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la belleza como vaicr supremo, la intuición estética como llave para enten-
der la realidad y ai escritor como la figura predominante. Entre sus repre-
sentantes se destacaron Rubén Darío [1867-1916], José Enrique Rodó
[1872-1917] y Manuel Gálvez [1882-1962J. Un punto clave es la denun-
cia de la sociedad corrompida por el materialismo, así como la inversión de
la hispanofobia del liberalismo de fin de siglo y el rescate de la tradición
colonial.
Como elemento fundamental hay que destacar que, paralelamente, sé
estaba dirimiendo una batalla simbólica por la nacionalidad en la que se iba
sustituyendo el nacionalismo constitucionalista por un nacionalismo cul-
tural y esencialista. La esencia vital de la nación no se encuentra en los
artificios europeizantes del unitarismo sino en !os caudillos, que encarnan
la democracia bárbara. La invención del alma nativa alcanzaba un punto
culminante en la entronización del gaucho como prototipo de la naciona-
lidad.
ARgenrina de emnegmnnas
1916-1913
324
LA AMPLIACIÓN DE LA
DEMOCRACIA.
LOS GOBIERNOS
RADICALES
(1916-1930)
La políiica
1916-1922, LA PRESIDENCIA
DE YRIGOYEN. El 12 de octubre
de 1916 Hipólito Yrigoyen asu-
mía la presidencia de la Nación,
convirtiéndose en el primer man-
datario surgido del voto universal
masculino. El nuevo presidente in-
tentó conformar un gabinete equi-
librado y que no irritara al sector
exportador. Buena parte de los
ministros pertenecían a la burgue-
sía terrateniente e incluso habían
mantenido, y lo hacían aún, muy
buenas vinculaciones con los po-
líticos conservadores; era el caso
de Honorio Pueyrredón, nombra-
do en Agricultura aunque más tar-
de se convertiría en canciller; Fe-
derico Alvarez de Toledo, minis-
tro de Marina; Domingo Salabe-
rry al frente de Hacienda; Pablo
Torello en Obras Públicas, y Car-
los Becú en Relaciones Exteriores.
El resto del gabinete (Elpidio
G o n z á l e z en Guerra, R a m ó n
Gómez en Interior y José Salinas
en Educación) eran radicales con
buenas conexiones en el interior
del país.
por un amplio espectro de fuerzas políticas: desde el conservadurismo, Corrientes: 23 de noviembre de 1917 al 11 de agosto de 1919 (D)
irritado por el peso y las actitudes populares de la UCR, hasta el Partido Mendoza: 24 de noviembre de 1917 al 6 de marzo de 1918 (D); 24 de
Socialista, que competía con el gobierno por la representación de los tra- diciembre de 1918 al 26 de junio de 1919 (D); 28 de agosto de 1920 al 4 de
bajadores e intuía, de la misma manera que el Partido D e m ó c r a t a Pro- febrero de 1922 (Ley)
gresista, actitudes demagógicas en Córdoba: 28 de noviembre de 1917 a febrero de 1918 (D)
Yrigoyen. Aunque la oposición fue Jujuy: 7 de diciembre de 1917 al 5 de abril de 1918 (D); 7 de diciembre de
descarnada, no presentó un frente 1921 al 7 de marzo de 1922 (D)
unificado: mientras los conservado- Tucumán: 7 de diciembre de 1917 al 27 junio de 1918 (D); 25 de noviem-
res eran fuertes en numerosas pro- bre de 1920 al I de febrero de 1922 (D)
o
visiones internas; por su parte, el so- Salta: 27 de abril de 1918 al 7 de enero de 1919 (D); 27 de septiembre de
cialismo limitaba su influencia a la 1921 al I de mayo de 1922 (Ley)
o
328 329
tralidad argentina hasta el final del gobierno tendió a laudar en favor de los obreros en varias ocasiones, como
conflicto, haciendo caso omiso de en las huelgas de los marítimos en 1916-17; en otros momentos, tuvo una
la oposición y de la prensa, que lo actitud dual, reprimiendo a los huelguistas y concediendo a los reclamos,
NFM-rjSjkT*^^^ presionaban para romper relacio- como en las huelgas ferroviarias de 1917-18, y también hubo situaciones
"Alfk^v.CN nes diplomáticas con Alemania; en que r e p r i m i ó con energía, por ejemplo, a los huelguistas municipales en
1917 y a los obreros de los frigoríficos Swift y Armour del Gran Buenos
desoyó la decisión del Congreso al
Aires.
respecto e, incluso, enfrentó disi-
dencias internas como las de Más drástica aún fue la actitud gubernamental ante la Semana Trágica
Leopoldo Meló, quien era partida- de enero de 1919, o en ocasión de los sucesos de la Patagonia en 1921 que
rio de declarar la guerra a los ale- finalizaron con una masacre perpetrada por el Ejército contra los peones
manes. huelguistas. En estos dos casos, el gobierno radical mostró una peligrosa
tendencia a la vacilación política ante las presiones de las corporaciones
A pesar de cierta ambigüedad,
empresariales, los grupos de extrema derecha como la Liga Patriótica Ar-
el gobierno persistió en su políti-
gentina y el Ejército que, por su parte, amparaba en su interior tendencias
ca de independencia diplomáti-
antidemocráticas como, desde 1921, lo era la Logia San Martín, cuyo obje-
ca, particularmente frente a los
tivo aparente era combatir la política del radicalismo en materia militar.
Estados Unidos, y aunque fracasó
en su intento por organizar una
conferencia latinoamericana de
naciones neutrales, tuvo mayor Confrontaciones internas en el radicalismo: aparecieron a poco de andar
impacto la decisión de apoyar el el gobierno. El sector más "aristocrático ", denominado Grupo Azul, criti-
caba con dureza el personalismo de Yrigoyen, la constante superposición
principio de la igualdad de los
Caricatura sobre la neutralidad, de Ramón Columba, del Estado con el partido, así como las técnicas de patronazgo político de
Estados en la conformación de la
para la revista La Nota. las que parecía estar excluido. También cuestionaron algunas intervencio-
Sociedad de las Naciones y no
nes provinciales y la política internacional. A comienzos de 1919 se produ-
avalar la distinción entre países
j o un conato de división que, finalmente, no prosperó pues las relaciones
beligerantes y neutrales. Ante la derrota de la postura argentina, el canci-
entre Yrigoyen y los comités del partido eran demasiado sólidas.
ller Honorio Pueyrredón retiró la delegación.
Hacia 1922 Yrigoyen había logrado controlar la disidencia interna y un
partido aparentemente unido arribaba a las elecciones presidenciales de ese
El radicalismo y los trabajadores: la política de Yrigoyen debió enfren- año. El caudillo eligió como candidato del partido al elegante y culto Marcelo
tar el desfavorable contexto de la guerra y la crisis de la primera posguerra, T. de Alvear [ 1868-1942], nieto de Carlos de Alvear, que parecía el reverso
signado por la inflación, el deterioro del salario real, la desocupación y la de la imagen de Yrigoyen. Sin embargo, tenía una larga militancia en las
consecuente ola de huelgas entre 1917 y 1919. N o obstante, y más allá de filas del radicalismo, desde su participación en la fallida revolución de 1893
ambigüedades, su actitud fue esencialmente distinta de la de los gobiernos hasta su cargo como diputado partidario en 1912. Fue embajador del go-
conservadores, pues aspiraba a arribar a una cierta justicia distributiva e bierno de Yrigoyen en Francia y a pesar de haberse opuesto a la política
integrar políticamente a los trabajadores en el sistema. Esta concepción neutralista, Alvear estaba relativamente alejado de los conflictos partida-
marcó un nuevo tipo de relación entre el Estado y la clase obrera. No tanto rios internos, característica que parecía garantizar la continuidad política.
por una legislación protectora y reguladora, que avanzó lentamente, entre Por otro lado, era un candidato potable para algunos sectores de la élite.
otros motivos, por la oposición conservadora —que impidió, por ejemplo, La fórmula oficialista se completaba con la candidatura vicepresidencial de
la sanción del Código de Trabajo en 1921—, como por un estilo de inter- Elpidio González [1875-1951], jefe de la policía y hombre leal a Yrigo-
vención directa en los conflictos entre el capital y el trabajo. yen. Los conservadores concurrieron separados: la mayoría presentaba sólo
candidatos provinciales, pero algunos grupos se nuclearon en la Concen-
Por su propia convicción y por la oposición parlamentaria a sancionar
tración Nacional y postularon a Norberto Pinero y Rafael Núñez; el Parti-
proyectos de ley sobre salario mínimo, duración de la jornada laboral y
do D e m ó c r a t a Progresista había elegido a Carlos Ibarguren y Francisco
seguro de trabajo, el presidente apeló a su p a r t i c i p a c i ó n personal y al
Correa, mientras que el Partido Socialista se inclinó por la fórmula inte-
arbitraje para resolver huelgas y otro tipo de enfrentamientos gremiales,
grada por Nicolás Repetto-Antonio de Tomaso.
aunque los resultados sólo fueron positivos en algunas oportunidades. El
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Nuevo triunfo radical: a pesar de la dura oposición y los problemas deri- M A P A N 48: E L E C C I O N E S P R E S I D E N C I A L E S D E 1922.
0
vados de la corta recesión económica de 1921-22, el radicalismo triunfó PARTIDOS T R I U N F A N T E S POR PROVINCIAS.
ampliamente con 491.172, votos que representaban el 48 por ciento del
total de sufragios emitidos; lejos. Concentración Nacional obtuvo poco más
de 200.000 sufragios y la fórmula del Partido Socialista logró 78.650. A l
contrario de 1916, el triunfo fue contundente también en el interior del
país, donde los radicales sólo fueron derrotados en Salta por la Unión Pro-
vincial, en San Juan por el bloquismo y en Mendoza por el lene mismo.
Provincias Partidos
Capital 38 30 5 14 13
Buenos Aires 58 6 40
Catamarca 62 1 37
Córdoba 57 1 37 5
Corrientes 42 58
Entre Ríos 48 1 51
Jujuy 80 20
La Rioja 60 40
Mendoza 9 11 80
Salta 15 85
San Juan 29 2 69
San Luis 51 1 48
Santa Fe 56 3 31 10
Sgo. del Estero 74 3 23
Tucumán 16 8 76
332 333
Le Bretón en Agricultura, José Nicolás Matienzo en Interior, Celestino aparato partidario, especialmente después de la derrota electoral de 1926
Marcó en Justicia, Ángel Gallardo en Relaciones Exteriores, Manuel ante el personalismo.
Domeq García en Marina y Agustín P. Justo en Guerra.
Alvear gobernó de manera diferente a su antecesor. Las intervencio-
nes provinciales por decreto fueron sensiblemente menores y colocó el gas- La división socialista: la lucha interna en el radicalismo tuvo efectos
to público bajo control del Parlamento, aunque sólo consiguió limitarlo sobre el Partido Socialista. Después de la importante elección realizada en
relativamente. De esta forma intentaba quitarle a Yrigoyen una de sus prin- 1924, comenzaron a manifestarse serias discrepancias entre sus miembros,
cipales herramientas de control partidario. especialmente cuando el bloque de diputados comenzó a aliarse sistemáti-
La lucha entre yrigoyenistas (personalistas) y alvearistas (antipersona- camente con los antipersonalistas. El disgusto de la dirección se hizo públi-
listas) se tornó encarnizada. Se manifestaba tanto en los conflictos entre el co en 1924, cuando algunos diputados socialistas, en lugar de votar al blo-
presidente y el vice como en el Congreso, donde cada tema presentado era que de mayoría para elegir presidente de la Cámara como era costumbre,
motivo de arduas polémicas. Los antipersonalistas pretendieron, desde el apoyaron al sector antipersonalista. Estas acciones estaban vinculadas al
gobierno, controlar el aparato político del yrigoyenismo e intentaron atacar hecho de que varios dirigentes partidarios estaban relacionados con gran-
uno de sus bastiones principales, al querer intervenir infructuosamente des empresas y coincidían políticamente m á s con algunos conservadores y,
Buenos Aires. Desde el diario yrigoyenista La Época se criticaba con dure- obviamente, con los antipersonalistas que con el reformismo de Juan B.
za al gobierno. Vicente Gallo reemplazó a Matienzo en el Ministerio del Justo. Este proceso culminó con la ruptura del partido y la formación del
Interior e inició una dura ofensiva contra los yrigoyenistas, tratando de con- Partido Socialista Independiente, encabezado por Antonio de Tomaso y
trolar tos comités partidarios. En 1924 marcharon separados a las eleccio- Federico Pinedo.
nes municipales de la Capital, permitiendo de esta manera el triunfo del Las diferencias en el radicalismo no eran sólo una cuestión de mayor o
socialismo; los antipersonalistas se ubicaron en el segundo lugar. menor personalismo. La política de Alvear manifestó cambios en varios
aspectos: en principio, no compartía la falta de alineamiento internacional
de Yrigoyen, postura ya demostrada cuando era embajador en Francia y se
La división radical: las diferen- había opuesto a la decisión presidencial de retirarse de la Sociedad de las
cias se fueron profundizando de tal Naciones. Además, aparentemente, sostenía un criterio menos estatista res-
forma que los personalistas acusa- pecto del problema del petróleo. Sin embargo, el tema no es transparente:
ron a sus rivales de integrar el Yrigoyen no se opuso durante su gobierno a la participación de las empre-
"contubernio " con los enemigos sas privadas extranjeras en la industria petrolera; incluso, entre 1916 y 1922,
de la "causa radical". Finalmen- la participación de éstas en la producción total aumentó ininterrumpida-
te, en 1924 se produjo la ruptura, mente del 3 al 20 por ciento.
y el alvearismo constituyó, con la En 1922, Yrigoyen había creado la Dirección Nacional de los Yaci-
dirección de Leopoldo Meló, Se- mientos Petrolíferos Fiscales ( Y P F ) para supervisar y orientar la produc-
gundo Gallo y José Tamborini, la ción nacional. Si bien es cierto que la participación de las empresas priva-
Unión Cívica Radical Antiperso- das, especialmente la norteamericana Standard Oil, siguió aumentado sig-
nalista. El nuevo agrupamiento re- nificativamente, Alvear no modificó el rumbo anterior. Colocó al general
cibió el apoyo de varios grupos Enrique Mosconi [1877-1940] al frente de YPF y en 1925 abrió la refine-
conservadores provinciales e, in- ría de La Plata. Ese mismo año comenzó una sorda puja entre YPF y Stan-
cluso, del cantonismo sanjuanino dard Oil que motivó un ruidoso alineamiento del yrigoyenismo con la em-
y el lencinismo mendocino, quie- presa nacional y ataques a la Standard O i l que involucraban la política de
nes a pesar de su extremada popu- Alvear.
laridad se unieron al antipersona- Pero más allá de estas diferencias, el gobierno de Alvear está atravesado
lismo, debido a su enfrentamiento por una imagen de buen gobierno, manejo ordenado de las finanzas, respe-
con Yrigoyen. Sin embargo, el an- to por las libertades individuales y cierta preocupación social, expresada en
tipersonalismo se e n c o n t r ó con varias leyes aprobadas durante su mandato. En efecto, en 1924 se aproba-
enormes dificultades políticas ante ron las leyes 11.317 y 11.318 sobre contrato del trabajo de los menores y la
Marcelo T. de Alvear, Caras y Caretas, 22-3-1924. la imposibilidad de controlar el prohibición del trabajo nocturno en las panaderías, respectivamente, así
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como la ley 11.312, que fijaba la jubilación de los maestros primarios. Un M A P A N 49: ELECCIONES PRESIDENCIALES D E 1928.
0
año más tarde se sancionó una ley que regulaba la forma de pago del salario PARTIDOS TRIUNFANTES POR PROVINCIAS.
y en 1929 la ley 11.544, que establecía la jornada laboral de ocho horas.
Hacia el fin del gobierno de Alvear los antipersonalistas, que habían
elegido la fórmula Leopoldo Meló-Vicente Gallo, se sentían muy seguros
de obtener el triunfo en las elecciones presidenciales de 1928. El clima
político parecía favorable pues los grandes diarios como Crítica, La Na-
ción o La Prensa realizaban desde sus páginas una furibunda campaña con-
tra la figura de Yrigoyen.
A esta crítica se sumaban los despiadados ataques de una derecha
antidemocrática cuyo único fin era impedir el triunfo del viejo caudillo
radical. Intelectuales nacionalistas, como Ernesto Palacio o los hermanos
Julio y Rodolfo Irazusta y otros nucleados en el grupo Nueva República, se
sumaban a la apelación a "la hora de la espada" hecha por Leopoldo
Lugones [1874-1938] en 1924, criticando abiertamente a la democracia
liberal y al sufragio universal instaurado con la ley Sáenz Peña y pensando,
cada vez más, en el Ejército como una alternativa a la democracia. En estos
años aparecieron numerosas publicaciones de tendencia nacionalista (Re-
Provincias Partidos
Capital 55 22 12 2 9
Buenos Aires 59 6 6 29
Catamarca 50 48 2
Córdoba 69 1 26 4
Comentes 50 43 7
Entre Ríos 54 1 40 5
Jujuy 61 34 1 4
La Rioja 60 39 1
Mendoza 50 3 41 6
-i
Salta 65 32 j
San Juan 12 72 10
San Luis 51 48 1
Santa Fe 63 34 3
Sgo. del Estero 50 47 1 1 1
~>
Tucumán 66 5 26
336 337
vista Nacional, La Nueva República) cuyo nexo se hallaba en la exaltación rior. Era evidente que los primeros efec-
del patriotismo, el militarismo, el catolicismo, el nativismo y también la tos de la crisis económica desatada el
completa impugnación de la democracia. año anterior (reducción del gasto públi-
Sin embargo, Yrigoyen gozaba de una enorme popularidad, tal vez ma- co, inflación, atraso en el pago de suel-
yor que durante su presidencia. Acompañado en la fórmula por Francisco dos, aumento del desempleo) habían
Beiró, que falleció poco después de las elecciones y fue reemplazado por contribuido a deteriorar la base de
Enrique Martínez, triunfó ampliamente en comicios con un gran nivel de sustentación de Yrigoyen.
participación popular. En efecto, el porcentaje de votantes fue del 80,85
por ciento de los inscriptos, ampliamente superior al 55,25 por ciento de la
elección de 1922. La conspiración militar: otro factor
de inestabilidad provenía del Ejército.
Ya en 1927 el general Justo habían ma-
1928-1930, LA SEGUNDA PRESIDENCIA DE YRIGOYEN. A pesar del nifestado su oposición al retorno de
caudal de votos recibido, el nuevo gobierno fue débil y mostró un rumbo Yrigoyen al gobierno. Una vez en el
errático. Yrigoyen sumaba al inconveniente de su avanzada edad, la elec- poder el viejo caudillo, el Ejército co-
ción de un gabinete cuyas dotes políticas no parecían ser las mejores dada menzó a conspirar abiertamente, no sólo Distintivo de campaña de Hipólito Yrigoyen.
esa circunstancia: Elpidio González ocupó el Ministerio del Interior, To- contra el gobierno sino también contra
más Zurueta el de Marina, Luis Dellepiane el de Guerra, José B. Abalos la democracia. El estilo "plebeyo" de los nuevos gobernantes, la intensifi-
fue designado en Obras Públicas, José B. Fleitas en Agricultura, Enrique cación de los conflictos sociales y la política mediadora y conciliadora del
Pérez Colman en Hacienda, Juan de la Campa en Justicia e Instrucción gobierno en ellos o el neutralismo en política exterior eran todos aspectos
Pública y Horacio Oyhanarte en Relaciones Exteriores. revulsivos para el Ejército.
El partido no prestaba gran ayuda al presidente, pues por un lado estaba La tendencia golpista era liderada por José F. Uriburu [1868-1932], un
inmerso en una lucha de facciones por la sucesión de Yrigoyen, encabeza- general de tendencia nacionalista y corporativista, apoyado por un grupo
das por Horacio Oyhanarte, Elpidio González y el vicepresidente Martínez. de intelectuales como Juan Canilla, Carlos Ibarguren, José María Rosa y
Por otra parte, se encontró con una oposición aun más despiadada que la los ya mencionados hermanos Irazusta, Lugones y Palacio, que repartían
anterior, desde la prensa hasta los partidos políticos rivales. Además, a pe- sus simpatías entre el fascismo italiano y el falangismo hispano, se mani-
sar del gran triunfo electoral de 1928, seguían sin controlar el Senado que, festaban fervientes defensores de la jerarquía y el orden y hacían gala abier-
sistemáticamente, vetaba los proyectos importantes del gobierno como, por tamente de una retórica impugnatoria de una supuesta "bolchevización" de
ejemplo, la ley del petróleo. El gobierno volvió a apelar a las intervencio- la sociedad, a la que vinculaban con el sufragio universal y, por supuesto,
nes provinciales por decreto a Corrientes, Santa Fe, Mendoza y San Juan. con Yrigoyen y el radicalismo.
El caso fue más grave en las dos últimas provincias pues se anuló el triunfo Otra línea de apoyo al golpe estaba encabezada por militares liberales
electoral de los líderes populistas antiyrigoyenistas Carlos W. Lencinas y como Agustín P. Justo y José M . Sarobe y recibía el apoyo de varios
Federico Cantoni, que contaban con un fuerte apoyo de la población lo- partidos (radicales antipersonalistas, socialistas independientes y conser-
cal. La cuestión adquirió dramatismo cuando Lencinas fue asesinado a fi- vadores). Este sector no impugnaba, en teoría, el sistema democrático sino
nes de 1929. el personalismo y el populismo de Yrigoyen. De una u otra forma, el cruce
La política laboral tampoco manifestaba el dinamismo de la primera de estas dos tendencias (nacionalista una, liberal la otra) con la evidente
presidencia, aunque Yrigoyen conservó una buena relación con los sindica- pérdida de consenso del gobierno legítimo permitieron el 6 de septiembre
tos ferroviarios y navales. La caída de popularidad del radicalismo se evi- de 1930 que los militares derrocaran al presidente Hipólito Yrigoyen, dan-
denció más aún con la pérdida de caudal electoral en las elecciones de do comienzo a una larga etapa de interrupciones institucionales y de go-
diputados de 1930, cuando descendió del 57,6 por ciento obtenido en 1928 biernos de facto antidemocráticos.
al 41,7. Este porcentaje le alcanzó para triunfar en el total nacional con
comodidad; además venció en Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Jujuy,
La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán. Sin
embargo, el impacto mayor se produjo en la Capital, donde el radicalismo
obtuvo un resultado desastroso, casi 30 puntos debajo de la elección ante-
338 339
La economía G R Á F I C O N° 20: EXPORTACIONES DE CARNES V A C U N A S
ENFRIADAS Y C O N G E L A D A S , 1910-1929
(En toneladas)
Durante los años de gobierno radical no se produjeron grandes cambios
y la economía siguió orientada a la exportación de productos primarios.
700.000
En relación con el período anterior hubo una "desaceleración del creci-
miento": un 3,9 por ciento de crecimiento anual de las exportaciones frente
al 5 por ciento anterior a 1914. Precisamente, la guerra mundial marcaría 600.000
un punto de inflexión en la ralentización de la economía, pues tomó evi-
dentes los puntos más débiles como, por ejemplo, la extremada dependen- 500.000
cia del flujo de capitales extranjeros y de las exportaciones. En efecto, des-
de 1914 el cese de las inversiones extranjeras y de la demanda de productos
agropecuarios produjo una profunda retracción de la economía. A partir de
esta coyuntura comenzaron a declinar los términos de intercambio.
Los gobiernos radicales no modificaron esta situación, en todo caso se
matizó con la aparición de una nueva potencia comercial como Estados
Unidos, que aprovechó los espacios vacíos dejados por los europeos des-
pués de la guerra, convirtiéndose en uno de los principales proveedores de
bienes de consumo. Obviamente, ese proceso se produjo sin dejar de de-
pender esencialmente de la relación comercial con Gran Bretaña. Ahora
bien, dentro del marco de continuidad de la economía exportadora, al fina-
lizar la depresión en 1917 se desarrolló un proceso de recuperación eco-
nómica hasta 1929. En ese lapso la tasa porcentual de crecimiento anual
del sector rural fue del 5,5; la del sector industrial del 7,0, y la de la cons-
trucción del 19,5. Esta época de relativa bonanza tuvo sólo una breve y • CONGELADAS • ENFRIADAS • TOTAL
poco grave crisis entre 1921 y 1924, debido a la reconversión de posguerra,
y se detendría bruscamente durante la gran depresión de 1929.
Si bien en la zona pampeana no se produjo un gran incremento del área
sembrada, algo distinto ocurrió en las áreas marginales. En efecto,
especialmente durante la dinámica política agraria de Tomás Le Bretón,
LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA. En agricultura se detuvo el avance
ministro de Agricultura de Alvear, tuvo lugar la incorporación productiva de
de la superficie cultivada por estar casi agotada la incorporación de nuevas
tierras extrapampeanas: en Misiones se dedicaron grandes extensiones de
tierras en el área pampeana (véase Cuadro X I I ) . De modo que del 8,3 por
tierra al cultivo de la yerba mate; en Corrientes al tabaco; en Entre Ríos al
ciento de crecimiento antes de 1914 se pasa al 1,3 por ciento. A partir de
arroz y en Chaco al algodón, que originó un espectacular crecimiento de
allí, en todo caso, el aumento de la producción agrícola se nutrió de la crisis
2.000 hectáreas sembradas en 1914 a 122.000 en 1930. En Tucumán
ganadera iniciada al comienzo de los años veinte. La producción agrícola
mejoró su nivel de intensificación luego del aumento de la mecanización, continuó la expansión del cultivo de la caña de azúcar iniciada en el período
que pasó del 24 por ciento del capital social del productor agrícola en 1914 anterior.
al 40 por ciento en 1929. Desde 1922 la producción de cereales básicos y En la ganadería, mientras se asistía a la inexorable decadencia del ovino,
de lino alcanzó cifras excepcionales, al igual que los guarismos de exporta- se avanzó en el refinamiento del ganado bovino y aumentó el stock como
ción. En el último quinquenio de la década del veinte la Argentina era el consecuencia de la demanda creciente de los frigoríficos con destino a la
primer exportador de maíz y el tercero de trigo (véase Cuadro X V I ) . exportación. De 26 millones de cabezas en 1914 se pasó a 37 millones en
El régimen de la propiedad de la tierra en la zona cerealera no se 1922 y a 32 millones ocho años más tarde (véase Cuadro X I ) . En esta etapa
modificó y el predominio de la gran propiedad se mantuvo inalterable. El se generalizó en la producción frigorífica el cambio de la carne congelada a
gobierno radical estaba bastante vinculado a los grupos tradicionales como la enfriada y, simultáneamente, hubo un importante crecimiento de las
para intentar modificar el sistema de propiedad. exportaciones de carnes enfriadas.
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CUADRO N° 15. EXPORTACIONES DE CARNES VACUNAS temo como la Primera Guerra Mundial, que permitió un tibio proceso de
CONGELADAS Y ENFRIADAS, 1910-1929 (en t). sustitución de importaciones. El porcentaje de la producción manufacture-
ra nacional con respecto a la importada ascendió del 42 por ciento en el
Promedio Congelada Enfriada Total quinquenio 1910-14 al 53 por ciento en el lustro siguiente. Este aumento se
de períodos debía, sin duda, a los efectos de la guerra. Pero, finalizada la contienda, la
producción nacional bajó al 51 por ciento entre 1920 y 1924 y descendió
1910/14 24.727 304.191 328.918 otros dos puntos en los últimos cinco años del gobierno radical.
1815/19 14.727 402.149 416.876 La medida más notable del período fue tomada por Herrera Vegas, mi-
1920/24 207.393 269.788 477.181 nistro de Hacienda de Alvear, en 1923, al elevar un 60 por ciento los im-
1925/29 402.182 201.238 603.420 puestos de importación de varios productos que podrían ser fabricados en
el país. Pero con su salida del ministerio se produjo una reducción de esos
Fuente: H. Giberti, Historia económica de la ganadería, p. 187. aranceles y la medida perdió la potencialidad inicial.
La Primera Guerra Mundial también impactó favorablemente sobre los
frigoríficos, una de las actividades industriales tradicionales. La produc-
El conflicto entre los criadores v los invernadores: este proceso exigía ción de carnes enlatadas para abastecer a los ejércitos beligerantes entró en
carnes de mayor calidad y entregas regulares de los estancieros a los franco ascenso. Desde 1914 aumentó la matanza de vacunos hasta duplicar
frigoríficos y produjo un desplazamiento de los criadores por los inverna- los valores existentes al comenzar la guerra. En 1918 se llegó a los 2.976.224
dores. Estos últimos tenían sus campos de pastoreo cultivados con forrajeras cabezas vacunas, momento en que comenzó a declinar. En 1920-21 se faenó
y destinados al engorde de los animales en las zonas más favorables de la menos de la mitad de los animales sacrificados durante 1918. Los benefi-
pampa húmeda y cercanas a los frigoríficos. Mientras la rentabilidad de los cios obtenidos por los frigoríficos no fueron acompañados por el aumento
invernadores, vinculados a los frigoríficos y al mercado exterior, aumenta- de las rentas de los ganaderos. Cuando una crisis en el mercado mundial se
ba, la de los criadores, dependientes de las compras del mercado interno y tradujo en una brusca caída de los precios del ganado, los ganaderos argen-
de los invernadores, disminuía. Esta situación provocó un largo conflicto tinos protestaron masivamente.
entre los dos sectores que involucraría, además, a los frigoríficos de capita-
Una característica interesante del período es el crecimiento de empre-
les británicos y norteamericanos y al gobierno. Especialmente en 1921-22,
sas modernas y m á s grandes, inversamente proporcional al achicamiento
cuando la menor demanda y el pasaje del congelado al enfriado causaron
de la pequeña y mediana industria de tipo manual. Este hecho estaría
una crisis pasajera que perjudicó esencialmente a los criadores.
prenunciando la modernización industrial desarrollada a partir de media-
El gobierno no pudo o no quiso poner límites a los intereses de los dos de la década del treinta. En este sentido, fue significativa la inversión
frigoríficos. En 1923, alentado por el Poder Ejecutivo, el Congreso sancio- de capitales norteamericanos en la industria local: mientras el monto de
nó una ley de amparo a la ganadería, que imponía un precio de venta míni- capitales británicos invertidos entre 1917 y 1927 se mantenía en el mismo
mo, la inspección de la comercialización y la construcción de un frigorífico nivel, los norteamericanos subían de 82 a 487 millones de dólares en el
estatal. Presionado por los frigoríficos y los invernadores, el Poder Ejecuti- mismo lapso para alcanzar los 600 millones en 1930. Éstos se orientaron
vo eliminó los aspectos más irritativos de este proyecto. En cierta forma, hacia ramas industriales no tradicionales, diferentes de las inversiones bri-
los gobiernos radicales no modificaron la actitud tradicional de "comprar tánicas, destinadas al servicio público, las finanzas, el comercio y la indus-
a quien nos compra ", que favorecía a los intereses comerciales británicos. tria tradicional. Muchas de estas empresas eran al comienzo plantas de ar-
mado y montaje, a partir de la importación de algunos componentes y de la
manufactura local de otros.
LA INDUSTRIA. Durante este período creció relativamente, en especial Las principales radicaciones industriales durante estos años fueron
en los rubros textil y alimentación, y en menor medida la química y la las siguientes: en el rubro metalmecánico se instalaron Burroughs y Chrysler
metalmecánica. Este pequeño crecimiento se generó sin que el gobierno de en 1924 y General Motors un año más tarde; en maquinarias y artefactos
Yrigoyen adoptara ninguna medida proteccionista con respecto a la ma- eléctricos se radicaron I B M en 1924, Sylvania en 1928 y, al año siguiente,
nufactura local, más allá de que el azúcar, el vino o la harina ya estaban RCA Víctor; Good Year abrió en 1930; en la industria farmacéutica los
protegidos con anterioridad o del aumento de las tarifas de importación estadounidenses inauguraron Farmasa en 1922, Atkinson y Colgate
sancionado en 1920. Palmolive en 1927 y William Warner en 1928; en la industria alimenticia
Tal vez, el hecho más significativo lo constituyó un acontecimiento ex- instalaron Toddy en 1930. El capital norteamericano tomaba claramente la
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delantera de las inversiones extranjeras en la industria. Los europeos sólo 20 por m i l durante el resto de la década. El índice de masculinidad se
habían instalado Cinzano (Italia) en 1922, Fiat (Italia) al año siguiente, ubicó alrededor de 110.
Celulosa Argentina en 1929, y Nestlé (Suiza) y Pirelli (Italia) en 1930.
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sobre los valores y las formas de vida de los lectores, tanto por el estilo de Santiago del Estero o Tucumán, el índice de población iletrada superaba el
propagar las noticias como por los cambios introducidos en los dispositivos alarmante 35 por ciento de todos sus habitantes.
publicitarios: la circulación de revistas con ediciones de decenas de miles de
ejemplares (Carasy Caretas, El Hogar, El Mundo Argentino) o de ediciones
baratas de literatura popular como la famosa Novela Semanal, destinada al EL MUNDO DEL TRABAJO. Se vivieron alternativas difíciles mientras
público femenino; los diarios masivos como Crítica (aparecido en 1913) duraron las condiciones recesivas impuestas por la guerra. La desocupa-
llegaron a tiradas de 287.000 ejemplares en julio de 1929, o El Mundo, que ción aumentó rápidamente entre 1914 y 1917, cuando se registró un índice
en el mismo año de su aparición (1928) llegó a tirar 127.000 unidades. En del 19,4 por ciento a pesar de los saldos migratorios negativos. Desde co-
estas mutaciones no fue menor la contribución de los cambios tecnológicos: mienzos de la década del veinte el porcentaje de desocupados se estabilizó
la popularización del cinematógrafo, que multiplicó sus salas y se extendió debajo del 7 por ciento. Simultáneamente ocurría algo similar con el costo
hacia los barrios, pero esencialmente la gran transformación electrónica de vida: se mantuvo alto hasta el fin de la guerra y se estabilizó en niveles
permitió la aparición de la radio que, desde la mítica primera emisión en bajos desde 1922. A ñ o en que también comienza un proceso de aumento
1920 de la ópera Parsifal, se convertiría en un medio de fundamental paulatino del salario real en un arco ascendente que se extendió hasta 1928
importancia. y que contribuyó a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
Por supuesto, este fenómeno fue mucho más marcado en el litoral pam- Este proceso se reflejó en cierta forma en los movimientos huelguísticos:
peano y, dentro de éste, en las áreas urbanas como Rosario o Buenos Aires,
mientras las ciudades del Noroeste sufrían un proceso de retracción tanto CUADRO N° 16. HUELGAS Y HUELGUISTAS E N L A CAPITAL
en el crecimiento como en el bienestar general de su población. En el caso de FEDERAL, 1916-1930
la educación, si bien es cierto que el analfabetismo descendió en todo el
país, en provincias como Catamarca, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Año Huelgas Huelguistas
1916 80 24.321
1917 138 136.062
G R Á F I C O N° 22: HUELGAS E N CAPITAL FEDERAL, 1916-1930 1918 196 133.042
1919 367 308.967
1920 206 134.015
1921 86 139.751
1922 116 4.737
1923 93 19.190
1924 77 277.071
1925 89 39.142
1926 67 15.880
1927 58 38.236
1928 135 28.109
1929 113 28.271
1930 125 29.331
346 347
Navales, en las grandes huelgas de 1916-17, que finalizaron con el triunfo
GRÁFICO N° 23: HUELGUISTAS E N CAPITAL FEDERAL, 1916-1930 de los trabajadores en conflicto. El crecimiento de la FORA sindicalista fue
(En miles de huelguistas) notable durante el primer gobierno de Yrigoyen, con quien mantenían una
fluida relación. Entre 1915 y 1920 la cantidad de gremios adheridos saltó
de 50 a 734; a su vez, el promedio de afiliados mensuales que pagaban su
cuota se elevó de 2.000 a 68.000. En 1921 comenzó un proceso de rápida
decadencia en una década caracterizada por el descenso de las confronta-
ciones abiertas entre obreros y empresarios. Justamente lo contrario del
final de la década del diez.
al anarquismo de la conducción de la central. Este poder se acrecentó de ma- traste con el significado combativo atribuido a la fecha durante los prime-
nera notable por la conducción que ejerció, desde la Federación de Obreros ros años del siglo por el anarquismo. Varios factores incidieron en la mode-
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ración del conflicto: en primer lugar, el destacable período de crecimiento ticipación específica del Ejército, se produjo un explícito apoyo de perso-
de la economía, especialmente en la última etapa del gobierno de Alvear, nalidades civiles y de los partidos políticos como el socialismo indepen-
que repercutió favorablemente en el salario real y, en consecuencia, en las diente, la Unión Cívica Radical Antipersonalista y el bloque de partidos
condiciones de vida de los trabajadores. conservadores. La conspiración contó a su favor con la actitud pasiva de la
Estas mejoras implicaban también una elevación de la calidad de vida, población, la activa campaña de los diarios, especialmente Crítica, e inclu-
especialmente a partir de la generalización del descanso dominical y la orien- so, en un primer momento, de la Federación Universitaria Argentina.
tación del uso del tiempo libre hacia espectáculos populares como el cine- Sin embargo, a pesar del relativamente amplio consenso reunido por el
matógrafo y el fútbol. También conviene destacar la importancia de la primer golpe de la historia argentina, el gobierno era débil pues el presi-
sociabilidad barrial, que era un claro reflejo de las transformaciones so- dente de facto representaba a la tendencia minoritaria de la conspiración
ciales urbanas producidas durante estos años. En efecto, el desplazamiento que lo había llevado al poder.
del habitat popular del centro a los barrios generó el desarrollo de otras A pesar de su aversión a los políticos, Uriburu conformó su gabinete
formas asociativas de movilización no clasistas como las realizadas por con una mayoría de viejos políticos conservadores: Horacio Béccar Vare-
sociedades vecinales o las bibliotecas populares, donde se cruzaban activi- la en el Ministerio de Agricultura, Ernesto Bosch en Relaciones Exterio-
dades de tipo fomentista, político o cultural que determinaron una res, Octavio Pico en Obras Públicas y Matías Sánchez Sorondo en Inte-
reorientación de las manifestaciones más conflictivas existentes en el seno rior. El resto del gabinete se componía con Enrique Pérez en Hacienda,
de la sociedad. Ernesto Padilla en Justicia, el general Francisco Medina en Guerra y el
Otros factores que contribuyeron a aminorar el conflicto social se rela- contraalmirante Abel Renard en Marina.
cionan con la decadencia del clima revolucionario europeo, ahora
involucrado en un proceso de derechización a partir del ascenso del fascis-
mo; así como también el rol conciliador y poco proclive al enfrentamiento Autoritarismo y represión: tanto Uriburu como el sector nacionalista que
de la conducción sindicalista del movimiento obrero. En 1926 se creaba la lo apoyaba no sólo eran antiyrigoyenistas sino profundamente antidemo-
Confederación Obrera Argentina (COA), orientada por los socialistas y cráticos. Desde una concepción antagónica al liberalismo, pretendían ins-
conformada esencialmente por la Unión Ferroviaria, un modelo de sindica- taurar una sociedad jerárquica e imponer un gobierno de tipo corporativo
lismo centralizado fuerte, verticalista y negociador. orientado desde el Estado. Para ello, creían necesario reformar la Constitu-
La COA no modificó el carácter poco confrontacionista y el Partido So- ción Nacional, derogar la ley Sáenz Peña e instituir un sistema de voto
cialista estaba abocado esencialmente a la lucha parlamentaria. A l finalizar calificado. Su discurso ponía énfasis en el combate al comunismo, al libe-
la década, el movimiento obrero organizado estaba profundamente atomi- ralismo y a la colectividad judía, aunque en la práctica sólo llegó a manifes-
zado: existían tres centrales obreras, la COA, la FORA y la Unión Sindical tarse hacia los primeros. Un buen ejemplo de estas ideas estaba representa-
Argentina, y todas ellas eran débiles. Además, también se había conforma- do por la Liga Patriótica Argentina, una agrupación xenófoba, nativista y
do un nucleamiento del Partido Comunista (el Comité de Unidad Sindical antisemita surgida durante la Semana Trágica de 1919. Influido por estas
Clasista) y una variada gama de gremios independientes no respondía a ideas, el gobierno de Uriburu dinamizó la Sección Especial de la policía,
ninguna de las centrales. que persiguió de manera implacable a los activistas anarquistas y comunis-
tas; aplicó la vieja Ley de Residencia con militantes extranjeros y, bajo los
efectos de la ley marcial, fusiló en un hecho inédito al obrero catalán Joa-
quín Penina cuatro días después de asumir y a los anarquistas expropiado-
DICTADURA MILITAR Y DEMOCRACIA res Severino di Giovanni y Paulino Scarfó en febrero de 1931.
FRAUDULENTA (1930-1943)
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Los partidos políticos y los diarios Crítica y La Nación, que habían apo- 1942]. El general Justo, de 55 años, contaba además con el apoyo del Ejér-
yado la conspiración militar, pronto se manifestaron en favor de las institu- cito, los grandes exportadores y los medios de prensa más importantes.
ciones democráticas y de la Constitución Nacional. Mientras los socialistas Frente a la Concordancia se conformó la Alianza Civil que reunía a los
y los demócratas progresistas comenzaron a militar contra la dictadura de partidos Socialista y Demócrata Progresista, llevando como candidatos a
Uriburu, los antipersonalistas y, particularmente, los conservadores mani- presidente y vice a la fórmula integrada por Lisandro de la Torre y Nicolás
festaron una conducta ambivalente entre la oposición y la aceptación de Repetto. El radicalismo había elegido como candidatos a Alvear-Güemes
algunas medidas del gobierno de facto, y finalizaron nucleándose, junto pero el gobierno de Uriburu, con el aval explícito o implícito del resto de
con los socialistas independientes, detrás del general Justo. los partidos, impidió la presentación de la fórmula. Ante este acto de pros-
Sin un rumbo fijo, el presidente aceptó la estrategia de su ministro del cripción, la Unión Cívica Radical volvió a recurrir a la abstención electo-
Interior, Sánchez Sorondo, de llamar a elecciones provinciales sin recurrir ral. Finalmente, el 8 de noviembre se realizaron los comicios que inaugura-
a la proscripción del radicalismo. Esta táctica, destinada a legitimar al go- ron las prácticas fraudulentas que durarían m á s de una década. Como
bierno surgido del golpe, se sustentaba en la creencia de la falta de popula- correspondía triunfó la Concordancia con alrededor de 600.000 sufragios
ridad así como de la debilidad del radicalismo. Las autoridades tenían la frente a los casi 500.000 de la Alianza Civil.
plena seguridad de que en Buenos Aires los conservadores conducidos por
Manuel Fresco se impondrían sin problemas. Sin embargo, los radicales
unieron sus fuerzas y conformaron la fórmula Honorio Pueyrredón (yrigo- 1932-38, LA PRESIDENCIA DE JUSTO. El general Justo contó con el
yenista)-Mario Guido (antipersonalista), que realizó una importante cam- aval y el apoyo permanente del Ejército, que se convirtió, a partir de ese
paña de propaganda electoral. momento, en un actor político
El 5 de abril de 1931 se llevaron a cabo las elecciones en Buenos Aires central durante varias décadas.
y triunfó la fórmula radical con 218.000 sufragios sobre los conservado- El nuevo gobierno guardaba •
res, que obtuvieron 187.000, y el Partido Socialista, con sólo 50.000. Sánchez las formas institucionales en
Sorondo renunció y el resto de las elecciones fueron suspendidas. El resul- tanto mantenía en funciona-
tado de los comicios marcó el principio del fin del gobierno de Uriburu y, miento al Parlamento con blo-
más importante aún, el comienzo de una larga década marcada por el frau- ques oficialistas y opositores;
de electoral. Precisamente, la anulación de las elecciones y el despojo del incluso no controlaba a la Cá-
triunfo radical llevaron a algunos sectores de este partido a reincidir en la mara de Diputados aunque
vieja costumbre de la asonada militar. El 20 de julio el coronel Arturo mantuvo un férreo control del
Pomar se sublevaba al frente de una guarnición militar en Corrientes aun- Senado.
que su intento fue sofocado rápidamente. Las consecuencias no podían haber Justo armó su gabinete re-
sido peores para los radicales pues varios de sus dirigentes fueron encarce- flejando a la coalición que lo
lados y el mismo Alvear fue obligado a marchar al exilio. l l e v ó al poder: S i m ó n de
Más allá de la retórica ultranacionalista y la utilización generalizada de Iriondo y Leopoldo Meló, del
la represión que lo llevaron también a intervenir la universidad, Uriburu no antipersonalismo, ocuparon
encontraba el rumbo de un gobierno que se quedaba sin apoyos. Era evi- los ministerios de Justicia e
dente que los principales soportes de la conspiración de septiembre de 1930 Instrucción Pública y del Inte-
preferían al general Justo. Sin alternativas, Uriburu convocaba a eleccio- rior respectivamente; Manuel
nes generales para el mes de noviembre. Ramón Alvarado, del Partido
Demócrata Nacional, ocupó la
cartera de Obras Públicas; A n -
Elección y proscripción: los grupos conservadores se unieron en el Par- tonio de Tomaso, del socialis-
tido Demócrata Nacional y junto con el socialismo independiente y el radi- mo independiente, fue nom-
calismo antipersonalista conformaron la Concordancia. Esta coalición, que brado ministro de Agricultura;
Horacio Huevo, de Hacienda,
controlaría la vida política del país hasta 1943, eligió como candidato pre-
y Carlos Saavedra Lamas, de Agustín P. Justo y José E. Uriburu en una caricatura de
sidencial al ex ministro de Guerra de Alvear, el general Agustín P. Justo
Relaciones Exteriores, eran Caras y Caretas, titulada "Elrelevo", 1932.
[1876-1943], acompañado en la fórmula por Julio A. Roca hijo [1873-
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conservadores independientes. Finalmente, Pedro Casal ocupó el Ministe-
rio de Marina y el coronel Manuel R o d r í g u e z el Ministerio de Guerra
siendo este último una figura central del gobierno no sólo por su contacto
con el Ejército sino también por ser el hombre de confianza de Justo.
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Honorio Pueyrredón, calificada por el embajador norteamericano "como la sayo La Argentina y el Imperio Británico (1933) manifestaban su crítica a
más burlesca y fraudulenta " de la historia, la Unión Cívica Radical triunfó las intromisiones imperialistas inglesas. En ese sentido, se revisaba toda la
en 1936 en los comicios para elegir diputados en Capital, Mendoza y Cór- historia del siglo X I X : las invasiones inglesas, la ocupación de las islas
doba, donde también se convirtió en gobernador el caudillo radical Amadeo Malvinas, la creación de Uruguay, la presión contra Rosas hasta desembo-
Sabattini. El bloque de diputados radicales, juntamente con el socialismo car en el pacto Roca-Runciman. Los autores revisionistas se situaban fuera
y los demócratas progresistas, comienza a denominarse Frente Popular y del campo político y practicaban un nacionalismo antiimperialista guiado
goza del apoyo extraparlamentario de los comunistas. El frente estaba ins- por una crítica cultural y filosófica al liberalismo, en la que se percibía una
pirado en sus homónimos constituidos en Francia y en España. fuerte decepción e incredulidad de las bondades de la democracia.
Precisamente, el estallido de la guerra civil española en 1936 separó En 1931 Raúl Scalabrini Ortiz [1898-1959] ya manifestaba su descon-
aun más el campo político-ideológico argentino. El amplio espectro de fuer- tento y una fuerte insatisfacción por el rumbo asumido por la Argentina.
zas contenidas informalmente en el Frente (radicales, socialistas, comunis- Cuatro años más tarde, se conformó la Fuerza Orientadora Radical de la
tas, demoprogresistas, Federación Universitaria y la Confederación Gene- Joven Argentina ( F O R J A ) , que nucleaba algunos intelectuales como Artu-
ral del Trabajo) apoyaba a los republicanos y los sectores nacionalistas y ro Jauretche, Gabriel del Mazo y Homero Manzi, entre otros. El grupo se
los grupos vinculados a la Iglesia al franquismo. manifestaba heredero de Yrigoyen y de los principios de intransigencia ra-
Los inconvenientes del gobierno de Justo no se limitaban al fraude. En dical, totalmente en desacuerdo con la política del radicalismo durante los
1935 se produjo el escándalo de la comisión investigadora de la indus- años treinta. Acusaban, especialmente a Alvear, de haber mantenido silen-
tria de la carne. Esta comisión fue creada en el Senado para investigar las cio ante una política gubernamental considerada contraria a los principios
posibles irregularidades cometidas por las grandes empresas exportadoras de la Nación. En este sentido, FORJA desarrolló una tendencia naciona-
de carne (Swiñ, Armour, Anglo). La comisión absolvió a las compañías lista antiimperialista británica, caracterizando a la Argentina como un
pero el senador demoprogresista Lisandro de la Torre presentó ante sus país colonial que Justo había profundizado: el pacto Roca-Runciman, el
pares un largo informe en disidencia. Allí demostraba la constitución de régimen de cambios, la política petrolera, la creación del Banco Central y
monopolio así como la evasión impositiva de las grandes empresas el crimen del Senado vinculado a la política exportadora de carnes. FORJA
exportadoras; además acusaba al gobierno, especialmente a los ministros se proclamaba por una nación libre y llamaba a luchar por la soberanía
Luis Duhau (Agricultura) y Federico Pinedo (Hacienda) de encubrir y pro- popular y nacional, inaugurando una acción que confluiría, una década más
teger estas maniobras delictivas. En medio del debate se produjo un atenta- tarde, con el peronismo.
do dirigido a De la Torre que hirió mortalmente a su correligionario, el Hacia mediados de 1937 Justo preparó su sucesión teniendo activa par-
senador por Santa Fe Enzo Bordabehere. Este trágico suceso, al que se ticipación en la elección de la fórmula de la Concordancia. Esta se confor-
agregaba la acusación al gobierno de favorecer a la compañía británica
mó con Roberto M . Ortiz [1886-1942], un abogado de empresas ferrovia-
Anglo relegando a las empresas nacionales de transporte, aumentó el des-
rias y ex ministro de Obras Públicas de Alvear y de Hacienda del gobierno
crédito del gobierno y el descontento de amplios sectores del arco políti-
de Justo, y Ramón S. Castillo (1873-1944), ex ministro de Justicia del
co-ideológico local.
presidente saliente. El radicalismo llevaba como candidatos a Alvear-Mos-
ca y Nicolás Repetto encabezaba la fórmula del socialismo. En una elec-
ción amañada triunfó la Concordancia por 1.100.000 sufragios frente a los
La oposición nacionalista: esta insatisfacción no involucraba sólo a la 815.000 de la Unión Cívica Radical. Ésta pudo ganar, a pesar del fraude, en
oposición política y sindical sino también a sectores militares e intelectua- Capital Federal, Córdoba, La Rioja y Tucumán.
les que atacaban al gobierno, desde la derecha nacionalista, por la corrup-
ción pero también por la extremada dependencia de Gran Bretaña. El
integrismo católico, las ideas de Maurrás o del corporativismo fascista se 1938-1940, LA PRESIDENCIA DE ORTIZ. El nuevo presidente estaba des-
filtraban en grupos y sectores plenamente receptivos a las alternativas tinado a ser una mera continuación de su antecesor. Sin embargo, en cierta
antidemocráticas. En 1936 el coronel Juan B. Molina, un militar naciona- forma se manejó con independencia de criterios, tanto de Justo como de aque-
lista corporativista, apoyado por Diego Luis Molinari, planeó un golpe que llos conservadores al estilo de Fresco. Su gabinete estuvo formado por: Jor-
finalmente no pasó de ser un proyecto pero indicaba ciertas grietas en el ge Coll en Justicia e Instrucción Pública, Pedro Groppo en Hacienda, José
apoyo del ejército a Justo. María Cantilo en Relaciones Exteriores, Diógenes Taborda en Interior,
Como se ha señalado, unos años antes habían aparecido las voces del José Padilla en Agricultura, Manuel Alvarado en Obras Públicas, el gene-
revisionismo historiográfico de los hermanos Irazusta, quienes en su en- ral Carlos Márquez en Guerra y el contraalmirante León Scasso en Marina.
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Su mandato estuvo signado por el estallido de la Segunda Guerra una grave enfermedad que provocaría su muerte en julio de 1942, Ortiz
Mundial en 1939 y, a pesar de sus conocidas simpatías por Gran Bretaña debió renunciar a mediados de 1940. Su sucesor era el vicepresidente
siguiendo la tradición inaugurada por el radicalismo, mantuvo la neutrali- Castillo y con él retomaría plenamente la venal maquinaria conservadora.
dad argentina. Aunque esta postura no implicaba ninguna inclinación por
el nazismo, más bien lo contrario. Incluso se acusó a un grupo de simpati-
zantes de Alemania, entre quienes se encontraban Manuel Fresco, Benja- 1940-43, LA PRESIDENCIA DE RAMÓN S. CASTILLO. El nuevo presi-
mín Villafañe y José Luis Torres, de planear un golpe pro nazi contra Ortiz. dente asumió el cargo en septiembre de 1940 y formó un gabinete potable
Los nacionalistas atacaban duramente al presidente, quien se enajenó, aun para Alvear y Justo: el antipersonalista Miguel Colacciati ocupó la cartera
más, la voluntad de aquéllos cuando pasó a disponibilidad al general Molina de Interior, Federico Pinedo fué a Hacienda, Julio A. Roca en Relaciones
por reivindicar el golpe del treinta, así como también a otros militares na- Exteriores, el general justista Juan N . Tomazzi fue designado en el Minis-
cionalistas. terio de Guerra, el contraalmirante Fincari en Marina, Guillermo Rothe
en Justicia e Instrucción Pública, Amadeo Videla en Agricultura y Salva-
dor Oria en Obras Públicas.
La "independencia" de Ortiz: el nuevo mandatario se mostró más cerca Sin embargo, Castillo pronto reinstauró las prácticas electorales frau-
de Alvear que de Justo e intentó limpiar la imagen de corrupción y de frau- dulentas (Santa Fe, en diciembre de 1940, y Mendoza, en enero de 1941) y
de. Si en el segundo aspecto tuvo cierto éxito aunque efímero, en el caso de las intervenciones provinciales, para facilitar el acceso de los candidatos
la corrupción y el peculado reinantes poco pudo o quiso hacer, y tanto el conservadores al poder y trabar el avance de los radicales. Se profundizó la
escándalo en tomo a las tierras de El Palomar en 1940 que obligó a renun- represión hacia los opositores: se clausuró el Concejo Deliberante de la
ciar al m i n i s t r o de Guerra ciudad de Buenos Aires y se aplicó el estado de sitio, en vigencia entre el 16
Márquez, como el affaire de de diciembre de 1941 y el 4 de junio de 1943, que impedía la propaganda
"los niños cantores " de la Lo- política de los partidos.
tería Nacional, son sólo dos
ejemplos del deterioro del sis-
tema. La neutralidad activa: si bien la presencia de Julio A. Roca y de Federico
En cuanto a la corrupción Pinedo hacía prever una política favorable a los aliados, Castillo mantuvo
electoral, apenas hubo asumi- la neutralidad argentina frente a la guerra. Con la renuncia de estos minis-
do, se manifestó a favor de la tros y el reemplazo por Enrique Ruiz Guiñazú, simpatizante del franquismo
restauración plena de la demo- español, y Carlos Acevedo, la neutralidad pasiva y vacilante se convirtió
cracia con comicios libres y en activa a pesar de la fuerte presión exterior en sentido contrario. La pre-
limpios. A l respecto, intervino sión se incrementó con la entrada de los Estados Unidos en la guerra en
primero la provincia de Cata- diciembre de 1941, que arrastró a la misma decisión a todos los países de
marca y luego, con la oposición América Central. En la Reunión de Consulta de los ministros de Relaciones
de la Concordancia, la provin- Exteriores de América latina realizada en Río de Janeiro, los representantes
cia de Buenos Aires en febrero de Colombia, México y Venezuela decidieron la ruptura de relaciones di-
de 1940, anulando la elección plomáticas con el Eje, y Brasil lo haría pronto. En septiembre de 1942 la
fraudulenta en la que Fresco Cámara de Diputados recomendaba sin mayor éxito la ruptura de relacio-
impuso a su sucesor Alberto nes con el Eje.
Barceló, un caudillo de Avella- Esta postura neutralista, reforzada con la reactivación de la flota mer-
neda de dudosa moral pública. cante nacional y la nacionalización del puerto de Rosario al finalizar la
14»
Para garantizar elecciones lim- concesión privada, le brindó el apoyo de los sectores nacionalistas a los
pias puso éstas bajo el control que se sumaban, debido al fraude, los conservadores provinciales. La divi-
militar y, finalmente, se impu- soria política e ideológica que atravesaba la sociedad argentina se profun-
so el radicalismo. Sin embar- dizaba y el arco de la oposición también, conformando un difuso e inorgá-
go, el impulso democratizador nico frente popular antifascista formado por los partidos políticos (UCR,
Roberto M. Ortiz en una caricatura de Caras y Caretas. finalizó pronto pues, debido a PDP, PS y PC), la CGT y la Federación Universitaria.
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Cuando en marzo de 1942 murió Alvear, parecía quedar libre el camino comercio exterior. En este sentido, la etapa comenzó y finalizó con dos
para la reelección de Justo a la presidencia. Convencido pro aliado, Justo acontecimientos que contribuyeron en forma esencial a estimular esos
era apoyado por los sectores liberales del Ejército, la prensa tradicional y clivajes: la crisis económica desatada tras el crack de Wall Street en 1929 y
una parte de los partidos políticos, incluso algunos grupos del radicalismo la guerra mundial entre 1939 y 1945.
parecían aceptar esta alternativa. Pero al morir Justo en enero de 1943, el
panorama político se modificó abruptamente. Castillo comenzó a manio-
brar para imponer a su sucesor como candidato del conservadurismo. Ante LA CRISIS DE 1929 Y EL REORDENAJVIIENTO DE LA ECONOMÍA MUN-
la imposibilidad de elegir al neutralista Guillermo Rothe, se inclinó por un DIAL. La crisis afectó relativamente rápido a nuestro país y abarcó la últi-
aliadófilo de su confianza, el senador conservador y magnate azucarero ma etapa del gobierno de Yrigoyen, la dictadura de Uriburu y la primera
salteño Robustiano Patrón Costas. La convención conservadora lo eligió parte del gobierno del general Justo. En marzo de 1930 el gobierno de Y r i -
candidato a presidente pese a la fuerte oposición de los representantes de goyen comenzaba a vivir los primeros síntomas de la depresión. A l poco
Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Este proceso se truncó con el golpe tiempo, la administración radical entraba en cesación de pagos como con-
militar del 4 de junio de 1943. secuencia del desajuste entre recursos y gastos del Estado; simultáneamen-
Un dato claro de la realidad indicaba la debilidad creciente del sistema te no sólo descendía el comercio mundial, también se producía un deterioro
político y la pérdida de consenso ante la ciudadanía, debido tanto al de los términos de intercambio como consecuencia de la caída de los pre-
sistema electoral fraudulento como a la corrupción reinante. Esa endeblez cios de los productos agropecuarios exportables en relación con los pro-
se tornaba más dramática y peligrosa por cuanto tanto los oficialistas como ductos importados.
algunos sectores opositores comenzaron a mirar hacia el Ejército y a buscar La Argentina, como todos los países exportadores de bienes primarios,
aliados o salvadores. al depender su economía precisamente de las exportaciones, demostró es-
El Ejército, mayoritariamente neutralista, albergaba bolsones de fuerte casa capacidad para superar rápidamente la crisis. Uno de los problemas
simpatía hacia los regímenes fascistas, no aceptaba un futuro mandatario radicaba en que durante los años de depresión el movimiento internacional
favorable a los aliados y con fuertes contactos con Estados Unidos. Castillo de capitales se había reducido de manera drástica. En cierta forma, esta
no había tenido una relación conflictiva con los militares, aunque se desvió reducción desembocó en la quiebra del sistema multilateral y la adopción,
de la línea impuesta por Justo que apuntaba a la profesionalización y por parte de las naciones industrializadas, de políticas dirigistas y protec-
despolitización de los cuadros superiores del Ejército. Castillo favoreció el cionistas con un rol fundamental por parte del Estado en el diseño de las
ascenso de los mandos más altos de militares nacionalistas. Además, la nuevas estrategias. Esto s i g n i f i c ó centralmente: el reemplazo del
creación durante su gobierno del Instituto Geográfico Militar y la Direc- multilateralismo por el bilateralismo; el abandono del patrón oro, la deva-
ción de Fabricaciones Militares alentó al Ejército a expandir su influencia luación de las monedas y los consecuentes controles cambiarios; el estable-
fuera de las áreas específicas. cimiento de cuotas de importación y las múltiples trabas a las exportacio-
En este proceso que había empezado con la dictadura de Uriburu, los nes de los países periféricos a Europa y Estados Unidos.
militares desarrollaron una "conciencia nacionalista" que, con el estallido Era obvio que en una circunstancia como ésta los efectos de la crisis
de la guerra y con la provisión de armamento norteamericano a Brasil y habrían de repercutir desfavorablemente en la economía argentina. Por un
Chile, desembocó en la idea de independencia económica tanto de Inglate- lado, porque cesó la llegada de capitales, y por otro, debido a la decisión
rra como de Estados Unidos; asimismo se mostraban favorables al desarro- gubernamental de seguir pagando el servicio de la deuda extema en un
llo industrial (y armamentista) autónomo. De esta forma, las inquietudes contexto de déficit estatal. Estos hechos derivaron en un profundo desequi-
estratégicas del Ejército se vinculaban con lo político a partir de la necesi- librio presupuestario que afectó gravemente a todos los sectores de la eco-
dad de alcanzar un Estado fuerte y eficaz. nomía. Entre 1929 y 1933 la producción decayó un 14 por ciento, las ex-
portaciones disminuyeron en tomo al 5 por ciento y, como consecuencia
del descenso de los precios de exportación, las importaciones bajaron de
la economía casi 2.000 millones de pesos en 1929 a 897 en 1933. La depresión tuvo
serias consecuencias en la sociedad con su secuela de desocupación y
miseria.
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peso. Además, el gobierno comenzó a regular la importación mediante la CUADRO N° 17. E V O L U C I Ó N D E L A INDUSTRIA, 1914-1937/39.
elevación de tarifas aduaneras para adaptarla al consumo local. La conse-
cuencia más visible fue el reemplazo de una importante cantidad de pro- 1914 1937/9
ductos importados por manufacturas locales. Así, se invirtió la relación entre 13.000
Alimentos Establecimientos 19.000
producción nacional e importación de manufacturas; éstas descendieron del 162.000
Obreros 135.000
51,1 por ciento en 1925-29 al 37,3 por ciento en 1930-34yal 19,5 por ciento
Fuerza motriz (HP) 165.000 435.000
en el período 1940-44.
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A pesar de los desequilibrios regionales, la industria argentina creció, norteamericanos conservaron la delantera, el rasgo saliente fue el sustan-
aunque con altibajos, a partir de 1935. En cierta forma imposibilitada de cial avance de la radicación de capitales europeos destinados al rubro in-
aumentar sustancialmente las exportaciones agroganaderas, como conse- dustrial. Las radicaciones estadounidenses más importantes fueron: Royal
cuencia del proteccionismo euronorteamericano, se produjo un.poco orde- (1935), Quakery Adams (1936) en el rubro alimenticio; Sudamtex (1934),
nado y dispar crecimiento industrial. Ya en 1935 el valor bruto de la pro- Anderson Clayton (1937) y Ducilo (1937) en la industria textil; Argemtrac
ducción industrial era un 14 por ciento superior al generado por el agro, y (1937) y Armco (193 8) en metalmecánica; Philco (1931) y Eveready (1937)
ocho años más tarde sería un 130 por ciento mayor. Por otro lado, también en industria eléctrica; Firestone (1931) en el rubro del caucho; en la indus-
el valor agregado creció de manera superior en la industria que en la pro- tria de productos farmacéuticos y medicinales se instalaron Johnson y
ducción agropecuaria. Estos cambios en la relación entre el agro y la indus- Johnson (1931), Labort Upjohn (1933), Abbott (1937), Pond's (1939),
tria no impedían que, en 1943, la economía argentina aún dependiera en Kolynos (1941), Helena Rubinstein (1942) y Squibb (1943); además se
gran medida del agro y de las exportaciones de sus productos. instalaron varias fábricas de productos químicos, papel, anteojos y hojas de
En todo caso, el gran cambio radicaba en la gran cantidad de industrias afeitar.
autosuficientes al entrar en la década del cuarenta: entre las alimenticias se Como se sostiene más arriba, el incremento de la radicación industrial
destacaban los rubros aceites vegetales, azúcar, harina, cerveza, vino y ali- europea también adquirió relevancia: los suizos instalaron Suchard (1933);
mentos procesados en general; los textiles cubrían casi la demanda interna; los italianos Olivetti (1932); Holanda abrió Ginebra Bols (1933) y Philips
otro tanto ocurría con la industria del vestido y productos derivados del (1935); Francia, Hierromat (1933), Elaboradora General de Plomo (1934),
cuero; además, la industria local se autoabastecía en los rubros pinturas y Carnea (1934) y Metalúrgica Santa Rosa (1943); Alemania, Osram (1935),
barnices, tabaco y derivados, neumáticos, cosméticos y perfumes, muebles, y Gran Bretaña hizo lo mismo con dos empresas farmacéuticas en 1933,
cemento, cerámicas y cristales. También había avanzado sustancialmente Duperial (1935) y Electroclor (1936).
en la fabricación de discos, drogas medicinales, artefactos eléctricos como
radios y heladeras, alambres, baterías y lamparitas eléctricas.
La sociedad
El desarrollo de algunas industrias se vinculó con las transformaciones
urbanas y el transporte. Por ejemplo, la explotación de las calizas sentó las
bases para el auge de la producción de cemento, rama que evolucionó a un
ritmo vertiginoso cuando se cerró la importación. En 1930 la industria local
cubría sólo la mitad del consumo, en 1935 era proveedora exclusiva y se- LA POBLACIÓN. Durante estos años se percibe una disminución de la
guía creciendo en los años cuarenta. La actividad estuvo fuertemente con- mortalidad simultáneamente con el estancamiento de la natalidad (véa-
centrada desde sus inicios y una de las firmas más importantes fue la com- se Cuadro I X ) que, sumado a la sensible disminución de la inmigración,
pañía Loma Negra instalada cerca de Olavarría. bajaron la tasa de crecimiento a un promedio anual del 15 por m i l . Tam-
Otra de las novedades industriales de la época fueron los pasos dados bién se produjo un cambio sustancial en la composición sexual de la pobla-
para instalar fábricas de armamentos. Aunque muchas veces el incremen- ción urbana, comprobándose un aumento en la proporción de mujeres, puesto
to de los gastos militares no se tradujo en una inversión rápida en el sector, que el índice de masculinidad descendió de 112 en 1930 a 107,5 en 1940
y recién en 1941 se creó por decreto la Dirección General de Fabricaciones (véase Cuadro X ) . De esta forma, durante este período deja de percibirse a
Militares, en 1937 se inauguró el primer establecimiento de envergadura de la ciudad de Buenos Aires como un lugar de "hombres solos " y esto incide
la siderurgia militar: la Fábrica Militar de Aceros en Valentín Alsina. Las sobre las formas de sociabilidad. Por otro lado, y evidenciando las mejoras
historias de cada una de las empresas destinadas a la fabricación de armas sanitarias y de salud de los últimos veinte años, la expectativa de vida
o explosivos darían cuenta de las paralizaciones y las dificultades, pero lo mejoró notablamente: en 1914 el promedio de vida era de 48 años, en 1936
cierto es que hacia el final del período ya se destacan algunas como la se había elevado a 59.
Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María y la de Río Tercero, En este período se produjeron cambios notables en la sociedad argenti-
ambas en la ciudad de Córdoba. na. La crisis mundial y dos de sus consecuencias, la detención de las co-
Dentro de este proceso de industrialización la inversión de capitales rrientes inmigratorias ultramarinas y el proceso de industrialización, con-
extranjeros en los años treinta fue importante, no tanto por el monto, que tribuyeron en forma determinante al cambio de fisonomía. El proceso inmi-
se mantuvo estable entre 1923 y 1940, ni tampoco por la variación porcen- gratorio, que se había recuperado a lo largo de la década anterior, se detuvo
tual sobre el total invertido, que descendió del 37 al 20 por ciento en los casi totalmente en los años treinta y el saldo de 73.000 inmigrantes llegados
años aludidos, sino por la modernidad de sus empresas. Y si bien los al país entre 1930 y 1940 fue el más bajo desde el comienzo del proceso de
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MAPA N° 51: C O R R I E N T E S MIGRATORIAS I N T E R P R O V I N C I A L E S ,
G R Á F I C O N° 25: SALDOS MIGRATORIOS INTERNACIONALES,
1914-1947.
1931-1943
(En miles de personas)
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Saavedra, Villa Pueyrredón, Liniers o Villa Lugano, del lado de la provin- desde el florecimiento de importantes editoriales, como Emecé, Losada
cia florecían Caseros, San Martín, Morón, Vicente López, Lanús y San Jus- y Sudamericana, que abastecían a los sectores más cultos de la población,
to. Signo de los nuevos tiempos, de la crisis y del flujo de migrantes inter- hasta diarios y revistas de corte popular, como Crítica, Leoplán, Radio-
nos, en 1932 se levantó, en Puerto Nuevo, Villa Esperanza, tal vez la prime- landia o El Gráfico.
ra villa miseria cuya precariedad se entroncaba con la del barrio de Las La cultura y la sociabilidad popular también sufrieron transformaciones.
Ranas de comienzos del siglo en Parque Patricios. Era la exacta contracara La radio marcó el signo de los tiempos y adquirió pleno desarrollo durante
de la remodelación del centro de la ciudad de Buenos Aires, donde entre estos años, vinculando a las poblaciones más alejadas del interior del país
otros cambios se erigieron a mediados de la década del treinta el Kavanagh, con la gran urbe porteña. Con su manera de emitir publicidad, los entreteni-
un edificio de 120 metros de altura y 31 pisos considerado el primer rasca- mientos, las radionovelas y los informativos de noticias, la radio comenzó a
cielos del país, y el Obelisco en la intersección de la Avenida 9 de Julio y modelar conductas y actitudes en el ámbito de todo el país en forma mucho
Corrientes. más efectiva que los grandes diarios. Ahora era posible pasar parte del tiempo
El ámbito del barrio, con el café, la esquina, el club de fútbol o la libre, en familia, en tomo a la radio, y divertirse escuchando las audiciones
sociedad de fomento, se convirtió en un factor de arraigo y adhesión para de música que emitían jazz o tango. Además, la difusión masiva del disco y
los vecinos. Simultáneamente,.la salida de paseo al Centro para ir al cine o del fonógrafo potenciaron la difusión de la música popular. Es posible que
al teatro y a cenar se transformó en uno de los modos preferidos de uso del la muerte de Gardel (1935) no hubiera tenido el impacto que tuvo de no
tiempo libre. El atractivo no era menor: el cine se volvió sonoro a partir del haber existido la radio y el fonógrafo.
emblemático estreno de Tango en 1933. Tres años más tarde se abrían va-
rias grandes salas de cine-teatro de la calle Corrientes: los cines Broadway,
Gran Rex, Ideal y Ópera; más de sesenta salas en la Capital y centenares E L MUNDO DEL TRABAJO. La clase obrera aumentó a la luz del desa-
distribuidas en barrios del Gran Buenos Aires y ciudades del interior hacían rrollo industrial que, entre 1935 y 1943, había crecido el doble que en el
del cine una atracción de masas. Como el fútbol, que desde 1931 ingresó período 1914-1935. Como consecuencia de las migraciones internas se
en su etapa profesional y cuyo primer campeón, Boca Juniors, ya comenza- argentinizó de tal manera que hacia 1947 sólo el 25 por ciento de los traba-
ba a apasionar a multitudes de simpatizantes. River Píate, su rival de toda la jadores industriales era extranjero. Las condiciones de vida de los obreros
vida, inauguraba su monumental estadio en 1938. no se modificaron sustancialmente y una vez finalizados los efectos de la
crisis, el nivel de desocupación alcanzó sus índices más bajos. Con respec-
to al costo de vida, se mantuvo estable hasta 1935 y a partir de allí creció
EDUCACIÓN Y PRENSA. Durante este período se profundizó el aumento más rápidamente que el salario nominal, afectando levemente el salario
de la tasa de alfabetización, que alcanzó el 88 por ciento en todo el país y real. El promedio de horas semanales del obrero industrial se estabilizó en
el 93 por ciento en Capital Federal. Este incremento, que no debe ocluir los 45, hecho que generalizaba la jomada de ocho horas de trabajo.
fuertes bolsones de analfabetismo subsistentes en las zonas más pobres del Hubo algunas preocupaciones por parte del Estado, especialmente a par-
interior del país, se relacionó con una sociedad en donde la demanda de tir de 1935, en materia de regulación social y se adoptaron mecanismos de
individuos que conocieran los rudimentos de la lectura y la escritura era negociación colectiva que prenunciaban su extensión durante el gobierno
cada vez más importante. Por supuesto, el desarrollo del empleo público y peronista. Pero la falta de generalización de una política laboral y las mis-
administrativo, del comercio y de ciertos oficios incentivaba esta tendencia. mas resistencias patronales terminaron por minimizar la eficacia de los me-
Paralelamente se produjo una verdadera avidez por la lectura de dia- canismos de negociación y por poner serios obstáculos a la integración
rios, revistas y publicaciones, que alcanzaron tiradas notables. Por eso, pa- social de una buena porción de los obreros industriales.
ralelamente a la escuela pública y privada, surgieron una multitud de uni- El estancamiento del salario real, las deficientes condiciones de trabajo
versidades populares, academias e institutos de artes y oficios de enseñan- y el problema habitacional contribuían a generar un clima de descontento
za práctica que complementaban la educación formal; allí se podía apren- social potencialmente conflictivo. Éste se agravaba en coyunturas críticas
der idiomas, manualidades, taquigrafía o dactilografía, todas actividades como durante la leve recesión industrial de 1937-38 o la Segunda Guerra
necesarias para conseguir algunos de los empleos más expectables de la Mundial.
sociedad urbana de entreguerras. Este fenómeno se extendía a los sindica-
tos, sociedades de fomento, bibliotecas barriales y clubes políticos que ofre-
cían, también, una amplia gama de cursos. Toda esta actividad en su con- La organización de los trabajadores: fue relativamente débil durante la
junto incentivaba aun más el hábito de la lectura que, a la vez, permitía primera mitad de la década del treinta. A fines de septiembre de 1930 se
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L A S C E N T R A L E S O B R E R A S A R G E N T I N A S 1930-1943 CUADRO N° 18. H U E L G A S Y HUELGUISTAS EN L A INDUSTRIA,
1931-1943
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Comité Unidad Sindical Clasista y estaban orientados por el Partido Comu-
nista (Gráfico n° 26: Huelgas en Capital Federal, 1931-43). Por último,
debido al abandono de la táctica de "lucha de clase contra clase ", los co-
munistas entraron a la CGT y en 1936 se convocó el Congreso Constitu-
yente de la entidad que, un año más tarde, eligió al dirigente ferroviario
José Domenech como secretario general.
La CGT creció relativamente hasta 1943 aunque gran parte de los traba-
jadores no estaban integrados en ella. Su vida interna estuvo signada por el
enfrentamiento entre socialistas y comunistas; la tendencia frentepopulista
y antifascista naufragó y la CGT volvió a los planteos prescindentes, aun-
que comunistas y socialistas manifestaron su apoyo crítico al presidente
Ortiz. El estallido de la guerra en 1939 agudizó los conflictos internos pues
el PC, de acuerdo con el pacto Stalin-Hitler, se declaró contra la guerra,
VÍII
mientras el socialismo apoyaba activamente a los aliados.
Sin embargo, la situación cambió abruptamente al ingresar la Unión So-
viética en la guerra; a partir de allí el comunismo local se alió al socialismo
para combatir tanto la guerra como la postura neutralista del presidente
Castillo. En octubre de 1942 el Comité Central Confederal de la CGT le
exigía a Castillo la ruptura de relaciones diplomáticas con Alemania, Italia
y Japón. Sin embargo, las disidencias internas terminaron por dividir a la penonismo. Del golpe de Esrado de
CGT en 1943: la CGT N° 1, encabezada por Domenech, políticamente pres-
cindente, nucleaba, entre otros, a los ferroviarios, tranviarios y cerveceros;
la CGT N° 2 estaba encabezada por el socialista Pérez Leirós y sus 1943 al óeRROcamiemo de ?ewn
principales soportes eran los obreros de la construcción, gráficos, empleados
de comercio, metalúrgicos, madereros y La Fraternidad. A l producirse el 1943-1955
golpe de junio de 1943, la CGT se hallaba dividida y debilitada.