Está en la página 1de 4

El Trastorno Neurodegenerativo (TND) debido a la

enfermedad del Alzheimer es marcada por un comienzo


insidioso y una progresión gradual; el patrón de inicio de
déficits cognitivos y rasgos asociados, ayudan a distinguirla
de otros TND.

DSMV: Manual Diagnostico y Estadístico de Desórdenes


Mentales, Edición V (APA, 2013).

Introducción
En las últimas décadas, el aumento de la esperanza de vida ha conllevado una serie de
enfermedades y condiciones que vulneran el bienestar de los adultos mayores. Entre
estos trastornos se encuentran las demencias, destacándose la enfermedad del
Alzheimer como la más común de ellas (Álvarez-Cisneros, T., et.al., 2017, pp. 3). La
demencia (TND) tipo Alzheimer es la causa más común de demencia en los adultos
mayores, conformando aproximadamente entre un 60% a 70% de los casos (González G.,
R. & López, F., J., 2014, p.33).
Afecciones en Procesos Cognitivos de la paciente del caso 2
La paciente del caso 2 se encuentra dentro de éste último grupo. Las perturbaciones en
su cognición involucran los 6 procesos cognitivos- de acuerdo con Lupón, M., et.al.
(2012), estos se dividen en básicos (atención, percepción y memoria) y complejos
(lenguaje, pensamiento y aprendizaje)- de los que la memoria resulta ser la más afectada
debido a la naturaleza de la enfermedad de Alzheimer-.
Los tipos de memoria afectados son los siguientes: la memoria a corto plazo, ya que no
pudo retener información por 5 minutos, además de referir ya no ser capaz de cocinar o
hacer compras (momentos en los que la memoria de trabajo necesita funcionar
correctamente para recordar información nueva y vincularla con información antigua y así,
poder completar todos los pasos hacia la meta); la memoria a largo plazo explícita en
donde la memoria semántica se muestra afectada debido a que la paciente presenta
(Barrio, E., et.al.) afasia o empobrecimiento del lenguaje al tener dificultades para
recuperar sustantivos de la memoria (2019) además de datos de conocimiento general, la
memoria biográfica pues en ocasiones no lograba recuperar recuerdos de lo hecho el día
anterior, la episódica al encontrarse perdida en el espacio y tiempo (tanto que no
recordaba las fechas importantes del pasado) y la prospectiva pues refiere la paciente
necesitar ayuda para organizar su economía y realizar labores del hogar; en cuanto a la
memoria a largo plazo implícita, tenemos que la paciente presenta disfunción en su
memoria procedimental ya que refiere dificultades en su función ejecutiva, es decir, hasta
en las (Barrio, E., et.al.) actividades básicas de la vida diaria, que son aquellas actividades
que se refieren a todo los relacionado con el autocuidado (2019).
Es evidente que la atención se ve afectada, en parte porque muchas de las dificultades en
la memoria antes mencionadas tienen relación con disfunciones en la atención. Cuando la
paciente refiere volver sin las cosas que debía comprar, claramente la dificultad de
atender a la numerosidad de estímulos provoca algún olvido pues ese estímulo (por
ejemplo, “leche” en la lista de súper) no pasó por el “filtro” de la atención y no fue
codificado hacia la memoria de corto plazo. Lo mismo aplicaría para el hecho de poner
demasiada o poca sal.
APA (2013) nos dice que “los rasgos psicóticos son comunes en muchos desórdenes
neurocognitivos, particularmente en las etapas de leve a moderado del Desorden Neuro-
Cognitivo Mayor por la enfermedad de Alzheimer. (…) La paranoia y delirio de tipo
‘delusion’ del inglés (ver diferencia con ‘delirium’ aquí http://www.scielo.org.co/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0120-24482017000200145 ) son rasgos comunes, y
seguidamente un tema de persecución pueda ser un aspecto prominente de la ideación
‘delusional’ o delirante”. Se podría decir que los cambios en la personalidad de la paciente
se derivan en parte por disrupciones en su percepción derivados de ‘delusions’ o delirios
que podrían pasar inadvertidos o entremezclarse con síntomas como (APA) la apatía,
también muy común en la enfermedad del Alzheimer (2013).
Los procesos complejos son perturbados en gran parte como consecuencia de la
perturbación de los procesos simples: el Pensamiento es gravemente afectado por los
cambios en la percepción y la memoria, provocando interpretaciones de la realidad
diferentes que en épocas pasadas; el Lenguaje se ve mayormente afectado por las
dificultades en la Memoria, como la ya mencionada afasia (sin olvidar la estrecha relación
Pensamiento-Lenguaje); los obstáculos en el Aprendizaje tienen que ver directamente con
las perturbaciones de la atención y la memoria.
Factores de riesgo de la paciente
Los factores de riesgo encontrados en la paciente se presentan en orden de importancia a
continuación:
Edad: APA ha informado que el factor de riesgo estrella en el Alzheimer es la edad ya
que no es común encontrarlo antes de los 60 años, y a partir de ahí, la prevalencia
aumenta exponencialmente. Además que, en general para la demencia o TND mayor, el
porcentaje de prevalencia aumenta: del 2% en las personas con 65 años, al 30% en las
personas con 85 años (2013). Así, la paciente a los 70 años ya contaba con la
probabilidad de desarrollar un TND.
Género y grupo étnico: El World Alzheimer Report estimó que, hasta el 2015, del total
de personas con demencia en México, un 64% son mujeres debido a que éstas viven
vidas generalmente más largas que los hombres (aproximadamente, unos 5-6 años más)
(Álvarez-Cisneros, T., et.al., 2017, pp. 3). Más aún, hay varios factores que podrían influir
en que las mujeres en países en vías de desarrollo sean más propensas a padecer
demencia que los hombres (inequidades de género, las mujeres en mayor desventaja,
etc.) (Álvarez-Cisneros, T., et.al., 2017, pp. 3).
Arterioesclerosis: La arterioesclerosis (estrechamiento de vasos sanguíneos), que la
paciente refiere su padre tenía, está relacionada con los factores de riesgo de
antecedentes en la familia por problemas vasculares, actuando sobre la patología cerebro
vascular o directamente sobre la enfermedad del Alzheimer (APA, 2013).
No ejercer su profesión: González G., R. & López, F., J. (2014, p.36-37) nos dicen que
la falta de educación adicional (estimulación cognitiva) tras dejar de ejercer su profesión
es un factor de riesgo para que los adultos mayores desarrollen Alzheimer.
Depresión y ansiedad: En un estudio (Garay, J. & Farfán, M., C, 2007) se evaluó la
diferencia en los niveles de depresión y ansiedad entre mujeres con trabajo no
remunerado (amas de casa) y con trabajo remunerado. Se encontró que las amas de
casa tenían un nivel más alto de depresión, al compararlas con aquéllas que tienen
trabajo remunerado, además que las amas de casa que contaban con una escolaridad de
licenciatura o más, presentaron mayor número de acontecimientos productores de estrés
al compararlas con aquéllas con escolaridad menor a licenciatura. Así pues, la paciente
tenía factores de riesgo para la depresión y ansiedad, siendo (González G., R. & López,
F., J) la depresión un factor de riesgo de la demencia (TND) cuya expresión de síntomas
se pueden encontrar hasta 25 años previos al diagnóstico (2014, p.41-42), es decir,
aunque actualmente no se haya identificado síntomas depresivos en la paciente, es
posible que la paciente haya tenido síntomas depresivos debido a la falta de trabajo
remunerado, aunque todavía no se identifican como un trastorno clínico, y que éstos
actuaran como factor de riesgo para el Alzheimer.
Estrategia terapéutica como ‘Psicóloga Cognitiva’
Con base en el análisis anterior, la estrategia de tratamiento a tomar es la siguiente:
Principalmente, que las personas que convivan con la paciente la estimulen
cognitivamente de forma constante, preguntándole cosas y contándole cosas de la
realidad, haciéndola parte del día a día y demostrándole amor y comprensión por medio
de la paciencia. Además, los familiares deberán informarse y psicoeducarse acerca del
Alzheimer.
Aunado a ello, se propone una intervención terapéutica complementaria, como lo es la
estimulación cognitiva con ejercicios, que ayude a retardar la progresión del deterioro que
presentado y además ayudar a evitar la desconexión del entorno, a fortalecer las
relaciones sociales y a potenciar la autoestima (Artero, L.A., et.al., 2015).
Los ejercicios de estimulación cognitiva recomendados son los siguientes (Artero, L.A.,
et.al., 2015 & Barrio, E., et.al., 2019):

 Que la paciente recuerde diariamente sus datos personales más importantes


escribiéndolos en una hoja con preguntas como “¿cuál era su profesión?” o “¿qué
nombres tienen mis nietos”.
 Tener un pizarrón blanco en donde la paciente escriba la fecha en grande todos
los días, además de tener sus ‘pendientes’ en la misma (procurar que sean
pocos).
 Completar frases cortas de la cotidianeidad (“es hora de comer el…desayuno”,
“me voy a poner el…pantalón”, “no me quiero…bañar”) con sustantivos
comúnmente olvidados, se podrá hacer la seña del sustantivo a recordar al igual
que directamente mostrarle el objeto o la foto del objeto.
 Escribir sinónimos o antónimos de una serie de sustantivos relacionados al
vocabulario necesitado diariamente por la paciente.
 Contar cuántas de una figura específica hay en un collage con muchas figuras de
distintos tipos.
 Colorear una mandala cuyas partes sean numeradas, dependiendo del número es
el color que se utilizará.
 Juego de rol de compra y venta. Darle monedas a la paciente y pedirle que elija
las monedas para ‘pagar’ ciertas cantidades que se le indiquen.
 Ordenar los pasos para vestirse, bañarse, peinarse, etc. escritos en papelitos con
letra grande.
 Completar frases de comparaciones como “mi blusa es roja como…las
manzanas”, “la mochila está sucia como…el perro”, “la puerta es rectangular
como…esa pintura”.

Por último, se recomienda “combinar las actividades (…) con otros ejercicios de
estimulación cognitiva más lúdicos como pueden ser: juegos de cartas, de mesa,
crucigramas, sopas de letras, sudokus, ahorcado, así como todas las actividades que
requieren un esfuerzo cognitivo (tocar un instrumento, hacer costura, entre otras)” (Artero,
L.A., et.al., 2015).

Referencias:
Álvarez-Cisneros, T., Torres-Castro, S., Mena-Montes, B., & Torres-Carrillo, N., M. (2017).
Alzheimer: diferencias por género entre América Latina y otras regiones del mundo.
Género y salud en cifras, 15(3), 4–10.
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/315224/revista_15-3-1.pdf
Artero, L.A., Marín, I.B., Beltran, F.G., Rabadán, A.G., Hernández, C.N., Araiz, I.T. (2015,
junio). Cuaderno de ejercicios de estimulación cognitiva para reforzar la memoria [Libro
electrónico]. Consorci Sanitari Integral. Recuperado el 15 de enero de 2022 de
https://www.csi.cat/media/upload/pdf/estimulacion-cognitiva-csi_editora_94_3_1.pdf
Asociación Americana de Psicología - APA. (2013). Desórdenes Neurocognitivos. Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (5a. ed., pp. 591-644).
Arlington, VA.
Barrio, E., González, S., Pérez, M., Pérez, L. (2019). PROGRAMA DE ESTIMULACIÓN
PARA PERSONAS CON ALZHEIMER | Una herramienta dirigida a los profesionales para
el trabajo diario con personas con alzheimer u otras demencias [Libro electrónico].
CEAFA. Recuperado el 19 de enero de 2022 de
https://www.ceafa.es/files/2019/09/programa-de-estimulacion-para-personas-con-
alzheimer-1.pdf
Garay, J. & Farfán, M., C (diciembre, 2007). Niveles de Depresión, Autoestima y Estrés en
Mujeres que tienen un Trabajo Remunerado y Mujeres que tienen un Trabajo no
Remunerado (amas de casa). Psicología Iberoamericana, vol. 15, núm. 2, pp. 22-29.
Recuperado el 08 de febrero de 2022 de https://www.redalyc.org/articulo.oa?
id=133915933004
González G., R. & López, F., J. (2014). Factores de riesgo para demencia tipo Alzheimer.
En Demencias | Una visión panorámica (pp. 33–44).
http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/publicaciones/Demencia.pdf
Lupón, M., Torrents, A., Quevedo, L., J. (2012). TEMA 4. PROCESOS COGNITIVOS
BÁSICOS. En Apuntes de psicología en atención visual (p. 1/4-42/4). Universitat
Politècnica de Catalunya. URI: http://hdl.handle.net/2117/189580

También podría gustarte