Está en la página 1de 4

LA RELACIÓN DEL ALMA HUMANA CON EL CUERPO

1. El alma se une al cuerpo para poder ejercer normalmente su operación


característica, que es el entender:

“El alma se une al cuerpo tanto para el bien que es perfección substancial, a saber, que
se complete la especie humana; como para el bien que es perfección accidental, es decir, para
que se perfeccione en el conocimiento intelectual, que el alma adquiere a partir de los
sentidos, pues este es el modo natural de entender del hombre.” (Q. De Anima, a. 1, ad 7).

“La unión del cuerpo y del alma no tiene lugar para ayudar al cuerpo, esto es, para que
el cuerpo resulte dignificado, sino para el alma, que tiene necesidad del cuerpo para su
perfección.” (De Spirit. Creat. a. 6).

“De la operación del alma humana puede conocerse el modo de ser de la misma…
Puesto que por naturaleza adquiere el conocimiento inmaterial a partir de lo material, es
manifiesto que para completar su especie no puede existir sino unida al cuerpo. Algo no está
completo en su especie si no posee aquellas cosas que requiere para la operación propia de
su especie.” (Q. De Anima, ibid).

“Es natural al alma humana estar unida al cuerpo, puesto que al ser ínfima en el orden
de las substancias intelectuales, no posee naturalmente en sí las especies inteligibles por las
cuales pueda realizar su operación propia, que es entender…. De donde es necesario que
adquiera las especies inteligibles a partir de las cosas exteriores mediante las potencias
sensitivas que no pueden ejercer sus operaciones propias sin órgano corpóreo. Por lo que es
necesario al alma humana estar unida al cuerpo.” (Q. De Anima, a. 8).

“Las substancias espirituales inferiores, las almas, tienen un ser afín al cuerpo, en
cuanto son formas de los cuerpos; y por lo tanto, por su mismo modo de ser, les compete
adquirir su perfección intelectual a partir de los cuerpos y por los cuerpos; si no fuese así, se
unirían en vano a los cuerpos.” (S. Th., I, 55, a. 2).

“El alma, que es una parte de la naturaleza humana, no alcanza la perfección de su


naturaleza sin la unión con el cuerpo. Esto se demuestra porque el alma tiene la característica
de que de ella vienen algunas potencias que no son actos de órganos del cuerpo, y por esto
ella rebasa los límites del cuerpo; pero también vienen de ella unas potencias que son actos
de órganos corporales, porque está en contacto con la materia del cuerpo. Y algo no es
perfecto en su naturaleza si no puede realizar en acto lo que posee en potencia. Por tanto, el
alma, aunque pueda existir y entender separada del cuerpo, sin embargo, no posee la
perfección de su naturaleza cuando está separada del cuerpo, como dice Agustín en De Gen.
ad litt.” (De Spirit. Creat., a. 2, ad 5).

2. El cuerpo no concurre a la intelección como órgano del entendimiento, sino


simplemente presentando los fantasmas:
“El cuerpo es necesario para la acción del entendimiento, pero no como el órgano con
el que se realiza tal acción, sino por razón del objeto. Pues la imagen se relaciona con el
entendimiento como el color con la vista. Y que necesite el cuerpo no excluye que el
entendimiento sea subsistente, de lo contrario el animal no sería algo subsistente, pues
necesita de los sentidos externos para sentir.” (S. Th., I, 75, 2, ad 3).

Como los fantasmas no vienen inmediatamente de los objetos externos, sino que para
obtenerlos se requiere la colaboración de diversas facultades orgánicas, síguese que para el
ejercicio de la facultad intelectiva se necesita la colaboración de varios órganos.

“No hay tránsito de extremo a extremo sino por los medios. Pero la especie en la
misma cosa sensible tiene el ser máximamente material, y en el intelecto sumamente
espiritual; por lo que es necesario que pase a la espiritualidad transitando los medios que son
ciertos grados, puesto que en los sentidos externos tiene un ser más espiritual que en la cosa
sensible, en la imaginación más espiritual que en los sentidos externos, y así ascendiendo
sucesivamente.” (De Veritate q. 19, a. 1).

Luego, para satisfacer las necesidades del alma no le basta unirse con un cuerpo
cualquiera, sino que ha de ser un cuerpo no solamente organizado, sino además dotado de
una grande variedad de órganos, tanto más diferentes cuanto más elevadas son las
operaciones que han de ejecutar.

“Cuanto más perfecta es el alma, tanto más perfectas y diversas las operaciones que
ejerce. Y por lo tanto para ejercer operaciones tales, necesita, del cuerpo que informa, más y
diversos órganos o instrumentos corporales… El alma racional, cuanto más noble y perfecta
es, tanto mayor diversidad de órganos exige.” (De Anima L. I, lect. 14.).

Como los fantasmas no pueden ser preparados para la intelección por un solo órgano,
síguese que el cuerpo humano ha de tener varios órganos de tal manera ordenados, que en
ellos se vayan preparando los fantasmas:

“Para ir de un extremo a otro hay que pasar por el medio. Pero la existencia de la forma
en la imaginación, que aunque no tenga materia está sin embargo sometida a las condiciones
materiales, es medio entre el ser de la forma que está en la materia y el ser de la forma que
está en el intelecto por la abstracción de la materia y de las condiciones materiales.” ( S. Th., I,
55, 2 ad 2).

Luego, la función sensitiva es la función principal del organismo, y a ella deben estar
subordinadas todas las demás. Porque si el fin de la unión de alma y cuerpo es suministrar al
alma los fantasmas de que ha menester para entender, y los fantasmas se los suministra el
cuerpo mediante las facultades sensitivas, síguese que la operación de estas es la principal
que el organismo ejerce y que a ella deben ordenarse las demás:

“Si el alma se une al cuerpo porque necesita recibir las especies inteligibles de las cosas
mediante el sentido, es necesario que el cuerpo al cual se une el alma racional, sea tal que
pueda ser aptísimo para presentar al intelecto las especies sensibles, de las cuales resulten en
el intelecto las especies inteligibles. Así pues, es necesario que el cuerpo al cual se une el
alma, esté óptimamente dispuesto para sentir.” (Q. De Anima a. 8).

3. El alma prepara los órganos de que ha menester para sus operaciones y los provee
de las cualidades necesarias para ejecutarlas:

“El cuerpo es dispuesto de modo tal que sea proporcionado al ser del alma por la
acción del alma, que es causa eficiente del cuerpo, como dice Aristóteles en II de Anima (c.
4).” (Q. De Anima, a. 10, ad 11).

“El alma, en cuanto es esencialmente una y simple, tiene sin embargo virtud para
realizar diversas operaciones; y puesto que naturalmente da el ser y la especie para su
perfección en cuanto es forma del cuerpo según la esencia, es necesario que el alma
constituya la diversidad de partes en el cuerpo, para que éste sea capaz de diversas
operaciones.” (Ibid. ad 17).

4. El alma humana se une substancialmente con la materia y, por consiguiente, no hay


en el hombre más forma substancial que el alma espiritual:

“Por lo tanto, el alma humana, que es la más baja en el orden de las substancias
espirituales, puede comunicar su ser al cuerpo humano, que es sumamente digno, para que
se haga una sola cosa a partir del cuerpo y del alma, así como la forma se une a la materia.”
(De Spirit. Creat., a. 2).

“El alma humana es forma del cuerpo. Si el alma estuviese en el cuerpo como el
navegante en la nave, no daría la especie al cuerpo ni a las partes del mismo.” (Q. De Anima a.
1).

“Así pues decimos que en el hombre no hay otra forma substancial que el alma
racional, y que por ella el hombre no sólo es hombre, sino también animal y viviente y cuerpo
y substancia y ente.” (De Spirit. Creat. a. 3).

“Cuanto una forma es más noble, tanto más domina a la materia corporal.” (S. Th., I,
76, 1).

“El cuerpo no contiene al alma, sino más bien es el alma la que contiene al cuerpo… Es
propio del alma contener y regir.” (De Anima, Lib. I, lect. 14).

Síguese de esto lógicamente que no debemos hablar del alma y del cuerpo
contraponiéndolos como si fueran dos substancias específica o genéricamente distintas. Sólo
por medio de una abstracción lógica podemos hablar del alma y del cuerpo como de cosas
distintas.
Como de la forma recibe el compuesto todas las actividades que tiene, se debe decir
que el hombre recibe del alma espiritual todas las actividades y energías que tiene, incluso las
físicas y las químicas.

“Una forma más perfecta realiza por un acto lo que las formas inferiores realizan por
diversos, y aún más: por ejemplo, si la forma del cuerpo inanimado da a la materia el ser y el
ser cuerpo, la forma de la planta da eso mismo más el vivir; el alma sensitiva, eso mismo más
el ser sensible; el alma racional eso mismo más el ser racional.” (De Spirit. Creat. a. 3).

También podría gustarte