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La Biblia se escribió originalmente en hebreo, arameo y griego. Aunque el promedio de los cristianos
no conozca estos lenguajes, pueden hacer estudios de palabras porque tienen a su disposición
muchas y excelentes traducciones y obras de consulta. En el pasado, las personas que se
interesaban en hacer un estudio personal de la Biblia tenían que aprender los lenguajes originales.
Pero solo los que habían pasado años estudiando griego y hebreo estaban en condiciones de
disfrutar la emoción de las percepciones que les llegaban de estudiar las palabras originales de las
Escrituras. En la actualidad, sin embargo, las riquezas que pueden encontrarse al estudiar las
palabras están al alcance de todo cristiano que sepa qué obras de consulta están disponibles.
Definición
Irving jensen dijo una vez: «De la misma manera en que una gran puerta gira sobre pequeños
goznes, las declaraciones teológicas de la Biblia suelen depender de palabras insignificantes, tales
como las preposiciones o los artículos» (jensen, Enjoy Your Bible, Moody Press, p. 96). La mayoría
de las grandes doctrinas de la Palabra de Dios giran alrededor de una sencilla palabra, como gracia,
expiación o fe. Con el fin de poder comprender los profundos significados de las Escrituras,
debemos estudiar las palabras que se hayan usado.
La correcta interpretación de las verdades bíblicas depende de la correcta comprensión de las
palabras que se utilizaron para transmitir esas verdades. David declaró: «Las palabras del Señor son
puras, como plata refinada en horno de arcilla, refinada siete veces" (Salmo 12:6). Un proverbio hace
una declaración parecida: «Toda palabra de Dios es pura; Él es escudo a los que en él esperan»
(Proverbios 30:5, RV-60).
Pero estas palabras puras se escribieron en un lenguaje diferente al nuestro y la plenitud de
su significado no siempre se ha trasmitido por completo en una traducción. En realidad, ninguna
traducción es perfecta porque nunca dos lenguajes se corresponden con toda exactitud. No siempre
existen palabras equivalentes entre los lenguajes, así que al estudiar la Biblia deberíamos
investigar el pleno significado de una palabra de la que el traductor no pudo exprimir todo su valor en
un texto dado.
Además, cuando el texto original de la Biblia se tradujo al español, se usaron alrededor de 6.000
palabras diferentes, mientras que en el método de estudio bíblico de estudio de palabras se estudian
11.280 palabras hebreas, arameas y griegas (jensen, Enjoy your Bible, p. 96). Así que, ¿cómo
puede meter 11.000 palabras en 6.000? Traduciendo varias palabras diferentes del lenguaje original
a una palabra del idioma español. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento la palabra en castellano
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«siervo» traduce siete diferentes palabras griegas, pero cada una de ellas tenía un matiz un poco
diferente para el significado de «sirviente». Nuestro idioma, que es posterior, no puede dar un
significado completo de los idiomas bíblicos originales.
Debemos tener dos cosas en mente cuando hacemos un estudio de palabras. En primer
lugar, debe basarse en las palabras del idioma original, no en las palabras del castellano. En
segundo lugar, siempre debemos permitir que el contexto nos indique el mejor significado de la
palabra que estamos estudiando, sin importar cuál pueda ser su equivalente en español.
Para este método de estudio bíblico van a necesitar más obras de consulta de las que ha
usado con otros métodos. Las herramientas necesarias son:
Cuando empiece a poner en práctica este método de estudio bíblico, debe estar consciente
de las dificultades que se le presentarán.
l. A veces distintas palabras griegas se traducen al español con una sola palabra. Hemos
notado que en español la palabra «siervo» tiene siete equivalentes en el griego, cada una con un
matiz diferente. Asegúrese de revisar su concordancia con todo cuidado para ver si lo mismo podría
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ocurrir con la palabra que está estudiando. Averigüe lo que cada palabra original significa.
2. A veces una palabra griega o hebrea se traduce de distintas formas al español. Para
superar esta dificultad, tendrá que hacer un estudio cuidadoso de las distintas traducciones de la
palabra original. Puede hacerlo con mucha facilidad con el uso de su concordancia exhaustiva. Por
ejemplo, la palabra griega koinoníase traduce de cinco diferentes formas al inglés y puede significar:
(1) «comunicación», una vez; (2) «comunión», cuatro veces; (3) «contribución», una vez; (4) doce
veces.
El siguiente es un procedimiento para resolver esta dificultad:
1.Investigue de qué manera se usó la palabra en el tiempo en que el libro (de la Biblia)se
escribió. ¿Cómo se usó en otros escritos aparte de la Biblia? Para encontrar e! significado de la
palabra y cómo se empleó en la cultura de ese día, deberá buscar en materiales extrabíblicos (como
libros de historia de ese tiempo); muchas veces, sin embargo, la edición de estudio de palabras que
está usando le proporcionará esa información. Los estudiantes avanzados y las personas que
conocen los idiomas originales pueden encontrar esta información en diccionarios teológicos y en
léxicos de griego y hebreo.
2. Investigue cómo se usó en la Biblia. Con su concordancia exhaustiva, vea cómo se tradujo
la palabra cada vez que aparece en la Biblia. A menudo las Escrituras definen las palabras mediante
su uso corriente e ilustraciones. A continuación le presentamos una manera de encontrar una
definición dada en las Escrituras. También puede hacer todas o alguna de las siguientes preguntas:
3. Investigue cómo se usó la palabra en el contexto del pasaje. Esta es la prueba definitiva. El
contexto será para usted la fuente más confiable que le revelará lo que en verdad quiso decir e!
escritor. Haga estas preguntas:
• ¿Aporta el contexto alguna pista para el significado de la palabra?
• ¿A la palabra se le compara o se pone en contraste con otra palabra en e! contexto?
• ¿Hay alguna ilustración en e! contexto que aclare el significado dela palabra?
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Octavo paso: escriba una aplicación
Sea especialmente cuidadoso para mantener en mente su meta de «aplicación, no solo
interpretación» cuando haga el estudio de una palabra. Recuerde que está haciendo un estudio
bíblico personal, no un simple ejercicio académico. Descubrir el significado pleno de una palabra
bíblica no es un fin en sí mismo, porque el estudio de una palabra sin su aplicación es de poco valor
espiritual para usted. Al hacer este estudio, pregúntese constantemente: ¿Cómo puede la
comprensión de esta palabra fortalecer mi vida espiritual? Luego escriba una aplicación usando las
sugerencias dadas en el capítulo 1, respecto de las obras de consulta que se usan.
La última sección en blanco de su formulario de estudio tiene un lugar para que enumere las
obras de consulta que haya usado en su estudio del término bíblico. Esto es para ayudarlo a
recordar que el mayor beneficio de los libros de consulta es su uso futuro.
Tarea
Tal vez quiera empezar su estudio de palabras de las Escrituras con aquellas palabras cuyo
significado se haya estado cuestionando. O tal vez decida comenzar con algunas palabras
doctrinales importantes. En e! Apéndice E puede encontrar una lista de términos que se sugieren.
Lecturas adicionales
Explore la Palabra, de Henry M. Morris I1I, Editorial Vida Creación.
Palabras griegas del Nuevo Testamento, su uso y su significado, de William Barday (Mundo
Hispano).
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