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El Impacto Actual de las Redes Sociales en la Mente Humana 

Desde los inicios de la evolución humana, la interacción social ha sido no


solo natural, sino necesaria. La cooperación entre miembros de nuestra especie
aseguró nuestra supervivencia y evolución. Resulta natural que desde entonces
todos los esfuerzos que realizó la humanidad para descubrir, conquistar, conocer y
conectar el mundo nos llevaron de forma lenta, pero segura, a las condiciones en
las que la interacción humana se encuentra hoy en día: Globalización.  
Los avances tecnológicos han sido pieza clave en el proceso de
globalización. Nunca en la historia había sido tan fácil mantener contacto con
nuestros seres queridos como lo es hoy en día sin importar la distancia mientras
exista una conexión a internet. Aunque en teoría todo parece ser color de rosas, la
realidad está muy lejos de ser así de simple. No hay forma en que podamos negar
que la globalización a través del internet ha sido de lo más beneficiosa para la
transmisión de conocimientos, pero la verdad es que también ha traído consigo un
número considerable de retrocesos en la condición de la conexión humana. Las
redes sociales son un claro ejemplo de esto. 
Originalmente imaginadas para ser una ventana hacia nuestra
personalidad, las redes sociales se han vuelto una clase de simulación de
nuestras vidas reales, pero sin vernos limitados por factores sociales que
normalmente suprimen nuestras conductas más abominables. Como resultado de
esto, muchas personas tienden a caer en una actitud intolerante, cínica, arrogante
y apática, llegando a extremos donde hasta la condición humana se ve liberada de
todo valor y dignidad por individuos que buscan hacer mofa de absolutamente
todo.  
La bien documentada “Psicología de Masas” se hace presente en las redes
en todo momento, solo hace falta abrir la sección de comentarios de una
publicación popular en Facebook. Grandes grupos de personas se reúnen en un
solo espacio, en este caso virtual, a compartir sus opiniones con un conjunto de
gente que piensa de forma similar a ellos. Este fenómeno describe una interacción
al estilo de una “cámara de eco”, donde el mismo argumento se repite una y otra
vez entre individuos con ideales similares. Este proceso de reafirmación resulta
particularmente peligroso en los individuos que se ven sesgados por ideales
extremistas. La réplica de un grupo opositor y el choque de ideas ha sido un
proceso que la humanidad viene practicando desde sus inicios, y se vio
formalmente descrita por Sócrates con su famoso “Método Socrático”: Un
individuo hace una afirmación, otro individuo la refuta, y ambos discuten con el fin
último de llegar a un punto medio que eleve ese conocimiento al grado de verdad,
dejando la puerta abierta a que un tercer individuo llegue e intente refutar esta
verdad intentando elevarla aún más. El proceso de “cámara de eco” elimina todo
intento de réplica, lo aborrece, es visto inmediatamente como tema de conflicto y
no existe intención alguna de llegar a un punto medio entre opiniones. La verdad
se ve secuestrada por un grupo de individuos que basa su fuerza en números y
anonimidad.  
Siendo justos, no todos los internautas llegan a caer en este agujero, pero
aún para los que no se dejan llevar al extremo antes mencionado las redes
sociales definitivamente juegan un papel en la forma en la que los seres humanos
forjan su criterio actual sobre diversos temas.  
Cabe mencionar que, aunque Facebook ha sido el ejemplo principal de este
ensayo, todas las redes sociales juegan un papel en nuestras vidas y
ultimadamente tienen un impacto en nuestras mentes, positivo y negativo. Twitter,
por ejemplo, es un lugar de conflicto. Todas las opiniones de todos los temas se
ven refutadas en todo momento, y la interacción siempre termina en conflicto; e
Instagram nos ha abierto la posibilidad de crear una vida falsa dentro de su
plataforma donde lo único que le dejamos ver al mundo son nuestros momentos
de absoluta felicidad, una máscara.  
No es coincidencia que en los últimos años ha aparecido una campaña de
concientización hacia las personas con problemas de salud mental. El impacto en
la psicología humana que viene con la interacción dentro de las redes sociales nos
ha vuelto más susceptibles a episodios de depresión, ansiedad y baja autoestima,
en algunos casos causando la muerte de los involucrados. La triste realidad es
que la Caja de Pandora ya ha sido abierta, y las redes sociales llegaron para
quedarse en nuestras vidas. Es responsabilidad de cada individuo entrar a ellas
con paciencia, tolerancia, empatía, y mantener siempre una mente abierta,
recordando siempre que la vida real es mucho más importante y valiosa que
cualquier red social.

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