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Una de las manifestaciones más fundamentales de la naturaleza es la energía que acompaña a todos
los cambios y transformaciones. Así, fenómenos tan diversos como la caída de una piedra, el
movimiento de una bola de billar, la combustión del carbón, o el crecimiento y reacciones de los
mecanismos complejos de los seres vivientes, todos comprenden alguna absorción, emisión y
redistribución de la energía. La forma más común en que ésta aparece y hacia la cual tienden las
demás, es el calor. Junto a él se produce energía mecánica en el movimiento de cualquier
mecanismo; energía eléctrica cuando una corriente calienta un conductor o es capaz de realizar un
trabajo mecánico o químico; energía radiante inherente a la luz visible y a la radiación en general; y
finalmente la energía química almacenada en todas las sustancias, que se pone de manifiesto cuando
aquéllas realizan una transformación. Tan diferentes y diversas como a primera vista cabe
suponerlas, sin embargo, están ligadas íntimamente entre sí, y bajo ciertas condiciones se efectúa
una conversión de una en otra. Es materia de la termodinámica estudiar tales interrelaciones que
tienen lugar en los sistemas, y sus leyes, que son aplicables a todos los fenómenos naturales, se
cumplen rigurosamente ya que están basadas en la conducta de los sistemas macroscópicos, es decir
con gran número de moléculas en vez de los microscópicos que comprenden un número reducido de
ellas. Aún más, la termodinámica no considera el tiempo de transformación. Su interés se centra en
los estados inicial y final de un sistema sin mostrar ninguna curiosidad por la velocidad con que tal
cambio se produce.
La energía de un sistema dado es cinética, potencial o ambas a la vez. La primera es debida a su
movimiento, bien sea molecular n del cuerpo como un todo. Por otra parte, la potencial es aquella
clase de energía que un sistema posee en virtud de su posición, es decir, por su estructura o
configuración respecto a otros cuerpos. El contenido de energía total de cualquier sistema es la
suma de las anteriores, y aunque su valor absoluto puede calcularse teniendo en cuenta la famosa
relación de Einstein E = mc2, donde E es la energía, m la masa, y c la velocidad de la luz, este hecho
nos sirve de poco en las consideraciones ordinarias de la termodinámica. El motivo es, que las
energías involucradas son tan grandes que cualquier cambio de ellas como resultado de los procesos
físicos o químicos es insignificante.
Así los cambios de masa resultantes de aquellas transferencias son imponderables por lo cual la
termodinámica prefiero tratar con tales diferencias de energía que son medibles y se expresan en
diversos sistemas de unidades. Por ejemplo las unidades cgs de energía mecánica, eléctrica o
térmica son el ergio, el julio y la caloría. La relación entre la unidad mecánica de trabajo y la
térmica se conoce como equivalente mecánico del calor. Las primeras determinaciones de este
equivalente por Joule fueron la piedra fundamental que permitió establecer la primera ley de la
termodinámica.
SISTEMA
Este, término muy usual, se define como cualquier porción del universo aislado en un recipiente
inerte; que puede ser real o imaginario, con el fin de estudiar el efecto de las diversas variables
sobre él. A su vez la porción de universo excluido del sistema se denomina "contorno". El
contenido de un sistema puede variar ampliamente desde una cantidad pequeña de agua, por
ejemplo, hasta el universo total.
Las interacciones entre un sistema y su contorno, son muy importantes en termodinámica y cuando
entre ambos existe intercambio de materia y energía tenemos un sistema abierto, y aislado en raso
contrario. Se llama sistema cerrado aquel que no intercambia materia con sus alrededores pero sí
energía.
Un sistema homogéneo contiene únicamente una fase, mientras que uno heterogéneo contiene más
de una. Se define por fase la porción homogénea de un sistema, físicamente diferenciable y
separable mecánicamente. Si en el sistema "agua" coexisten el hielo, el líquido y el vapor, cada
forma constituye una fase separada de otras por un límite. Aún más, cada fase puede ser continua
como la líquida o gaseosa o dividida en porciones menores como una masa de cristales de hielo. El
término "separable mecánicamente" de la definición significa que las fases pueden separarse entre sí
por operaciones tales como la filtración, sedimentación, decantación u otros procedimientos
mecánicos, como por ejemplo la recolección a mano de los cristales. No incluye, sin embargo, otros
procedimientos de separación tales como la evaporación, destilador., adsorción, o extracción. Como
los gases son miscibles totalmente, sólo es posible un sistema de una fase gaseosa. Con líquidos o
sólidos no parece existir un límite teórico al número posible ele fases, pero ocho1 es el máximo de
fases líquidas observadas en un sistema.
I
La ecuación (16) constituye el establecimiento matemático de la primera ley. Como la energía
interna depende únicamente del estado de un sistema, entonces- el cambio de la misma ΔE,
involucrado en el paso de un estado donde la energía es E1 a otro donde es E2 debe estar dada por
ΔE depende así únicamente de los estados inicial y final del sistema y de ninguna manera de la
forma *en que se ha realizado tal cambio. Estas consideraciones no se aplican a ѡ y q, porque la
magnitud de éstas, depende de la manera en que se efectúa el trabajo en el paso del estado inicial al
final. El símbolo ѡ representa el trabajo total hecho por un sistema. En una celda galvánica, por
ejemplo, ѡ puede incluir la energía eléctrica proporcionada, más, si hay cambio de volumen,
cualquier energía utilizada para efectuar la expansión o contracción contra una presión oponente p.
Ahora estamos interesados solamente en el trabajo mecánico o de presión contra volumen
desarrollado en el proceso: y esta energía se deduce fácilmente de la manera siguiente.
Consideremos un cilindro, figura 3-2, de sección transversal A ajustado con un pistón p. Entonces
como la presión es una fuerza por unidad de
área, la fuerza total que actúa sobre el pistón es f = pA. Si este se desplaza ahora una distancia dl, el
trabajo realizado dѡ es
Vemos por ese motivo, que en tal proceso todo el trabajo realizado será a expensas del calor
absorbido, o cualquier calor obtenido procederá del trabajo hecho sobre el sistema. La magnitud de
q dependerá obviamente de la manera en que el trabajo se llevó a cabo y puede variar desde cero
para una expansión libre a un máximo cuando se logra la reversibilidad. La expresión para el
trabajo máximo, wm, obtenida cuando un gas ideal se expande isotérmica y reversiblemente puede
deducirse de esta forma: Bajo condiciones reversibles p = P = nRT/V. AI sustituir este valor de p en
la ecuación (50) obtendremos
La ecuación (51) nos da el trabajo máximo alcanzable en una expansión isotérmica reversible de n
moles de un gas ideal desde un volumen V1 a V2 a la temperatura T. De nuevo, como la temperatura
es constante V2/V1 = P1/P2 de acuerdo con la ley de Boyle y por tanto la ecuación (51) puede
escribirse en la forma equivalente
Ejemplo (b): Calcular el trabajo efectuado cuando dos moles de hidrógeno se expanden isotérmica y
reversiblemente a 25°C de 15 a 50 litros. Si usarnos la ecuación (51) tendremos
Los calores absorbidos durante las expansiones son iguales a w en ambos casos y valen 847 y 1427
calorías en (a) y (b) respectivamente. La variación de energía interna es cero en los dos ejemplos, ya
que no hay ningún cambio de temperatura.
Con los gases reales ΔE ≠ 0 en condiciones isotérmicas, pues aun entonces hay una variación de
energía interna debida a un cambio de volumen o de presión. Igual conclusión se aplica a ΔH.