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andinas
civilizaciones de la zona andina central de
América del Sur
Las civilizaciones andinas fueron antiguas sociedades complejas conformadas por diversos
pueblos indígenas de Sudamérica que se desarrollaron en la zona occidental del continente, en
los valles costeros e interandinos entre el océano Pacífico y la Amazonia. Esta región fue una
cuna de la civilización, es decir, un espacio donde la sociedad compleja se originó de forma
autónoma a otras, como Mesopotamia y Mesoamérica.[1] Este complejo cultural se extendió
por regiones costeras y montañosas de los actuales países de Perú, Bolivia y el norte de Chile, y
ejerció influencia en la Sierra ecuatoriana, el noroeste argentino, y el suroeste de Colombia. La
reconstrucción del pasado de estos pueblos se da principalmente mediante la arqueología
debido a la carencia de relatos escritos previos a la época de la conquista española. Por ello, los
constantes descubrimientos provocaron sucesivas remodelaciones de esta reconstrucción
histórica.[2]
De izquierda a derecha: vista de la ciudad sagrada de Caral (la más antigua de América), cabeza clava (símbolo
característico de la cultura chavín), momia de la cultura paracas, orejera mochica de oro con incrustaciones de piedras
preciosas, cerámica de la cultura recuay, huaco wari, Puerta del Sol (perteneciente a la ciudad de Tiahuanaco), figura de
colibrí en las líneas de Nazca, máscara de oro de la cultura sicán, la ciudadela chimú de Chan Chan (la más grande de
adobe en América), sarcófagos de la cultura chachapoyas y la vista de la ciudadela inca de Machu Picchu (una de las
siete maravillas del mundo moderno).
Las primeras sociedades complejas conocidas de esta parte del mundo, Sechín y Caral,
surgieron hacia el IV milenio a.C. en la costa central del actual Perú. En el siglo XII a. C., la
cultura de Chavín o Cupisnique se propagó por toda la costa y los Andes centrales, dando paso
tras su declive a diversos estilos regionales como Paracas , Vicús, Cajamarca, Moche, Recuay,
Lima, Pucará, Nazca, Huarpa y Tiahuanaco.
Hacia el siglo VII, la influencia de Nazca y Tiahuanaco sobre Huarpa, sumada a desarrollos
locales en la agricultura y riego, propiciaron el surgimiento de Huari como un gran Estado
urbano y militarizado que expandió su dominio por gran parte de la región anteriormente
influenciada por Chavín, salvo el sur tiahuanacota. A la caída de Huari y Tiahuanaco en el siglo
X, el poder político se fragmenta en diversos señoríos con estilos culturales diversos. En esta
época se desarrollaron Lambayeque, Chimú, Chancay, Ychsma, Maranga y Chincha en la costa,
a la par de Chachapoyas, Huamachuco, huancas, chancas, collas, Lupaca, Chiribaya e incas en
las tierras altas. Alrededor de 1438, el inca Pachacuti lidera la expansión del Imperio incaico
hasta el sur de la actual Colombia y noroeste argentino. La larga sucesión cultural tiene un
abrupto cambio con la Conquista española en el siglo XVI.
Véanse también: Geografía de Bolivia, Geografía de Chile, Geografía de Colombia, Geografía de Ecuador y Geografía del
Perú.
Los marcados contrastes geográficos de los Andes Centrales son a menudo extremos. Ello
permitía que las diferentes sociedades andinas pudieran tener acceso a una gran variedad de
productos agrícolas en espacios relativamente cercanos donde imperaban condiciones
ecológicas distintas. Ello fomentó el intercambio permanente entre las regiones. Los Andes
centrales albergan una región ecológica, conocida como puna, de altiplanicies muy secas. Los
antiguos andinos utilizaban estas regiones para construir almacenes de comida conocidos
como colcas, aprovechando el frío y la sequedad naturales. Los Andes septentrionales en
cambio, cuentan con altiplanicies lluviosas conocidas como páramos.
Antecedentes
Al respecto existen tres teorías: de Max Uhle (Teoría inmigracionista: difusionista), de Julio C.
Tello y de Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y de Federico Kauffmann Doig
(Teoría aloctonista: difusionista).
Note que estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la civilización caral,
ubicada en la costa nor-central del Perú; la cual evidentemente es mucho más antigua que la
cultura chavín.
La Teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856-1944), sostuvo que fue en la
costa. Proto-Chimú y Proto-Nazca, habrían sido los primeros centros de alta cultura,
“derivados de la cultura Maya”. De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para
formar otras culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y
tierra, de manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa “existían
primitivos pescadores”.
La Teoría autoctonista (evolucionista) de Julio C. Tello (1880-1947), sostenía que Chavín de
Huántar, fue la alta cultura andina más antigua, con iniciadores que provenían de la selva
amazónica peruana. Después de un desarrollo local, dicha cultura se dispersó hacia otros
lugares como Sechín, Moxeke, Cupisnique, Paracas, etc. Rafael Larco Hoyle (1901-1966), fue
otro autoctonista. Creía que la alta cultura andina se originó en la costa, en Cupisnique o valle
de Nepeña (región La Libertad). Desde allí se habría difundido a la sierra “portando el culto
felínico”.
La Teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928), sostiene que la
primera cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5000
años.
Accesorios de oro
Según la arqueología estadounidense, la fase o estadio “Formativo”, es sinónimo de Neolítico o
“alta cultura”. Para que una cultura llegue al “formativo”, debe haber tenido un desarrollo
sostenido, desde los inicios de la revolución agrícola hasta que las comunidades aldeanas
entran en crisis, por su complejidad, en su avance hacia un control administrativo central y
estatista. En este quehacer, muchas veces se sucedieron guerras o luchas entre civilizaciones,
que terminaron por tomar una de otras algunos elementos que les servían e incorporarlas a su
bagaje cultural; en otros casos fue un desarrollo individual, sin injerencia externa. Así las cosas,
no se descarta influencia por ejemplo en la cerámica, de culturas colombianas o
centroamericanas.
Mortero valdivia
Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o
América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser
tomadas como propias, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho
elemento.
Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios
comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-
Bolivia) donde los proto-Tiwanaku una cultura avanzada que luego influenció mucho en la
cultura incaica comprobando su existencia a través de sus restos arqueológicos que se
desplazan en la Puerta del Sol, situados en el Lago Titicaca, etc.
Características andinas
Calzado andino
Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la "Cotradición peruana" como rasgos culturales
comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque
hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos
rasgos comunes son:
Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las
mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura,
turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
Uso en el arte de un "vocabulario común" (1) que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y
cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en
cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Cronología
Estatuilla wari
Cuchimilco chancay
Horizontes e Intermedios
Huaco retrato moche
La más influyente de estas propuestas cronológicas ha sido sin duda la cronología de Dorothy
Menzel y John Rowe) que no es sino una "afinación" de la Cronología de Lanning que plantea
una división en Horizontes e Intermedios. Según Lanning los Horizontes son períodos de
integración regional donde existe una cultura dominante en un territorio muy amplio que se
superpone a las culturas locales. Ese sería el caso de Huari y del Imperio inca y en menor
medida de Chavín. Los Intermedios serían momentos de florecimiento regional, donde existen
marcadas diferencias entre una sociedad y otra. A todo ello antecede un "Período Inicial"
caracterizado por la aparición de la cerámica y la edificación de templos.
Horizonte
Chavín - Paracas - Cupisnique - Pucará
Temprano
Intermedio
Moche - Nazca - Recuay - Cajamarca - Tiahuanaco - Lima - Vicús - Huarpa
Temprano
Vigencia
Acueductos subterráneos de Cantalloc, Nazca.
Aunque no hay mayores cuestionamientos a los períodos que van desde el Intermedio
Temprano hasta el Horizonte Tardío, los términos Horizonte Temprano y período inicial no gozan
ya del favor de los arqueólogos. Estos, de manera creciente, prefieren usar "Formativo" y
"Arcaico Tardío" respectivamente (Cronología de Lumbreras), aunque el primero ha sido muy
cuestionado por sus connotaciones evolucionistas. Los términos lítico y arcaico de lumbreras
han encontrado su espacio en la cronología de Rowe.
Concha de Spondylus crassisquama. El Spondylus era un material altamente estimado y valioso, del cual se producían
numerosos objetos decorativos, religiosos y ceremoniales
Pero zanjar la cuestión es un objetivo lejano para la arqueología peruana. Ello porque estas
etapas de la historia andina se encuentran en permanente revaluación. En los últimos años el
descubrimiento de ciudades de mediados del Arcaico (como Caral) en la costa norcentral (en un
momento de la historia andina en el que se suponía no había ciudades ni Estado, que son
precisamente las cosas que se han encontrado) han vuelto a poner en duda la vigencia de las
clasificaciones precerámicas y obligado a retroceder el inicio del Formativo al 2800 a.c. (por el
momento).
Desarrollo histórico
Pinturas rupestres de Toquepala, del periodo Lítico
Lo que todos los investigadores aceptan es que luego de un largo período de cazadores y
recolectores (llamado Periodo Lítico) y de otra etapa donde se descubren gradualmente la
ganadería y la agricultura (Arcaico Temprano y Medio) aparece una etapa donde las aldeas se
organizan admirablemente hasta construir templos y plazas. Lo que parecen ser una multitud de
pequeños estados teocráticos de sustento agrícola, comparten entre sí algunos características
comunes, como tener objetos rituales donde se representan seres humanos con rasgos de
felino o serpiente, o construcciones similares (Pirámides en U, Plazas Circulares Hundidas etc.).
La definición más amplia denomina a esta etapa Formativo. La más detallada distingue entre el
llamado Precerámico Tardío, el Período Inicial ("inicial" porque es cuando aparece la cerámica,
objeto fundamental para la cronología arqueológica andina) y el Horizonte Temprano (1200 a. C.
- 200 a. C.). (que se refiere a un momento donde gran parte de los Andes está incluida por la
misma cultura). Otros autores fusionan algunas características para hablar de un Horizonte
Formativo, una etapa de donde en un territorio muy amplio de los Andes Centrales se dan las
mismas características culturales, influidas por templos como Chavín de Huántar.
Máscara funeraria lambayeque con sus aditamentos
Luego de ello, sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se
hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una
gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de
muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o "Período de las culturas regionales"
(Lumbreras) las más usadas. Luego de esta regionalización sigue un nuevo período de
integración cultural (600 - 1100). Esta vez, aparentemente, promovido por dos estados: el
Imperio Wari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte
chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas
administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre más
usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Wari.
Arcaico
Monolito que representa un guerrero sechín. Se encontraban en Cerro Sechín, yacimiento que prolongó su ocupación
hasta incios del Formativo
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde fue
denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los 700 y
2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales de
Chile y Argentina.[3] En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas que
tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa - Bolivia tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).[3]
Formativo
Área de ubicación de la cultura Valdivia, la primera cultura alfarera de América.
Corona chavinoide
En el periodo formativo de la zona centro andina se consolida la vida aldeana y las actividades
organizadas de supervivencia colectiva (agricultura y ganadería), las jerarquías sociales van
avanzando en complejidad, los centros ceremoniales aumentan en número, al igual que la
población que experimenta un gran avance demográfico.[3]
La cultura americana con alfarería más antigua de América la constituye la cultura Valdivia
(3900-3200 a. C.), cultura Mayo-Chinchipe-Marañón (5300 a. C. y el 2500 a. C.), a las que luego
sigue cronológicamente la cultura machalilla (2259-1320 a. C.) y la cultura chorrera (1330-
550 a. C.) todas en el actual Ecuador.[3] Hacia el 1700 a. C. la alfarería ingresa a lo que hoy es
Perú, evoluciona, y se expande por los Andes centrales y sureños.
Manto paracas
Águila felinoide
Tener un liderazgo formalizado y élites que la sustenten, en otras palabras deben tener el
poder de la autoridad centralizado.
Integración social.
Territorialidad.
Trompeta paracas
Intermedio Temprano
Pero fue J. Rowe quien acuña el término «Intermedio Temprano», etapa que posteriormente
Bennett y Bird propusieron que se dividiera en: experimentadores y maestros artesanos.[3]
En 1959, Steward y Faron propusieron que esta etapa debería denominarse «etapa de los
estados regionales», luego en 1962 Collier lo denomina «periodo clásico» y en 1969, Luis
Lumbreras lo denomina «desarrollos regionales».[3]
Las evidencias arqueológicas que caracterizan a esta etapa son el desarrollo artístico avanzado,
una marcada diferenciación social, jerarquización de las deidades, desarrollo arquitectónico
público-monumental, comercio de artículos exóticos y materias primas a larga distancia,
crecimiento demográfico sostenido; por todo esto G. Willey y P. Phillips sostienen que esta
etapa es el inicio del urbanismo en América (tanto en el área mesoaméricana como en los
Andes centrales); sobre el incremento demográfico en este período, Lanning sostiene que la
población en la costa moche superó los 2 millones de habitantes.[3]
Paccha recuay
Pero no todos los desarrollos culturales alcanzaron estos niveles de complejidad, y claramente
destacan dos civilizaciones durante este período por su consolidación como estado: cultura
mochica y tiahuanaco; ambos con desarrollos estilísticos y políticos distintos, en condiciones
geográficas distintas.[3]
Cerámica nazca que representa a guerreros equipados con armas y cabezas-trofeo
Durante este período coexistieron los vicus, gallinazo y cajamarca; cercanos a los mochicas. En
el caso de los mochicas existen evidencias de su arquitectura monumental de forma piramidal y
entierros que dan a entender la existencia de patrones fúnebres estatales y religiosos, aunque
todavía se desconoce cuál habría sido su capital.[3]
Más al sur, los tiahuanaco mostraron un desarrollo sociopolítico sin precedentes, superando las
dificultades que representaba su entorno ecológico (el altiplano sobre los 3800 m s. n. m.).
Según estudios hechos por Kolata, los tiahuanaco desarrollaron una agricultura con excedentes
que permitieron la subsistencia de la élite. A diferencia de los mochicas, los tiahuanaco tuvieron
un control vertical de los ecosistemas con enclaves en las yungas del pacífico y de la vertiente
amazónica, además de controlar el pastoreo de altura en la meseta del Collao.[3]
Otras civilizaciones que llegaron a un nivel de complejidad cultural considerable durante este
período fueron los Lima, Nazca, Huarpa y Recuay todas en el actual Perú.[3]
Horizonte Medio
Mapa de la máxima expansión de las civilizaciones Huari y Tiahuanaco.
Durante este período surge el fenómeno político Huari y se consolida la expansión tiahuanaco.
La religión de Tiahuanaco y sus estilos alfareros se expanden fuera de su territorio alcanzando
en sus inicios al estado Huari, poco después Huari consolida sus propios estilos artísticos y los
irradia reafirmando su presencia política en gran parte de los Andes.
Este período se caracteriza por la institucionalización del ejercicio del poder y la profundización
de la religión, esto durante el 550 y 900 d. C. (aunque un existen discrepancias sobre los
posibles ocasos de los huari y los tiahuanaco).
Camisón wari con influencia nazca
Si bien es cierto, la institucionalización del poder en las civilizaciones andinas ya se había dado
en épocas anteriores, es durante este período en el que alcanza un alto grado de complejidad
que hasta la llegada de los españoles solo sería superado por los incas. Por esto, las etapas
anteriores son tomadas como de experimentación política, y el horizonte medio como la etapa
final; a partir de aquí en adelante las civilizaciones del área central andina reinterpretaron los
patrones sociales y religiosos alcanzados por los huari y los tiahuanaco.
Existen teorías que sostienen que el colapso de la civilización Huari y Tiahuanaco sobreviene
luego de un periodo prolongado de sequías en los Andes centrales.
Una sequía afectó gran parte de la zona central andina correspondiente a los actuales Perú,
Bolivia y norte de Chile; la disminución de la pluviometría inicia hacia el año 950 d. C. y
acentuándose en el 1100 d. C., los niveles altos de pluviosidad se restablecen en el 1300. Los
datos sobre esta sequía los proporcionó un estudio hecho en el nevado Qelqaya por Thompson,
y sus resultados fueron utilizados por Kolata, Moseley y Shimada para explicar los cambios
sociopolíticos que propiciaron el colapso de las civilizaciones y el proceso de reestructuración
cultural que afrontaron luego las sociedades del área central andina.
Intermedio Tardío
Set de cuencos chancay para chicha
Guantelete sicán
Pala de "remo" ceremonial
Luego del colapso de las culturas Huari (900 d. C.) y Tiahuanaco (1100 d. C.), las sociedades del
área central andina entraron en crisis; algunos autores consideran que hubo un proceso de
involución cultural. El área inició un proceso de reorganiazación de sus patrones culturales, los
pueblos se reúnen en pequeñas aldeas y se observan restos arqueológicos que afirman que
durante los inicios de este período las aldeas procuraron la seguridad.
En las zonas altas de los Andes, se procuró construir en laderas de los cerros o en las cimas de
estos; teniendo preferencia por las zonas húmedas. Es notable que durante este período, salvo
algunas excepciones, las culturas sobre los 1000 m s. n. m. no alcanzaron grandes sistemas de
complejidad política al nivel de Huari o Tiahuanaco. Aunque los restos arqueológicos de este
período nos proporcionan algunos fenómenos urbanísticos notables como Choquepuquio
(cultura killke), Hatun Colla (cultura colla) o Iskanwaya (cultura mollo).
En la costa se vivió una realidad completamente distinta a la de las zonas altas, y por lo menos
dos civilizaciones alcanzaron estabilidad política y complejidad cultural, estos son los casos de
Chimú y Chincha.
Horizonte Tardío
El Horizonte Tardío está comprendido desde la victoria de los incas, dirigido por el auqui
(príncipe incaico) Cusi Yupanqui (Pachacútec), sobre los chancas ocurrida en la Batalla de
Yahuarpampa hasta el inicio de la conquista española del Imperio incaico con la captura del
Inca Atahualpa ocurrida en Cajamarca. Coincide con la expansión y el desarrollo del
Tahuantinsuyo.
El Tahuantinsuyo representó el imperio más grande de América del Sur, agrupando a las
diversas culturas andinas en un estado centralizado que dejó su legado cultural y arqueológico
desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Chile y Argentina. Desde las urbes como
Cuzco y Machu Picchu hasta la inmensa red de caminos y tambos recorriendo todo el imperio,
este período se destacó por sus construcciones monumentales y la centralización del poder en
el monarca del Tahuantinsuyu, el Inca.
Además de los Incas, podemos destacar varias otras culturas de este período, como los
Muiscas en la actual Colombia.
Después de la Conquista
Los eventos de la guerra civil inca y el periodo transicional dieron fin al periodo autónomo de
desarrollo andino. Sin embargo, su legado cultural trascendió el periodo precolombino. El
quechua, la lengua oficial del Tahuantinsuyo, se convirtió en una lengua franca en Sudamérica.
Muchos de los nobles en el Virreinato del Perú fueron de origen incaico, así como parte de la
administración de la nueva colonia, al no haber suficientes españoles para administrar tal vasto
territorio. Las costumbres de los pueblos andinos sobrevivieron a la conquista; las diversas
tradiciones religiosas y culturales de los pueblos andinos fueron sincretizadas con aquellas
introducidas por los españoles, creando un "catolicismo andino" que posee una impronta
particular.[4]
Esto es visible en la adopción del Sol de Mayo, inspirado en el dios Inti incaico, en las banderas
de Argentina, Uruguay, y la primera bandera de Perú.
Galería
Portada de Huánuco Pampa
Mausoleo en Huilcahuaín
Torreón en Honcopampa
Fortaleza de Chankillo
Fortín de Puca Pucara
Chullpas de Sillustani
Conjunto principal de mausoleos en Revash
Ruinas de Cruzpampa
Recinto en la huaca Cruz Blanca de Maranga
Recinto en el Coricancha
Vista de la fortaleza de Paramonga
Nichos en Incallajta
Relieve en la huaca Las Balsas de Túcume
Calle en Piquillacta
Terrazas y cascada en Choquequirao
Un torreón en Rúpac
Vista de Huiñay Huayna
Acllahuasi de Pachacámac
Camino incaico y ushnu en Soledad de Tambo
Murallas de Kuélap
Huaca del Sol, dentro del complejo de Huacas del Sol y de la Luna
Bajorrelieves en Garagay
Huaca Toledo, en Chan Chan
Murallas de Sacsayhuamán
Torreones en Písac
Portadas de Rumicolca
Una portada en Chan Chan
Vista de Runkurakay
Vista de la Huaca Huallamarca
Vista de Patallacta
Vista lateral del Templo del Sol de Pachacámac
Terrazas en Moray
Acueductos subterráneos de Cantalloc
Templo de la Luna
Vista del palacio inca de Puruchuco
Geoglifo paracas
Kallanka inca en el Pucará de Turi
Monolito de Saywite
Escalinatas y fuentes en Tipón
Torreón en Choquerecuay
Frisos y columnata en la Huaca Cao Viejo
Torre en Yayno
Restos de una batería inca de huayrachinas en Viña del Cerro
Terrazas en Intipata
Fortaleza de Acaray
Estructuras en Yacuviña
Gigante de Atacama
Friso en Ventarrón
Terrazas de Chinchero
Chullpas de Colo-Colo
Portada del Kusicancha
Chullpas de Cutimbo
Bajorrelieves estilizados en la Huaca Cao Viejo
Véase también
Historia de Sudamérica
Historia de Argentina
Historia de Chile
Historia de Bolivia
Historia de Ecuador
Época preincaica
Referencias
1. Arnold J. Toynbee tipifica 23 civilizaciones universales entre las cuales señala a la Andina
como una de las plenamente desarrolladas. MacNeill analiza nueve y Melko señala que existe
razonable acuerdo sobre al menos doce grandes civilizaciones de las cuales siete ya no
existen (mesopotámica, egipcia, cretense, clásica bizantina, mesoamericana y andina). Para
Philip Bagby, las civilizaciones mejor definidas y más aceptadas como tales son la egipcia, la
babilónica, la china, la india, la greco-romana, la andina, la centroamericana y la cristiano-
occidental.
2. Isbell, William; Silverman, Helaine (2006). Andean Archaeology III: North and South (https://ar
chive.org/details/andeanarchaeolog00isbe) . Nueva York: Springer Science & Business
Media. pp. 3 (https://archive.org/details/andeanarchaeolog00isbe/page/n13) -27.
ISBN 9780387289403. Consultado el 8 de junio de 2016.
3. Jorge Silva Sifuentes (2000). «Origen de las civilizaciones andinas». En Teodoro Hampe
Martínez, ed. Historia del Perú. Culturas prehispánicas. Barcelona: Lexus. ISBN 9972-625-35-
4.
5. Cervantes, Biblioteca Virtual Miguel de. «El incaísmo como primera ficción orientadora en la
formación de la nación criolla en las Provincias Unidas del Río de la Plata» (http://www.cervan
tesvirtual.com/obra-visor/el-incasmo-como-primera-ficcin-orientadora-en-la-formacin-de-la-na
cin-criolla-en-las-provincias-unidas-del-ro-de-la-plata-0/html/022f4d3e-82b2-11df-acc7-00218
5ce6064_4.html) . Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 29 de marzo de
2021.
Bibliografía
Adams, Richard E. W. (2004). Las antiguas civilizaciones del Nuevo Mundo. Barcelona: Crítica.
ISBN 9788484325086.
Moscol-Gonzales,J.: El conocimiento anatómico en el Perú preincaico. Revista de la Asociación
Médica Argentina 131 (4): 4-11, 2018. ISSN 0004-4830. [1] (https://www.ama-med.org.ar/uplo
ads_archivos/1511/Rev-4-2018-Pag-4-11-Moscol%20Gonzales.pdf)
Datos: Q3122657
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