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SELECCIÓN DE TEXTOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Jerusalén con él. Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y


escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo. Y ellos le
TEXTO I: Anuncio del nacimiento de Jesús (Lucas 1, 26-38) dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: "Y tu, Belén,
A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a tierra de Judá, de ningún modo eres la mas pequeña entre los príncipes de Judá;
visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se porque de ti saldrá un gobernante que pastoreara a mi pueblo Israel."
llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. El ángel se
acercó a ella y le dijo: Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del
tiempo en que había aparecido la estrella. Y enviándolos a Belén, dijo: Id y
—¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. buscad con diligencia al niño; y cuando le encontréis, avisadme para que yo
también vaya y le adore. Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la
Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se
este saludo. detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella, se
—No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. regocijaron sobremanera con gran alegría. Y entrando en la casa, vieron al niño
con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le
Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será presentaron obsequios de oro, incienso y mirra.
un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono
de su padre David, y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado
no tendrá fin.
TEXTO III: Jesús escoge a los doce apóstoles (Marcos 3, 13-19)
—¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy
Después Jesús subió a un cerro, y llamó a los que le pareció bien. Una vez
virgen?
reunidos, eligió de entre ellos a doce, para que lo acompañaran y para
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su mandarlos a anunciar el mensaje. A éstos les dio el nombre de apóstoles, y les
sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. dio autoridad para expulsar a los demonios. Éstos son los doce que escogió:
También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que Simón, a quien puso el nombre de Pedro; Santiago y su hermano Juan, hijos de
decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. Porque para Dios Zebedeo, a quienes llamó Boanerges (es decir, «Hijos del Trueno»); Andrés,
no hay nada imposible. Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás y Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el
—Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo cananeo, y Judas Iscariote, que después traicionó a Jesús.
como me has dicho.
Con esto, el ángel la dejó. TEXTO IV: La tentación de Jesús (Mateo 4, 1-11)

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el
TEXTO II: Nacimiento de Jesús (Mateo 2, 1-11) diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo
hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas
Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he piedras se conviertan en pan”. Él respondió y dijo: “Escrito está: No solo de
aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del
hemos venido a adorarle. Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda templo, y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no
tropieces con tu pie en piedra”.
Jesús le dijo: “Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios”. Otra vez le había seguido de lejos hasta el patio interior del Sumo Sacerdote, y se sentó
llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y con los policías del Templo, calentándose al fuego.
la gloria de ellos, y le dijo: “Todo esto te daré, si postrado me adorases. Los jefes de los sacerdotes y todo el Consejo Supremo buscaban algún
Entonces Jesús le dijo: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios testimonio que permitiera condenar a muerte a Jesús, pero no lo encontraban.
adorarás, y a él sólo servirás”. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron Varios se presentaron con falsas acusaciones contra él, pero no estaban de
ángeles y le servían. acuerdo en lo que decían. Algunos lanzaron esta falsa acusación: «Nosotros le
hemos oído decir: Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y
en tres días construiré otro no hecho por hombres.» Pero tampoco con estos
TEXTO V: Jesús calma la tormenta (Mateo 8, 23-27)
testimonios estaban de acuerdo.
Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente, se levantó en Entonces el Sumo Sacerdote se levantó, pasó adelante y preguntó a Jesús:
el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús «¿No tienes nada que responder? ¿Qué es este asunto de que te acusan?» Pero
estaba dormido. Los discípulos fueron a despertarlo. él guardaba silencio y no contestaba. De nuevo el Sumo Sacerdote le preguntó:
«¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios Bendito?». Jesús respondió: «Yo soy, y un
—¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar! día verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha de Dios poderoso y
—Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? viniendo en medio de las nubes del cielo.»
El Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras horrorizado y dijo: «¿Para qué
Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó queremos ya testigos? Ustedes acaban de oír sus palabras blasfemas. ¿Qué les
completamente tranquilo. Los discípulos no salían de su asombro, y decían: parece?» Y estuvieron de acuerdo en que merecía la pena de muerte.
«¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?» Después algunos empezaron a escupirle. Le cubrieron la cara y le golpeaban
antes de decirle: «¡Hazte el profeta!» Y los guardianes del Templo lo
abofeteaban.
TEXTO VI: Prendimiento de Jesús (Marcos 14, 43-65)

Jesús estaba aún hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce; lo TEXTO VII: Crucifixión y muerte de Jesús (Lucas 23, 26-56)
acompañaba un buen grupo de gente con espadas y palos, enviados por los
jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los jefes judíos. El traidor les Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le
había dado esta señal: «Al que yo dé un beso, ése es; deténganlo y llévenlo pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran
bien custodiado.» multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él.
Apenas llegó Judas, se acercó a Jesús y le dijo: «¡Maestro, Maestro!» Y lo Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí,
besó. Ellos entonces lo tomaron y se lo llevaron arrestado. En ese momento sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán
uno de los que estaban con Jesús sacó la espada e hirió al servidor del Sumo días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no
Sacerdote cortándole una oreja. concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los
Jesús dijo a la gente: «A lo mejor buscan a un ladrón y por eso salieron a montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol
detenerme con espadas y palos. ¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
estaba entre ustedes enseñando en el Templo? Pero tienen que cumplirse las
Escrituras.» Y todos los que estaban con Jesús lo abandonaron y huyeron. Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.
Un joven seguía a Jesús envuelto sólo en una sábana, y lo tomaron; pero él, Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los
soltando la sábana, huyó desnudo. malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre,
Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y todos se reunieron allí. Estaban los perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos,
jefes de los sacerdotes, las autoridades judías y los maestros de la Ley. Pedro lo echando suertes. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se
burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo,
el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y Pedro, sin embargo, se decidió, y echó a correr hacia el sepulcro. Al inclinarse
presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti a mirar, sólo vio los lienzos; así que regresó a casa lleno de asombro por lo que
mismo. había sucedido.
Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas:
TEXTO IX: En el camino de Emaús (Mc 16,12-13)
ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Y uno de los malhechores que estaban
colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a Ese mismo día, dos de los discípulos se dirigían a una aldea llamada Emaús,
nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a distante unos once kilómetros de Jerusalén. Mientras iban hablando de los
Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente recientes acontecimientos, conversando y discutiendo entre ellos, Jesús mismo
padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste se les acercó y se puso a caminar a su lado. Pero tenían los ojos tan ofuscados
ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. que no lo reconocieron. Entonces Jesús les preguntó:
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
— ¿Qué es eso que discutís mientras vais de camino?
Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora
novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Se detuvieron con el semblante ensombrecido, y uno de ellos, llamado Cleofás,
Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo le contestó:
mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. — Seguramente tú eres el único en toda Jerusalén que no se ha enterado de lo
Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: que ha pasado allí estos días.
Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la multitud de los que estaban Él preguntó:
presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían
golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían — ¿Pues qué ha pasado?
seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas. Le dijeron:
— Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y palabras
TEXTO VIII: Resurrección de Jesús (Lc 24,1-12) delante de Dios y de todo el pueblo. Los jefes de nuestros sacerdotes y nuestras
autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran.
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los Nosotros teníamos la esperanza de que él iba a ser el libertador de Israel, pero
perfumes que habían preparado. Al llegar, se encontraron con que la piedra que ya han pasado tres días desde que sucedió todo esto. Verdad es que algunas
cerraba el sepulcro había sido removida. Entraron, pero no encontraron el mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al
cuerpo de Jesús, el Señor. Estaban aún desconcertadas ante el caso, cuando se sepulcro y, al no encontrar su cuerpo, volvieron diciendo que también se les
les presentaron dos hombres vestidos con ropas resplandecientes que, al ver habían aparecido unos ángeles y les habían dicho que él está vivo. Algunos de
cómo las mujeres se postraban rostro en tierra llenas de miedo, les dijeron: los nuestros acudieron después al sepulcro y lo encontraron todo tal y como las
— ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron.
resucitado. Recordad que él os habló de esto cuando aún estaba en Galilea. Ya Jesús, entonces, les dijo:
os dijo entonces que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de
pecadores y que iban a crucificarlo, pero que resucitaría al tercer día. — ¡Qué lentos sois para comprender y cuánto os cuesta creer lo dicho por los
profetas! ¿No tenía que sufrir el Mesías todo esto antes de ser glorificado?
Ellas recordaron, en efecto, las palabras de Jesús y, regresando del sepulcro,
llevaron la noticia a los Once y a todos los demás. Así pues, fueron María Y, empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó cada
Magdalena, Juana, María la madre de Santiago, y las otras que estaban con uno de los pasajes de las Escrituras que se referían a él mismo.
ellas, quienes comunicaron a los apóstoles lo que había pasado. Pero a los Cuando llegaron a la aldea adonde se dirigían, Jesús hizo ademán de seguir
apóstoles les pareció todo esto una locura y no las creyeron. adelante. Pero ellos le dijeron, insistiendo mucho:
— Quédate con nosotros, porque atardece ya y la noche se echa encima. Entonces abrió su mente para que comprendieran el sentido de las Escrituras. Y
añadió:
Él entró y se quedó con ellos. Luego, cuando se sentaron juntos a la mesa,
Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En aquel momento — Estaba escrito que el Mesías tenía que morir y que resucitaría al tercer día; y
se les abrieron los ojos y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista. también que en su nombre se ha de proclamar a todas las naciones,
Entonces se dijeron el uno al otro: comenzando desde Jerusalén, un mensaje de conversión y de perdón de los
pecados. Vosotros sois testigos de todas estas cosas. Mirad, yo voy a enviaros
— ¿No nos ardía ya el corazón cuando conversábamos con él por el camino y
el don prometido por mi Padre. Quedaos aquí, en Jerusalén, hasta que recibáis
nos explicaba las Escrituras?
la fuerza que viene de Dios.
En el mismo instante emprendieron el camino de regreso a Jerusalén, donde
encontraron reunidos a los Once y a todos los demás, que les dijeron:
— Es cierto que el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.
TEXTO XI: Conclusión (Lc 24,50-52)
Ellos, por su parte, contaron también lo que les había sucedido en el camino y Más tarde, Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta las cercanías de Betania.
cómo habían reconocido a Jesús cuando partía el pan. Allí, levantando las manos, los bendijo. Y, mientras los bendecía, se separó de
ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén
llenos de alegría. Y estaban constantemente en el Templo bendiciendo a Dios.

TEXTO X: Jesús se aparece a los discípulos (Lc 24, 36-49)


Todavía estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de EJERCICIOS
ellos y les dijo: 1. Lee con atención el texto asignado.
2. Resume su argumento.
— ¡La paz sea con vosotros! 3. ¿Cuáles son sus personajes y qué atributos (personalidad, carácter, atuendos,
Sorprendidos y muy asustados, creían estar viendo un fantasma. Pero Jesús les etc.) tiene cada uno? ¿Qué pueden simbolizar cada uno de ellos en la historia
dijo: en la que se incluyen?
4. ¿Qué enseñanza se puede extraer del texto? ¿Serviría como forma de
— ¿Por qué os asustáis y por qué dudáis tanto en vuestro interior? Mirad mis indicarle al pueblo judío un modelo de qué hacer y qué no hacer? Justifica tus
manos y mis pies: soy yo mismo. Tocadme y miradme. Los fantasmas no respuestas.
tienen carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Al decir esto, les mostró las manos y los pies. Pero aunque estaban llenos de
alegría, no se lo acababan de creer a causa del asombro. Así que Jesús les
preguntó:
— ¿Tenéis aquí algo de comer?
Le ofrecieron un trozo de pescado asado, que él tomó y comió en presencia de
todos. Luego les dijo:
— Cuando aún estaba con vosotros, ya os advertí que tenía que cumplirse todo
lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los libros de los
profetas y en los salmos.

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