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Antes de Dionisio, la historia de Roma ya había sido escrita en griego con anterioridad
por algunos otros estudiosos del género. El concepto de Historia Universal que
desarrolla Polibio en su obra se desprende de la necesidad que el contacto bélico,
político y cultural de los diferentes pueblos que habitaban el mediterráneo determinó —
promovido en parte por el expansionismo romano— para la integración y comprensión
de la historia particular. Así pues, Roma1 no sólo invade el espacio físico, sino que
trastoca la conciencia histórica, la soberanía y libertad de las “naciones” subordinadas a
su imperio; sobre todo la de aquellos, como es el caso de los griegos, con una tradición
cultural milenaria e incluso superior a la de los romanos. Genera con ello un conflicto
de identidad para estos pueblos; conflicto que Dionisio examinará en algunos pasajes de
su Historia Antigua de Roma con miras a la conciliación de una identidad grecolatina.
Dionisio, nacido en Halicarnaso, vivió a lo largo del s. I a.C. (aprox. 60-55 a.C. - 7
a.C.). Durante su vida cultivo arduamente el estudio de la literatura, ya como critico, ya
como teórico, escribiendo tratados sobre retórica y destacables comentarios sobre
diversos oradores griegos como Lisias, Isócrates, Iseo; sus estudios sobre El estilo
admirable de Demóstenes y Sobre el carácter de Tucídides son muestra de su carácter
filoheleno y de su gusto aticista en cuanto al estilo literario. Viajó a Roma por el año 30
a.C., donde fue profesor de retórica y aprendió la lengua latina. Fue ahí, también, donde
emprendió su incursión al mundo de la historiografía con su Historia Antigua de Roma;
abarcando en su proyecto el periodo que va de la fundación de la urbe hasta la primera
guerra púnica2. A este respecto, en más de una ocasión, ha sido demeritado el esfuerzo
que hace Dionisio por construir su Historia…, visto como un simple compilador de
fuentes sin algún criterio unificador para la historia en tanto ciencia, pero ¿fue, acaso,
un gusto por la historia, más que una necesidad, lo que moviera a Dionisio a incursionar
en la historiografía?
Los objetivos que se plantea Dionisio para la elaboración de su obra son expresados en
el Proemio de la misma, y podrían resumirse en:
1
Hacia el siglo 1 a.C., propiamente, año bajo el cual viviría nuestro autor.
2
DIONISIO DE HALICARNASO, Historia Antigua de Roma I-III, Trad. Elvira Jiménez y Ester Sánchez, I 8,
1-2.
1) Dejar a la posteridad un recurso de gran utilidad para los futuros lectores.3
2) Determinar cual de los imperios fue el mejor.4
3) Extender a Grecia la historia, hasta entonces desconocida para ellos, de Roma.5
4) Demostrar que fueron griegos los fundadores de esta ciudad.6
Así pues, vemos de qué manera dirige, a lo largo del libro III, el discurso historiográfico
según lo establecido en su programa. Con ello, un esquema general del libro de acuerdo
a la sucesión de grandes personajes —el caso de los míticos reyes de Roma— nos
ofrece la siguiente estructura:
3
“…quienes se proponen dejar a la posteridad recuerdo de su persona […] deben, en primer lugar, elegir
temas nobles y elevados que contengan gran utilidad para los futuros lectores; y en segundo lugar,
procurarse con mucho interés y esfuerzo las fuentes necesarias.” Op. cit. I 1, 2
4
“…quisiera determinar cual de ellos (las hegemonías de ciudades y pueblos) consiguió el mayor poder y
realizó proezas más brillantes tanto en paz como en guerra.” Op. cit. I 2, 1
5
“La historia antigua de la ciudad de Roma todavía es desconocida para casi todos los griegos, y algunas
opiniones no verdaderas […] han engañado a la mayoría con la idea de que la ciudad tuvo como
fundadores a ciertos vagabundos sin hogar; y que no ha sido por su piedad, justicia o cualquier otra virtud
(que ha llegado a la supremacía total), sino por la injusta Fortuna.” Op. cit. I 4, 2
6
“…prometo demostrar que fueron griegos que se habían reunido procedentes de pueblos que no eran ni
los más pequeños ni los más insignificantes […] que no se indignen por la sumisión que es lógica […] y
que no acusen a la Fortuna.” Op. cit. I 5, 1-2
7
Una mención merece, en su compromiso con la “fidelidad histórica”, la guerra circunstancial, incluso
poco digna de observación, que se suscita contra los fidenantes y veyentes en este mismo pasaje.
civiles de Lucio como la construcción del circo máximo y templo a Juno, Júpiter
y Minerva; se cuenta la historia del augur Nevio con razón del templo hasta la
conspiración contra Tarquinio y su muerte.
Existe, claramente, una predilección por el personaje de Tulo Hostilio de entre los reyes
que ocupan el periodo atendido en el libro tercero, según el tiempo y el espacio, en la
narración, que toma y emplea para desarrollar el periodo del conflicto armado. Es de
notar, también, el interés que luce sobre los albanos: único pueblo que permanece fiel a
los pactos de paz con Roma. ¿Responde esta marcada actitud de Dionisio a los objetivos
planteados en su programa? ¿No hay por ello un criterio, quizá ya no para la selección
de fuentes historiográficas, sino, para contar la historia antigua de Roma?
Escribir la historia antigua de Roma en griego, considerando que hasta entonces ningún
historiador se había ocupado de tal materia, es ya un recurso útil para el pueblo heleno y
para la posteridad que se ocupe de las culturas antiguas. Da por sentado Dionisio, así
mismo, que Roma fue el mejor de los imperios al ocuparse de las hazañas de sus
hombres y al rememorar la antigüedad de sus glorias. Demostrar que fueron griegos los
ahora llamados Romanos es algo que a lo que se avocara. Sin embargo, justificar la
superioridad de Roma y al mismo tiempo alejar toda acusación de violencia en su
beligerante imperialismo, no resulta tarea fácil.
Alba Longa fue una ciudad del Lacio fundada, según el mito por el hijo de Eneas,
Ascanio. La capital importancia que radica en Alba es el vínculo que establece la
mitología con la ascendencia de sus fundadores, Ascanio, venidos desde Troya; aunado
a ello, fue Alba fundadora y cabecilla de un gran numero de ciudades, entre ellas Roma,
que conformaron la Liga Latina. Este orden cronológico será el argumento principal de
los albanos para dominar sobre el resto de las ciudades latinas, sin embargo, Roma
arguye que no es sino la virtud y el honor, el poder y la fuerza la que debe imperar sobre
los demás.
De la pelea entre los Horacios y los Curacios será el pasaje más dramatizado durante el
libro y el que mayores aspectos tiene a destacar para la construcción de una imagen
ideal de Roma. En la deliberación de los Horacios con su padre, pensando en el
argumento que plantean los albanos para la soberanía sobre los latinos en contraposición
al que ofrecen los romanos, se reconstruye este dialogo:
Padre:
“Actuáis con piedad, hijos, viniendo para vuestro padre y sin realizar nada contra mi
parecer, pero ya tenéis edad para mostrar vosotros mismos que decidís con sensatez en
los asuntos relevantes para vosotros. Suponiendo que mi vida hubiese llegado a su fin,
aclaradme qué habrías decidido haber al deliberar sobre el particular sin vuestro
padre.”9
Horacios:
“Habríamos aceptado, padre, el combate por la hegemonía y nos habríamos resignado a
afrontar cualquier decisión de la divinidad; pues preferiríamos estar muertos antes que
vivir siendo indignos de ti y de nuestros antepasados. […] Y si para los Curiacios el
parentesco es menos importante que el honor, tampoco a los Horacios les parecerá el
linaje más honroso que el valor.” 10
Padre:
“Tenéis también mi aprobación, valientes hijos míos; marchad y dad a Tulo la noble y
piadosa respuesta” 11
8
Op. cit. III 2
9
Op. cit. III 17, 3
10
Op. cit. III 17, 4
11
Op. cit. III 17 5
Dionisio no sólo justifica la hegemonía de Roma sobre el mediterráneo, sino que alivia
el resentimiento que la dominación sobre los pueblos genera. Reconoce la nobleza, el
honor, la piedad y el valor de los romanos para sentirse, para hacer sentir a su nación no
la inferioridad de su cultura tanto como la superioridad y el virtuosismo de los que
imperan. De igual forma, logra reivindicar el conflicto de identidad que pudiera generar
la dominación y la xenofobia de los griegos experimentaba hacia los extranjeros y los
bárbaros, dando razón de la ascendencia de los romanos como una extensión de los
griegos.
Así pues, es Dionisio el primero de entre los antiguos en querer ver un imperio que va
más a allá de lo espacial, que integra una vieja tradición cultural milenaria y que
hermana a las culturas del mediterráneo, construyendo para la posteridad es el espíritu
de lo grecolatino.
Bibliografía