Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Duccio Bonavia.
Por:
Este período de transición hacia las civilizaciones con una estructura y un orden
social, político y económico concreto, inicia con la aparición de los Villorrios. Los
Villorrios eran bandas de carácter semi-sedentario, es decir, que se establecían en un lugar
específico de manera permanente, donde residían la mayor parte del año; con un tamaño
mayor que el de las bandas de cazadores y recolectores, su población tenía un promedio de
100 habitantes, repartidos en cinco o seis unidades de vivienda con una organización lineal,
semi o totalmente circular. Esta organización permitió un progreso a nivel cultural, debido
a la transformación de los centros urbanos evidenciada en avances arquitectónicos que
muestran la aparición de centros urbanos construidos en torno a centros ceremoniales, con
un carácter sagrado y secular; esta concentración residencial obedeció a dos tendencias en
la región de los Andes: La primera es la del Sector Nor-Central, que presentaba centros
públicos autónomos con villorrios a su alrededor; y la segunda se desarrolló en la Zona
Norte y la Costa Sur, donde los villorrios estaban aislados y mostraban un atraso. Esta serie
de evoluciones obedeció también a los cambios y modificaciones del Período Pre-cerámico
Tardío, como por ejemplo la desaparición de las puntas de proyectil, debido a los procesos
de asentamiento y la incipiente agricultura y ganadería; el aumento de las lascas con
función similar a los cuchillos y redes de pesca, que manifiestan un abandono de la caza; el
uso de artefactos de hueso como instrumentos musicales, demuestra un concepto cultural;
entre muchos otros.
Entre los 1800 – 1300 a.C. se encuentran datados los primeros restos de esculturas
cerámicas del territorio andino, es este componente el que divide el curso de las
civilizaciones andinas en los períodos pre-cerámico y cerámico. El periodo cerámico es una
continuación y una evolución de los avances del pre-cerámico tardío; se muestra también
un fortalecimiento en los procesos de establecimiento del ser humano, con el desarrollo de
la cultura Chavín y la tradición Paracas.
Por otra parte, se encuentran los Paracas, base de la cultura Nazca. Se caracterizaron
por sus tejidos, con figuras sin un sexo determinado, donde los seres míticos no pueden ser
diferenciados de lo cotidiano y cuya función principal fue la de “envolver” a los difuntos
en múltiples capaz de telas. Desarrollaron también aspectos arquitectónicos como los
complejos poblacionales con terrazas y aldeas fortificadas con poblaciones aglutinadas con
murallas.