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Signo lingüístico.

El signo lingüístico es la combinación del concepto y de la imagen


acústica, una entidad psíquica de dos caras. El signo designa el conjunto y reemplaza
el Concepto e Imagen acústica respectivamente con significado y significante.

Definición
La Lengua es la manifestación del Lenguaje en una comunidad concreta y está formada
por un conjunto coherente de signos lingüísticos. El signo lingüístico se compone de dos
facetas: el significado, es decir el concepto o idea abstracta que el hablante extrae de la
realidad, y el significante, el nombre de las cosas, la imagen acústica que va unida al
concepto de cada cosa.
Está compuesto por dos caracteres:
 Arbitrariedad: El lazo que une el significado con el significante es arbitrario, por
consiguiente, el signo lingüístico es arbitrario. Esta arbitrariedad es inmotivada y es la
que vincula la mutabilidad y la inmutabilidad del signo.
 Mutabilidad: Cuando el signo puede cambiar porque la sociedad así lo decide y por
inmutabilidad cuando no hay ninguna posibilidad de poder cambiarle el nombre a una
cosa.
 Linealidad: No se pueden emitir varios signos a la vez, sino en orden. Tienen que ser
temporales y ordenados. La sucesión de signos va a hacer que la conversación sea
posible.

Características del Signo Lingüístico

 Carácter lineal:

Los elementos de cada signo, al igual que cada signo respecto al otro, se presentan uno
tras otro, en la línea del tiempo (cadena hablada) y en la del espacio (escritura).

 Carácter arbitrario:

La relación entre significado y significante no responde a ningún motivo; se establece de


modo convencional. Cada Lengua usa para un mismo significado un significante distinto.

 Carácter mutable e inmutable:

Por ser arbitrario, el signo no depende de ningún hablante en particular: es inmutable,


permanente, ningún Individuo lo puede cambiar. Por otra parte es evidente que las
lenguas cambian porque van cambiando os signos; es decir, son mutables a largo plazo.

 Carácter articulado:

Las unidades lingüísticas mayores son divisibles en partes más pequeñas, reconocibles e
intercambiables. El signo lingüístico es doblemente articulado porque puede someterse a
una doble división. Según la primera articulación, el signo se descompone en partes con
significado y significante, susceptibles de ser utilizadas en otros contextos. Las unidades
de esta primera articulación se denominan monemas. Según la segunda articulación, el
signo se divide en unidades más pequeñas sin significado, pero que son distintivas. Las
unidades de esta segunda articulación son los fonemas. Si un signo lingüístico cambia
algún fonema, cambia también su significado. La doble articulación hace que con unas
pocas unidades de la segunda articulación se pueden formar todos los monemas de una
lengua, y la primera articulación evita tener que aprender un signo para cada realidad.
Este carácter articulado es el realmente propio y exclusivo del código lingüístico frente a
los demás códigos.

Ferdinand de Saussure (1857-1913)


Filólogo suizo nacido en Ginebra en 1857, fallecido en 1913 considerado el fundador de
la lingüística, en sus investigaciones enunció la dicotomía lengua/habla, que se considera
el punto de partida del estructuralismo por concebir la lengua como un sistema de
elementos y reglas de combinación entre ellos aceptables por la comunidad de hablantes
que la utilizan para comunicarse.
Se le debe también la definición del signo lingüístico. Su obra principal, el Curso de
Lingüística general, fue publicada en 1916 por sus discípulos y alumnos Charles Bally y
Albert Sechehaye.
Sausurre consideraba que en la lingüística del Siglo XIX no se cuestionaba
profundamente qué es el lenguaje ni cómo funciona, decidió entonces abocarse a la
investigación de éste, por sí mismo.
En su Curso de Lingüística general Saussure propone dejar de lado el estudio del
lenguaje desde una perspectiva histórica Filología y analizarlo desde el punto de vista
estructural.
El enfoque de Saussure, sostiene que todas las palabras tienen un componente material
(una Imagen acústica) al que denominó significante y un componente mental referido a la
idea o concepto representado por el significante al que denominó significado. Significante
y significado conforman un signo. La definición de signo lingüístico de Saussure incluye
solo dos componentes y no es más compleja que la empleada en la nomenclatura que él
mismo criticara debido a su simplismo. En efecto, admite la división del signo en dos
partes, ya que considera que la división propuesta por la nomenclatura era atractiva, sin
embargo, enfatizaba que debía evitarse sobre simplificar los procesos involucrados en
el Lenguaje. Finalmente, esta definición de signo lingüístico se completará cuando le da el
nombre de significante a la imagen acústica y significado al concepto mental con el que se
corresponde dicha imagen acústica.
Signo lingüístico
Ferdinand de Saussure (Ginebra, 1857 – Vufflens, Vaud, 1913) fue el hombre que creó lo
que en la actualidad conocemos como lingüística moderna. En su única obra editada por
dos de sus alumnos (Curso de Lingüística general) desarrolla todos sus estudios sobre el
tema. Entre multitud de conceptos, estableció también el de “signo lingüístico” que es el
tema sobre el que nos vamos a centrar en el artículo de hoy.

Una de las principales características que un mensaje sea identificado como “signo” es
que pertenezca a un código determinado. Este concepto ya lo explicamos de manera más
detallada en el artículo del que te proporcionamos el enlace a continuación:
Signo y señal
Pues bien, el código al que el “signo lingüístico” pertenecería sería al de la lengua. Como
signo que es, el signo lingüístico consta de un significante y un significado cuya relación
es totalmente ARBITRARIA.
Sí es cierto, que hay que señalar que en la lengua, algunos signos determinados como
son las onomatopeyas, sí que presentan una estrecha relación entre su significante y su
significado ya que voces como “tictac”, “quiquiriqui”, “guau”, “ay”, etc. intentan reproducir
el sonido que producen los entes que los realizan.
Del mismo modo, las primeras palabras que articulan los bebés como “mamá”, “papá” o
“caca” también tienen una relación, pero en este caso por ser los sonidos que éstos son
capaces de realizar desde el principio.
Sin embargo, la relación entre el significado y el significante de las onomatopeyas es
diferente entre los diferentes idiomas y, esto es debido a que el sistema sobre el que se
desarrollo el código cambia. De esta manera, lo que para los españoles es “guau” es para
los ingleses “arf” y para los alemanes “wau”; o nuestro “quiquiriqui” será para un francés
“cocorico” y parea un inglés “coch-a-doodee-do”. Por lo tanto, se puede decir que aún
cuando haya alguna relación entre significante y significado, también habrá una parte
arbitraria.
No obstante, existen algunos procedimientos que son utilizados en la lírica que sí que
están motivados por una relación entre significante y significado como ocurre con el caso
de la aliteración, la cual consiste en repetir un determinado sonido con la intención de
crear un efecto sonoro especial. Un ejemplo de este recurso literario serían los siguientes
versos de Garcilaso en los que pretende reproducir el sonido que las abejas emiten:
Otro aspecto que es una característica importante del signo lingüístico es que es LINEAL.
El hecho de ser lineal implica que el significante tiene que ser emitido de
manera sucesiva en el tiempo, es decir, es una sucesión de sonidos concreta para cada
significado de modo que no se pueden pronunciar todos los significantes de manera
simultánea, sino, uno detrás del otro.

Por ejemplo: C-i-e-r-r-a-l-a-v-e-n-t-a-n-a-p-o-r-f-a-v-o-r.

Por último, una característica que no podemos olvidar del signo lingüístico es que
tiene DOBLE ARTICULACIÓN. Esta característica es única al lenguaje del ser humano y
hace referencia a que, como ya hemos comentado con anterioridad, consta
de significado y significante.

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