca paisajes exóticos sino mejorar el paisaje existente”. Capabi-
lity hacía estas faenas de mejorar el territorio argumentando que los territorios
eran “capaces” de ser lo que él proponía.
En Blenheim, Capability destruirá los jardines de Wise y creará un
proyecto a gran escala, prescindiendo de las típicas folies y en el que solo
habrá cuatro grandes elementos: el puente, el palacio, la columna conmemorativa
y el templo gótico, aparte de las láminas de agua.
Esta posición extrema genera en su muerte muchas críticas: si el
territorio se ha de reformar, ¿por qué no dejar constancia de la mano del hombre?
Por ello, surgió Ensayo sobre lo pintoresco de Uvedale Price, 1796. Entre otras
reflexiones del libro cabe destacar la reflexión que ya en aquellos momentos
se daba por las transformaciones que se estaban introduciendoen el terreno
a raíz de la introducción en él de las nuevas tecnologías, como el ferrocarril.
Además, es en estos momentos cuando también empieza a aparecer el parque en las ciudades. Todas estas modifica-
ciones sobre el territorio, en cambio, se interpretan como positivas, por tanto, se ve un poco absurda la posición extrema
de Capability Brown de no dejar que para nada se note la mano del hombre en sus creaciones.
El Regent’s Park tenía que ser la vivienda real, pero el rey decidió que no quería ir a vivir allí y el parque se abrió al
público y apareció como uno de los primeros parques modernos. Repton es la figura del paisajista moderno. Odia los
extremos, tanto Wise como Capability, y busca los intermedios. Es el que establece el término landscape gardening
–jardín paisajístico–. Paisajista de mentalidad no arquitectónica, con él se revaloran los elementos constitutivos del parque
enfrente del mundo de las formas y las estructuras. Estos dos mundos, por tanto, se desgranan a partir de Repton en un
periodo donde se valora más al jardinero que al arquitecto.
Jekyll es otro ejemplo de jardinero que actúa sobre los elementos y no tanto sobre las estructuras, sus trabajos en
cottages ingleses lo demuestran, ya que aquí la estructura casi no se puede definir, siendo lo más importante el elemento
individual.
Por otro lado, nos encontramos con el jardín pintoresco. Girardin es el primer jardinero que curiosamente, primero
piensa su jardín y crea un manual de jardinería antes de hacerlo realidad. Su jardín es un recorrido por la fantasía, el mundo
de los sueños, la historia. El paisaje se transforma en un contenedor para ir recogiendo sensaciones, sueños, paisajes,
historias.
En 1800, Francia seguirá el camino de Inglaterra en sus parques públicos, pero siendo ciudades muy diferentes,
ya que París es una ciudad de ejes, estructura, piezas, mientras que Londres es una ciudad de tejidos.
Alphand y Barrilet son capaces de coger estos jardines privados y personales e introducirlos en la ciudad. En estos
parques se buscaba la naturaleza que no existía en el interior de las ciudades (ahora la situación es diferente, ya que a la
naturaleza se puede acceder más fácilmente gracias a los medios de comunicación, por tanto, los parques actuales tienen
otra función).
La diferencia entre un parque clásico como el Regent’s Park y uno pintoresco como Des Buttes Chamount es que
en el primero pudieron nacer los deportes sobre césped porque eran simples vaciados en el territorio, mientras que en el
segundo se crea un lugar de paseo más natural.
El Central Park, 1858, se hizo importante como una manifestación de los valores culturales más importantes de
los estadounidenses. Allí comparten el paisaje de la misma manera que aquí compartimos la historia. Es lo que los une.
En todo esto, Olmstead aprovecha el Central Park para establecer la relación americana entre naturaleza y ciudad.
Es capaz de que toda la inmensidad del paisaje entre en la ciudad.

http://www.grancanariaweb.com/edgar/ingles/index.html

Fuente 3: El English garden o jardín inglés

El término jardín inglés o parque inglés se usa en Europa Continental para designar a un tipo de parque que tuvo
su origen en Inglaterra durante el siglo XVII. Los principales elementos de todo jardín inglés son las estatuas, el agua y
el terreno circundante. El estilo se diferencia ampliamente del diseño formal del barroco y del estilo formal francés. Uno de
los parques ingleses más conocidos en Europa es el Englischer Garten en Múnich, Alemania.
Este estilo fue dominante en la jardinería inglesa durante un relativamente breve lapso, desde mediados del
siglo XVIII hasta principios del siglo XIX, y se encuentra asociado a la arquitectura georgiana, caracterizada, sobre todo
en su inicio, por unas formas palladianas que contrastan con la denominada naturalidad del jardín inglés. El máximo repre-
sentante de este tipo de jardines en el Reino Unido fue Capability Brown. También se da la circunstancia de que una buena
parte de los jardines más famosos de Inglaterra no han sido diseñados en este estilo y el término "jardín inglés" (English garden)
no es usado en Inglaterra.

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Redacción

Primero en el Renacimiento y después durante el barroco, Francia con sus villas y châteaux había establecido un
modelo de jardín de acompañamiento a la arquitectura en Europa. Sus aspectos más sobresalientes eran la elegancia y
artificialidad de sus formas, el diseño de estos jardines constituía un arte sofisticado de complicadas plantas geométricas,
cuidadosamente configuradas. Un ejemplo sobresaliente de lo expuesto se encuentra en los jardines del Palacio de Versalles.
Los arquitectos ingleses del siglo XVIII rechazaban este tipo de parque por motivos estéticos, motivos de carácter
filosófico, relativos a la introducción del concepto de lo natural y las formas naturales, antes de haber sido deformadas por
la fuerza humana; así, para los paisajistas ingleses, las laderas, colinas, árboles y arbustos adoptaban sus propias
formas con total libertad, sin constricción a ninguna norma geométrica; pero también se encontraban razones políticas en
el rechazo a las formas francesas, y constituyó una manifestación aplicada a las artes de la política antifrancesa contraria al
absolutismo que imperaba en ese país. De esta forma hay que entender el jardín inglés como una consecuencia de todas
las ideas expuestas.
Este nuevo estilo de diseño recibió influencias en el terreno literario, de los clásicos Virgilio y Ovidio, y también en
la pintura, de la escuela romana de paisajistas del siglo XVII, que representaban paisajes de la Antigüedad, ricos en
incidentes pintorescos. Los proyectistas de jardines ingleses trataron de evocar, en sus creaciones, los efectos pintorescos
de la visión italiana y recrear un ambiente nostálgico e idílico.

Características del jardín inglés

Los diseños de jardines ingleses, tomando como partida los principios antes expuestos, del elemento natural,
no eran desde luego reservas naturales y salvajes como las que actualmente se conservan en la naturaleza, eran a su
manera, tan artificiales y sofisticados como sus precedentes franceses. El canon europeo de parque inglés incluye un buen
número de elementos románticos; siempre existe un estanque con un puente o un muelle (construcción). Alrededor del
lago suele encontrarse un pabellón de forma hexagonal, a menudo con forma de templo romano. A veces, el parque incluye
también un pabellón chino. Otros elementos corrientes son grutas y ruinas.

Elementos

Su concepción es irregular, con caminos tortuosos y vegetación aparentemente no domesticada, dando una
impresión natural. Se conservan y se explotan los accidentes del terreno, tales como cuestas. Hay abundante presencia de
arbustos, malezas y elementos arquitectónicos que participan en su decoración: folly, rocas, estatuas, bancos, etc. Asociación
de diversas decoraciones. Las formas y colores de la vegetación son variados. Los itinerarios no se señalan, ya que en
el paseo por un jardín inglés se deja un espacio a la sorpresa y al descubrimiento, y no suelen existir grandes avenidas
rectilíneas que guíen los pasos del paseante, sino más bien una clase de "vagabundeo poético".

Simbología del jardín inglés

Este tipo de jardín quiere ser como el paisaje de una pintura. Su dispo-
sición irregular, opuesta al orden del jardín francés, lo encaja como un símbolo
de la libertad que encontró necesariamente un eco en la Revolución francesa,
frente al yugo del jardín francés. La negación de la simetría se vinculaba enton-
ces, con una negación de los códigos. Se volvió el símbolo de la emancipación
frente a la monarquía absoluta y sus representantes.
Se trata, con todo, de un "decorado" reconstituido: para la comodidad
de los paseantes se puede colocar un banco con el fin de contemplar una parte
de agua o aprovechar la sombra de los árboles. La salvaje naturaleza se recons-
truye de forma ablandada. La evolución que conoció este tipo de jardín en el
siglo XIX ilustra bien esta recreación idealizada de la naturaleza. Su concepción
es irregular, con caminos tortuosos y vegetación aparentemente no domesticada,
dando una impresión natural. Se conservan y se explotan los accidentes del
terreno, tales como cuestas. Hay abundante presencia de arbustos, malezas y
elementos arquitectónicos.

Fuente: www.wikipedia.org

Fuente 4: Los jardines de Versalles

El siglo XVIII significó para Francia la planificación de los espacios verdes. El típico jardín francés llama la atención
por su majestuosidad y por la sistematización de ciertos tópicos. Uno de los ejemplos más sobresalientes de este tipo de
diseño son los maravillosos jardines de Versalles, cuya amplia extensión favoreció una ordenación vegetal de brillante
suntuosidad.

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Al jardín francés lo definen varios elementos que son los que, a lo largo
de la historia, han pasado hasta nuestros días.
Podemos reconocer un jardín con este estilo cuando observemos cómo
se cumplen una serie de normas básicas tales como la geometría, la imposición
de la perspectiva, el uso del agua o las singulares formas con las que se moldean
los arbustos.
El trono francés en la mitad del siglo XVII estaba ocupado por uno de
los reyes más carismáticos del país galo: Luis XIV, conocido como Rey Sol.
La búsqueda de paz y, al mismo tiempo, su impulso irrefrenable hacia las mues-
tras de prepotencia, lo llevó a instaurar una nueva concepción paisajística que
no escatimara en detalles que fueran fieles a los ideales de poder, partiendo
estos jardines de un eje central y extendiéndose hasta alcanzar escalas monu-
mentales.
Los espacios esplendorosos y la inspiración cartesiana serían los protagonistas en la búsqueda de la perfección
simétrica y de una perspectiva guardada por tilos, robles, álamos, fresnos, cerezos o hayas, ante la que la vista se pierde.
El eje visual que propone la perspectiva de unjardín francés quiere dejar sentir su rango de absoluto: su principio, en el castillo,
y su fin, en el infinito. Este tipo de disposición requería de extensiones de superficie vastísimas,con el objeto de parecer
interminables debido a su escala impactante.
Las fuentes, estanques y canales suponen objetos de referencia
dentro de estas organizaciones y el agua sirvepara reflejar la grandiosidad
del conjunto vegetal. Las estatuas heredadas del estilo italiano, están
igualmente presentes aquí.Los parterres son especialmente tupidos, coloridos
e intensos y, en lo querespecta a sus remates e incluso, sus marcos, son
auténticas piezas de mobiliario vegetal definidas gracias a la topiaria. Uno de
los aspectos más exóticos de este estilo es la aparición en el jardín de pavos
reales sueltos.
De cara a la corte aristocrática de aquellos años, estos terrenos
interminables contaban con espacios especialmente reservados para su
recreo. El ambiente invitaba al encuentro en sociedad y también a la
intimidad. La estética predominante va en juego con las notas propias de
amaneramiento de la corte francesa de este siglo, inundando todo de
colorido e invitando al relax.

El sueño de un rey

El Rey Sol veía, desde su trono, a París como una ciudad


en la que el bullicio y el ruido crecían de forma impa-rable. En un deseo
por escapar de esa capital ensordecedora, Luis XIV propuso la determina-
ción de un espacio verde de dimensiones faraónicas en donde el orden y
el buen gusto dejaran patente el poder de la élite aristocrática, al tiempo
que la dedicaban a esta, un número asombroso de hectáreas para su
completo deleite. El sueño del rey se llamó Versalles.
El retiro ansiado supeditó a la corte al traslado de sus depen-
dencias a unos 24 km de la ciudad parisina. La aristocracia y su plantilla
de sirvientes tuvo, pues, que trasladarse por completo a un lugar lo suficiente-
mente amplio como para albergar en sus dominios a todos los elementos
constructivos necesarios para llevar una vida cómoda, pero también para
poner en práctica el paisajismo desbordado que arropa y guarda a todo el
conjunto arquitectónico con su flora y sus elementos decorativos en mármol, madera, bronce y piedra.
La intención primera con la que se concibió Versalles dista mucho de la que quedó recogida en los anales de
la historia. El sosiego que imploraba el rey, dio paso a una de las épocas más desenfrenadas que ha vivido la corte
francesa. Son abundantes los episodios de decadencia moral ocultos tras las copas de los árboles de estos sobresalien-
tes jardines. No obstante, los excesos palaciegos cometidos entre la belleza vegetal de Versalles, le conceden a esta
extensión un toque de interés.

* Redacta un ensayo titulado: Los jardines francés e inglés: características, diferencias y elección de uno de
ellos para la ciudad de Lima.

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