Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para aprender hay que madurar, para madurar hay que crecer.
Considera que el crecimiento es un proceso sujeto a leyes, y que produce cambios de forma
y de función.
La maduración se verifica por medio de los genes o sea que la naturaleza determina el orden
de aparición de los factores de crecimiento; o sea que la madurez de las estructuras
nerviosas es un prerrequisito esencial del aprendizaje.
Las personas que no pueden aprender a hablar (afásicos), por distintas razones tienen
afectadas zonas cerebrales que les ha impedido el aprendizaje de la adquisición del lenguaje
en el momento oportuno.
Gesell sostenía que cada niño que nace es único, con un código genético individual heredado
pero con la capacidad de aprender. Estas diferencias individuales se deben entonces a
factores hereditarios y ambientales, ya que también influyen en su desarrollo el hogar en
que vive, su educación y su cultura.
Con respecto a la crianza del niño, Gesell propone una actitud intermedia entre el método
autoritario y el permisivo y confiar en la autorregulación, porque principalmente cree en la
sabiduría de la naturaleza y en que el educador debe dejarse inspirar por el propio niño.
El principio evolutivo demuestra que el desarrollo tiende hacia una realización óptima y sólo
los factores ambientales pueden interferir con ese desarrollo, habiendo sido también
expresada esta idea por Rousseau.
En la práctica se puede observar que los niños con retraso en el aprendizaje suelen no ser
anormales sino simplemente inmaduros que pueden lograr posteriormente una nivelación
satisfactoria. Los grados de recuperación atienden esta problemática con éxito aunque
existen todavía prejuicios por parte de los padres que se niegan a que su hijo sea declarado
diferente.
Para estos niños la doble escolaridad puede ser muy conflictiva y difícil de sobrellevar, por lo
que se recomienda para ellos la jornada simple.
La descripción del ciclo de desarrollo evolutivo para Gesell terminaría a los 16 años, aunque
esta edad resulta temprana para los tiempos actuales.
PSICOLOGIA DEL APRENDIZAJE
Las teorías del aprendizaje aportan una gran utilidad en la mayoría de los ámbitos de la
realidad cotidiana.
Aprendemos constantemente con cada una de nuestras experiencias y esto hace que la
ciencia trate de estudiar qué es lo que influye para favorecer el aprendizaje.
Sabemos que la motivación es uno de los factores más importantes a la hora de aprender y
que se aprende más con la experiencia que con otros métodos, por eso es muy importante
conocer los mecanismos que nos llevan a desear aprender para poder participar en ese
proceso y ayudar a facilitar la enseñanza.
Los primeros aprendizajes de un niño están asociados con el afecto. Si no lo recibe, tampoco
aprenderá, aunque sea alimentado normalmente.
Existen experiencias al respecto con niños criados en instituciones sin el contacto con la
madre y sin una sustituta que le brinde contacto físico. Esos niños caen en un estado de
depresión y rechazan el alimento y si no llegara a cambiar esta situación pueden llegar a
morir de inanición por una depresión irreversible.
Los conocimientos deben ser entendidos por comprensión, para tener la oportunidad de
formar conceptos propios.
El aprendizaje supone un cambio de estructura mental que adopta una nueva configuración,
que es la que permite acceder al siguiente nivel de conocimiento.
Durante este proceso no sólo aprendemos contenidos sino también actitudes, formas de
relacionarnos y la experiencia necesaria como para formular juicios.
Las metas y los objetivos favorecen el aprendizaje así como también la conciencia de las
propias tendencias y limitaciones para ayudar a concretarlos.
Los niños pueden aprender una conducta con una sola experiencia, asociándola con su
resultado. Por eso hoy los padres tienen que cuidar su propio comportamiento cuando tienen
niños pequeños.
Salvando las distancias lo mismo ocurre con las mascotas, ya que un perro, por ejemplo,
aunque no tenga lenguaje hablado, llega a alcanzar la edad mental de un niño de dos años.
Se sabe que si le damos de comer a un niño cuando llora, aprenderá a conseguir alimento
por medio del llanto. Es decir que adquiere un condicionamiento y aprende una conducta que
le permite obtener un resultado.
Lo mismo ocurre a la hora de dormir. Si la primera vez lo acunamos, nos veremos obligados
a hacer lo mismo todas las noches, o sea que aprende que si llora lo acunan.
Pero no es lo más conveniente cantarles ni pasearlos, aunque los padres se sientan tentados
a hacerlo, sino acostarlo sin más vueltas y retirarse apagando la luz al salir.
Si la protesta es muy agitada se puede volver a entrar para consolarlo con suaves
palmaditas, volviendo a salir enseguida tratando de ignorar los chillidos.
Se puede entrar dos o tres veces y hacer lo mismo pero jamás se deberá levantarlo ni
pasearlo.
Los aprendizajes tempranos son muy importantes porque permiten a los pequeños integrar
su rol y el de sus padres, que son los que deberán tener el control en el hogar siempre.
Es difícil ser estricto con niños pequeños pero de ello depende su futuro